martes, 31 de octubre de 2017

"El Diablo cojuelo". Novela de 1641.

 Por Ramón Fernández Palmeral

Hace unos día tomé de mi biblioteca un ejemplar del El Diablo cojuelo del escritor sevillano Luis Vélez de Guevara (Écija, 26 de agosto de 1578), una edición de Cátedra de 1984, al cuidado del profesor Enrique Rodríguez Cepeda (Palencia, 1939), en cuya introducción leo en la página 17 lo siguiente: “…se trata de una visión política de la vida española actual (1640,clave de la decadencia, independencia de Portugal y revuelta de Cataluña, fin de Olivares [Conde duque de Olivares, Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar], etc., etc.,”.  Aunque lo que dice Enrique Rodríguez no es del todo cierto, porque la revueltas de Portugal se inician en 1640, y 28 años después en 1668, consiguió la independencia en el reinado de Carlos II.
La primera edición de El Diablo cojuelo es de la imprenta del librero del rey Alfonso Pérez, de Madrid de 1641, bajo el mecenazgo de Rodrigo Sandoval, de Silva y de Mendoza, Duque de Pastrana (hijo de la princesa de Éboli y del porgugués Ruy Gómez de Silva). Tuvo la novela tal éxito que se realizaron tres impresiones diferentes y otra en Barcelona, en 1646 de la imprenta de Sebastián de Cormellas Mercader a quien no le importó hace una edición, a pesar de que el 17 de enero de 1641, Pau Claris i Casademunt había proclamado la República Catalana, canónigo de la Seu de Urgel y Presidente de la Diputación del General de Cataluña. Seis días después, el 23 de enero decide entregar, la incipiente república, al rey Luis XIII de Francia, coronadolo como Conde de Barcelona, poniendo así el Principado de Cataluña bajo la soberanía del país galo, enemigo de España. Lo cual demostraba el odio catalán por España.
Entre la intertextualidad del Diablo cojuelo y Cataluña actual viene a cuento, porque pareciera que después de 366 años transcurridos hasta nuestros días, la miserias y puñadas traperas continúan en esta España
El 7 de junio de 1640, fiesta del Corpus, rebeldes catalanes mezclados con segadores que habían acudido a la ciudad para ser contratados para la cosecha, entran en Barcelona y estalla la rebelión de los segadores. Con el asesinato del noble catalán, virrey de Cataluña, Dalmau Queralt, Conde de Santa Coloma. Después, el 26 de enero 1641, un ejército franco-catalán derrotó al ejército español en la conocida batalla de Montjuit, debido a que Felipe IV tenía al ejército en Portugal.
Y como la historia se repite, por haberse proclamado por los parlamentarios independentistas catalanes, bajo voto secreto, el 27 de octubre de 2017 la República ilegal de Cataluña, me ha interesado leer El Diablo cojuelo, para ambientarme de la época decadente española del siglo XVII.  Porque esta novela de ficción y crítica social, con gran sentido del humor se divide en trancos o saltos y no en capítulos, como era lo usual, para llevarlos en volandas por la miserias de España. No habla Luis Vélez de Guevara de la situación política y decadencia, en la cual el rey Luis XIII de Francia había declarado la guerra a España. Felipe IV llevó a la frontera con Cataluña a un ejército, pero los catalanes no aceptaron dar alojamiento ni alimentos a las tropas del Conde-Duque de Olivares. El Borbón Luis XIII, era ya Conde de Barcelona con el nombre de Luis I desde 1641 a 1643.
La novela de El Diablo cojuelo, no nos habla de los sucesos de Barcelona, porque evidentemente, el autor no tenía acceso a estas noticias históricas. Pero sí nos habla de la sociedad de la época decadente, porque en el fondo es una novela de sátiras social, más que picaresca. En ella, un estudiante, don Cleofás Leandro Pérez Zam­bullo, escapando de la justicia por los te­jados de la corte de Madrid, a causa de una aventura con doña Tomasa de Bitigudiño (doncella chanflona o grosera por no decir licenciosa), va a caer en la buhardilla de un astró­logo, aquí en el desván encuentra una redoma (vasija de vidrio), que a modo de lámpara maravillosa como la de Aladino cuando saca de ella al Mago; y Don Cleofás saca de la redoma a un pequeño diablo y sabio por ser diablo y cojo, y un ángel caído en desgracia. Desconocemos si el autor describe al diablo cojo para burlarse de la cojera del autor de “El Buscón”, don Francisco de Quevedo, al que Luis Vélez de Guerra admiraba, sin duda alguna.
El estudiante Don Cleofás, homónimo uno de los discípulos a quien Jesucristo una vez resucitado se aparece en la localidad de Emaús (Lucas, 24,18), viaja jundo al diablejo, que, agradecido por haberle sacado del interior de la redoma, le lleva, volando, a lo alto de la torre de San Salvador, la más alta de Madrid, desde donde, levantando la tapadera de los tejados (ver el dibujo de Goñi,1960), le muestra las miserias, trapacerías y engaños de sus habitantes. Entre la intertextualidad del Diablo cojuelo y Cataluña actual viene a cuento, porque pareciera que después de 366 años transcurridos hasta nuestros días, la miserias y puñadas traperas continúan en esta España constitucional vapuleada por un separatismo catalán sin sentido. Porque en realidad la envidia no mira ociosa mientras nosotros nos lanceamos con odios y resentimientos ancestrales. @mundiario

