2) La
II República y la guerra civil
Los años previos a 1931 fueron unos años
de gran incertidumbre económica por el crack mundial del 29, a eso se unió el
poder de la tendencia de los sindicatos con las huelgas como primer pacto de
presión contra los amos, más las diferencias existentes entre las clases sociales, habíamos salido de la guerra
de África, con un Ejército demasiado numeroso en tiempos de paz, ensayos de la
universalización del Comunismo por parte de la URSS, retraso de España en la
industria y en el concierto de las naciones. Estos y otros elementos político-sociales
acabaron en el populismo donde los partidos políticos se radicalizaron
especialmente: Izquierda Republicana, PSOE y Radicales, ello desembocó en el
proyecto o pacto de San Sebastián de 17 de agosto de 1930 para derrocar a la Monarquía de Alfonso XIII y proclamar la
II República Española.
En unas elecciones
municipales celebradas el 12 de abril de 1931, la izquierda de los republicanos
ganaron en las grandes capitales, en cambio en las zonas rurales habían ganado
los monárquicos. Pero como si fueran unas elecciones plebiscitaras, se proclamó
al II Republica desde los ayuntamientos.
Los Gobernador Civil eran quienes nombraban a los alcaldes, previo
informes de la Guardia Civil de la localidad. No dispongo información de los
alcaldes republicanos en Nerja, excepto el último, Manuel Martín Rico, del PCE,
que se pasó a los maquis.
La
quema y destrucción de los santos
Sabemos que los anarquistas quemaron los
santos en Nerja durante la guerra civil en el verano de 1936. De la ermita de
Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Nerja desde 1857 se llevaron la talla que era del S.XVI atribuida a Gaspar
Becerra, que desapareció o la quemaron.
La que actualmente se venera es del escultor e imaginero malagueño de José
Navas Parejo-Pérez de 1940, su taller lo tenía en Granada. Se conserva le media
luna inversa que es de 1862. (Estudio de Francisco Capilla Luque en su blog).
La iglesia del Salvador fue convertida en
mercado de abastos por los anarquistas. Quemados los santos y los archivos de
la iglesia por la F.A.I. de Málaga e invocados por el alcalde comunista de
Nerja. Manuel Martín Rico, que luego formará parte del grupo de terroristas y
saboteadores llamados «Niños de la Noche», cuya base estaba en la aldea del Río
de la Miel. Terrorista, saboteadores, secuestradores y asesinos, que las
izquierdas los han elevado al rango de guerrilleros antifranquistas, años
después, como héroes tardíos de una sublevación contra la dictadura y lucha que
ocasionó mucho dolor y terror en los campos. Y si no que se lo pregunten a los
descendientes de Miguel Moreno González, acusado de chivato y falangista
asesinado por los maquis el 16 de abril de 1949, o a los familiares de los
sacerdotes asesinados o secuestrados asesinados. El patrón San Miguel Arcángel
fue quemado junto a otras imágenes y el archivo diocesano. La actual imagen es una
nueva.
Imagen de San Miguel
Arcángel en 1936, antes de que la
quemaran las hordas anarquistas. Desde 1718 se celebraba una misa y
procesión del arcángel en su solemnidad.
Ver: Composición del Ayuntamietno de Nerja en la II República en Nerja, por el doctor en historia don Francisco Capilla Luque. |
En líneas generales, según José
Jiménez Guerrero, en Málaga capital
sufrió dos conatos de incendios: el de mayo del 31 y el de julio 36, «pero en
la Guerra los asaltos se produjeron prácticamente en toda la provincia, salvo
en Antequera o Archidona, donde no se destruyó casi nada», comenta. Las
iglesias y conventos eran incendiados y los que no, fueron usados como mercados
o como sedes de organizaciones políticas y sindicales.
¿Qué localidades fueron las que sufrieron más pérdidas? «Además de la
capital, donde la acción destructora afectó a templos que se habían salvado en
1931, como la parroquia del Sagrario o la Catedral, hay que destacar también
Ronda y Marbella», relata Jiménez Guerrero.
