El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante, Glicerio Sánchez Recio,
está considerado como uno de los expertos más importantes en la
historia política de la Guerra Civil y el régimen franquista. Sus
numerosas investigaciones y publicaciones así lo demuestran. Vinculado a
la Comisión Cívica de Recuperación de la Memoria Histórica, Sánchez
Recio, ha estudiado a fondo, entre otros, el tema de la represión de
muchos pueblos y familias durante la dictadura, entre ellos Monóvar y la familia Villalta Gisbert.
Sánchez Recio ha señalado a INFORMACION que "la importancia y el
significado de la fosa común existente en el cementerio municipal de
Monóvar son la prueba inapelable de la intensidad que alcanzo la
represión franquista en la localidad y la comarca al final de la guerra
civil".
La ubicación de la fosa y los Consejos de Guerra
La razón por la que la fosa común se halla en este enclave,
según Sánchez Recio, responde a que la ciudad de Monóvar era entonces la
cabeza del Partido Judicial de su nombre y, en consecuencia, entre
abril y diciembre de 1939 actuó un juzgado militar permanente, hubo un
campo de concentración en la plaza de toros y se celebraron numerosos
consejos de guerra.
Para Sánchez "es obligado recordar los 7 consejos celebrados el
12 de julio ante el mismo tribunal, en los que fueron juzgadas 28
personas, de las que 13 fueron condenadas a muerte y, más tarde,
ejecutadas, y las demás condenadas a distintas penas de privación de
libertad".
En Monóvar, según Sánchez Recio, "además, la confrontación
social y política había sido muy intensa, tal como se manifestó en 1036,
durante los meses siguientes al golpe de Estado y comienzo de la Guerra
Civil; por lo que las sentencias de los consejos de guerra expresaron
claramente su finalidad vindicativa".
Una fosa conocida por todos
"Una de las característica de esta fosa común, según Sánchez, es
que desde su apertura se ha conocido su existencia y localización, de
manera que los familiares y deudos de los allí arrojados han podido
visitar el lugar."
La primera descripción de la fosa pertenece al Dr. Villalta
Nebleza, médico forense que certifico la muerte de los 11 fusilados del
18 de octubre, indicando el orden, la orientación y la profundidad en la
que se hallaban los cuerpos. El propio médico forense fue detenido al
día siguiente y murió en la cárcel de Alicante el 3 de febrero de 1941.
Está enterrado en el mismo cementerio.
Glicerio Sánchez ha manifestado a este diario que "la exhumación
de esta fosa ha de entenderse, sobre todo, como un acto de justicia
para las víctimas y de alivio para sus allegados, en consonancia con el
artículo 4 de la Ley de Memoria Histórica de 2007, quienes, después de
80 años, podrán darles una digna sepultura".
El diputado Diego Martín Barrio logro detener la sublevación en Levante
En la noche del 18 al 19 de julio de 1936, Manuel Azaña, tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga,
le ofreció la difícil tarea de formar un gobierno de conciliación que
pudiese evitar el inicio de la guerra. Durante unas horas de actividad
frenética, Martínez Barrio telefoneó a varios jefes militares en un
último intento para que depusieran su actitud, consiguiéndolo con varios
de ellos en parte gracias a amistades personales. Por último, tal como
relata en sus memorias, habló por teléfono con el general Mola, el cual se negó a ningún acercamiento. Los historiadores Juan María Gómez y Hugh Thomas, así como el periodista Rafael Fernández de Castro, que contó dicha llamada, sostienen que llegó a proponerle un puesto en el nuevo gobierno republicano;9 sin embargo, el propio Martínez Barrio lo negaría años después en sus memorias.1 El 19 de julio, presentó la dimisión al comprender que la guerra civil era inevitable. Fue entonces sustituido por José Giral. Durante la guerra civil fue uno de los consejeros más íntimos de Azaña y presidió en varias ocasiones las Cortes de la república.10
Tras dimitir como presidente del gobierno, Martínez Barrio se
traslada a Valencia donde presidirá la Junta Delegada del Gobierno de la
República para la región de Levante para asegurar la lealtad de esa
zona a la República. Y logró convencer el general Martínez Monje
(Capitán General de Valencia) para no declarara el Estado de Guerra y
ser fiel a la República, conseguido esta lealtad el 22 de julio se
traslada a Alicante para convencer al general García Aldave (G.M) que no
se sublevara le convenció a dirigirse a la población a través de Radio
Alicante, una vez cumplida su misión a regañadientes lo sustituyó por el
coronel Rodolfo Espá, Jefe del Regimiento Tarifa nº 11 cuando regresó
de permiso desde Almería (destacado comunista militar). El general
Aldave fue retenido en el Hotel Samper de Alicante. El coronel de
Carabineros Rafael Cabrera y el Tecol Enrique Gili eran afines de la
República como el capitán de Asalto Rubio. En la Guardia Civil había
dudas de entregar la armas, si bien, el Tecol José Estañ, era contrario a
la sublevación, su comandante Enrique Ballenilla Herrero, sí lo era,
fue detenido y trasladado a Cartagena y a Almería, donde fue fusilado en
diciembre del 36.
Por su parte, la nueva unidad, necesitada de
una heráldica y vestimenta propia, empezó a utilizar como emblema las
letras G y C, entrelazadas, sumadas de la Corona Real. Un escudo que se
mantendría vigente hasta 1943 cuando fue sustituido por orden del
Ministerio del Ejército, que se había propuesto acometer una profunda transformación en el vestuario de
todas las Armas y Cuerpos del Ejército, y que ha ido evolucionando
hasta su actual aspecto: «Espada desnuda en banda y haz de líctores,
hoja de segur al flanco diestro, pasantes en aspa». Y una corona real por haber siso fundad en 1844 en el reinado de Isabel II de Borbón, que no se suele usar
El haz de líctores es un símbolo romano que
representa autoridad. Los líctores eran funcionarios públicos que
durante el periodo republicano de la Roma clásica se encargaban de
escoltar a los magistrados curules, marchando delante de ellos, e
incluso de garantizar el orden público y custodia de prisioneros,
desempeñando funciones que hoy podríamos identificar con la «policía
local». Por esta razón, muchas fuerzas policiales en la historia se han
inspirado en el haz de líctores para diseñar sus escudos.
Entre febrero y julio de 1936, antes de
iniciarse el golpe de Estado, hubo un total de 189 incidentes y 262
muertos, de ellos 112 causados por la intervención de las fuerzas de
orden público (Guardia de Asalto). De las 262 víctimas, 148 serían militantes de la
izquierda, 50 de la derecha, 19 de las fuerzas de orden público y 45 sin
identificar. Además, ese estudio constata que el número de víctimas
mortales causadas por la violencia política fue disminuyendo en esos
cinco meses. Asesinato del líder político de derechas José Calvo Sotelo, y del teniente Castillo de la Guardia de Asalto.