domingo, 29 de octubre de 2017

“La mujer del Amadorio” una novela negra fuera de lo común, comentado por Pilar Galán





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El marco que ha elegido el escritor Ramón Fernández Palmeral (bajo el seudónimo de Harry el expicoleto) para situar esta novela de intriga ha sido la Costa Blanca, y esto es algo que en un  principio nos puede sorprender por lo insólito y original. Editadopor Amazon venta online.
El pueblo de Villajoyosa de Alicante, conocida como la cuidad de la Luz, va a ser el lugar para ubicar esta novela negra, que como su nombre indica, es un género novelístico donde el lado más oscuro, la niebla y la bruma imperan en toda su plenitud, por lo que situar esta novela en la Costa Blanca ya supone un giro novedoso en este género.
El escritor va a dar vida a un investigador privado, el expicoleto Harry, antiguo guardia civil, que encarna la figura del antihéroe por su aspecto poco agraciado, en tratamiento psiquiátrico como consecuencia del tiempo que sirvió  en el País Vasco, aficionado a los porros y al alcohol, pero dotado del más fino olfato detectivesco, que le llevará a ser muy brillante en el ejercicio de su profesión.
El autor nos va introduciendo con gran maestría y una imaginación prodigiosa en los entresijos de un mundo, el de la investigación criminal, que él conoce a la perfección y que le llevan a recrear unas situaciones llenas de misterio  e intriga que son el resultado de la fascinación que él siente por todo lo policiaco,  a la vez que nos va haciendo partícipes de los distintos pasos que se llevan a cabo para resolver un crimen.
La historia narra la investigación de la muerte  de una joven que aparece ahogada, flotando sobre las aguas del embalse del Amadorio en Villajoyosa y rodeada de unos símbolos exotéricos, que llevan al detective  a tratar de descifrar este misterioso asesinato, para su investigación va recabando información en numerosos  lugares e interrogando a diversas personas para que le ayuden en sus averiguaciones, como son una periodista, una fulana de lujo y hasta un fraile experto en plantas autóctonas.
La trama que se va desarrollando nos atrapa desde primer momento de la lectura, ya que las situaciones que  se van sucediendo hacen referencia a lugares muy conocidos de la ciudad de Alicante que es donde  vive el detective Harry,  así como de toda su provincia.
Hay que destacar la originalidad de cómo los capítulos llevan los nombres de las cartas del tarot. Así tenemos: la muerte, el carro, la estrella, el loco  y a cada carta la hace corresponder con un personaje de la historia según el arcano que represente, de este modo nos va presentando  al abogado Ridruejo, a su amiga Claudia, a la cabo primero Marta y a un sin fin de personajes.
Es de destacar, que nos encontramos no sólo ante una novela negra o policiaca sino que esta historia es una evocación de los terribles días en que la ETA golpeaba con dureza a unas víctimas inocentes y como los guardias civiles  dieron  generosamente su vida por perseguir a sus asesinos, sufriendo en sus carnes unos estigmas que perdurarán durante toda su vida.
Claro ejemplo lo tenemos en nuestro protagonista el expicoleto Harry, que todavía padece crisis de pánico, angustia y depresiones como consecuencia del llamado “Síndrome del Norte”.
También en esta novela afloran las pasiones amorosas y eróticas de unos personajes profundamente  humanos, para dar un tinte sentimental y real a la historia, en medio de ese torbellino de peripecias que se van sucediendo a lo largo de la novela, donde no falta de nada, y hasta se nos describe con una agilidad cinematográfica como unos matones persiguen al protagonista a lo largo de un muelle en el puerto alicantino.
El autor como buen conocedor del mundo del Arte y de las letras deja afluir sus conocimientos sobre la pintura,  para buscar la clave del asesinato de la joven Melanie, la cual  aparece ahogada rodeada de unas hermosas flores de colores,  al igual que la hermosa joven que aparece en  el cuadro de un conocido pintor inglés. El desenlace totalmente inesperado no nos dejará impasibles, pues el autor también tiene un guiño para las nuevas tecnologías que serán la clave para resolver el enigma.
La mujer del Amadorio confirma plenamente la destreza narrativa de Ramón Fernández Palmeral, avalada por una serie de novelas históricas y autobiográficas, junto con un sin fin de ensayos y artículos de divulgación que ponen de manifiesto su virtuosismo a la hora de narrar.

