Una vez que el editor ha tomado la decisión de divulgar un
determinado texto, se presentan ante él diversas posibilidades o tipos
de edición. Estos son algunos de los más comunes:
Edición acéfala
(O edición sin cabeza). Es aquella que no tiene portada ni título.
Edición anotada
Denominada como edición comentada, ya que suele llevar comentarios a pie de página o en los espacios existentes entre los bordes.
Edición artística
Se trata de aquella en la que se pone el acento en la expresión artística de la encuadernación, o en la composición del libro.
Edición de bibliófilo
Generalmente es la edición dedicada o apreciada por bibliófilos, se caracterizan por una pequeña tirada, o para un grupo selecto de subscriptores.
Edición de bolsillo
Suelen ser de formato reducido y de coste de producción económico,
por regla general al contrario que las ediciones para bibliófilos,
suelen ser de grandes tiradas.
En sentido amplio, es aquella que se plantea los problemas previos a
la edición de una obra (búsqueda de fuentes, selección de ejemplares,
selección y establecimiento de un texto...), y hace partícipe al lector
de las decisiones tomadas durante el proceso de edición; en sentido
estricto, se denomina "edición crítica" a la que sigue el método neolachmaniano, basado en las técnicas de Carl Lachmann
para el establecimiento de un texto ideal, lo más cercano posible a la
intención original del autor, mediante el cotejo de las diversas
versiones de un texto.
Edición especial
Dentro de una tirada normal, se sacan algunos ejemplares que se
diferencian de los demás en alguna particularidad especial que desee el
editor, como puede ser una firma del autor, una mejora en la calidad.
Edición facsímil
Es aquella que reproduce la imagen (fotográfica o escaneada) del
texto tal y como el editor la ha encontrado. Es una opción común sobre
todo en el caso de textos antiguos, códicesiluminados, manuscritos u obras especialmente valiosas. Puede reproducir el texto, los materiales de la encuadernación, o ambos.
Edición genética
Es la que muestra, simultáneamente, varios o todos los estadios en
que se ha presentado un texto durante su proceso de creación y
transmisión (por ejemplo, el borrador de un poema, su primera edición,
su segunda edición corregida, una edición modificada para una antología,
etc.)
Edición de lujo
Caracterizada por la excesiva calidad de materiales empleados en la elaboración de la edición, como puede ser el papel, encuadernación, etc.
Edición múltiple
O edición sinóptica: es aquella que muestra varios textos en
paralelo. Dichos textos pueden ser traducciones unos de otros (el caso
más frecuente es el de las ediciones sinópticas de la Biblia), o bien versiones distintas de un mismo texto, o textos distintos que se pretende presentar en paralelo.
Edición numerada
Generalmente aquellas ediciones con impresión de grabados suele ir
numerada, de tal forma que las numeraciones más bajas suelen ser más
apreciadas que las de mayor numeración.
Edición paleográfica
Es la que, sin reproducir el texto en forma de imagen, sin embargo
intenta describirlo con la mayor exactitud posible, dando al lector
información exhaustiva sobre las grafías, las abreviaturas, los marginalia, los accidentes del texto, etc.
Edición en papel
Suele ser una edición barata en la que los pliegos de papel una vez encuadernados e impresos no ha sido encuadernada.
Edición príncipe
Se denomina así a la primera edición de una obra.
Edición en rama
Suele denominarse así a la edición que ha sido impresa, plegada, pero no tiene aún una encuadernación.
Tipología complementaria
Edición abreviada
la que se ha compendiado de la original para adecuar a una categoría de usuarios. Por ejemplo, una edición para escolares de El Mundo es ancho y ajeno
Edición apócrifa
la que se atribuye su autoría sin serlo o saca con el mismo título sin ser el autor. Ejemplo, la 2.ª parte de Don Quijote
Edición bilingüe
La que se redacta en dos idiomas, en dos columnas o idiomas. Columna A en página par, e idioma B en página impar. Ejemplo "Análisis Matemático" de Protter
Edición conmemorativa
La se edita al cumplir 50 años, un siglo, etc. Ejemplo, La Colección por el Sesquicentenario de la Independencia del Perú.
Edición definitiva
La que sigue a una previa que recibe comentarios u observaciones. Ejemplo "Introducción al Álgebra" de Cotlar-Sadoski, Eudeba.
