martes, 1 de enero de 2019

La Republica y la guerra civil en nerja, del libro "Reseña histórica de la puebla de Nerja" por Ramón Fernández Palmeral



  2) La II República y la guerra civil  
  
     Los años previos a 1931 fueron unos años de gran incertidumbre económica por el crack mundial del 29, a eso se unió el poder de la tendencia de los sindicatos con las huelgas como primer pacto de presión contra los amos, más las diferencias existentes entre las  clases sociales, habíamos salido de la guerra de África, con un Ejército demasiado numeroso en tiempos de paz, ensayos de la universalización del Comunismo por parte de la URSS, retraso de España en la industria y en el concierto de las naciones. Estos y otros elementos político-sociales acabaron en el populismo donde los partidos políticos se radicalizaron especialmente: Izquierda Republicana, PSOE y Radicales, ello desembocó en el proyecto o pacto de San Sebastián de 17 de agosto de 1930 para derrocar  a la Monarquía de Alfonso XIII y proclamar la II República Española.
 En unas elecciones municipales celebradas el 12 de abril de 1931, la izquierda de los republicanos ganaron en las grandes capitales, en cambio en las zonas rurales habían ganado los monárquicos. Pero como si fueran unas elecciones plebiscitaras, se proclamó al II Republica desde los ayuntamientos.  Los Gobernador Civil eran quienes nombraban a los alcaldes, previo informes de la Guardia Civil de la localidad. No dispongo información de los alcaldes republicanos en Nerja, excepto el último, Manuel Martín Rico, del PCE, que se pasó a los maquis.


 
    La quema y destrucción de los santos
     Sabemos que los anarquistas quemaron los santos en Nerja durante la guerra civil en el verano de 1936. De la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, Patrona de Nerja desde 1857 se llevaron la  talla que era del S.XVI atribuida a Gaspar Becerra, que  desapareció o la quemaron. La que actualmente se venera es del escultor e imaginero malagueño de José Navas Parejo-Pérez de 1940, su taller lo tenía en Granada. Se conserva le media luna inversa que es de 1862. (Estudio de Francisco Capilla Luque en su blog).
      La iglesia del Salvador fue convertida en mercado de abastos por los anarquistas. Quemados los santos y los archivos de la iglesia por la F.A.I. de Málaga e invocados por el alcalde comunista de Nerja. Manuel Martín Rico, que luego formará parte del grupo de terroristas y saboteadores llamados «Niños de la Noche», cuya base estaba en la aldea del Río de la Miel. Terrorista, saboteadores, secuestradores y asesinos, que las izquierdas los han elevado al rango de guerrilleros antifranquistas, años después, como héroes tardíos de una sublevación contra la dictadura y lucha que ocasionó mucho dolor y terror en los campos. Y si no que se lo pregunten a los descendientes de Miguel Moreno González, acusado de chivato y falangista asesinado por los maquis el 16 de abril de 1949, o a los familiares de los sacerdotes asesinados o secuestrados asesinados. El patrón San Miguel Arcángel fue quemado junto a otras imágenes y el archivo diocesano. La actual imagen es una nueva.
   Imagen de San Miguel Arcángel  en 1936, antes de que la quemaran las hordas anarquistas. Desde 1718 se celebraba una misa y procesión del arcángel en su solemnidad.
 Ver: Composición del Ayuntamietno de Nerja en la II República en Nerja, por el doctor en historia don Francisco Capilla Luque.
 

   En líneas generales, según  José Jiménez Guerrero, en Málaga  capital sufrió dos conatos de incendios: el de mayo del 31 y el de julio 36, «pero en la Guerra los asaltos se produjeron prácticamente en toda la provincia, salvo en Antequera o Archidona, donde no se destruyó casi nada», comenta. Las iglesias y conventos eran incendiados y los que no, fueron usados como mercados o como sedes de organizaciones políticas y sindicales.
   ¿Qué localidades fueron las que sufrieron más pérdidas? «Además de la capital, donde la acción destructora afectó a templos que se habían salvado en 1931, como la parroquia del Sagrario o la Catedral, hay que destacar también Ronda y Marbella», relata Jiménez Guerrero.
    Eran grupos que actuaban de forma organizada de las FAI (Federación Anticapitalista Ibérica) y de la CNT, unas veces más numerosos que otras, «pero en los asaltos no participaba todo el pueblo». En el libro de Jiménez se subraya el intento del gobierno republicano por tratar de evitar, en algunos casos, estas pérdidas.
    El simbolismo de esta destrucción patrimonial. «Todo respondía a un claro intento por desacralizar los espacios públicos, destruyendo triunfos, cruces, imágenes en las calles. Con la destrucción de las imágenes patronales se quería incidir en la concepción de un Estado laico; y con la de las imágenes cofrades, se quería evitar la catequesis plástica de la Semana Santa. Y quemando los archivos se quería borrar la historia, para empezar de cero», explica Jiménez Guerrero.