La conspiración
La conspiración militar para desencadenar un «golpe de fuerza» (como
lo llamaban los conjurados) que derribara al Gobierno, se puso en marcha
nada más tomar posesión el Gobierno de Manuel Azaña el 19 de febrero de 1936,
apoyándose inicialmente en las tramas golpistas que se habían rehecho
tras el fracaso de la insurrección militar de agosto de 1932 encabezada por el general Sanjurjo.18El 20 de febrero el periódico de la Comunión Tradicionalista, El Pensamiento Alavés,
ya afirmaba «que no sería en el Parlamento donde se libraría la última
batalla, sino en el terreno de la lucha armada» y esa lucha partiría de
«una nueva Covadonga que frente a la revolución sirviera de refugio a los que huyeran de aquella y emprendiera la Reconquista de España».19
El 8 de marzo de 1936, horas antes de que el general Franco se
marchara a su destino en Canarias, tuvo lugar en la casa de Madrid de un
agente de bolsa militante de la CEDA y amigo de Gil Robles,20una reunión de varios generales (Emilio Mola, Luis Orgaz Yoldi, Villegas, Joaquín Fanjul, Francisco Franco, Ángel Rodríguez del Barrio, Miguel García de la Herrán, Manuel González Carrasco, Andrés Saliquet y Miguel Ponte, junto con el coronel José Enrique Varela y el teniente coronel Valentín Galarza, como hombre de la UME),
en la que acordaron organizar un «alzamiento militar» que derribara al
Gobierno del Frente Popular recién constituido y «restableciera el orden
en el interior y el prestigio internacional de España».17El historiador franquista Ricardo de la Cierva
ha afirmado, sin embargo, que lo que se acordó en la reunión del 8 de
marzo fue llevar a cabo un golpe de Estado solo en caso de amenaza grave
a "la unidad de la patria" y quiebra límite del orden público.21 Los generales conjurados acordaron también ofrecer la jefatura de la Junta Militar que se formaría al exiliado general Sanjurjo y que, hasta entonces, el coordinador en España fuera el general Ángel Rodríguez del Barrio.13
No se llegó a acordar el carácter político del “movimiento
militar o Alzamiento Nacional”, pero para su organización recurrirían a la estructura
clandestina de la UME
integrada por oficiales conservadores y antiazañistas y llegaron a
fijar la fecha del golpe, para el 20 de abril, pero las sospechas del
Gobierno y la detención de Orgaz y Varela, confinados en Canarias y en
Cádiz, respectivamente, les obligaron a posponer la fecha.22
El general Gonzalo Queipo de Llano (jefe de los carabineros),
que estaba organizando otra conspiración golpista por su cuenta, visitó
a Mola en Pamplona el 12 de abril. Tras informarse mutuamente de sus
respectivos planes decidieron colaborar.21
El 19 de abril el general Rodríguez del Barrio abortó un alzamiento
militar en Madrid, en parte por el cáncer que sufría y en parte porque
creía que la policía estaba al corriente de la conspiración. La
coordinación de la conspiración pasó entonces al general Mola, por
decisión del general Sanjurjo, mientras que la coordinación del golpe en
Madrid quedaría en manos del teniente coronel Valentín Galarza, pronto apodado como «el Técnico».2324
Vuelo de Franco desde Las Canaria a Tetuán
Vuelo: de Gran Canaria a Tetuán
El
día de la celebración del sepelio del general Balmes, el viernes 17 de
julio, el general Franco conoce a última hora que la sublevación en el
Protectorado ha comenzado esa misma tarde, gracias a un telegrama que le
envía desde Melilla el general Soláns.16 Pocas horas antes la mujer y la hija del general Franco han sido escoltadas al Puerto de la Luz, donde han embarcado rumbo a Lisboa.16
A primeras horas del sábado 18 de julio, el general Franco sale del
hotel donde ha pasado la noche y se dirige a la Comandancia Militar de
Las Palmas, desde donde proclama el estado de guerra en todo el
archipiélago. Todos los edificios oficiales son tomados por los
militares sublevados y los gobernadores civiles de las dos provincias
son detenidos. A mediodía, el archipiélago canario está bajo el control
de los sublevados.1716
A las diez de la mañana de ese sábado 18 de julio se había recibido en Santa Cruz de Tenerife un telegrama del coronel Eduardo Sáenz de Buruaga desde Tetuán,
en el que se confirmaba que todo el Protectorado de Marruecos estaba
bajo el control de los sublevados y de que el avión que ha de
transportar al general Franco hasta allí podía aterrizar sin problemas,
en el mismo Tetuán o en Larache. A las dos y media de la tarde despega
de Gando el Dragon Rapide rumbo a Casablanca, a donde llega hacia las diez de la noche, después de repostar en Agadir. A Franco le han acompañado su primo, el teniente coronel Francisco Franco Salgado-Araújo, y el teniente piloto Antonio Villalobos Gómez. En Casablanca le estaba esperando Luis Bolín, el periodista del diario monárquico ABC que había alquilado el Dragon Rapide en Inglaterra. Después de pernoctar en esta ciudad del Marruecos francés (desde el hotel Franco telefoneó a Tetuán para cerciorarse de que el levantamiento había tenido éxito y Yagüe se lo confirma;18 Bolín le enseña los titulares del periódico marroquí La Depêche Marocaine: "El general Franco, llamado por el Gobierno para sofocar la rebelión, se encuentra en pleno viaje de Canarias a Madrid")19 el general Franco y sus acompañantes, junto con Luis Bolín, vuelan hasta Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Llegan a las siete y media de la mañana del domingo 19 de julio.201621
Antes de aterrizar, Franco o Bolín (según versiones) dio instrucciones
al piloto: «Dé una vuelta a la pista lo más bajo posible. Si le digo
¡Arriba! retome el vuelo sin vacilar». Después de dar varias vueltas,
Franco reconoció a uno de los coroneles sublevados y dijo al piloto:
«¡Ahí está el rubito! ¡Aterricemos!». Al tomar tierra es recibido
con júbilo por los oficiales sublevados, entre ellos Yagüe, que le besa
y le abraza. Franco se despide del piloto: «Algún día sabrá usted lo
que ha hecho. Hoy no tengo palabras para expresarle mi gratitud».22
Con gran perspicacia, Franco había recorrido los casi 20 km que
separan la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria hasta el entonces
aeródromo de Gando en barco, evitando que en carretera fuera interceptado por la Guardia de Asalto.
En algún momento del viaje, Franco se afeita el bigote. Gil-Robles más
tarde dejaría escrito que Franco, por miedo a que interceptasen el
avión, llevaba una carta dirigida al presidente del gobierno, en la que
expresaba su apoyo a la República y su intención de viajar a Madrid para
defenderla.23 Según testimonio del piloto Cecil W. H. Beeb:
Mientras volábamos sobre las aguas del Atlántico,
el general se quitó el uniforme, encerró sus efectos en una maleta y
después de meter en ella también los papeles que llevaba sobre sí, la
arrojó al mar. Inmediatamente le vi ponerse un jaique y un albornoz y
enrollarse a la cabeza un turbante. Se le hubiera creído un verdadero
árabe salido de los zocos de Marrakech.18
La historiografía franquista ha calificado este viaje de histórico.
«La primera pregunta que surge ante el vuelo de Gran Canaria-Tetuán del
Dragon Rapide es si podría haberse hecho sin escalas. Así lo aseguran
bastantes historiadores». Sin embargo, la primera escala de Agadir,
según Carlos Fernández, era necesaria dada la autonomía de avión y la
segunda se habría justificado por la necesidad de recoger al
corresponsal del ABC Luis Bolín.21
En Alicante y Valencia
El diputado Diego Martín Barrio logro detener la sublevación en Levante.