Edición ilustrada
Lleva comentarios gráficos e ilustraciones. Ejemplo Enciclopedia Ilustrada del Perú de Tauro del Pino.
Edición con manuscrito de autor
Para lo cual el autor escribe de puño y letra y dicho material se imprime. Ejemplo, "Teoría de la medida" de Mauro Chumpitaz de la UNI, Lima.
Edición masiva
La que se imprime para bastante público. Ejemplo los populibros de Manuel Scorza en los años 50s del siglo XX.
Edición mimeografiada
La escrita a máquina y se reproduce procesando con mimeógrafo. Generalmente textos de cursos o de seminarios
Edición oficial
Autorizada por un Estado que sufraga los costos. Ejemplo los libros de texto escolar y de distribución gratuita.
Edición previa
La que sale a modo de prueba, para ser mejorada con intervención de interesados y de expertos.
Edición privada
La que no se pone en venta, de pequeño tiraje y entregas selectivas.
Edición políglota
Impresa en varios idiomas. Ejemplo los diccionarios, para el caso "Diccionario comparativo de castellano, inglés, quechuas de Áncash y Ecuador".
Edición popular
Edición de bajo costo y con materiales de menor precios. Ejemplo, las que auspician los diarios de circulación nacional
(Los originales de estos dibujos de Ramón Rodríguez se sortearán el día de mi conferencia)
Dramaturgo, poeta y novelista
español, autor de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha,
considerada como la primera novela moderna de la literatura universal. Miguel
de Cervantes Saavedra tuvo una vida azarosa de la que poco se sabe con
seguridad. Nació en Alcalá de Henares (Madrid), probablemente el 29 de
septiembre de 1547. Pasó su adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid,
Sevilla) y con poco más de veinte años se fue a Roma al servicio del cardenal
Acquaviva. Recorrió Italia, se enroló en la Armada española y en 1571 participó
con heroísmo en la batalla de Lepanto, donde comienza el declive del poderío
turco en el Mediterráneo. Allí Cervantes resultó herido y perdió el movimiento
del brazo izquierdo, por lo que fue llamado el Manco de Lepanto. En 1575,
cuando regresaba a España, los corsarios le apresaron y llevaron a Argel, donde
sufrió cinco años de cautiverio (1575-1580). Liberado por los frailes trinitarios,
a su regreso a Madrid encontró a su familia en la ruina. Se casa en Esquivias
(Toledo) con Catalina de Salazar y Palacios. Arruinada también su carrera
militar, intenta sobresalir en las letras. Publica La Galatea (1585) y
lucha, sin éxito, por destacar en el teatro. Sin medios para vivir, marcha a
Sevilla como comisario de abastos para la Armada Invencible y recaudador de
impuestos. Allí acaba en la cárcel por irregularidades en sus cuentas. Después
se traslada a Valladolid. En 1605 publica la primera parte del Quijote.
El éxito dura poco. De nuevo es encarcelado a causa de la muerte de un hombre
delante de su casa. En 1606 regresa con la Corte a Madrid. Vive con apuros
económicos y se entrega a la creación literaria. En sus últimos años publica las
Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), Ocho
comedias y ocho entremeses (1615) y la segunda parte del Quijote
(1615). El triunfo literario no lo libró de sus penurias económicas. Dedicó sus
últimos meses de vida a Los trabajos de Persiles y Segismunda (de
publicación póstuma, en 1617). Murió en Madrid el 22 de abril de 1616 y fue
enterrado al día siguiente.
Cervantes centró sus primeros afanes literarios en la poesía y el teatro,
géneros que nunca abandonaría. Su obra poética abarca sonetos, canciones,
églogas, romances, letrillas y otros poemas menores dispersos o incluidos en
sus comedias y en sus novelas. También escribió dos poemas mayores: Canto de
Calíope (incluido en La Galatea) y Viaje del Parnaso (1614). Aunque
en otras ocasiones se enorgullece de sus versos, en su tiempo no logró ser
aceptado como poeta. Tampoco tuvo mejor suerte en el teatro, por el que se
sintió atraído desde joven. Al regreso del cautiverio llegó a estrenar con
éxito varias comedias. Pero tampoco sus contemporáneos lo aceptaron como
dramaturgo. Cervantes, con una concepción clásica del teatro, tuvo que soportar
el triunfo arrollador de Lope de Vega en la renovación de la escena española
con su Arte nuevo de hacer comedias.
