lunes, 13 de agosto de 2018

GABRIEL MIRÓ EN EL 139º ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO



GABRIEL MIRÓ EN EL 139º ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

Por Ramón Fernández Palmeral

       Probablemente no haya ya muchas cosas nuevas que conocer del escritor, periodista y estilista alicantino Gabriel Miró, que el mes pasado 28 de julio se cumplieron los 139º años de su nacimiento, nacido a las seis de la tarde en la Calle Castaños, 14, 2º de Alicante (hoy número 20). Fue bautizado en la concatedral de San Nicolás, el 1 de agosto por don Mariano Urios, teniente cura de la misma. La calle Castaños, desemboca en su descendente prolongación en la plaza de Gabriel Miró también conocida por plaza de Correos y Telégrafos (inaugurada en 1920), en cuyo extremo, bajo un olmo se encuentra el busco a Gabriel Miró en piedra blanca caliza realizado por un desconocido escultor llamado José Samper Ruiz, y que, hoy día sigue en el anonimato, un 27 de mayo de 1935. En el centro de la plaza se alza bella y rural entre ficus y enfermos olmos una fuente circular con la escultura de "La Aguadora", también llamada "Moza del cántaro",  del famoso escultor alicantino Vicente Bañuls Aracil (1866-1935) que tuvo como modelo a una joven de 17 años llamada Susana Llaneras Rico una morena de ojos azules, y finalizó la obra en 1918, al mismo año que se colocó en su emplazamiento actual con el fin de sustituir un colector de agua antiguo.
Pero como nadie es profeta en su tierra, el busto de Alicante se colocó dos años y medio después del que se levantó en Orihuela, el 2 de octubre de 1932, por sus devotos seguidores entre los más destacados fueron: Augusto Pecador, Ramón Sijé, Miguel Hernández o Carlos Fenoll… una obra del escultor murciano José Seiquer Zanón.
No es mi propósito en este corto y breve artículo hacer una biografía completa de Gabriel Miró (del hijo del señor ingeniero como le conocían)  porque tanto en libros como en Internet el lector puede encontrar una rica y extensa información de su vida y obras; sino más bien, deseo recuperar algunos datos que aunque menos interesantes son curiosos sobre sus ascendentes: padres y abuelos.
El escritor era el segundo hijo de María Encarnación Ferrer Ons (1851-1931), oriolana de origen, y de don Juan de Dios Miró Moltó (1838-1908), natural de  Alcoy  ingeniero de caminos, canales y puerto,  carrera que hizo en Madrid, una carrera de gran prestigioso y consideración social en aquellos años del siglo XIX.
El abuelo paterno del escritor, se llamaba  Gabriel Miró era un burgués propietario de una fábrica de tejidos de lana que explotaba con gran provecho bajo la protección de su arcángel titular, cuya efigie, grabada en un escudo de armas, presidía su establecimiento. Casado con doña Angustia Moltó.
Una hermana de don Juan de Dios, María Teresa se casó con el famoso pintor alcoyana Lorenzo Casanova Ruiz (1844-1900), del que alardeaba su sobrino Gabriel, pues de niño le pintó un retrato al óleo. Lorenzo Casanova fundó en Alicante, en 1866, la primer academia de pintura que estaba en el número 16 de la calle Luchan (hoy nº 2º de la calle Doctor Gadea).
Los abuelos maternos fueron Francisco Ferrer (un murciano de buena estatura y belleza física) y Lucía Ons de Ferrer, propietaria de la posada Pizano en Orihuela, de familia burguesa, decían estar emparentados con el conde de Floridablanca. Encarnación era la segunda hija. Don Juan Miró como jefe e inspector de carreteras viajaba por varias localidades de la provincia de Alicante, en  Orihuela encontró hospedaje en la posada Pizano que pertenecía a doña Lucía Ons, la madre de Encarnación, se enamoraron y se casaron en la iglesia de El Salvador de Orihuela el 14 de julio de 1876 (don Juan era 13 años mayor que Encarnación), primero vivieron en la calle San Fernando de Alicante donde nació Juan el primer hijo bautizado como Juan Gabriel, Francisco, Silverio Antonio, que lleva el nombre de sus abuelos paterno. Luego se trasladaron a la calle Castaños, porque don Juan tenía cerca su oficina de Obras Públicas.  Gabriel Miró  nació a las seis de la tarde del 28 de julio de 1879 y le pusieron los nombres de Gabriel, Francisco y Víctor (Víctor era el santo del día). Todos los datos y fechas aportadas de la familia se las debemos a las investigaciones del abogado oriolano don Antonio García-Molina y al historiador Vicente Ramos).
