domingo, 24 de febrero de 2019

Vicente Ramos, Centeranio,. Diputado a Cortes entre 1982-1986



Vicente Ramos perteneció al partido político de Unión Valenciana, del que era presidente por Alicante, estuvo como parlamentario en el Congreso entre 1982 a 1986, consideraba que Unión Valenciana no debía ser un partido nacionalista valenciano, porque la nación era España (En coalición con Alianza Popular de Valencia presidida por Manuel Giner). Unión valencia, según sus estatutos nació para defenderse del pantacatalanismo, con cultura propia valenciana.
 De hecho cuando se dio cuenta que desde Valencia el presidente de Unión Valenciana que rea Miguel Ramón Izquierdo)  le presionaban para que así fuera, dimitió de Unión Valenciana en junio de 1984 (mitad de la legislatura) y pasó al Grupo Mixto, junto a Santiago  Carrillo y Juan María Bandrés, aunque en su votaciones apoyaba a Alianza Popular de Fraga Iribarne. 
Vicente siempre luchó contra el pantacatalanismo (unidad de  Cataluña, reino de Valencia, Baleares y Roselló y parte de Aragón). Luchó por Valencia y el valenciano como lengua propia, no dialecto del catalán.   
Vicente Ramos intentó formar un partido alicantino con su alicantinismo Unión Provincial Alicantina, pero fracasó.
 Pienso que Ramos no se dio cuenta que existían un error en la denominación de la Comunidad Valenciana, que para ser integradora de la tres provincias, se debió llamar Comunidad Levantina. Leer un artículo de Ramón Palmeral donde expone las razones:

viernes, 22 de febrero de 2019

Presentación del libro “Camino entre versos” de Juan A. Urbano, Casino Mediterráneo 20 de febrero a las 19.30 horas.



Presentación del libro “Camino entre versos” de Juan A. Urbano, Casino Mediterráneo 20 de febrero a las 19.30 horas.


     Buenas tardes y gracias  a todos por venir a acompañar a este gran poeta que es Juan Antonio Urbano, también quiero felicitar a Consuelo Giner por su magnífico prólogo del libro, a José Antonio López Vizcaíno gestor de la prestigiosa editorial ECU, y como no al pintor y destacado acuarelista Ángel Gerada que es autor del cuadro de la portada del libro, compañero de batallas pictóricas.
     Es un honor para mí haber sido invitado a escribir el segundo prólogo de este poemario “Camino entre versos» que esta tarde inicia su camino, que como dijera Antonio Machado (que el próximo 22  hará 80 años de su muerte)  «Caminante no hay caminos se hace camino al andar». Mi prólogo lo he titulado «Caminos, versos y poesía» no lo voy a leer, para qué si ya está publicado, quien quiera que compre el libro, este excelente poemario del poeta y amigo Urbano, que era hasta ahora un diamante oculto, que ve la luz. Además yo escribí una crónica que está en mi columna de Mundiario.
    Os voy a hablar sobre la creación poética que es de lo que me gusta, porque es que leer me aburre. Bien, todo lo que se escribe en forma  de verso no es poesía, puede ser un cuento, una canción o un romance versificado, e incluso rimado, pero no es poesía, porque  la poesía consiste en el arte de retorcer palabras hasta convertirlas en espejos de versos y sentimientos, es esencia de una expresión íntima y personal.
    La poesía se escribe como desahogo propio como hiciera Vicente Ramos en sus Elegías de Guadalest, o Miguel Hernández en  Elegía a Ramón Sijé. O Quevedo, un recuerdo para nuestro amigo Luis Quesada q.e.p.d. que era conceptista. Y como la poesía es un desahogo personal del interior al exterior haciendo uso del arte de la palabra y de las figuras retórica o estilísticas (metáforas, hipérbaton, hipérbole, sinestesias, sinécdoques etc, etc…) que en Gramática existe, puede darse el caso de que algunos poemas no se entiendas muy bien, entonces, el problema es del lector, porque no sabe leerlas, ya que las poesía no hay que entenderla sino que hay que sentirla.
    Cuando en la primavera del año pasado Urbano me pidió que le escribiera un prólogo yo le respondí no me encontraba muy bien, recién operado de la rodilla, días después le llamé y le dije que me mandara un borrador del poemario, y menuda sorpresa me llevé al leerlo, y me pasé dos o tres meses leyéndolas y releyéndolas y disfrutado en mi convalecencia, porque lo tuve todo ese tiempo como libro de cabecera,  hasta que encontré la inspiración para escribir el prólogo.
     Y ya para terminar. No voy a describir el libro «Camino entre versos» porque ya lo hizo muy bien Consuelo Giner, y para eso está aquí el autor. Y como la tarde es larga y hay recital por oír, a mí únicamente me queda darle la enhorabuena a Urbano, y gracias por hacernos este regalo de buena poesía a los lectores y espero que sigas por el camino de la creación poética, y, sigas  deleitándonos con tu cosmovisión poética.