Pilar Galán García 
Escritora y poeta

En realidad en como el guión de una película.

viernes, 27 de octubre de 2017

IV Congreso Internacional Azorín en la modernidad literaria. 26 de octubre en Aula de la CAM

                          (José Ferrándiz Lozano, Renata Londero y Cecilio Alonso. Aula de la CAM

(José Ferrándiz Lozano)
(Cecilio Alonso)
                                                    (Ramón Palmeral, y Pedro Ignacio López García)
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II Jornada del dia 26 por la tarde. Aula de la CAM, Dr. Gadea 1, Alicante)

18.30 h.
Presidenta de la mesa: Sr. Renata Londero (Universidad de Udine).
Conferencia de Cecilio Alonso (UNED)
Ponencia:  "Mercurio. Semanario sin dogmas. Desidencias Intelectuales".

19.00 h.
Dr. José Ferrándiz Lozano (Director del IAC Juan Gil-Albert)
Ponencia:"Azorín. dos romanticos con pelo largo a en la ruta de Don Quijote".

19.30
Coloquio con rueda de preguntas del público.


miércoles, 25 de octubre de 2017

Pablo Sandoval, Miguel Valor y Ramón Palmeral en el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert.

Participantes en la inauguración del IV Concrego Internacional Azorín, e n la modernidad literaria. 24 de octubre de 2017


Inauguración del IV Congreso Internacional Azorín en la modernidad literaria

José Martínez Ruiz “Azorín”, es el escritor más relevantes de Alicante, nacido en Monóvar, un pueblo del Valle del Vinalopó, en 1873, del que se han organizado cuatro congresos, con el presente, y a pesar de los estudios que se han realizado, siempre nos sorprenden sus lecturas y hallamos alguna serendipia. Ahora en 2017, aprovechando los cincuenta años de su muerte, ocurrida en Madrid el 2 de marzo de 1967, la Diputación de Alicante, a través de sus Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, junto al Centro de estudios Literarios Iberoamericanos Mario Benedetti y la Fundación Caja Mediterráneo con la colaboración de Ayuntamiento de Monóvar han organizado el I Congreso Internacional, “Azorín en la modernidad literaria”. Cuya dirección académica corresponde al Sr. Miguel Ángel Lozano (Universidad de Alicante) y Dr. José Ferrándiz Lozano (Director del IAC Juan Gil Albert)

