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martes, 23 de agosto de 2022

"Buscando a Antonio Machado em Soria y Baeza", Por Ramón Fernández Palmeral

 


 

 Disponible en Amazon impreo y kindle (e-book)

 

Reseña del libro:

"Buscando a Antonio Machado por Soria y Baeza" es un homenaje a Machado en el primer centenario de su llega a Soria en 2007. Posteriormente la investigación exigió un viaje a Baeza (Jaén) donde pidió traslado después de la muerte de su esposa Leonor Izquierdo Cuevas el 1 de agosto de 1912, a los 18 años. El libro consta de dos partes: el viaje a Soria y el viaje a Baeza, que se han unido (las primeras ediciones eran dos libro independientes). La primera parte corresponde a mi viaje a Soria en septiembre del 2006 con la intención de investigación y recogida de documentación para el I Centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria (1907-2007). Una vez publicada la parte primera, me surgió la idea de continuar buscando a Antonio Machado en Baeza (Jaén), como complemento y necesario estudio o diagnosis del estado de ánimo del poeta después de la muerte de su esposa Leonor. He utilizado el estilo epistolar póstumo con Antonio Machado por ser más intimista y directo, donde el lector, queda como simple observador de las peripecias del viaje. Por ello, cada trabajo o partes tienen su propia bibliografía. Y además consta de tres anexos. En un viaje que describe los lugares que visitó el investigador literario Ramón Fernández Palmeral. Encontró el expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero, padre de Leono,




 Prólogo:

 

A modo de introducción

 

     Tras la llegada de las nuevas tecnologías de autopublicación on-line, y agotadas las ediciones artesanales de la Editorial Palmeral de 2007, he creído conveniente y casi necesario hacer  una nueva edición de Buscando a Antonio Machado en Soria y Baeza, que escribí para el  I Centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria 1907-2007, y luego continué viaje a Baeza. Además de impreso se da para libro electrónico (ebook)

 

     El libro consta de dos partes: I el viaje a Soria y II el viaje a Baeza, que se han unido. La primera parte corresponde a mi viaje a Soria en septiembre del 2006 con la intención de investigación y recogida de documentación para el I Centenario.  Una vez publicada la parte primera, me surgió la idea de continuar buscando a Antonio Machado en Baeza (Jaén), como complemento y necesario estudio o diagnosis del estado de ánimo del poeta después de la muerte de su esposa Leonor Izquierdo Cuevas.

      He utilizado el estilo epistolar póstumo con Antonio Machado por ser más intimista  y directo, donde el lector, queda como simple observador de las peripecias de mi viaje y las cartas.

      Por ello, cada trabajo o partes tienen su propia bibliografía. Y además consta de varios anexos:

a)    La amistad de Machado con Azorín.

 

b)   Expediente militar de Ceferino Izquierdo Caballero (Guardia Civil), suegro de Antonio Machado.

            c)   Federico García Lorca en Baeza.

     Las ilustraciones a  plumilla y las fotografías se han unido al final, para no interrumpir la lectura de los textos.

    Este libro no hubiera sido posible sin la ayuda inestimable de mi mujer Julia Hidalgo.

 

 

                                                                        El autor

                                                         Alicante, septiembre 2007/2016

 

Recibo de haber entregado un ejemplar ne la Universidad Internacional de Anafalucí (Antonio Machadno de Baeza), en 2007

Firmado: Josefa Funes Ortega/ responcable de la Biblioteca

 

El próximo año 2007 se cumplirán los 40 años de la muerte de Azorín y el I Centenario de la llegada de Antonio Machado a Soria, lo cual me brinda la oportunidad de exponer estos apuntes para conmemorar esta importante efemérides literaria. He realizado un corto viaje a la breve ciudad de Leonor donde he buscado a Machado en Soria, y donde he querido respirar el sobrio ambiente castellano en sus gentes y en las plácidas riberas de San Saturio y los claustros de san Juan del Duero. Esta Castilla nueva, antes le llamaban la Vieja, que según Azorín era «el fondo de la raza, lo que no pasa, lo que perdura», sin embargo, siendo un lugar vetado a los medios de comunicación nacional, porque nunca pasa nada, Gracias a Dios, un lugar con alma propia, he querido comprobarlo por mí mismo y he aquí lo que he conseguido pergeñar, unos trazos para relacionar a dos figuras máximas de nuestras letras del siglo XX, integrantes de pleno derecho en esa ya mítica «Generación del 98», del desastre y del desengaño.

