sábado, 13 de agosto de 2022

La princesa Anuaiti Matua. Novela ambientada en España, Londres, Chile, Isla de Pascua, Costa Maya y Gran Canarias


 

                                                 Novela disponible en Amazón

Gran Moai en la Isla de Pascua

 

 

CAPÍTULO DIEZ

Una travesía movida

 

   Sentado a la mesa de la cantina Brisa del Mar de Juan Bautista, pidió una famosa langosta abierta a la parrilla y un tercio de cerveza bien fría y un postre de piña. Las vistas de la isla de Robinson Crusoe eran paradisíacas como si el Paraíso Terrenal fuera montañoso en el Pacífico sur. En azul turquesa fondeaba algunos veleros fondeados. Buen clima aunque algo húmedo, frondoso y exuberante. Había alquileres de caballos con guías indígenas para recorrer la isla por las veredas marcadas. Dando un paseo Aníbal se detuvo en una tienda de souvenir, la atendía chica chilena que hablaba español, gran sorpresa para el cocinero que no se lo esperaba y compró una pequeña figura de un demonio tallado en hueso de ballena. Los habitantes de la isla son descendientes de colonos españoles, e inmigrantes alemanes, franceses y suizos, dando forma a la actual comunidad isleña multirracial. Y como vendían alcohol compró una botella de ron Bacardí, Carta Blanca, en contra de su promesa de abstemio para hacerse unos cubalibres  medicinales y contra los mareos de la corbeta, porque en el barco estaba prohibido el alcohol, salvo los whiskies que se pudiera tomar el capitán en su camarote, según había dicho el sobrecargo. Pero dónde quería el juramento de abstemio que le hizo a Héctor en el avión de Londres a Santiago de Chile.

    A las cuatro y media de la tarde ya estaba Aníbal en el embarcadero de San Juan Bautista, para embarcar en el Mac Millan. Cuando llegó a su reducida cocina para preparar la cena, ya había sobre el fregadero, en un cesto de cañas, doce hermosas y grandes langostas rosadas que aún movían sus largas patas y  antenas. ¿Quién las compró? No se sabía.

    El domingo 21 de abril de 1974 el Mac Millan seguía fondeado en la bahía de Cumberland, y como además era  el cumpleaños de la Reina Isabel II de Gran Bretaña y reina también de los neozelandeses, el capitán rectificó el menú del día que había llevado el sobrecargo Smith para el visto bueno y en el segundo plato puso: langostas P, por ser festividad nacional. Cuando Aníbal vio la comanda se frotó las manos, y le dijo al sobrecargo si podía hacer con las langostas una  paella española. El sobrecargo se lo hizo saber al capitán y éste dio su visto bueno son una nueva firma. Era evidente que las langostas las había mandado comprar el capitán Adam Taylor como un gesto de amabilidad con toda la tripulación.

    Así que con la corbeta anclada y con buen tiempo de mar plana, se puso a la faena de cocinar una paella española, con la misma receta que para el arroz bomba con bogavantes, pero sin los caparazones, con lo que haría un fumé.

   Receta de paella de langostas:

  1. 12 langosta cocidas 15 minutos y en rodajas
  2. 7 kilos de arroz
  3. 3 tomates frito
  4. Dos cabezas de ajos picado
  5. perejil
  6. pimentón molido
  7. aceite de oliva
  8. azafrán en hebra
  9. colorante
  10. sal
  11. Fondo de pescado o fumé de caparazones y cabezas

Cocido en una paellera o sartén grande.

 

      Cuando se acabaron y rebañaron los platos, el capitán de fragata, le dijo al sobrecargo que hiciera venir al cocinero al comedor de oficiales....

Continua en la novela: La princesa Anuaiti Matua

Autor Ramón Palmeral.