De la primera época (1580-1587), anterior al triunfo de Lope de Vega, se
conservan dos tragedias: El trato de Argel y La destrucción de
Numancia. A la segunda época pertenecen las Ocho comedias y ocho
entremeses nuevos (1615). Las comedias son El gallardo español, La
casa de los celos y selvas de Ardenia, Los baños de Argel, El
rufián dichoso, La gran Sultana doña Catalina de Oviedo, El
laberinto de amor, La entretenida y Pedro de Urdemalas. Y
éstos son los entremeses: El juez de los divorcios, El rufián viudo,
La elección de los alcaldes de Daganzo, La guarda cuidadosa, El
vizcaíno fingido, El retablo de las maravillas, La cueva de
Salamanca y El viejo celoso.
Esta página contiene enlaces a la obra completa de
Miguel de Cervantes, distribuida por categorías. Las obras están disponibles también en
listados por orden cronológico.
Obra cedida por el Centro de Estudios Cervantinos
Copyright Universidad de Alcala.
Para problemas o cuestiones relacionadas con este web contactar con dpasun@uah.alcala.es
Última actualización: 01/05/01.
(Cervantes y Sancho con los Reyes de España en Alcalá de Henares)
No hay plan para Cervantes
Hace falta un programa sólido para aprovechar la celebración del cuarto centenario del autor del ‘Quijote’. De las tareas de la Comisión responsable del cuarto centenario de
Cervantes poco se sabe. Y eso, a estas alturas, parece confirmar que no
hay ningún plan claro.
Las comparaciones son odiosas, pero a veces pueden servir para
valorar cómo distintos países gestionan desafíos parecidos. Tanto Miguel
de Cervantes como William Shakespeare murieron el año 1616, y tanto uno
como otro son los mayores referentes de la lengua española y de la
inglesa, respectivamente. Con el calendario gregoriano en la mano, Cervantes murió diez dían antes que Shakespeare que lo hizo el 3 de mayo de este calendario. Como ingleses y españoles llevaban calendarios diferentes, el 23 de abril no es válido para comparar la muerte de estos dos genios de la literatura universal.
Editoriales anteriores
A principios de año el primer ministro de Reino Unido, David Cameron,
lanzaba al mundo un rotundo mensaje, que Shakespeare sigue vivo, y poco
a poco se ha empezado a concretar la ofensiva internacional de
propuestas con las que se pretende proyectar la obra del clásico en 141
países. En cuanto a Miguel de Cervantes, solo existe la vaga afirmación
de que están en marcha 131 proyectos —académicos, culturales,
turísticos, educativos—.
No tiene sentido medir la envergadura de los clásicos por la magnitud
de los fastos que se programan para celebrar sus centenarios. Lo que
importa es que sean leídos y representados y que su obra siga hablando en el presente. En ese sentido, El Quijote
ha contado con prestigiosos valedores que lo llevan mimando desde que
en 2005 se celebrara el cuarto centenario de la aparición de su primera
parte.
El año pasado, que recordaba el aniversario de la publicación de la
segunda, hubo excelentes iniciativas que ayudaron a confirmar su
grandeza. Pero fueron hechos puntuales, fruto muchas veces de la
sociedad, a falta de un verdadero plan riguroso y bien articulado que
cumpla con las expectativas que deben exigirse a cualquier Gobierno
respecto al patrimonio cultural del que es responsable: convertirlo en
pieza esencial de la educación de los menores, cuidarlo para que siga
manteniéndose vivo y saber proyectarlo para sacar provecho de todo su
potencial (también económico).
Jane Austen (Steventon, 16 de diciembre de 1775 – Winchester, 18 de julio de 1817) fue una destacada novelistabritánica que vivió durante el período de la Regencia. La ironía que emplea para dotar de comicidad a sus novelas hace que Jane Austen sea considerada entre los «Clásicos» de la novela inglesa,
a la vez que su recepción va, incluso en la actualidad, más allá del
interés académico, siendo sus obras leídas por un público más amplio.1
Nació en la rectoría de Steventon (Hampshire). Su familia pertenecía a la burguesía agraria, contexto del que no salió y en el que sitúa todas sus obras, siempre en torno al matrimonio
de su protagonista. La candidez de las obras de Austen, sin embargo, es
meramente aparente, si bien puede interpretarse de varias maneras. Los
círculos académicos siempre han considerado a Austen como una escritora conservadora, mientras que la crítica feminista más actual apunta que en su obra puede apreciarse una novelización del pensamiento de Mary Wollstonecraft sobre la educación de la mujer.