Eran grupos que actuaban de forma
organizada de las FAI (Federación Anticapitalista Ibérica) y de la CNT, unas
veces más numerosos que otras, «pero en los asaltos no participaba todo el
pueblo». En el libro de Jiménez se subraya el intento del gobierno republicano
por tratar de evitar, en algunos casos, estas pérdidas.
El simbolismo de esta destrucción
patrimonial. «Todo respondía a un claro intento por desacralizar los espacios
públicos, destruyendo triunfos, cruces, imágenes en las calles. Con la
destrucción de las imágenes patronales se quería incidir en la concepción de un
Estado laico; y con la de las imágenes cofrades, se quería evitar la catequesis
plástica de la Semana Santa. Y quemando los archivos se quería borrar la
historia, para empezar de cero», explica Jiménez Guerrero.
Existen dudas razonables sobre la actitud y
acciones del, por entonces, recientemente nombrado por el gobierno republicano,
general Juan García Gómez-Caminero, gobernador militar de Málaga, que
incluso pudo ser condescendiente para con las masas incendiarias de iglesias.
El citado gobernador militar no sólo no reprimió a las masas anticlericales,
anarquistas y a los radicales de izquierda pirómanos, sino que mandó retirar
las fuerzas de la Guardia Civil durante los disturbios, y envió un telegrama al
presidente de la República, Manuel Azaña
con el siguiente contenido: «Ha
comenzado el incendio de iglesias. Mañana continuará». ¿Acaso era una
orden de Azaña? Dicho gobernador militar fue ascendido a General de División y
posteriormente nombrado Inspector General del Ejército.
Málaga fue la ciudad española más afectada
durante estos trágicos sucesos, y buena parte de su patrimonio religioso,
artístico, cultural e histórico fue destruido para siempre por una horda de
anarquistas intolerantes. No solo la destrucción o semidestrucción de
edificios, sino las pérdidas de archivos históricos inapreciables, piezas de
orfebrería, ricos bordados, imágenes de insustituibles, antiquísimas pinturas,
bibliotecas, etc. serían de inviable cuantificación, y lo que es peor,
imposibles de recuperar.
Represión republicana
Entre julio de 1936 y febrero de
1937, años de la guerra civil. Hubo fuertes represalias por el Frente Popular
contra las personas consideradas de derecha o de «orden», que creían
partidarios de los sublevados de Franco.
Los datos que dispongo sobre la guerra civil de Nerja, son los que anota,
muy bien documentado, por cierto, José María Azuaga Rico, en el apartado 2.-«La
violencia en Nerja durante la Guerra Civil» de su libro La guerrilla Antifranquista en
Nerja, Nerja 1996, publicado por Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria
por Andalucía. Nerja (Málaga).
En el referido apartado 2 apunta: «Según los datos que hemos podido
obtener, quince vecinos de Nerja murieron violentamente [asesinados] durante la
fase republicana de la Guerra Civil en esta localidad. Resulta significativo
que la mayoría de esas muertes tuvieron lugar en los momentos de mayor
descontrol, en el verano de 1936 (1)». Y en la página 33 del ya citado libro
hace una nota nominal de los asesinados, que yo no voy a recoger. Estos
asesinatos de personas señaladas como de orden o de derechas, eran asesinados
en represalia, igual que en Málaga con los presos en el barco prisión
republicano Marqués de Chávarri, por los bombardeos de los sublevados a la
ciudad de Málaga. Hubo algunos torroxeños detenidos en este barco-prisión, pero
desconozco si hubo nerjeños. Se acusaba de estos asesinatos a miembros de la
FAI venidos de Málaga (tenían sus oficinas en
calle Echegaray), eran patrullas volantes de asesinos como de quema de
iglesias, ermitas y santos, es decir los ejecutores de la República llamada Pancho Villa. Algunos vecino nerjeños se enfrentaban a
estos grupos de asesinos, y evitaron muchas muertes de derechista como la del
médico Antonio Maldonado. El brigada de
la Guardia Civil, Juan Benítez Ortega hizo un informe fechado el 18 de octubre
de 1939 donde dice que estos asesinos eran forasteros.