A las 11.15 horas del 25 de octubre en el aula de el IAC Juan-Gil Albert de la casa Bardín de Alicante, y con la asistencia del vicepresidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Miguel Valor. El vicerrector de Cultura, Deportes y Política Lingüística de la Universidad de Alicante (UA), Carles Cortés, alcalde de Monóvar Natxo Vidal y  Presidente de la diputación Cesar Sánchez, y presentados por José Ferrándiz Lozano se inició la apertura del congreso, con la asistencia de numeroso público y participantes entre ellos César Augusto Asencio diputado de Cultura, y Pablo Sandoval, asesor de la presidencia, Cecilio Alonso, José Agustín Gilabert, José Payá, director de la casa Museo de Azorín en Monóvar, Miguel Ángel Lozano, Juana María Balsalobre…

Dado por finalizada el acto oficial de la apertura del congreso, José Ferrándiz presentó al primer ponente Juan Manuel Bonet (actual director del Instituto Cervantes) y de un amplio currículo tanto literario como en las artes, que tuvo el honor de abrir el congreso. Durante una hora entre las 11.45 y las 12.45, disertó sobre la vida y obra de Azorín, con un dominio absoluto del tema preparado, que ilustró con diapositivas, finalizando con los retratos dedicados a Azorín como el de Sorolla, Zuloaga, Genaro Lahuerta López, y algunos apuntes de otros artistas.  Tras su ponencia finalizó los actos académicos en el salón de actos del IAC Juan Gil Albert, los asistentes  se desplazaron a ver la exposición “Azorín, la fama póstuma”, en la sala de exposiciones de la Diputación de  Alicante.

El congreso abarca tres días, los días 25,16 y 27 entre Alicante y Monóvar, cuyo acto cerrará la hispanista norteamericana Robert Johnson (Universidad de Kansas, con la ponencia “Lo que aprendió la exiliada María Zambrazo en Azorín”. Para los no avezados en filosofía, con comento que María Zambrano nació en Vélez-Málaga en 1904, alumna de Javier Zubiri, republicana por convicción, amiga de Miguel Hernández colaboró con la revista “Hora de España” en Valencia durante la guerra civil, y finalizada la guerra estuvo exiliada en Nueva York, La Habana y México. Premio príncipe de Asturias y Cervantes, falleció en 1991.
También se ha previsto un homenaje en el panteón donde reposan los restos mortales de Azorín, en el cementerio municipal de Monóvar desde 1990, que fueron traídos desde Madrid.

La figura literaria de Azorín es inconmensurable, por sus libro y artículos sobre todo los relacionadas con Cervantes y el Quijote del que se cuentan cerca de 400 artículos, novelas vanguardistas con la Voluntad, periodista parlamentario, reseñas literarias de los clásicos,  crónicas de cine,  cinco veces diputado a Cortes, tres viajes a París, autor teatral, innovador del lenguaje y maestro del estilo periodístico actual, mas su difícil periodo de articulista en el régimen franquista, quien había regresado a España después de su exilio en París (1936-1939), gracias a la protección que le ofreció Ramón Serra Suñer, el cuñado de Franco, cuando ejercía de Ministro del Interior, y después de Asuntos Exteriores.

Ramón Fernández Palmeral autor de “Cincuentenario de la muerte de Azorín” en Amazon (ventas on-line).

Presentación del libro “Hablan los Poetas. Confluencia de las artes”.



                                                  