Ramón Palmeral
22 de febrero de 2019.
Casino Mediterráneo


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Video de participantes en el recital de "Camino entre versos"

jueves, 21 de febrero de 2019

80º Aniversario de la muerte en el exilio de Antonio Machado



 80º Aniversario de la muerte en el exilio de Antonio Machado

Antonio Machado, es uno de los tres poetas llamados del sacrifico, junto a García Lorca y Miguel Hernández, murió en el exilio un miércoles de ceniza a  las tres y media del tarde del 22 de febrero de 1939, tenía 64 años, y además de las penalidades del vieja de huida de los Nacionales, era un gran fumador. Su madre que le acompañaba cumplió la promesa de sobrevivir a su hijo predilecto, y tres días después con 85 años,  el 25 de febrero, murió,ambos están enterrados en la misma tumba del cementerio francés del pueblo de Colliure.
Aquel verso póstumo, su últimos versos: «Estos días azules y este sol de la infancia», recuerdan «Retrato» 1906 que dice «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,y un huerto claro donde madura el limonero;…».  La estrofa final de «Retrato»:

    Y cuando llegue el día del último viaje,
    y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
    me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
    casi desnudo, como los hijos de la mar.


   Son los versos de su epitafio escrito en un azulejo al pie de su tumba donde siempre ondea una bandera republicana y claveles: rojos, amarillos y morados.
   Había la frontera francesa en condiciones espantosas, junto a miles y miles de personas, bajo la metralla de aviones alemanes e italianos matando a gente inocente mientras huía. La mañana del 28 de enero de 1939 los Machados llegan exhaustos al pueblo costero de Colliure. El ferroviario Jacques Baills les recomienda, por su economía, hospedarse el hotel Bougnol-Quintana, cuyos duelos eran afines a la República. Caminan bajo la gélida lluvia y el silbido a del últimas balas perdidas de la guerra. El escritor Corpus Barga porta en brazos a doña Ana Ruiz Hernández, quien pregunta si quedaba poco para llegar a Sevilla. 20 días después fallece en el Hotel Quintana, en cuya fotografía se aprecia que está cubierto por una bandera republicana.
   Perdida la batalla del Ebro y la entrada de los Nacionales en Cataluña, salieron Machado y su madre junto a unos amigos  de Barcelona para la frontera de Francia en un vehículo de la Dirección de Sanidad (ambulancia) conseguido por el doctor Puche, les acompañan, entre otros amigos, el filósofo Xirau, el filólogo Tomas Navarro Tomás, que hiciera el prólogo de Viento del pueblo, 1937, a Miguel Hernández)  y el novelista Corpus Barga y una interminable caravana de cientos de miles de republicanos  huyendo de su patria. Tras una última noche en suelo español, en Viladasense (Gerona), las cuarenta personas que componían salieron para un exilio. Apenas a medio kilómetro de la frontera con Francia, tuvieron que abandonar los coches de Sanidad, embotellados en el colapso de la huida.
    Allí quedaron también sus maletas y un montón de cartas de su amor platónico Guiomar (Pilar de Valderrama) le pusieron este nombre en clave, en recuerdo otra Guiomar de Castañeda que fuera la mujer del poeta Jorge Manrique, el  autor  de las «Coplas de la muerte de su padre» Rodrigo Manrique.  La  Aduana francesa, fue salvada, gracias a las gestiones de Corpus Barga (que disponía de un permiso de residencia en Francia) pudieron superar.     
    Unos coches les llevaron hasta la estación ferroviaria de Cerbère, donde gracias a las influencias de Xirau se les permitió pasar la noche en un vagón estacionado en vía muerta como si fueran sacos de harina o de patatas.
    Pienso que los restos mortales de Antonio Machado y de su madre, deben permanecer en Francia, porque en España, actualmente, no se dan las condiciones políticas requridas, para que venga a Soria, junto a su mujer Leonor Izquierdo Cuevas, fallecida el 1 de agosto de 1912 a los dieciocho años de edad. Quizá deban seguir en tierras napoleónicas como escarnio y recuerdo de una etapa de guerra civil que no debe  repetir jamás.

martes, 19 de febrero de 2019

Libros a la venta en Amazon de Ramón Fernández Palmeral


Libros de Ramón Fernández Palmeral  publicado sen LULU y en AMAZON, venta on-line

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