Sacerdotes asesinados:
El
gobernador civil de Málaga, Antonio Fernández Vega, de Izquierda Republicana,
se niega a rendirse ante el general Patxot, y siguen los disparos. Ahora, los
soldados, desde el Paseo del Parque, se defienden del hostigamiento de grupos
de obreros armados. Ya al amanecer del 19 de julio, el general de la plaza
ordena la retirada, después de chocar una y otra vez contra las defensas de la
Aduana y sus alrededores. Huelin, por cierto, discute con el general y se quita
las estrellas. Días después será fusilado, y su cadáver paseado por las calles
de Málaga. Otros oficiales rebeldes correrían la misma suerte.
Manuel Cámara García, 28 años. Al
comienzo de la Guerra Civil, y cuando se encontraba celebrando Misa, fue
detenido por una patrulla de milicianos en Nerja y después de pasar por el
Tribunal Popular Nº 1, ante el cual hizo una declaración que fue prodigio de fe
y emocionó profundamente a cuantos la oyeron, fue llevado a la cárcel de Málaga
donde demostró su valentía y capacidad de alentar a los demás, como recoge F.
Lluch Valls, compañero de prisión, que dice: «Hablándome de las víctimas que
habían hecho en su familia me decía: Ya ves, todos menos yo; y es que no soy
merecedor de ir al cielo con todos los que han matado... Ya ves que poco valgo yo.
Tantos y tantos como se llevan, incluso mi familia entera, y yo aquí. ¿Es que
no tengo sangre de mártir?». El turno para la
muerte le tocaría al fin en la numerosísima saca de la tarde del 24 de septiembre
del 36. Fue conmovedora la carta que dejó para entregar a su madre tras su
muerte, en la que le invitaba a dar gracias a Dios por haberle llevado consigo
tan pronto, a los tres años de su ordenación sacerdotal: “De Dios salí y a Dios
espero volver, que Él sea bendito”.
Plácido Gálvez Rosado. Sacerdote adscrito a
Nerja, de 67 años. Nació en Nerja (Málaga). Hijo de
Joaquín y Antonia. Ordenado sacerdote en 1898. Fue cura regente de Maro y
adscrito a Nerja. Fecha de su muerte: 24-09-36.
Detenido en Nerja, al iniciarse el alzamiento militar fue conducido a la cárcel
de Málaga, de donde saldría el 24 de septiembre con otros 119 presos
para ser asesinados en la saca de ese día, en el cementerio de San
Rafael. Fue identificado por su hermano Antonio Gálvez Rosado.
Jerónimo Bueno Oña, Párroco de Nerja. 67 años.
Nació en 1870 en Cómpeta. Hijo de Jerónimo y Josefa. Fue cura de Cómpeta,
párroco de El Borge, y finalmente párroco de Nerja. Fecha de su muerte:
08-09-36. Detenido el 19 de julio por los milicianos, estuvo
encarcelado hasta el día 24 de ese mes, que fue puesto en libertad por
estar enfermo. Pero dos días después volvió a ser detenido. Durante su
segunda estancia en la cárcel fue humillado, maltratado y abofeteado, hasta el
extremo de romperle la dentadura, para que respondiera a lo que sus verdugos
querían. Finalmente, el 8 de septiembre, fue asesinado a la entrada de Nerja,
donde hay unos Sifones, mientras rezaba por sus verdugos. Su defunción está
inscrita en el registro civil de Nerja.
El párroco de Nerja Miguel Martín, escapó de «las sacas» comunistas,
porque se ocultó en la sierra.
Cada vez que la aviación franquista atacaba Málaga, por
cada muerto, hacían «sacas» de varios presos del buque prisión republicano
Marqués de Chávarri, donde había unos 300 prisioneros políticos de derechas.
Los sobrevivientes fueron liberados a las 6,30 horas del día 8 de febrero de
1937.