Tanto Azorín como Machado, maestros ambos de la estilística más depurada del lenguaje, han influido considerablemente en muchos prosistas y poetas posteriores, porque marcaron una estética y un modo de decir, lo que ha supuesto un logro y un reconocimiento, inequívocamente admirable y académico. Comparando ambas biografías vemos que son contemporáneos, e incluso, muestran semejanzas en el estilo: Azorín (José Martínez Ruiz) nació el 4 de junio de 1873, Antonio Machado el 26 de julio de 1875. Azorín fue académico en el año 1924, Machado en 1927 (recomendado por los académicos Azorín, Ricardo León y Palacio Valdés). La llegada de la guerra civil les separó para siempre, Azorín salió de España en octubre de 1936 hacia París, y Machado se quedó al lado de la República en Valencia. Azorín murió en Madrid el 2 de marzo de 1967, a los 92 años, y Machado en el exilio en Colliure (Francia), el 22 de febrero de 1939, a los 64 años. En 1912 salen a la luz Castilla de Azorín y Campos de Castilla de Machado.

Ahora me pregunto. ¿Pero cuáles fueron las relaciones reales entre Azorín y Machado?, para ello he buscado notas dispersas en los libros y en artículos, la verdad es que no hay mucho donde elegir, porque en realidad no hubo una amistad personal entre estas dos columnas de Castilla y lo castellano, sino una relación no más allá de lo cordial y admiración recíproca, que como en un cuadro tienen a Castilla al fondo. Este amor por Castilla es el punto de flexión o lazos que les unían, una Castilla, según ellos pura, origen de la raza, inmutable, con un paisaje miserable, de pueblos abandonados y polvorientos caminos, escasa vegetación de álamos y olmos en las riberas del Duero y de trasfondo una figura mítica de nuestras letras, la de Don Quijote caballero andante, asiduo a las ventas y misterioso, porque de un lugar como La Mancha-Castilla inhóspitos e incultos planos, antaño, de la nada, se creó un milagro literario, pilar de las letras universales, o el molino de los libros. Razón por la cual los de la Generación del 98 (Unamuno, Maeztu, Azorín, Valle Inclán, Machado) intentan recuperar la dignidad de los españoles volviendo a los orígenes de nuestra historia y letras, que es la recia e inmutable Castilla y lo castellano, románico, templarios, reconquistas...

Después del Desastre del 98 y pérdida de las colonias de Filipinas y Cuba revalorizan lo castellano, y sus tradiciones, el paisaje castellano, su lenguaje castizo y espontáneos. Recorren caminos, pueblos en las dos mesetas escribiendo libros de viajes y resucitando y estudiando los mitos literarios españoles y el romancero donde se hallan las leyenda de Rolando, de Roncesvalles y los romances de moriscos. Los del 98 tratan de hacer la nueva reconquista con la pluma. Rompen y renuevan los moldes clásicos de los géneros literarios para ellos anquilosados en el romanticismo tardío y el realismo, creando nuevas formas de decir y de pensar. Descubren el Impresionismo y el Expresionismo, hasta el esperpento de las novelas de Valle-Inclán. En la narrativa no importa el argumento, importa el modo, el estilo, la novela unamuniana, la novela impresionista y lírica de Azorín, que experimenta con el espacio y el tiempo, y hace vivir al mismo personaje en varias épocas. La Voluntad (1902) es una metanovela. Sienten especial debilidad por Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique, Cervantes, Quevedo y Góngora. Buscan estos escritores y poetas la esencia y el alma española, los valores de la patria y la raíz de los problemas presentes para buscar soluciones.