En la noche del 18 al 19 de julio de 1936, Manuel Azaña, tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga,
le ofreció la difícil tarea de formar un gobierno de conciliación que
pudiese evitar el inicio de la guerra. Durante unas horas de actividad
frenética, Martínez Barrio telefoneó a varios jefes militares en un
último intento para que depusieran su actitud, consiguiéndolo con varios
de ellos en parte gracias a amistades personales. Por último, tal como
relata en sus memorias, habló por teléfono con el general Mola, el cual se negó a ningún acercamiento. Los historiadores Juan María Gómez y Hugh Thomas, así como el periodista Rafael Fernández de Castro, que contó dicha llamada, sostienen que llegó a proponerle un puesto en el nuevo gobierno republicano;9 sin embargo, el propio Martínez Barrio lo negaría años después en sus memorias.1 El 19 de julio, presentó la dimisión al comprender que la guerra civil era inevitable. Fue entonces sustituido por José Giral. Durante la guerra civil fue uno de los consejeros más íntimos de Azaña y presidió en varias ocasiones las Cortes de la república.10
Tras dimitir como presidente del gobierno, Martínez Barrio se
traslada a Valencia donde presidirá la Junta Delegada del Gobierno de la
República para la región de Levante para asegurar la lealtad de esa
zona a la República. Y logró convencer el general Martínez Monje
(Capitán General de Valencia) para no declarara el Estado de Guerra y
ser fiel a la República, conseguido esta lealtad el 22 de julio se
traslada a Alicante para convencer al general García Aldave (G.M) que no
se sublevara le convenció a dirigirse a la población a través de Radio
Alicante, una vez cumplida su misión a regañadientes lo sustituyó por el
coronel Rodolfo Espá, Jefe del Regimiento Tarifa nº 11 cuando regresó
de permiso desde Almería (destacado comunista militar). El general
Aldave fue retenido en el Hotel Samper de Alicante. El coronel de
Carabineros Rafael Cabrera y el Tecol Enrique Gili eran afines de la
República como el capitán de Asalto Rubio. En la Guardia Civil había
dudas de entregar la armas, si bien, el Tecol José Estañ, era contrario a
la sublevación, su comandante Enrique Ballenilla Herrero, sí lo era,
fue detenido y trasladado a Cartagena y a Almería, donde fue fusilado en
diciembre del 36.
Los españoles de hoy estamos acostumbrados al revisionismo histórico
sobre el descubrimiento de América y su conquista, porque además ni a
nosotros mismos nos importa lo que sucedió hace 532 años. Puesto que lo
cierto es que, a nosotros, españoles del siglo XXI, tampoco nos importa
lo grande que fuimos.
Antecedentes
Hoy somos unos indoctos repartidos por 17 autonomías educativas o
reinos taifas, y estamos abiertos, al menos yo, a todas las opiniones,
aunque no sean ciertas, ya que existe mucho obscurantismo por parte de
todos, los de allí y lo de acá; no obstante, se leen algunos comentarios
de un autor americano que dice literalmente:
Los “conquistadores” españoles eran los desesperados del momento, los
parias y marginalizados de una sociedad dura, excluyente y clasista.
Por eso, ninguno de ellos dudaba un segundo antes de matar o mutilar a
una persona, si esto representaba un beneficio o un privilegio. Y así
fue que sus hijos, nietos y bisnietos se convirtieron en terratenientes
y, con el apoyo de los militares, en clase dirigente, imponiendo una
versión de la historia que nunca ha sido verdad y que sólo sirve para
cementar sus derechos y esconder robos, crimines y daños causados.
Como investigador del Imperio español, he de comentar que no son del
todo ciertos los comentarios de este investigador de origen americano,
porque el comentario está sacado del contexto histórico de la época,
llevado por la interesada “Leyenda Negra española” sobre los
conquistadores españoles que no fueron por cuenta propia, sino que eran
“vasallos y criados” del rey español, de acuerdo a los actos de
soberanía, según las costumbres europeas de entonces.
Repito, hay que mirar la historia en su época y no hacer una comparativa
de los tiempos pasados con los actuales, como la conquista de los Declaración Universal de los Derechos Humanos
que son de 1948. Ilógico, irracional e inhumano fue también la
expulsión de los judíos, de toda España 1492, por la intransigencia de
los de los Reyes Católicos, embarcados en una cruzada de fundamentalismo
religioso.
18 de mayo de 2024. El presidente argentino Javier Milei no se reunirá con el presidente del gobierno
español, Pedro Sánchez, tampoco con el rey Felipe VI. El líder
ultraderechista ha presentado su libro El camino libertario este viernes y se ha reunido el
sábado con CEOs de empresas que miran con especial interés los
ostentosos beneficios que otorgará en Argentina el Régimen de Incentivo
de Grandes Inversiones (RIGI) si es aprobado en el Congreso. Milei
tendrá un mano a mano con Santiago Abascal, presidente de Vox, y este
domingo es el invitado estrella de “Europa Viva 24”, una cumbre de las
ultraderechas a escasas semanas de la celebración de las elecciones al
Parlamento Europeo.
El PSOE ha exigido este domingo al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, «una condena clara» ante los «insultos» de Javier Milei
al presidente del Gobierno (Pedro Sánchez) y su mujer (Begoña Gómez). Milei ha llamado «calaña» al
jefe del Ejecutivo, al que también acusa de «atornillarse al poder», y
de Begoña Gómez ha dicho que es una «corrupta». Estas declaraciones han
sido en su visita a España y tienen de contexto la investigación que el
Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid abrió en abril a la esposa
del presidente a partir de una denuncia por tráfico de influencias, que
provocó un amago de Sánchez de abandonar el Gobierno y el anuncio de un
inédito parón de reflexión de cinco días sin agenda pública tras
denunciar mediante una carta a la ciudadanía que él y su familia estaban
siendo acosados por la derecha y la extrema derecha.
Después de la reacción del PSOE, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha anunciado la decisión del Gobierno de llamar a consulta
'sine die' a la embajadora de España en Buenos Aires, María Jesús
Alonso, ante lo que considera un ataque «inaceptable» del presidente
argentino...
(El ministro Óscar Puente (el dóberman del sanchismo) insultó al presidente argentino Milei de "ingerir sustancias". Puente abrió primero la lata, y ahora quiere en Feijóo le defienda. No caerá en ese lazo trampa.
La Axarquía malagueña es una de las zonas más singulares y aún menos
masificadas turísticamente de Andalucía. Está compuesta por una serie de
pueblos blancos únicos de la provincia de Málaga que combinan
perfectamente el sabor a mar con la esencia de la montaña. Y es que
aunque lo que más se conoce a nivel internacional de la provincia sea la
capital y por supuesto, la Costa del Sol, esta otra zona de Málaga
tiene mucho por descubrir.
Para la sorpresa de todos es un oasis tropical repleto de
plantaciones de aguacate, mangos y papayas que florecen cada primavera
ante unas playas inmensas con un azul turquesa único propio. La Axarquía
es territorio clave para los amantes del submarinismo, senderismo, de
los deportes de aventura y por supuesto, para los que buscan la
tranquilidad de nuevos destinos.
El conjunto de pueblos que conforman la Axarquía es especial, tienen
un encanto único y ofrecen una experiencia diferente a sus visitantes.
Su gastronomía autóctona nos lleva a probar nuevos sabores del mar, la
tierra y la ganadería.
Para mí, personalmente, la zonaeste de Málaga es mi
preferida. En ella he pasado mi adolescencia y juventud. Reconozco que
me atrae de una forma diferente y casi hipnótica. Su gente, sus paisajes
y su esencia aún no tan perturbada por el turismo extremo han permitido
que sus municipios florezcan sin perder su identidad.
Si estás pensando en hacer una ruta por pueblos bonitos, te
recomiendo encarecidamente Málaga. Y si quieres ver algo diferente, la
zona este de la provincia: La Axarquía es ideal. En este listado detallo
alguno de sus pueblos más icónicos y característicos destacando puntos
de interés y qué hacer en ellos. ¿Te vienes?
La Axarquía es una de las nueve comarcas y quizás la más desconocida
pero más espectacular de la provincia de Málaga. La conforman una serie
de pueblos blancos tanto de interior como de costa con características especiales.
A sus habitantes oriundos se les conoce como axárquicos y
tiene a Vélez – Málaga como capital histórica y ciudad más
representativa e importante. Geográficamente está ubicada en la parte
oriental de Málaga y limita con la costa granadina por el este; con la
comarca de Alhama (Granada) por el norte; al oeste con la ciudad –
capital de Málaga y al sur por la inmensidad del mar Mediterráneo.
El término Axarquía proviene del árabe šarqíyya que
significa “parte oriental” lo que le viene como anillo al dedo por
encontrarse en esta zona de la provincia (nada es casualidad).