Las tropas franquistas del Ejército Sur
comandas desde Sevilla por el general Queipo de Llano entraron en la provincia
de Málaga por Alhama de Granada y el Boquete de Zafarraya, bajaron hasta
Vélez-Málaga, continuaron por Torre del Mar dirección Almería, hasta que
encontraron resistencia republicana por Castel del Ferro. Mientras el grueso
de las columnas avanzaba hacia Málaga
capital, cuyas autoridades, en incluso el Obispo de Málaga, Balbino Santo
Olivera las recibieron con el saludo fascista de la mano derecha levantada y la
palma de la mano hacia abajo. Que no era, sino la emulación de compararse al
saludo romano del Imperio.
Represión
de los nacionales o fascistas
Tras la caída de Málaga el domigo 7 de
febrero de 1937 en poder del Ejército de Franco, lo que había pertenecido a la
milicias locales y había tenido cargos durante la República se marcharon a la
sierra o dirección a Almería por la
carretera bajo los bombardeos desde la costa de la aviación alemana y de los
barcos Canarias, Baleares y Velasco que provocan un pánico general y
la partida de numerosos vecinos hacia Almería, otros se refugiaron en la sierra
de Almijara.
La toma
definitiva de Nerja se produce el 9 de Febrero con la entrada de una columna
motorizada legionaria, comandada por el general italiano Gusberti (Guiseppe Guazaldo), cuando las calles
estaban desiertas porque la gente temerosa había huido. Crearon una Comisión Gestora para crear el Ayuntamiento donde
nombraron como alcalde a José Santiago Martínez, fue presidida por el Delegado
de la Falange Antonio María Rico Noguera. El capitán de carabineros Rafael
Rodríguez Gutiérrez que formó parte de la República se pasó a los nacionales a
la entrada de éstos, y tomará el mando como autoridad militar, denunciando a un
miliciano que fue condenado a muerte.
De esta forma, la Organización
Clandestina de Falange, que hasta ese momento había permanecido inactiva, asume
el control. No obstante, hay versiones que sitúan la entrada de una patrulla
legionaria motorizada al mando del general Gusberti un día después, el 9 de
febrero, aunque la toma oficial consta como el día 10.
En la misma páginas 33 del libro ya citado de
José María Azuaga Rico, se anotan los
nombres de ocho republicanos fusilados tras la entrada de las tropas de Franco
en Nerja. (Algunos de ellos fusilados en el cementerio de Nerja).
La
carretera de la muerte Málaga-Almería
Entre el 6 y 8 de febrero de 1937, se produjo en Málaga la "Desbandá", entre 100.000 y 150.000 personas salieron
con lo puesto, a pie en su mayoría, y en burro o vehículos los más afortunados,
dirección Almería. Fueron los protagonistas del mayor éxodo de la guerra civil. A
esta caravana de la muerte se fueron unión republicanos temerosos de los
distintos pueblos de la costa, entre ellos varias familias de Torrox, como la
de Juan Lahoz.(Tenemos las fotos del médico canadiense de Bathun, que vino de Valencia a Almería).
Entre 1937 y 1940 se calcula que los fascistas fusilaron a miles de
republicanos en Málaga capital, con
anuencia de la Iglesia estaba de obispo
Balbino Santo. El papa Pío XII reconoció explícitamente al Régimen surgido en España
de la guerra civil (1936–1939) que en 1953 firmó con el general Franco
un concordato que daba base jurídica al llamado «Nacional-catolicismo» español: con notables
ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel
sistema fascistas. Miles de cadáveres se encuentran en las fosas comunes del Cementerio de San Rafael,
donde se estima que hay enterrados más de 4.000 cadáveres (se han rescatado 2.800 cuerpos) y están
consideradas como unas de las mayores de Europa.
Malagueños por la carretera de Maro, febrero 1937
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Fernando Arcas, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad
de Málaga, comenta que el éxodo conocido por la «desbandá» un preludio de las grandes persecuciones humanas y los
genocidios que sacudieron el siglo XX. Es autor del documental «Yo estaba allí» donde recoge testimonios de la Guerra
Civil y la represión franquista en Málaga. Se calcula que en estas
«desbandada», hubo entre 3.000 y 5.000 muertos. Es lo que se conoce como la
carretera de la muerte, una matanza innecesaria y condenable contra la
población civil.