miércoles, 6 de abril de 2016

"Cervantes recaudador en Vélez-Málaga" Por Ramón Fernández Palmeral. Articulo de 2005

Casa en Vélez-Málaga donde se alojo Cervantes)

Se cree que Miguel de Cervantes Saavedra fue  recaudador real en Vélez Málaga, capital de la Axarquía en el otoño de 1594,  y así lo reconocen y cree hoy día dicho Ayuntamiento, donde existe la denominada Casa de Cervantes, antigua posada con portal de piedra.
    El Diario Sur de Málaga recojo la siguiente noticia:
«El Ayuntamiento de Vélez-Málaga editará con motivo del IV Centenario de 'El Quijote' más de 10.000 ejemplares de un cuadernillo en el que se incluirá una carta de Miguel de Cervantes escrita en Vélez y dirigida al Rey, relacionada con su trabajo como recaudador.»
La carta, fechada en noviembre 1596, «es una prueba documental de la presencia de Cervantes en el municipio de Vélez-Málaga», según declaró ayer en rueda de prensa el alcalde Antonio Souvirón».
    En la puerta del Palacio de Beniel hay una escultura sentada de bronce de Cervantes sentado y leyendo un libro. Cervantes viajó en lo que fue el Reino nazarí de Granada (Granada, Málaga y Almería hasta 1492),  donde conoció la fama de los vinos dulces de la comarca de la Axarquía. En el capítulo VIII, de la I parte, el narrador dice:
«Con esta licencia se acomodó Sancho lo mejor que pudo sobre su jumento, y sacando de las alforjas... y de cuando en cuando empinaba la nota con tanto gusto, que le pudiera envidiar el más regalo bodeguero de Málaga».
     Don Diego Clemencín comentó que no entendía a qué venía nombrar los vinos de Málaga [por Cervantes] con todos los célebres que había en España:  «o que no eran de su gusto como los otros», apunta en murciano un poco celoso por los no mencionados vinos de Jumilla.  Lo cierto es que  nombró estos caldos para gloria de la denominación de origen, aunque también es verdad que estos vinos dulces moscateles son para postres, aunque en aquellas tierras alegres del Sur se celebran y beben con las migas como si fueran  tintos o blancos.
     Además, Cervantes nombra topónimos e historias que no pueden ser inventadas, y es lo que voy a intentar demostrar. Como cuando nombra los Percheles de Málaga (arrabal al margen derecho del río Guadalmedina, a extramuros de la ciudad hispano-árabe)  en el capítulo III, de la I Parte, y cuenta las aventuras que había corrido aquel ventero socarrón, donde fue a armarse caballero Don Quijote.
     La Axarquía de finales del S. XVI, en tiempos de Cervantes, estaba dividida en dos tahas o distritos: al Este Bentomiz con centro en el castillo del mismo nombre sobre un cerro en la localidad de Arenas y que antes fue poblado ibérico y fenicio. Y la parte Oeste que es la propia de la Axarquía reconquista por los Reyes Católicos. Ambas pertenecían al obispado de Vélez-Málaga.  Muchos años estuvo despoblada por la salida de moriscos hacia Berbería, y el miedo de los repobladores que venían, generalmente desde Córdoba, a las incursiones berberiscas, de  ahí la necesidad de fortificar la costa con torres y castillos en tiempos de Felipe II.
      Vélez-Málaga, bajo la protección de Sierra Tejea o Tejada, capital de la Axarquía tiene el honor de ser nombrada TRES veces en el Quijote, y  la nombra al final del capítulo XLI de la I Parte, titulado: DONDE TODAVÍA PROSIGUE EL CAUTIVO SU SUCESO.
     La primera cita:
     “-¡Gracias sean dadas a Dios, señores, que a tan buena parte nos ha conducido! Porque, si yo no me engaño la tierra que pisamos es la de Vélez Málaga...” [Que está como logotipo de la ciudad en todos los catálogos y citas de este  Ayuntamiento].
     La segunda cita:     
     “...y cada uno nos convidaba con el suyo para llevarnos a la ciudad de Vélez Málaga, que legua y media de allí estaba”.
    (En la edición de Alfredo Ortells, Valencia, 1988, hay una nota de don Diego Clemencín en la pg. 1400, y nos dice):
    “...el desembarco de los cristianos, se hizo en las inmediaciones del castillo de Torrox o de la Torre de Layos, según [anotó] la Academia Española, así como hacia Iznate, si se verificó a la parte del Poniente”.