En la calle Castaños había un parvulario donde el infante Gabriel asistía, y, cuando empezaron las enfermedades contagiosas de este periodo infantil, lo sacaron del parvulario y tuvo maestros particulares que iban a casa como Antón Nuño y José Berenguer.
El 10 de abril de 1883 la familia se traslada a una gran casa de la calle Babel 52 (casa Dalhander, hoy desaparecida), lo sabemos por una carta del ingeniero  dirigida a sus hermanos. Entre 1887 y 1892 (cinco años) fue alumno interno de los jesuitas en el  Colegio de Santo Domingo de Orihuela, junto a su hermano mayor Juan. Los hermanos mostraron carencia de afectividad por el alejamiento de los padres que, seguían viviendo de Alicante. Según el contenido de las cartas dirigidas a su madre y familiares, les echaba mucho de menos. Dijo en varios textos que el colegio fue para él un claustro, una cárcel. A pesar de que los hermanos estaban bien atendidos, por las hijas del casero Francisco Lidón y su mujer Manuela (de una casa que tenían los padres en Orihuela), el colegio era muy duro como se verá en el cuento realista de "El Señor Cuenca". Los jesuitas trataban a sus alumnos de usted, sin ningún tipo de afectividad. Y también, seguramente, debieron ser atendidos por la familia oriolana de la madre. En un concurso literario del colegio le concedieron a joven Gabriel su primer premio literario con un trabajo de redacción escolar titulado “Un día de campo”, pero uno de los jesuitas profesores, para que no se pusiera soberbio le dijo: «Te hemos dado el primer premio porque nos hemos equivocado».  Sin embargo, aprendieron disciplina en los ejercicios espirituales que se seguían, según su fundador San Ignacio de Loyola (1491-1556).
Años después en 1895 se traslada la familia al número 2 de la calle de calle Foglietti con la hoy avenida de Oscar Esplá, en el barrio de Benalúa se construyó gracias  a la iniciativa privada del marqués de Benalúa don José Carlos de Aguilera,  que formó una sociedad llamada de “Los Diez Amigos”. La primera piedra del barrio se puso el 17 de julio de 1884, según el historiador alicantino Vicente Ramos. A ser una inmobiliaria privada, actualmente las calles llevan los nombres de los socios. En Benalúa tuvo miró un grupo de amigos entre ellos Francisco Figueras Pacheco fundaron la revista «El Ibero» y entre unos amigos fundaron el «Ateneo Senabrino», una tertulia de charlas y chistes.
Por enfermedad de Gabriel (reuma dolorosa en la rodillas izquierda), lo trajeron a estudiar el Instituto de Alicante, hubo un traslado temporal de su padre  a Ciudad Real como jefe de Obras Publica. Pasado unos meses regresaron a Alicante donde terminó el bachiller en 1895.
Residiendo en el Barrio de Benalúa conoció a la señorita Clemencia Maignon Maluenda, hija de Antonino Maignon cónsul de Francia en Alicante y de Rafaela Maluenda, natural de Alicante. Gabriel y Clemencia se casaron el 16 de noviembre de 1901 en la iglesia San Juan Bautista de Benalúa, tenían ambos 22 años. Se fueron a vivir a un piso de la Plaza Navarro Rodrigo. Con su licenciatura de Derecho empezó a trabajar en el pluriempleo de administrativo del Hospital Civil, Cronista Oficial de Alicante, secretario del alcalde Federico Soto y auxiliar administrativo de la Junta de Obras del Puerto. Al mismo tiempo publica: “Hilván de escenas” (1903) y “Del vivir” (1904) y además prepara para unas oposiciones a judicatura, que no aprobará ni en 1905 ni en 1907, para gran disgusto de su padre el señor ingeniero.
Debido a la extensa biografía del escritor, pienso que estas acotaciones son suficientes para recordar el nacimiento de uno de los fulgurantes príncipes de la prosa.

Ramón Fernández Palmeral
Escritor y autor de “Robinsón por Alicante”, Amazon 2013

Alicantem 13 de agosto de 2018