(Publicado en LULU /Francia. venta on line)
Comentario a la bitácora de un perro lobo: “Mi amo Palmeral y yo”
Por Pilar Galán
Empezar a escribir una presentación del libro “ Mi amo Palmeral y yo “ es uno de los retos más audaces con los que
me encontrado nunca, porque en esta historia el protagonista es un perro lobo llamado Frico que habla y
sabe leer, pero sobre todo que piensa.
En efecto, es cierto lo que están leyendo, no solo habla, sino que lo que
dice son verdaderas reflexiones filosóficas, llenas de sabiduría y sensatez,
que van más lejos de las conversaciones que solemos tener los humanos, la
mayoría de las veces superficiales y vacías de contenido en el mejor de los casos, y no digamos cuando entramos en el terreno de
la crítica y la maledicencia…
Pero voy a empezar por el principio, que es presentando al protagonista de
esta biografía perruna, a la que podríamos colocar en
nuestra biblioteca junto con los filósofos panteístas, para los que la propia naturaleza es una
prolongación del mismo Dios.
Frico es un perro lobo de unos quince años, sus ojos son de color cáscara de almendra dulce y su pelaje
es oscuro, en su juventud fue perro policía, es decir, fue adiestrado
por su amo Palmeral y después de desempeñar heroicas misiones y prestar
multitud de servicios, le jubilaron junto con su adiestrador, que pasó a
hacerse cargo definitivamente de él y le
llevó a residir junto con su familia en una preciosa y bucólica casa en el
pueblo de Frigiliana.
No debemos olvidar que los perros policías han prestado un gran servicio a
la sociedad, y es de justicia que la sociedad les devuelva su generosa entrega
en igual medida.
Estos perros que han sido unos incansables trabajadores y han tenido la
inteligencia y la astucia para ayudar a los humanos en las labores más
arriesgadas y no han vacilado en asumir las misiones más peligrosas, al llegar a su vejez, siguen
teniendo la misma lealtad y entrega para con sus amos.
Es muy gratificante ver que Palmeral
así lo percibe y valora, haciendo de Frico su compañero inseparable y dándole
todo la atención y el cariño que se merece.
Es así, como a través de los ojos de Frico vamos a vivir una de las
experiencias más hermosas, que es el
adentrarnos en la vida de este pueblo andaluz,
e ir descubriendo su belleza y su historia de una forma llena de
sensibilidad y de poesía.
Así somos testigos de las imágenes llenas de belleza en que nos describe el cortijo de Malyarín” : “
dormido en el silencio de la noche, me despiertan las pisadas de una acémila
herrada. Van los jornaleros para los campos solitarios y silenciosos
despertados por el canto de algún jilguero”.
Aunque lo que más me ha cautivado, es esa manera tan intuitiva y espontanea con la que nuestro protagonista
nos presenta el mundo que le rodea, un mundo en estado puro, porque la mirada
que nos lo muestra es una mirada sin contaminar, que todavía sabe
descubrir el sufrimiento de un pino a punto
de ser talado y al que escucha y presta ayuda llevando una de sus piñas a un
terreno fértil, para así perpetuar su herencia. Esto le lleva a sacar sus propias conclusiones
sobre la vida como camino hacia la muerte,
pero siempre desde un punto de vista positivo y alentador.
“ La vida es una selección de especies, la Naturaleza nos va poniendo
obstáculos y envejecemos y moriremos. El asombro que nos provoca la cosmovisión
de la realidad se ha de mitigar con la amable ironía y la vida llevadera del
diario esfuerzo por sobrevivir”
En ocasiones, Frico se vuelve un verdadero poeta para descubrirnos la
primera tormenta del otoño con figuras
bellísimas : ”las rosas cerraron sus aterciopelados pétalos como se
cierran los caracoles en la rama del breñal pegados a la goma de la sabia del
almendro y los cerezos” .
Son numerosas las ocasiones en que
las reflexiones de Frico nos harán pensar y sacar nuestras propias
conclusiones, porque no olvidemos que él es un pequeño filósofo,que no duda en pronunciarse en contra del maltrato animal y de las corridas
de toros:“ no se puede seguir manteniendo una tortura animal bajo la absurda
apariencia de arte, cuando la sangre derramada nunca puede ser arte”.