Lo más interesante de la región es su diversidad. Cuenta con montaña,
mar y un clima único que aportan un escenario y paisaje realmente
espectacular. Y no solo para la vista y el disfrute sino también para el
ganado, la agricultura y otras actividades económicas que han dado
lugar a la fructífera zona que es hoy en día.
A pesar de estar un poco más “olvidada” (nada tiene que ver con el
tratamiento que se le ha dado siempre a su opuesta, la Costa del Sol),
la Axarquía ha sabido salir adelante a lo largo de su historia gracias
al trabajo y esfuerzo de su gente.
Pueblos de la Axarquía malagueña
Está formada por 31 municipios lo que la convierte en un espacio
diverso, amplio y con muchísimas posibilidades: Vélez Málaga, Rincón de
la Victoria, Nerja, Torrox, Algarrobo, Cómpeta, Colmenar, Frigiliana,
Periana, Benamocarra, Riogordo, Alcaucín, La Viñuela, Almáchar, Canillas
de Aceituno, Sayalonga, Benamargosa, Comares, Moclinejo, Arenas,
Alfarnate, Iznate, El Borge, Canillas de Albaida, Totalán, Cútar,
Sedella, Macharaviaya, Árchez, Alfanatejo y Salares.
Además de estos 31 municipios hay que sumar las diversas pedanías de
cada uno de ellos. En total, la Axarquía suma una población (dato de
2021) de más de 220.000 habitantes (una cifra que se multiplica en
verano). Es una zona que empieza a repuntar turísticamente pero si algo
la identifica es que es donde los malagueños preferimos veranear y pasar
nuestros días de playa.
Costa Tropical
Conocida como Costa Tropical, uno de los mayores atractivos pero más
desconocidos es que su clima ha potenciado el cultivo de especies de
frutas bastante “extrañas” para nuestro país. El mango, el aguacate, la
piña y la papaya han encontrado aquí un hogar único ayudando a resurgir
aún más la actividad económica de la zona. Tanto la Axarquía como la
costa granadina están bañados por estos frutales tan ricos y exóticos
(si vas te sorprenderá el precio de la caja de mangos).
Y si hay un secreto en este litoral que más vale la pena salvaguardar
es su costa. Considerada como Reserva Natural, muchas de sus playas
(también hacia la costa granadina) son el enclave perfecto para bucear y
disfrutar como en pocos sitios de una inmersión única.
Como ves, atractivos no le faltan a esta zona de la provincia de
Málaga. Si quieres hacer el plan perfecto, qué mejor que manos al
volante y ponernos en ruta por sus pueblos más pintorescos.
🚌 Lo ideal es visitar estos pueblos por tu cuenta pero si no cuentas con coche, puedes reservar esta excursión de un día desde Málaga,
en la que, aparte de llevarte a los pueblos de la Axarquía, también
verás la Estupa Budista de Vélez-Málaga y la Torre de la Atalaya.
Pueblos de interior de la Axarquía, Málaga
La Axarquía tiene para todos los gustos: mar y montaña. Hay pueblos
de interior y también otros de playa. Cada uno de ellos tiene un encanto
especial, no lo podemos negar. Para empezar nuestra ruta elegiremos los
pueblos de interior:
No por pequeño ni por menos conocido deja de ser importante y mucho
menos, bonito. Esto es lo que le pasa a Comares que además ostenta el
título de Marquesado. Ubicado en una zona privilegiada de los Montes de
Málaga, a 703 metros de altitud sobre el nivel del mar, Comares es
conocido como el «Balcón de la Costa del Sol”.
Este nombre no es porque desde él se vea la Costa del Sol propiamente
dicha sino porque gracias a su altitud tiene unas vistas espectaculares
e inmejorables de toda la Axarquía.
De hecho, el punto de referencia del pueblo es sin duda, la Plaza del
Balcón de la Axarquía. Dedica un buen rato libre de prisas y reloj para
descansar allí y contemplar la magnificencia de la naturaleza. Sus
calles blancas y su construcción sobre la ladera te invitarán a pasear
con contemplación. No te pierdas todo lo que ver y hacer en Comares.
Por su ubicación única es junto a Cómpeta, el mayor productor del
vino con más esencia de la provincia: el vino dulce o moscatel.
Aquí hay un B&B estupendo para disfrutar de la calma, la tranquilidad y la esencia malagueña. Es el Hotel B&B Finca la Loma… Te va a sorprender.
Alcaucín
A tan sólo 54 kilómetros de la capital provincial, Málaga, está este
pequeño pueblito que no hay que perderse (en realidad, todos los pueblos
de la Axarquía están muy cerca de la capital).
Alcaucín esconde descubrimientos que seguro te vas a llevar en tu
cámara. Ubicado en pleno corazón del Parque Natural de las Sierras de
Tejeda, Almijara y Alhama, lo mejor que puedes hacer aquí es pasear. En
tu camino vas a encontrar reductos de la época mozárabe aún bien
conservados como la Fuente de los Cinco Caños o el castillo de Zalia.
Si lo que te gusta es andar y las excursiones, el área recreativa de
El Alcázar es un destino perfecto para todas las edades y gustos. Las
cuevas que salpican el territorio como la del Boquete de Zafarraya son
la atracción perfecta alejada de los móviles.
La Viñuela
Para todos, La Viñuela es conocido por su pantano que no solo
abastece de agua a la comarca de la Axarquía sino que además está
preparado para disfrutar de diferentes actividades acuáticas.
Esta zona es un remanso de paz y sus pueblos de alrededor son una excursión perfecta para disfrutar desde el alojamiento 5* con spa
que allí se encuentra. Hacer senderismo, descubrir lugares como Periana
o descansar son los mejores planes que ofrece la Viñuela.
Además, a la caída de la tarde se puede pasear por su casco antiguo y
descubrir importantes monumentos como la iglesia de San José o la
Ermita de las Angustias. También hay tres yacimientos arqueológicos muy
reseñables en los que se han encontrado restos del neolítico o
paleolítico y que se utilizaban para almacenar aceite (no vuelvas sin
comprar aceite de oliva virgen extra de allí).
*El pueblo de la Viñuela está incluido dentro de la Ruta del Sol y del Vino de la Axarquía malagueña.
Frigiliana, de los pueblos más bonitos de la Axarquía malagueña
No podía terminar esta ruta por los pueblos del interior de la
Axarquía sin incluir a la joya de la provincia: Frigiliana. En cualquier
listado de pueblos de Málaga
(los más bonitos, los de la Axarquía, etc.) siempre estará este pueblo
blanco a la cabeza. Y es que por algo ha sido seleccionado (creo que en
varias ocasiones) como el pueblo más bonito de Málaga, Andalucía e
incluso uno de los de mayor encanto de España.
En todos mis posts sobre Málaga hablo de él y no me cansaré de decir
que me tiene enamorada. Está a tiro de piedra de la capital (en 40
minutos en coche estás allí) y la visita merece tanto la pena que
querrás quedarte o volver en cuanto puedas.
Cosas que ver y hacer, allí hay muchas, como el Ingenio, que es la
única fábrica de miel de caña en activo de Europa y sus edificios
históricos.
Pero sin duda, lo que cautiva de Frigiliana es su casco antiguo
compuesto de pequeñas callejuelas empinadas con suelos de piedra. Unas
calles abarrotadas de casas de máximo 2 alturas encaladas en el blanco
más impoluto y acompañadas por frondosas macetas de hojas verdes y
flores de intensos rojos y rosas. Sus fachadas culminan puertas de
llamativos colores cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo.
Frigiliana bien merece una visita en exclusiva para descubrirla profundamente. En este post sobre qué ver en Frigiliana en un día
puedes hacer un recorrido por sus calles, sus edificios históricos y
todo lo que tiene por ofrecer. Si no quieres perderte ningún detalle de
este pueblecito, nada mejor que este free tour por Frigiliana.