La asociación “Espejo de Alicante” EDA, es un engranaje de cultura perfectamente engrasado, que se refleja como ninguna otra asociación sobre el mar de Alicante, sobre el Benacantil, su ciudad luminosa, y su provincia con una fuerza de huracán que podría llamarse “Consuelo”, como les gusta a los meteorólogos nombrar a los ciclones que se forman en medio el océano Atlántico.
Pero “Espejo de Alicante” es mucho más, es un equipo directivo que no voy a nominar porque es largo, y me puedo dejar algún nombre olvidado, pero también son importantes su amplio abanico de socios artistas y poetas de todas la especialidades, inspirados por el dios Apolo, patrón de la bellas artes y de la música, que alcanza el vertiginoso número de cerca de 500 socios, que, para ser una ciudad mediana por el número de sus habitantes como es Alicante (“Patinadora del sol” como dijera un poeta), supone un número violeta importante.
Ayer tarde 24 de octubre, metido en un otoño huraño de lluvias, que no se entera de que ya debe empezar a ordeñar nubes, se presentó en la sala Miguel Hernández de la Sede de la Universidad de Alicante (Canalejas), el libro confluencia de las artes “Hablan los poetas”, y que, como escribe la directora Consuelo Giner Tormo, en el prólogo, son ya siete ediciones de una iniciativa editorial envidiable, porque tiene una muy cuidada presentación y calidad de papel satinado, que puede, además de poemas, mostrar a todo color ilustraciones de los diferentes artistas de Espejo que los hay mucho y muy buenos.
Entrando en materia de la presentación del libro “Hablan los Poetas”, he de deciros que la sala Miguel Hernández  quedó pequeña, hemos de tener en cuenta que la Sede de la Universidad es un edificio antiguo rehabilitado en la calle Ramón y Cajal, 4 y por lo tanto, sus dos auditorios son salones rehabilitados. Y este apreciación viene a cuento, porque todos los asientos, uno cien estaban  ocupados, y el resto del público de pie. Es decir, de un lleno absoluto y apretado. El reportero de este artículo tuvo la suerte de haberle reservado un asiento, en la cabecera junto a la presidenta.
La presentación de este maravilloso libro, que es un joya propia de colección para artistas y bibliógrafos, se inició a las 20.20 horas por la presidenta Consuelo Giner que dio la bienvenida a todos los asistente y anunció en qué iba a consistir el acto: presentación del libro, actuación del rapsoda y actor Fran Trovador y el nombramiento de los socios de honor del año 2017, y cierro con una actuación de la coral La Esperanza más un vino de honor con epílogo a esta magnífica presentación.
La intervención de Fran Trovador he de decir que, a pesar de durar media hora, me pareció corta, pues además de su voz forjada en los escenarios del teatro, puso alma y emoción al recitar varios poemas entre ellos de Gabriel Celaya, poemas del libro “Hablan los Poetas”, y es de destacar la interpretación del difícil poema de Miguel Hernández como es “Llamo a los poetas”. Poema que el autor de “Perito en lunas” publicó en libro “El hombre acecha”, Valencia, 1939, en una edición se fue secuestrada.
Seguidamente, la presidenta Consuelo Giner, subió al estrado, y en el atril tomó voz en el micrófono (de mágica resonancia) y fue anunciando a los cuatro galardonados como “Socios de honor de Espejo de Alicante” por sus muchos méritos y a la vez han entregado horas de sueño en bien de  las diferentes actividades de la Asociación. Entre los que figuran: Rita Quinto Molina: Vicepresidenta, poeta, actriz y socia de EDA. Elena de la Romana: Escultora, vocal y socia de EDA. Manuel Molina Mas Calabuig: Pintor artístico y socio de EDA. Manuel Iturralde Nadal: Maestro de música.
Para inmortalizar el acto estuvo Antonio Pérez “Franchi”, secretario y gran fotógrafo que supo capturar cada instante y cada gesto con su acostumbrada gracia y profesionalidad.

Datos del libro “Hablan los petas. Confluencia de las artes.
En el prólogo la presidente no se olvida de nombrar  a los patrocinadores que son la Diputación de Alicante, Colegio oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y letras y Ciencia, a la Fundación Alió, vinos de Alicante Bocopa, Asociación Cultural  MinervAtenea. El libro consta de 280 páginas, en cuya edición ha colaborado un comité formado por Consuelo Giner Tormo, Francisco Miguel Birló Carbonell, José Antonio Asensio Florentino y Pilar López Mompó. La cubierta es una ilustración del afamado pintor y decano de las artes alicantinos Juan Manuel Américo Asín. Han colaborado 115 creadores. Con ISBN: 978-84-945172-3-5 y su depósito legal, impreso por RGV PRINT SERVIGRAF SL de Alicante.
Mi enhorabuena por la iniciativa, y desear que el próximo libro tenga la misma calidad que este.