En otro momento nos hace reflexionar sobre la educación de los niños: ”existe lo que se llama paciencia, diálogo y
convencimiento, quizás un premio o regalo a cambio de un esfuerzo en las notas
de clase, pero jamás un golpe. Los niños no olvidan, su mente es plástica,
moldeable porque su identidad es recordar”.
A menudo, sucede que las mayores lecciones de lealtad y gratitud las
recibimos de los animales.
A lo largo de la literatura han aparecido libros en que los animales son
los protagonistas como “El libro de la
selva” que es una recopilación de cuentos de Kipling, en los que un niño es
criado por unos lobos.
Esta historia que parece una fantasía, ha sucedido en la realidad, y hay datos de niños perdidos en la selva que
pudieron sobrevivir cuidados con verdadero instinto protector por lobos o por monos.
Esto hace pensar que el mundo animal
está lleno de valores, a veces más nobles
y sinceros que los que existen en
el mundo de los hombres, no tenemos más que recordar noticias aparecidas
en los medios de comunicación de
verdaderos actos de heroicidad en los
que un perro salva a una persona de entre las llamas, o rescata a un niño
extraviado en un monte.
Destacaremos también la novela de George Orwell “Rebelión en la granja” en la que un grupo de
animales de una granja expulsa a los
humanos tiranos, y crea un sistema de gobierno propio que termina en convertirse
en una tiranía brutal.
El perro Frico también es testigo de cómo en el cortijo de Mayarín, el
carnero Felión se proclama jefe de la granja y es seguido por los cerdos, aves
y cabras que quieren independizarse, lo que le lleva a nuestro protagonista a sabias
reflexiones recordando lo que un
filósofo decía: “que cuando se nace de una condición se es víctima de ella” y
como no estamos en la Edad Media, lo
lógico sería hacer un referéndum entre animales y humanos. Pero él mismo llega
a la conclusión de que siempre sería
inútil porque los que pierden, nunca se conforman y estarán queriendo hacer
otras nuevas votaciones, hasta que les salieran a su favor.
Otra obra genial de la literatura protagonizada por animales es “Platero y
yo” de Juan Ramón Jiménez, en esta obra el protagonista es el burro Platero y
se cuentan las experiencias y recuerdos vividos por Platero y el narrador,
donde aparecen los temas transcendentales de la vida, como son: la amistad,
la enfermedad, el miedo, la muerte, la soledad. Descrito en un rico lenguaje literario,
empleando numerosas figuras retóricas que dan al texto una gran belleza y
colorido.
Todo ello nos hace pensar que las
mayores lecciones de fidelidad y amor incondicional las recibimos de los
animales, en particular de los perros , ellos se entregan a nosotros y no nos
juzgan, solo nos acompañan y son
testigos de nuestros momentos de gozo o tristeza confortándonos con su sola
presencia .
Por consiguiente, la lectura de este libro no nos va a deja indiferentes, porque hace aflorar sentimiento
hermosos y puros que en algunos casos permanecían dormidos.
Creo que su autor Ramón Fernández
Palmeral ha sabido de una manera prodigiosa llegar a esa fibra sensible que
todos tenemos y hacernos empatizar con
el mundo animal.
Admirar como:“ los primeros rayos de
sol se posan sobre las plumas de oro de las gallinas, las lanas de lirios de
los borregos, el sedoso pelo de la crin
del burro y los velludos lomos de las cabras y chotos”.
Es hermoso descubrir como: “la noche perfumada se convierte en un pozo de
luna en el que, el agua negra es cielo y los cubos planetas”.
Este acercamiento a la Naturaleza en su estado más puro, que Ramón Palmeral
nos descubre, hace que nuestra vida sea más rica, y sobre todo es un ejemplo de
lo excelsa que puede ser una obra que nos acerca a un mundo en el que impera la
paz y la armonía.
El libro contiene 17 ilustraciones de Palmeral con lo que se consigue
visualizar a los personajes animalista del libro.
Comentario de PILAR GALÁN, escritora y poeta
Valladolid, 12 de febrero
2019
El perro Frico