💡
Aunque son más pequeños y menos populares, otros pueblos del interior
de la Axarquía malagueña que puedes visitar son Cómpeta, Canillas de
Albaida, Salares y Canillas de Aceituno.
Pueblos de costa de la Axarquía malagueña
Es el momento de dejar atrás el interior de la Axarquía para poner
rumbo a la costa. El Mar Mediterráneo espera paciente, tranquilo como es
su habitual (raro es ver a este mar enrarecido). Los pueblos costeros
de la Axarquía tienen un sabor y un aroma indiscutibles. En ninguna otra
parte del mundo me he sentido igual y créeme cuando te digo que
respirar allí… Calma, sana y reconforta de forma inigualable.
Estos son 4 pueblos de la costa de la Axarquía fácilmente visitables
uno detrás de otro. Sólo hay que seguir la autovía del Mediterráneo
bordeando la costa (o mucho mejor si vas con calma, la carretera
nacional, la de siempre. Desde ella verás paisajes impresionantes).
Yendo sentido de Málaga a Granada por la costa, encontrarás por este orden:
Rincón de la Victoria
El primer pueblo “importante” al dejar atrás la capital de la provincia, Málaga.
Rincón de la Victoria es un municipio que ha ido creciendo
notablemente en los últimos años. Yo he visto ese auge en las últimas
décadas algo que se nota mucho en la mejora de sus infraestructuras,
instalaciones y servicios. Actualmente es un reclamo turístico para los
que prefieren esta costa (más tranquila que la Costa del Sol) y sin
duda, es el destino preferido para veranear de los malagueños.
Está asentado sobre lo que fue, allá por el siglo XII, Bezmiliana. En
el siglo XVI sufrió como toda la zona una importante despoblación que
se superó en el s. XIX creando pequeñas fincas y ventas que se
“regalaron” a sus posteriores propietarios. Es su momento de
resurgimiento y también de ostentar un nuevo nombre, Rincón de la
Victoria que proviene del monasterio de la Victoria que parecía tener
tierras en la zona.
A Rincón de la Victoria pertenecen otros núcleos poblacionales: La
Torre de Benagalbón, la Cala del Moral y Benagalbón pueblo (pueblo con
esencia pura de la Axarquía).
Los lugares de interés a visitar allí son el Castillo de Bezmiliana,
el yacimiento romano de Torre de Benagalbón, el molino de aceite de
Benagalbón (el único de la provincia con arranque manual y prensado en
frío) o la Cueva del Tesoro. No te quedes sin visitarla y reserva ya aquí la entrada a la Cueva del Tesoro.
Una fecha magnífica para ir a esta zona es el 16 de julio cuando se
celebra la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores. Aquí la sacan
en procesión hasta el mar en una romería única en el mundo.
Caleta de Vélez
35 kilómetros separan este pequeño pueblo de la capital pero Caleta
de Vélez es una parada obligada si te gusta la vida de los pescadores.
Es un reducto vivo de lo que antaño era la esencia del mar. Tiene un
puerto de 200 puntos de amarre en el que conviven embarcaciones
deportivas con las de pesca de siempre. Allí puedes ver a los marineros
remendando redes y ofreciendo la pesca del día.
No hay nada más rico que comer allí un rico pescado recién sacado y, eso sí, espetado.
Tras el parón para comer y disfrutar de su esencia que hemos hecho en
la Caleta de Vélez (realmente lo recomiendo), hay que seguir camino
para alcanzar los dos últimos pueblos de la costa este de la Axarquía de
Málaga.
Torrox nos está esperando con ojo avizor desde su faro. Un faro de
los cuidados que invitan a permanecer junto a él a ver si nos baña con
su luz y magia. Inaugurado en 1864 tiene 23 metros de altura y luce
imponente en esta costa haciendo de guardián de un yacimiento
arqueológico único en la zona, la villa romana Clavicum.
Torrox costa es perfecto para pasear por su paseo marítimo y
disfrutar de un atardecer con aroma a mar. Sin olvidar que además hay
otro Torrox, el pueblo, que está a tan sólo 4 kilómetros y dónde se
encuentran los edificios históricos y puntos de interés de este
municipio.
Como es un pueblo muy pintoresco e interesante, he escrito otro post detallado sobre qué ver en Torrox, tanto el pueblo como la costa.
Nerja, la base perfecta para tu ruta por la Axarquía malagueña
Y por último, justo antes de pasar a Granada… Llegamos a Nerja, el
Balcón de Europa. Una ruta por los pueblos de la Axarquía no estaría
completa sin él. Nerja es único, es especial, es conocido y sin ninguna
duda, hay que ir hasta allí. Puedes hacer este free tour por Nerja si no te quieres perder los datos más interesantes de uno de los pueblos más bonitos de la Axarquía.
Las pinturas rupestres más antiguas de la humanidad se encuentran
aquí, en las Cuevas de Nerja pero también diversas ermitas e iglesias
con encanto costero y numerosas torres vigías reducto de las batallas
mozárabes.
Su gastronomía encabezada por el pescaito frito y los espetos; el
ajoblanco y las berenjenas con miel de caña (de la de Frigiliana) van a
hacer que disfrutes de cada bocado con un sabor especial.
No podía ser de otra manera… Nerja es única y tiene tanto por ver y hacer que le hemos dedicado un post especial sobre qué ver en Nerja. Aquí puedes saber mucho más de ella, de su historia, de dónde comer o dormir y de cómo disfrutarla al máximo.
🚌 Si te encuentras en Nerja y no cuentas con vehículo propio, una idea estupenda para conocer todos estos pueblos es reservar esta excursión a la Axarquía.
Mapa de los pueblos de la Axarquía, Málaga
Pueblos en la Axarquía hay muchos, 31. Por eso, para que no te
pierdas ninguno de los que aquí relato, en este mapa puedes encontrarlos
localizados.
Aunque no es un pueblo, no quiero cerrar este post sin añadir que la
costa de la Axarquía es única por sus playas guarecidas por
impresionantes acantilados. Desde los del Cantal (antes de llegar al
Rincón de la Victoria) y por supuesto los que bordean a Torrox y Nerja
hasta la frontera (y más allá) con Granada, son un auténtico paraíso y
un espectáculo que nadie debería perderse. Es Reserva Natural por el
bien de su conservación así que entre todos, seamos respetuosos y
cuidemos del regalo de la naturaleza.
Hasta aquí el repaso por algunos de los pueblos de la Axarquía
malagueña. Si es tu primera vez en la zona, seguro que esta guía te será
de gran ayuda para preparar tu viaje. Si ya has venido, te animo a que
me cuentes en comentarios qué te ha parecido.
¡Hola! Soy María, redactora en este blog y autora de este post. Me
apasiona viajar para descubrir cosas nuevas, leer, pintar... Soy del
team té y cazo cafeterías bonitas.
¿Qué fue de quiénes tenían por divisa “todo por la Patria” durante la Guerra Civil?
No hace falta ser un lince para deducir que en el bando frentepopulista no eran demasiado populares: “sangrienta guardia pretoriana”; “servidores del capitalismo”; “elementos de combate de la contrarrevolución”- los llamaban en el panfleto incendiario comunista “Mundo Obrero” y en el igualmente infame periódico: “El socialista”. Los españoles de bien, por el contrario, los veían como un cuerpo
militar bienhechor, abnegado, y leal a España, que les separaba de la
anarquía, de la expoliación y, en última instancia, de la fosa común.
Los beneméritos no podían hacerse ninguna ilusión sobre su
suerte en el bando del Frente Popular, a menos de que fueran masones, o
miembros del partido socialista o comunista, cosa esta última que
abundaba en el Parque Móvil de la Guardia Civil en Madrid, por ejemplo. Los revolucionarios, -muy activos en España unos meses antes de la rocambolesca proclamación de la II República-, los veían comoseguros
enemigos. Prueba de ello es que los partidos de izquierdas prometían en
sus programas electorales disolver la Benemérita.