Ramón Palmeral
Alicante 24 de octubre 2017
Sede de la Universidad de Alicante

miércoles, 18 de octubre de 2017

El peligro de remitir originales a los premios de novela. Camilo J. Cela, plagio un obra de Carmen Formoso, que le facilitó Planeta

La cruz de San Andrés, un plagio innecesario de Camilo José Cela

La Editorial de Lara le quiso dar los 50 millones del Premio Planeta a Cela. El escritor no tenía novela y Planeta le facilitó un texto para que escribiese la novela: un plagio.
Camilo José Cela.
Camilo José Cela.
El 18 de octubre de 1983 Cela, en la presentación de “Mazurca para dos muertos”, que había tardado diez años en escribir, declaró:
– Ahora que estoy cachondo, igual sigo escribiendo.
A partir de aquí don Camilo no paró. En 1987 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias. El 1º de octubre de 1988 Seix Barral publica la 1ªedición de “Cristo versus Arizona” (otra novela sin capítulos, texto corrido desde la primera a última página sin puntos aparte), una novela al estilo Mazurca pero menos depurada. En octubre de 1989 recibe el Premio Nobel de Literatura. En 1994 gana los 50 millones del Premio Planeta con la novela, La cruz de San Andrés.

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Planeta había concedido el premio en 1993 a Mario Vargas Llosa. Parece ser que necesitaba un gran éxito de ventas en el premio de 1994. Por eso ofreció dárselo a Cela, pero él no aceptó por no tener novela escrita. Entonces varias fuerzas lo fueron presionando. Por un lado el editor Lara, su agente Carmen Balcells o su esposa Marina Castaño o también porque Cela necesitaba dinero por su caro divorcio. Planeta adelantó 600.000 dólares y Cela, presionado, empezó a escribir.
Desde el primer momento se sintió presionado y así lo refleja en la página 9 de la novela cuando dice que está escribiendo en rollos de papel de retrete, una mierda en el papel de rollo La Condesita. En la misma página se llama a si mismo Gladiador que va a morir y saluda al César (podría ser el editor Lara) con un corte de mangas, se ríe del César y tal vez de todos los lectores que leen la mierda recomendada por los editores que sólo buscan el beneficio.
En diversas partes se nota el Cela cabreado, cuando dice que tiene que terminar el relato antes del límite del 1º de septiembre (cuando las obras presentadas al premio tienen por límite el 30 de junio).
Entiendo que La cruz de San Andrés, un aspa roja que parece una tachadura, y es posible que don Camilo quisiese tachar de su fecunda obra (más de 45 libros editados muchas veces en todos los idiomas del mundo) esta cruz que ha tenido que soportar. Él conocía que los beneficios obtenidos, 50 kilos, no los disfrutaría por su elevada edad.
Don Camilo parece demostrar que no le gustaba nada lo que estaba haciendo mientras escribía una obra que no era idea suya. La editorial le facilita una obra rechazada, pero presentada ese año al Planeta por una coruñesa Carmen Formoso, titulada Carmen, Carmiña, Carmela.
Cela escribe como si fuese una mujer, pero tiene varios errores. En el texto alguna vez se muestra como hombre, otra vez cometa faltas que no parecen suyas. La 1ª edición es en octubre de 1994. Carmen Formoso la compra en A Coruña y se asombra al comprobar que es su historia vital, reconociéndose ella y su familia en la novela presentada al Planeta. En algunos casos repasa el texto suyo enviado y comprueba que son los mismos  argumentos. Los presenta a catedráticos de literatura que confirman el hecho.
Su hijo, abogado, presenta una demanda contra Cela y Planeta en el año 1999. Es admitida y pasa por distintos procesos, pero Cela y Lara son muy poderosos y el litigio sigue. Camilo José Cela muere y al final se desestima la demanda.
Carmen Formoso publica su novela Carmen, Carmiña, Carmela en el año 2000 y no recibe ningún apoyo de Planeta. No se puede negar que lleva la impronta de Cela. Don Camilo utiliza la trama, más o menos menor, para una vez desmontado en todas sus partes el argumento - cambiarle el nombre a los personajes, cambiar el principio por el final y rehacer toda la obra, aunque se escapasen algunas frases, detalles, diálogos plagiados por el nobel o, también se ha comentado, por un “negro”. Una obra que gusta a los amantes del estilo Cela, sucesos que vienen una y otra vez repetidos, apasionado. Se mezcla sexo, desilusión, muerte, en un ir y venir de principio a fin. Una obra muy al estilo Cela - cinco capítulos celianos, llena de historias enlazadas, donde Cela aprovecha para mostrar su desacuerdo con el escrito en rollo de papel de retrete de mierda. Una obra que no necesitaba.