     La tercera cita:
    “Seis días estuvimos en Vélez, al cabo de los caudales, el renegado, hecha su información de cuanto le convenía, se fue a la ciudad de Granada...”      
        Vélez-Málaga también es nombrado por Cervantes en el capitulo X, del tercer libro de Los trabajos de Persiles y Segismunda: «...porque quiero que sepáis que yo iba dentro desta galeota, y no me acuerdo de sino fue a un Alonso Moclín, natural de Vélez-Málaga».  Moclín es un pueblo de Granada y Moclinejo una aldea de Málaga al Oeste de Vélez. Por ello los nombra, no son inventados, sino oídos por el propio Cervantes in situs.
        Más adelante en el mismo texto del  Persiles escribe:
       « ...la libertad no la conseguimos, porque no nos alzamos con una galeota que desde Sargal a Argel cargada de trigo; venimos a Orán con ella, y desde allí a Málaga, de donde mi compañero y no nos pusimos camino de Italia».
      Y continua diciendo:
  «porque yo cautivé a Alicante, en un navío de lanas que pasaba a Génova; mi compañero en los Percheles de Málaga, adonde era pescador».
      Entre 1569 a 1571, ocurrió la última rebelión de los moriscos en Granada y en la zona de Bentomiz cuando el Martín Alwazír y el Hernando el Darra y unos tres mil moriscos se refugiaron en el Fuerte de Frigiliana, historia que fue muy conocida y sin duda oída por Cervantes. Las mejores versiones son: Guerras de Granada de Diego Hurtado de Mendoza; la contada por Pérez de Hita o Mármol Carvajal. Se hicieron muchos esclavos (2.000) entre los moriscos, los más fuertes, sanos y jóvenes condenados a las galeras del duque de Sessa.  Antonio Navas Acosta es autor de un libro sobre los moriscos de Bentomiz: Vida y diáspora morisca en la Axarquía veleña. (Edición del autor en 1995).
      La historia del Cautivo, parece ser, como ya se ha dicho, que la escribió sobre 1589 inspirado en los sucesos de Bentomiz, luego se añadió a El Quijote, es decir, unos años después de  visitar la Axarquía malacitana, y además estuvo en  Málaga, cuando dice: “...buscando sus aventuras, sin que hubiese dejado los Percheles de Málaga, isla de Riarán, Compás de Sevilla...”   El Perchel se llamaba así por las perchas que servían para orear el pescado salado, era un arrabal donde concurrían «gente perdida y vagabunda».  Y la isla de Riarán o Rialán -según Diego Clemencín- se refería al nombre del capitán vizcaíno Garci López de Arrialán que en tiempos de los Reyes Católicos, heredó dicha manzana que parece ser debía ser isla.   
      Creo que Cervantes, durante la batalla de Lepanto y en Messina, es donde debió oír de boca de galeotes moriscos sus historias, y tras  ser liberado de su cautiverio de cinco años en Argel, Cervantes se dedicó al más peligroso de los oficios reales: el de recaudador de impuestos en tierras andaluzas  para aprovisionar las galeras para Felipe II, (preparaba la Armada Invencible-127 naves enviadas en 1588 contra Inglaterra), de cuya actividad fiscalizadora se han localizado recientemente tres documentos,  dos de ellos inéditos en la colección bibliográfica de The Rosenbach Museum and Library (Philadelphia, Pennsylvania). Son tres relaciones, todas ellas autógrafas, de aquel Miguel de Cervantes Saavedra, fiel comisario recaudador. El trabajo, ingrato, terriblemente rutinario, y nada romántico -abrir depósitos, confiscar bastimentos, comprar escobas, trasladar trigo invadido del gorgojo- nos deja vislumbrar a un Cervantes en función totalmente ajena al quehacer literario.
      Como recaudador de impuesto, Cervantes representó a Antonio de Guevara, Francisco de Mena y Gerónimo Maldonado, respectivamente, en tres ocasiones distintas. Y por los errores cometidos, y el ilustre manco acabó en la cárcel de Sevilla, donde engendró una historia fantástica rebosante de hazañas y proezas que formarían la novela más grande de todos los tiempos. Como ya escribiera en el Prólogo de El Quijote, donde se lee: “bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene sus asientos y donde todo triste ruido hace su habitación”.
     Según las notas de Martín de Riquelme, Cervantes sufrió varios encarcelamientos, uno  en Sevilla  en 1597, que duró tres meses, y otra vez  el de 1602-1603, que es dudoso, y otra vez en Castro del Río en 1592.  Villa donde también se adjudican que escribió el Quijote, porque los libros del escrutinio del barbero y el cura fueron editados antes de 1592.  El encarcelamiento de Miguel en Argamasilla de Alba, en la cueva o casa de Medrano, no está documentado. ¿Queda por investigar si Cervantes también estuvo preso en Vélez-Málaga?  Gaspar de Vallejo, magistrado de la Audiencia de Sevilla, le reclamó en 1597, abonara los ochenta y ocho mil maravedíes que Cervantes le había condonado a unos agentes de Vélez-Málaga, por arqueo.
     La Casa de Cervantes en Vélez-Málaga se encuentra situada en la calle San Francisco (paradojas de los callejeros municipales), cerca de la plaza del mismo nombre, este edificio que fue durante muchos años una posada. Es hora de cambiarle el nombre a la calle.  La historia oral cuenta que en esta posada se hospedó don Miguel de Cervantes Saavedra  cuando fue recaudador del reino, es de estilo mudéjar, tiene un maravilloso patio interior con columnas hechas en ladrillo. Actualmente es un edificio de uso público ya que en él se ubican la Escuela Taller La Medina.



  Nota
Este articulo está publciado en el libro "Encuentro en el IV Centerario del Quijote", 2005 Alicante Palmeral edición artesanla. 

Se ha recuperado para conmemorar los 400 años de la muerte de d. Miguel de Cervantes Saavedra y Cortinas. 2016