Guardias civiles del Parque Móvil de Madrid.
Los vientos huracanados de la revolución se colaron en España nada más ser cesado el general Emilio Mola de
la Dirección General de Seguridad, el 14 de abril de 1931, donde
llevaba 14 ingratos meses entorpeciendo la labor de los revolucionarios
que se movían por España. Fue salir por la puerta Mola e irrumpir en
España todos los traficantes de miseria bolcheviques. Mijail Kolstov, periodista el asesino de masas, hijo de un zapatero remendón judío ruso de Kiev, llegó en abril de 1931 a España como enviado de Pravda, (“La verdad”, qué cosas), y en realidad como ojo vigilante de Stalin. Como él, muchos agentes rusos más entraron en España, y la subversión marxista empezó
a agitar a los obreros en las ciudades y a los campesinos en el campo
de manera muy violenta, como tendrían ocasión de comprobar muchos
guardias civiles en sus propias carnes poco tiempo después.
Los agentes provocadores comunistas, organizaban mítines
relámpago de tres minutos ante los obreros y los campesinos gritando
cosas como ésta: “Que cada iglesia sea una hoguera; cada oficial del ejército un cadáver; cada losa de una acera la sepultura de un hombre decente”. (Pérez Madrigal. vol.III 1951: 17)
En la revolución de octubre de 1934 (primer acto de la Guerra Civil), la posición de la Guardia Civil había sido clara, como principal objetivo de los bestiales ataques de los revolucionarios, en especial de los salvajes mineros asturianos, que asesinaron a111 miembros del Cuerpo, y a muchos de sus familiares.
El
Parque móvil de la GC era un semillero de comunistas y socialistas. De
aquí provenía el famoso capitán Condés, que gracias a su uniforme de
guardia civil consiguió que José Calvo Sotelo saliera de su casa para ir
derecho al cementerio.
Cuando el 18 de julio de 1936 se produjo la sublevación de parte del ejército español y de la media España poco o nada resignada a morir, la Benemérita quedó dividida entre los dos bandos en guerra; un 59% de sus efectivos (de un total de 32.477 hombres) en la zona del Frente Popular y el resto en la nacional. Eran una tercera parte del ejército, nada menos. Su importancia en el curso de la guerra iba a ser crucial.
Apenas seis meses antes, nada más conquistado el poder en febrero de 1936, el Frente Popular situó en el tablero a sus peones. Uno de los puestos claves era la dirección de la Guardia Civil, y en febrero del 36 fue colocado en ese puesto el general Sebastián Pozas Perea, (1876-México, 1946), militar africanista, masón y alejado de entusiasmos patrióticos. Este militar se dio a una frenética
actividad entre febrero y julio de 1936, durante la “primavera
trágica”, cambiando altos mandos de la guardia civil con objeto de
mantenerla al servicio del Frente Popular.
General Sebastián Pozas Perea. Inspector general del Cuerpo.
De este modo, cuando estalló la guerra e inmediatamente se desencadenó la revolución en la retaguardia roja, se dio la cruel paradoja de ver en muchos lugares a los guardias civiles repartiendo fusiles a la milicianada, entre la que había numerosos presos comunes. En Madrid repartieron 5.000 fusiles y abundante munición, y ayudaron a asaltar
el cuartel de la Montaña además de frustrar las demás iniciativas
militares en otros cuarteles para sublevarse en la Villa y Corte. A continuación, el general Miaja los envió al frente de la sierra madrileña, a luchar contra los nacionales, junto a cientos de milicianos que gritaban: “¡Muera España!”, “¡Viva Rusia!”, además de: “¡Muera la Guardia Civil!”, y que combatían bajo la bandera roja bolchevique. A ver quién da más.
Guardias civiles y milicianos luchando en la sierra de Guadarrama contra los nacionales. Julio de 1936.
No es extraña pues la frialdad con la que fueron recibidos los primeros “pasados” de la Benemérita en la sierra de Madrid. El 1 de agosto el comandante Valero Pérez Ondategui,
que intentó pasarse con medio centenar de hombres de la Comandancia de
Ciudad Real por el puerto del León, fue tiroteado por ambos bandos,
llegando solamente vivos a las líneas nacionales 11 guardias civiles, él
incluido. Hubo un malentendido con la persona del otro lado con quien
se trató la fuga, y a la hora de dar “el salto” todo salió mal. Por
aquel frente también andaba el teniente coronel Royo Salsamendi,
que tuvo problemas por partida doble: mandar a la purria de milicianos
indisciplinados sin ningún espíritu militar que le había endosado el
general Miaja, y la cantidad de “pasados” que tuvo su columna. Se
“pasaron” tantos beneméritos que Royo Salsamendi dio con sus huesos en la checa de guardias civiles, la famosa checa anarquista Espartacus en Chamberí, y tuvo el terrible final que luego contaremos.
Guardias civiles repartiendo armas a los milicianos. En Madrid distribuyeron 5.000 fusiles.
Gracias al testimonio del pater Caballero podemos
ver cómo eran recibidos los beneméritos en los puestos avanzados
nacionales en la sierra de Guadarrama. Desde el 27 de julio, el valiente
cura castrense jesuita estaba socorriendo espiritualmente a los
voluntarios nacionales en el Alto del León, machacados sin descanso por
la aviación roja y las oleadas de milicianos que llegaban a millares
desde Madrid:
“24 de agosto. Se pasan y se entregan doce guardias civiles, conscientes de las represalias contra sus familias. Los habían concentrado con otros en Ciudad Real, luego en Bellas Artes, y los trajeron aquí a la Sierra como fuerza experimentada. Recibimiento algo seco y desconfiado. Aportan datos de interés. Se comunica enseguida al Puesto de Mando. Uno de ellos,que nota cierta desconfianza por nuestra parte, pide como favor ocupar inmediatamente el puesto de más peligro.
Se le concede. Ocupa una de las peñas más atacadas. Al caer el día dejó
de oírse su ametralladora. Lo recogieron desangrado, agotada la
munición y con varios muertos delante por sus certeros disparos”.
Columna de guardias civiles llegando a la sierra de Madrid en agosto del 36
Desde el 1 de agosto de 1936 hasta finales de ese mes fueron
tantos los beneméritos “pasados” al bando nacional en la sierra
madrileña, que finalmente encarcelaron a su jefe y a ellos los retiraron
del frente. En la sierra norte de Madrid, en Paredes de Buitrago, hubo
aún otra gran evasión de guardias civiles al bando nacional, el 2 de marzo de 1937.Se pasaron 44 guardias civiles al mando del brigada Andrés Martín, quien había solicitado con insistencia ser destinado a primera línea.
La inquina contra la Benemérita entre la milicianada hizo
aconsejable cambiar el nombre del Cuerpo , que desde el 30 de agosto de
1936, por decreto, pasó a llamarse “Guardia Nacional Republicana”. Fue
un primer paso hacia su disolución definitiva, el 13 de agosto de 1937.
En los duros enfrentamientos iniciales de la sierra madrileña los guardias civiles lucharon en ambos lados, pues cuarenta guardias civiles peleaban ya en la sierra, junto al coronel sublevado Ricardo Serrador, militar
bravísimo de 60 años, que tomó y se mantuvo firme en el Alto del León
durante semanas, sufriendo unas pérdidas humanas enormes por defender la
posición contra un ataque frentepopulista brutal, muy superior en
número y en material bélico. Al verse tan desbordados, un oficial de su
tropa le preguntó si había previsto la retirada, y el coronel le
contestó:
“¿Retirada? ¡Sí! ¡Ya está previsto!¡La retirada para el cementerio! ¡Váyase a su puesto!”.