Ha sido llevada al cine en diferentes ocasiones, algunas veces reproducidas de forma fiel, como el clásico Más fuerte que el orgullo de 1940 dirigido por Robert Z. Leonard y protagonizada por Greer Garson y Laurence Olivier y en otras haciendo adaptaciones a la época actual, como es el caso de Clueless, adaptación libre de Emma, o bien Sentido y sensibilidad, de 1995; Mansfield Park, de 2000, y las versiones de Orgullo y prejuicio en 2004 (dirigida por Gurinder Chadha) y en 2005 (dirigida por Joe Wright). Sin embargo la versión más fiel y perfecta que hasta ahora se ha hecho del libro de Orgullo y prejuicio es la serie que presentó la BBC protagonizada por Colin Firth y Jenniffer Ehle.
El interés que la obra de Jane Austen sigue despertando hoy en día
muestra la vigencia de su pensamiento y la influencia que ha tenido en
la literatura posterior. Su vida también ha sido llevada al cine con la película Becoming Jane (2007).
"Secretos para escribir novelas y relatos", un libro del escritor Ramón Fernández Palmeral, imprescindible para novelistas. Noveles y amateur de la novela y de los realos de Venta en Amazon, por 5.93 €, libro patrocinado por el pintor "Palmeral" 2016
Este libro empezócomo un artículo como resultado de un taller
de escritura creativa titulado: “Cómo escribir novelas y relatos” que estuvo
muchos años en la Red insertado desde 2005, donde pretendía mostraros las
posibilidades que existen de mejorar la creación de novelas y relatos, que
también podría llamarse escritura artística, no sin antes hacer algunas severas
advertencias. Ahora con más tiempo y mayor experiencia lo he ampliado en
unlibro con notables mejoras que se ha
convertido en Secretos para escribir
novelas y relato,en Amazon 2016.
El fin de este libro es aprender
la técnica para aumentar tu capacidad imaginativa y tus recursos a la hora de
preparar y componer esa novela que tienes en la cabeza y que no acaba de salir,
conocer cuáles son los beneficios de la escritura y el placer que ello supone
de jugar con las vida de los demás, perder el miedo a la hoja en blanco, y
disfrutar escribiendo pequeños relatos, luego relatos más largo, e incluso,
novelas más complejas. Jugar con las palabras, porque como dice la semántica
las palabras no son la cosa, sino el signo que las identifica.
En la creación literaria, no todo, es técnica,
pero ayuda mucho a desenvolverse hasta coger el hábito de componer, con la
seguridad de que con trabajo, tenacidad y perseverancia de años se puede
escribir buenas novelas y relatos. Ramón Fernández Palmeral es autor de la
novela narrativa El cazador del arco
iris, publicada en Amazon, así como otros libros de ensayo sobre Miguel
Hernández.
No es fácil ganar un premio
literario, sin embargo, este libro sobre técnicas de escritura creativa puede
mejorar tu capacidad de creación, planteamientos de trabajo y edición. Las
experiencias de los demás creadores nunca sobran.
El éxito editorial del Quijote no tiene parangón en la historia de las letras europeas. La colección canónica del teatro de Shakespeare, el First Folio
de 1623, se reimprime nueve años después y no reaparece hasta 1663; en
el ínterin, tampoco se publican sino tres obras sueltas, contempladas ya
como antiguallas del “old Shakespeare”. En todo el siglo XVII, el
escritor ‘nacional’, el poeta italiano por excelencia, es todavía
Petrarca, y la Commedia dantesca se asoma a las prensas sólo tres veces.