jueves, 21 de febrero de 2019

80º Aniversario de la muerte en el exilio de Antonio Machado



 80º Aniversario de la muerte en el exilio de Antonio Machado

Antonio Machado, es uno de los tres poetas llamados del sacrifico, junto a García Lorca y Miguel Hernández, murió en el exilio un miércoles de ceniza a  las tres y media del tarde del 22 de febrero de 1939, tenía 64 años, y además de las penalidades del vieja de huida de los Nacionales, era un gran fumador. Su madre que le acompañaba cumplió la promesa de sobrevivir a su hijo predilecto, y tres días después con 85 años,  el 25 de febrero, murió,ambos están enterrados en la misma tumba del cementerio francés del pueblo de Colliure.
Aquel verso póstumo, su últimos versos: «Estos días azules y este sol de la infancia», recuerdan «Retrato» 1906 que dice «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,y un huerto claro donde madura el limonero;…».  La estrofa final de «Retrato»:

    Y cuando llegue el día del último viaje,
    y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
    me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
    casi desnudo, como los hijos de la mar.


   Son los versos de su epitafio escrito en un azulejo al pie de su tumba donde siempre ondea una bandera republicana y claveles: rojos, amarillos y morados.
   Había la frontera francesa en condiciones espantosas, junto a miles y miles de personas, bajo la metralla de aviones alemanes e italianos matando a gente inocente mientras huía. La mañana del 28 de enero de 1939 los Machados llegan exhaustos al pueblo costero de Colliure. El ferroviario Jacques Baills les recomienda, por su economía, hospedarse el hotel Bougnol-Quintana, cuyos duelos eran afines a la República. Caminan bajo la gélida lluvia y el silbido a del últimas balas perdidas de la guerra. El escritor Corpus Barga porta en brazos a doña Ana Ruiz Hernández, quien pregunta si quedaba poco para llegar a Sevilla. 20 días después fallece en el Hotel Quintana, en cuya fotografía se aprecia que está cubierto por una bandera republicana.
   Perdida la batalla del Ebro y la entrada de los Nacionales en Cataluña, salieron Machado y su madre junto a unos amigos  de Barcelona para la frontera de Francia en un vehículo de la Dirección de Sanidad (ambulancia) conseguido por el doctor Puche, les acompañan, entre otros amigos, el filósofo Xirau, el filólogo Tomas Navarro Tomás, que hiciera el prólogo de Viento del pueblo, 1937, a Miguel Hernández)  y el novelista Corpus Barga y una interminable caravana de cientos de miles de republicanos  huyendo de su patria. Tras una última noche en suelo español, en Viladasense (Gerona), las cuarenta personas que componían salieron para un exilio. Apenas a medio kilómetro de la frontera con Francia, tuvieron que abandonar los coches de Sanidad, embotellados en el colapso de la huida.
    Allí quedaron también sus maletas y un montón de cartas de su amor platónico Guiomar (Pilar de Valderrama) le pusieron este nombre en clave, en recuerdo otra Guiomar de Castañeda que fuera la mujer del poeta Jorge Manrique, el  autor  de las «Coplas de la muerte de su padre» Rodrigo Manrique.  La  Aduana francesa, fue salvada, gracias a las gestiones de Corpus Barga (que disponía de un permiso de residencia en Francia) pudieron superar.     
    Unos coches les llevaron hasta la estación ferroviaria de Cerbère, donde gracias a las influencias de Xirau se les permitió pasar la noche en un vagón estacionado en vía muerta como si fueran sacos de harina o de patatas.
    Pienso que los restos mortales de Antonio Machado y de su madre, deben permanecer en Francia, porque en España, actualmente, no se dan las condiciones políticas requridas, para que venga a Soria, junto a su mujer Leonor Izquierdo Cuevas, fallecida el 1 de agosto de 1912 a los dieciocho años de edad. Quizá deban seguir en tierras napoleónicas como escarnio y recuerdo de una etapa de guerra civil que no debe  repetir jamás.