¿Y qué ocurría en otros lugares de España? El general Pozas fue uno de los primeros en llamar al coronel Moscardó, el 20 de julio, amenazándole
a gritos, con “no dejar piedra sobre piedra del Alcázar” si no le
enviaba inmediatamente los 200 guardias civiles y las municiones que le
pedía. A él y al general Riquelme les contestó Moscardó que “le
daba asco cumplir la orden de que el armamento de los Caballeros
Alumnos y Guardia Civil fuese entregado a la chusma para armar a ésta” (Causa General. 2009:412
En el Alcázar se habían concentrado todos los guardias civiles de los alrededores, 690 en total, con sus familias, obedeciendo órdenes del teniente coronel Pedro Romero Basart, quien
estaba al frente de la comandancia de la Guardia Civil en la provincia
de Toledo. Es fama que defendieron con gran bravura la plaza y
consiguieron gloria eterna que ningún Viñas ni ningún Preston logrará
borrar; 55 de ellos murieron luchando, y sólo 6 de ellos desertaron (en
total hubo 35 desertores, aquí lo contamos todo), tres de ellos a
mediados de septiembre, dieron entrevistas a la revista “Crónica”. Uno de ellos declaró que tenía dos hermanos socialistas y que no quería pelear contra sus amigos y sus hermanos.
Tres jóvenes guardias civiles que desertaron del Alcázar a mediados de septiembre.
También hubo numerosos guardias civiles luchando junto al general Aranda en
el cerco de Oviedo. Sin ellos no se explica la homérica defensa de esa
ciudad. Los infelices guardias civiles que no pudieron llegar a Oviedo a
tiempo sucumbieron a los feroces ataques de los mineros asturianos, con
ganas de revancha. El tristemente célebre puesto de Sama de Langreo fue de nuevo destrozado por los salvajes mineros. Aquí voy a hacer un inciso de microhistoria, contando la fortuna increíble de un guardia civil salvado de una muerte segura en Sama de Langreo por
un oportunísimo “guantazo”. Estando Ildefonso Jiménez Blázquez de
servicio de puertas, se le acercó con malos modos una miliciana agitando
bajo sus narices una hucha del “socorro rojo”. Nuestro hombre aguantó
el acoso, pero al límite de su paciencia terminó por sacudirle “un
guantazo” a la miliciana y fue por ello castigado y trasladado a Oviedo,
lo que le salvó la vida.
Me resulta imposible dejar fuera de este breve artículo a los esforzados beneméritos que participaron en la defensa del Cuartel de Simancas y el Santuario de Santa María de la Cabeza, con el capitán Santiago Cortés González a la cabeza en este último lugar, y que no tuvieron tanta fortuna ni tanta fama como los de Oviedo y Toledo.
En Ávila el teniente coronel Almoguera, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil fue de igual parecer que el coronel Moscardó en Toledo. Leyó y releyó la orden que venía de Madrid, de entregar armas al populacho rojo y contestó, con calma:
“Señores, esta orden es de una trascendencia gravísima.Nada menos me mandan que entregue a las masas del Frente Popular todas las armas que tengo incautadas. ¿Para qué?Comprenderán que, para resolverme a cumplirorden tan incomprensible, tan revolucionaria, me sienta también yo un poco revolucionario y me procure todo género de garantías”.
Afortunadamente los escasos marxistas llegados de Madrid no le
pegaron un tiro, y con habilidad logró ganar tiempo, hacerse con el
mando y proclamar el estado de guerra en Ávila, con tan solo 40 números de la guardia civil bajo su mando mantuvo la ciudad castellana a salvo de los frentepopulistas.
Guardias civiles sublevados en Ávila. 19 de julio de 1936
Respecto a la situación de la guardia civil en zona roja tengo que decir quenunca nadie tan innoble mereció una fidelidad así y la pagó peor.
Ser fiel al juramento hecho a las autoridades del Frente Popular fue un
auténtico suicidio en demasiadas ocasiones, y no evitó la disolución
final del cuerpo en 1937, tras un primer cambio de nombre, (Guardia Nacional Republicana) en la España roja.
López Corral, al que nadie en su sano juicio puede acusar de sesgo derechista, señala que los guardias civiles sufrieron mucho más en la España roja que en la nacional. Los
que estaban en puestos aislados y no quisieron entregar las armas a los
milicianos perecieron todos defendiendo sus cuarteles. Los que
colaboraron con el Frente Popular no fueron bien correspondidos, pues sus nuevos jefes no se fiaban de ellos, y no es extraño ya que eran los mismos robagallinas y pistoleros que los beneméritos habían perseguido durante años antes de que estallara la revolución.
López Corral calcula la cifra total de bajas en el Cuerpo a causa de la Guerra Civil en 2.714 muertos y 4.117 heridos, pero
desconozco si en ese número incluye también a los familiares y a los
beneméritos retirados, que fueron también objeto de sañuda persecución y
asesinato por parte de los rojos. La cifra de muertos en ese caso
aumentaría exponencialmente. A este respecto sabemos que, en Badajoz, en agosto de 1936, murieron asesinados por los rojos 18 guardias civiles en activo y 14 guardias civilesretirados.
Los guardias civiles destacados en Asturias que no pudieron llegar a
refugiarse en Oviedo sufrieron finales atroces a manos de los mineros
asturianos, aún más fieros que en 1934, que ya es decir. Pero es en Andalucía donde murieron la mayoría de ellos, más de 700, defendiendo sus cuarteles de las masas frentepopulistas.
El terror rojo se cebó en ellos con ganas. El general Casas de la Vega, en su documentado libro: El Terror; Madrid 1936, da una cifra de 160 guardias civiles asesinados en Madrid, en la purga del Cuerpo y en crueles asesinatos de oficiales retirados a
los que los delincuentes comunes, que engrosaban las filas de los
milicianos, no perdonaban su anterior dedicación de impedirles robar y
asesinar. En la Causa General se recoge, por ejemplo, el calvario sufrido por el brigada retirado Jose Azcutia Camuñas, asesinado el 10 de octubre de 1936 en la checa de la Guindalera, c/ Alonso Heredia, 9, donde fue objeto de toda clase de vejaciones por los milicianos antes de su asesinato:
“Le fue colocado un gorro de papel, y fue obligado a ponerse firmes, como escarnio, desfilando ante él los miembros de la checa que le golpeaban ferozmente hasta el extremo de saltarle un ojo” -relata una mujer testigo de los hechos que compartía checa y padecimientos con el brigada retirado Azcutia.
Sabemos que, descartado el frente de la sierra como escapatoria, varios guardias civiles de servicio en Madrid buscaron refugio en embajadas huyendo del Terror Rojo, donde algunos pasaron toda la guerra y otros más afortunados sólo seis meses, como cuenta el escritor Wenceslao Fernández Flórez de
dos oficiales de la guardia civil que compartieron con él medio año de
encierro en la embajada de Holanda, y que pudieron huir en la primavera
de 1937 en barco desde Valencia, tras lo cual se reincorporaron
inmediatamente a la España nacional.
Beneméritos prisioneros en la checa Espartacus, en Madrid.
La mayor matanza de guardias civiles en Madrid, una “saca” de beneméritos en toda regla, se produjo en la madrugada del 19 al 20 de noviembre de 1936. Las víctimas fueron 51 guardias civiles que
fueron asesinados en las tapias del cementerio de la Almudena, y,
posteriormente, enterrados en el cementerio de Vicálvaro. Entre ellos
iba el teniente coronel Royo Salsamendi. Uno de ellos pudo escapar milagrosamente; Severiano Sanz Zamarro,
logrando desatarse y corriendo en la oscuridad como podía. Fue testigo
de cómo bastantes de ellos se negaron a bajar del camión una vez
llegados al cementerio de la Almudena, y se abrió fuego contra ellos
allí mismo, junto al vehículo. Se les había engañado con la clásica
mentira del traslado a Valencia o a cualquier otro lugar de la
retaguardia roja. ¿Por qué los asesinaron? ¿De quién partió la orden? No
se sabe a ciencia cierta. Es notorio que cuando llegaban los aviones
nacionales a bombardear Madrid, los guardias civiles presos en la checa Espartacus se
dedicaban a “vitorear y aplaudir”, según testimonios de sus carceleros,
pero lo mismo hacían casi todos los presos nacionales de Madrid.