El Quijote no ha conocido eclipses similares. En sus dos
primeros decenios rozó la veintena de ediciones; entre 1625 y 1635
sufrió en Castilla el veto general de estampar novelas y comedias, pero
siguió viendo la luz en las traducciones, y desde entonces apenas ha
pasado año sin ser impreso, una o muchas veces, en español o en otras
lenguas y sin que su valoración dejara de caminar in crescendo. Si Lope
de Vega lo juzgaba indigno de merecer unos versos de elogio, con el
tiempo se ha vuelto común, casi trivial, otorgarle la etiqueta que
Cervantes asignó a otra novela española: “el mejor libro del mundo”. Así
lo saludan ya en nuestro milenio encuestas de The New York Times y EL PAÍS, el Club del Libro noruego o The Guardian, avalados por escritores y críticos del máximo prestigio
Cuál es la clave de tan buena estrella
no creo que nadie pueda averiguarlo con certeza. El aprecio para una
obra de ficción lo consigue el autor con procedimientos literarios, pero
la regla general es que el lector no lo conceda por razones literarias,
sino, digamos, humanas, del mismo género de las que lo mueven a estimar
otras realidades no literarias. Quizá va por ahí la pista más segura
para explicar la fortuna universal del Quijote: la fascinación
que produce la figura del protagonista (con la silueta de Cervantes al
trasluz), siempre radicalmente inverosímil y absolutamente natural.
Según la temprana descripción de Guillén de Castro, el héroe despierta
inevitable e inseparablemente “lástima y amistad”. El caballero andante
loco, desaforado, grotesco, y el Alonso Quijano lúcido, sensato e
irreprochable, suscitan idéntica simpatía, y el deleite que provoca la
novela consiste notablemente en el ir y venir del uno al otro, entre las
acciones nacidas de la locura y las palabras inspiradas por la lucidez.
Otro tanto cabría decir de Sancho, y también glosarlo indefinidamente.
El Quijote no ha conocido eclipses en su divulgación. La clave de su estrella no se sabe a ciencia ciertae el Quijote es muchas cosas, que cada época ha valorado en
diversa medida. El lector moderno tal vez se impacienta con la novelita
pastoral de Cardenio, pero no otro fue el episodio que Shakespeare se
complació en escenificar en un drama ¿perdido? No obstante, por encima
de contener todas las posibilidades de la futura narrativa, es en primer
término una historia cómica, un libro que siempre se ha juzgado
enormemente divertido. No faltan la ironía y el gracejo apacible, pero
no nos engañemos: el suyo es principalmente un humor de sal gruesa, de slapstick,
bromas pesadas, garrotazo y tente tieso. En tal elementalidad, como de
dibujos animados, radica considerablemente la excepcional acogida que se
le ha dado a lo largo de cuatro siglos. Vale la pena recordar, con el
gran Leo Spitzer, que “en Europa Don Quijote es ante todo un libro para niños”.
En línea con esa comicidad primaria está la evidencia de que la
novela “es tan clara, que no hay cosa que dificultar en ella”, nada que
no se comprenda en seguida: “los niños la manosean, los mozos la leen,
los hombres la entienden y los viejos la celebran” (II, 3). El
testimonio de Sansón Carrasco parece convincente: si la obra de
Cervantes ha sido “tan trillada y tan leída y tan sabida
de todo género de gentes”, tiene que ser muy transparente y muy
sencilla. En la acción, ni raras enseñanzas ni mensajes trascendentes.
Las moralejas y las disquisiciones teóricas son uniformemente las de un
sentido común que nadie en sus cabales puede rechazar y a nadie
disgustar.
Et pourtant... Sin embargo, en ningún otro libro se ha hallado, como
apuntaba Ortega, “tan grande poder de alusiones simbólicas al sentido de
la vida”. Conviene aquí tener presente que el Quijote es un texto y es
un mito, independiente del texto, no sujeto a él, y que hoy resulta casi
imposible abordarlo sin falsillas previas. Las más pertinaces las fijó
el romanticismo alemán: el tema de la obra, definía Schelling, es “la
lucha de lo real con lo ideal”. ¿Por qué no? A mí me gusta lucubrar que El Quijote
ilustra en grado soberano un aspecto esencial de la condición humana:
vivir contándonos a todo propósito historias sobre nosotros mismos que
se enfrentan con las limitaciones y condicionamientos de las
circunstancias. Refútelo quien quiera. Porque, como fuere, la invitación
a ir más allá de la letra, y aun a postergarla, forma parte de la
grandeza y la vigencia del Quijote.