domingo, 15 de octubre de 2017

Hecatombe, sobre la expulsión de los moriscos, de Eric Rogal

Eric Rogal

´La Historia es fría y árida; novelarla es ponerle sentimientos´

 03:04  
Eric Rogal
Eric Rogal Ferran Montenegro

Tras el pseudónimo literario está Enrique Rodríguez Galdeano, un profesor de Latín curtido en Valencia que ahora novela la expulsión de los moriscos en 1609 en «Hecatombe» (Vicent García Editores).

ALFONS GARCIA Define la expulsión como «gran tragedia valenciana». ¿Por encima de la Guerra de Sucesión y la Nueva Planta?
Está en otra dimensión. Política y culturalmente, la Guerra de Sucesión fue importante, claro, pero la expulsión afectó a 120.000 personas y me fijo más en esa tragedia humana que en las consecuencias políticas. He querido poner rostro a esa tragedia, porque la Historia es fría y árida, novelarla es aportarle sentimientos.

¿En la expulsión hubo una voluntad de perjuicio a Valencia?
El editor, Fernando Grau, entiende que pudo ser una maniobra del centro contra la periferia. Yo creo que era sobre todo una maniobra contra la nobleza y para fortalecer el poder absoluto del monarca.

¿El Patriarca, Juan de Ribera, cumplía solo órdenes del rey o fue el verdadero inspirador de la expulsión?
Creo que fue el ejecutor de un sentimiento generalizado en la sociedad valenciana. Ahora estoy trabajando sobre las Germanías para una novela y fue ya, 80 años antes, un movimiento también contra los musulmanes. Los odiaban por ser el gran apoyo de la nobleza y el rey se aprovechó de ello. Y a la Iglesia también le venía bien porque eran falsos conversos, así que Ribera lo que hizo fue cerrar los ojos a la tragedia humana.

Entonces, la tendencia a rehabilitar la figura del Patriarca, ¿no es correcta?
Al fin, cada uno es hijo y víctima de su tiempo. Nuestra perspectiva no es la misma hoy. En las Germanías, por ejemplo, hay varios casos de quema literal de homosexuales…

En su novela refleja la quema de un esclavo negro por un caso de zoofilia…
Es un hecho real que encontré en el Archivo del Reino durante mi tesis doctoral. Incluso se discutió luego si tenían que quemar también a la burra. Ya ve.

¿Uno de sus objetivos es entonces evitar que mitifiquemos el pasado?
Sí. He querido llegar a las personas anónimas de la Historia, porque la vemos siempre con nombres de altos personajes.

¿Alguna teoría sobre el éxito de la novela histórica?
A la gente le gusta conocer el pasado, pero en sus entresijos, con el morbo de conocer los sentimientos y las pasiones, la otra crónica. Quienes novelamos la Historia buscamos satisfacer ese apetito por saber la vida corriente y sentimental de los antepasados.

Aunque no toda novela histórica va cargada de Historia, ¿no?
Sí. El mismo Ken Follett ambienta muy bien y admiro su gran capacidad de trasladarnos a la época, pero lo demás es pura fantasía. Su mundo es intemporal, no pertenece ni a un país ni a una sociedad concreta. Y El código Da Vinci, otro tanto, mezclado además con lo policiaco y lo religioso. Pérez-Reverte también es intemporal; su escenografía es muy buena, pero…

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Otra novela sobre moriscos de "El rey de los moriscos" de Ramón Fernández Palmeral.