Estos 52 guardias civiles fueron sacados de la checa Espartacus, situada en el convento de las Salesas Reales deChamartín, en el número 18 de la calle Santa Engracia. Era una checa de la CNT, anarquista.
Y servía para purgar a los guardias civiles de la zona roja de toda
España, denunciados por sus propios compañeros como desafectos al
régimen del Frente Popular. La checa fue fundada por José Luzón Morales,
elemento anarquista del que desconocemos su profesión. Este sujeto
indeseable se suicidaría en una comisaría de policía de Toulouse, en
1948, donde había sido detenido al encontrársele en posesión de armas
ilegales. Dirigía la checa “Espartacus” junto a Luzón, un guardia civil llamado Ambrosio Pasero Gómez (Toledo,1900-México D.F.,1972), típica criatura del Parque Móvil de la Guardia Civil de Madrid.
Los 51 cadáveres de los guardias civiles fusilados fueron posteriormente colgados con ganchos de carnicero de las tapias del cercano cementerio de Vicálvaro y expuesto durante dos días, según
testimonio de un sereno de esa localidad, apodado “el saluda”, que en
los años 60 se lo contó al coronel retirado M.H.A. Fueron asesinados la
madrugada del 19 de noviembre de 1936, y fueron enterrados el 22 de
noviembre en una fosa común en ese mismo cementerio, próximo del de la
Almudena, tras estar expuestos durante más de dos días a la maldad y a la curiosidad malsana de muchos miserables.
Hoy, un monumento cerca del cementerio los recuerda. Esperemos que dure
muchos años para recordar y honrar a esos honrados guardias civiles
masacrados cobardemente por odios infames atizados por elementos
incendiarios de las izquierdas.
Cementerio de Vicálvaro. Allí hay una gran fosa común de gente fusilada por los rojos en Madrid, durante el TERROR ROJO.
Monolito en el Cementerio de Vicálvaro que recuerda a los guardias civiles fusilados
Para los guardias civiles que luchaban en el bando del Frente Popular, la proximidad de las tropas nacionales era tan letal como para los prisioneros “facciosos”,
puesto que muchos fueron asesinados para prevenir que se “pasaran” a
los rebeldes y engrosaran sus filas. Así, sucedió en muchas ocasiones
donde fueron ignominiosamente asesinados por sus compañeros de trinchera
en pago por sus desvelos.
La Guardia Civil compartió el negro destino de los
españoles que cayeron luchando en el frente y en la retaguardia, pero
con un innegable añadido de sadismo, de maldad, ¡más si cabe! Debido al
uniforme que vestían y que concitaba unos odios muy profundos en las clases populares afines a la izquierda, ya que hasta que llegaron a los mandos de la Benemérita los aires de la logia y de la revolución marxista, la Guardia Civil siempre había tenido a gala defender el orden, la ley y la patria, sobre todas las cosas.
En el bando nacional, los guardias civiles corrieron mejor suerte, obviamente, pero los
beneméritos que opusieron fuerte resistencia en el frente de batalla al
bando nacional y cayeron después en manos de los nacionales no se
salvaron del fusilamiento instantáneo. Esto sucedió en Málaga y en Guipúzcoa. En Beasaín, el 27 de julio de 1937, el
coronel Beorlegui se enojó tanto a ver que la principal resistencia a
su avance procedía de la columna de guardias civiles, que ordenó
fusilarlos a todos una vez vencida la columna -nos cuenta López
del Corral. (Cayeron 14 guardias civiles en esa ocasión). Tras la
guerra, los guardias civiles que había luchado en el bando del Frente
Popular sufrieron una purga. Algunos fueron readmitidos al cuerpo, otros
apartados de él para siempre y los menos afortunados fueron fusilados.
Debemos recordar también al famoso general Aranguren Roldán, que dirigía a la Guardia Civil en Cataluña. Este general, a pesar de ser católico practicante, decidió ser perrunamente fiel a Companys y al bando frentepopulista e
hizo fracasar el levantamiento nacional en Cataluña y en todo el
Levante español. Dos de sus hijos lucharon en el bando nacional y tenían
acaloradas discusiones con su padre, quien, impasible, siguió decidido a “defender el orden constitucional”, aunque tal orden brillara por su ausencia en España desde abril de 1931, y, sobre todo, desde que las derechas ganaran con una mayoría arrolladora las elecciones en diciembre de 1933.
“En la España del Frente Popular no regían las leyes ni había amparo más que para el crimen”- dejó dicho el escrito gallego Don Wenceslao Fernández Flórez, juicio que corroboran cientos de datos comprobables de la terrible anarquía desatada en España por los partidos y sindicatos de izquierdas a partir de febrero de 1936. De hecho, el valiente dirigente de Renovación Española,
Don José Calvo Sotelo, fue asesinado el 13 de julio de 1936 por elevar
su voz en esa casa de meretrices en que se había convertido el Congreso
de Diputados y hacer la contabilidad exacta de las cifras de la anarquía
revolucionaria en España, que el gobierno del Frente Popular escamoteaba a la opinión pública mediante una censura asfixiante en los medios de comunicación.
Aunque el general Aranguren apoyó el golpe del coronel Casado
contra los comunistas en los últimos compases de la guerra, y declaró
el Estado de Guerra en Valencia, Franco lo hizo fusilar solo veinte días
después del 1 de abril de 1939. Es célebre la frase del Generalísimo
Franco de que fusilaran a Aranguren aunque estuviese postrado en una
camilla, lo que es lógico, dadas las desastrosas consecuencias
que tuvo su cerril actitud para el curso de la guerra y para la vida de
miles de inocentes ciudadanos y religiosos, masacrados sin misericordia
alguna por los rojos en Cataluña, en Valencia y en muchos otros lugares
del Levante español.
General Aranguren Roldán
Al finalizar la guerra, Franco disolvió el cuerpo de Carabineros, de más de un siglo de antigüedad, por no haberse sumado al levantamiento nacional en su mayoría. También estuvo a punto de disolver la Guardia Civil. Durante
muchos meses anduvo sobre su mesa el decreto de disolución de la
Benemérita, tan importante había sido su contribución al fracaso del
levantamiento nacional en sus inicios. El resto es otra historia que
también merece ser contada.
Acabo este artículo con el sentido y sincero deseo de que todos los actores de esta tragedia hayan encontrado la paz y el reposo que no tuvieron en vida, y dando un gran ¡Viva la Guardia Civil! merecido por todo lo que hicieron y hacen por guardar a España entera.
Fuentes:
Testimonios de M.H.A. coronel retirado de la Benemérita.
Bullón de Mendoza, A. Togores, L. El Alcázar de Toledo; final de una polémica. Editorial Actas, Madrid, 1996.
Padre Caballero. Diario de Campaña de un capellán legionario. Madrid, 1976.
Casas de la Vega, R., El Terror; Madrid 1936. Madrid, 1994
Causa general; la dominaciónrojaen España.2009.
Fernández Flórez, W. En el artículo: “Frente de Teruel”, (1937). Crónicas de la Guerra Civil. Ediciones 98, Madrid 2022
López Corral, M. La Guardia Civil. Madrid, 2009.
Pérez Madrigal, J. Augurios, estallidos y episodios de la guerra civil; cincuenta días con el Ejército del Norte, Ávila, 1936.
Pérez Madrigal, J. Memorias de un converso. Vol. VIII, Madrid, 1951.
guerraenmadrid.net La gran evasión de la Guardia Civil por la sierra de Madrid.