    Existen dudas razonables sobre la actitud y acciones del, por entonces, recientemente nombrado por el gobierno republicano, general  Juan García Gómez-Caminero, gobernador militar de Málaga, que incluso pudo ser condescendiente para con las masas incendiarias de iglesias. El citado gobernador militar no sólo no reprimió a las masas anticlericales, anarquistas y a los radicales de izquierda pirómanos, sino que mandó retirar las fuerzas de la Guardia Civil durante los disturbios, y envió un telegrama al presidente de la República, Manuel  Azaña con el siguiente contenido: «Ha comenzado el incendio de iglesias. Mañana continuará». ¿Acaso era una orden de Azaña? Dicho gobernador militar fue  ascendido a General de División y posteriormente nombrado Inspector General del Ejército.
    Málaga fue la ciudad española más afectada durante estos trágicos sucesos, y buena parte de su patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico fue destruido para siempre por una horda de anarquistas intolerantes. No solo la destrucción o semidestrucción de edificios, sino las pérdidas de archivos históricos inapreciables, piezas de orfebrería, ricos bordados, imágenes de insustituibles, antiquísimas pinturas, bibliotecas, etc. serían de inviable cuantificación, y lo que es peor, imposibles de recuperar.


  Represión republicana
   Entre julio de 1936 y febrero de 1937, años de la guerra civil. Hubo fuertes represalias por el Frente Popular contra las personas consideradas de derecha o de «orden», que creían partidarios de los sublevados de Franco.
    Los datos que dispongo sobre la guerra civil de Nerja, son los que anota, muy bien documentado, por cierto, José María Azuaga Rico, en el apartado 2.-«La violencia en Nerja durante la Guerra Civil» de su libro  La guerrilla Antifranquista en Nerja, Nerja 1996, publicado por Izquierda Unida-Los Verdes-Convocatoria por Andalucía. Nerja (Málaga).
   En el referido apartado 2 apunta: «Según los datos que hemos podido obtener, quince vecinos de Nerja murieron violentamente [asesinados] durante la fase republicana de la Guerra Civil en esta localidad. Resulta significativo que la mayoría de esas muertes tuvieron lugar en los momentos de mayor descontrol, en el verano de 1936 (1)». Y en la página 33 del ya citado libro hace una nota nominal de los asesinados, que yo no voy a recoger. Estos asesinatos de personas señaladas como de orden o de derechas, eran asesinados en represalia, igual que en Málaga con los presos en el barco prisión republicano Marqués de Chávarri, por los bombardeos de los sublevados a la ciudad de Málaga. Hubo algunos torroxeños detenidos en este barco-prisión, pero desconozco si hubo nerjeños. Se acusaba de estos asesinatos a miembros de la FAI venidos de Málaga (tenían sus oficinas en  calle Echegaray), eran patrullas volantes de asesinos como de quema de iglesias, ermitas y santos, es decir los ejecutores de la República llamada Pancho Villa.  Algunos vecino nerjeños se enfrentaban a estos grupos de asesinos, y evitaron muchas muertes de derechista como la del médico Antonio Maldonado.  El brigada de la Guardia Civil, Juan Benítez Ortega hizo un informe fechado el 18 de octubre de 1939 donde dice que estos asesinos eran forasteros.

    Sacerdotes asesinados:
      El gobernador civil de Málaga, Antonio Fernández Vega, de Izquierda Republicana, se niega a rendirse ante el general Patxot, y siguen los disparos. Ahora, los soldados, desde el Paseo del Parque, se defienden del hostigamiento de grupos de obreros armados. Ya al amanecer del 19 de julio, el general de la plaza ordena la retirada, después de chocar una y otra vez contra las defensas de la Aduana y sus alrededores. Huelin, por cierto, discute con el general y se quita las estrellas. Días después será fusilado, y su cadáver paseado por las calles de Málaga. Otros oficiales rebeldes correrían la misma suerte.
    Manuel Cámara García, 28 años.   Al comienzo de la Guerra Civil, y cuando se encontraba celebrando Misa, fue detenido por una patrulla de milicianos en Nerja y después de pasar por el Tribunal Popular Nº 1, ante el cual hizo una declaración que fue prodigio de fe y emocionó profundamente a cuantos la oyeron, fue llevado a la cárcel de Málaga donde demostró su valentía y capacidad de alentar a los demás, como recoge F. Lluch Valls, compañero de prisión, que dice: «Hablándome de las víctimas que habían hecho en su familia me decía: Ya ves, todos menos yo; y es que no soy merecedor de ir al cielo con todos los que han matado... Ya ves que poco valgo yo. Tantos y tantos como se llevan, incluso mi familia entera, y yo aquí. ¿Es que no tengo sangre de mártir?».      El turno para la muerte le tocaría al fin en la numerosísima saca de la tarde del 24 de septiembre del 36. Fue conmovedora la carta que dejó para entregar a su madre tras su muerte, en la que le invitaba a dar gracias a Dios por haberle llevado consigo tan pronto, a los tres años de su ordenación sacerdotal: “De Dios salí y a Dios espero volver, que Él sea bendito”.
      Plácido Gálvez Rosado. Sacerdote adscrito a Nerja, de 67 años.     Nació en Nerja (Málaga). Hijo de Joaquín y Antonia. Ordenado sacerdote en 1898. Fue cura regente de Maro y adscrito a Nerja.   Fecha de su muerte: 24-09-36.     Detenido en Nerja, al iniciarse el alzamiento militar fue conducido a la cárcel de Málaga, de donde saldría el 24 de septiembre con otros 119  presos para  ser asesinados en la saca de ese día, en el cementerio de San Rafael. Fue identificado por su hermano Antonio Gálvez Rosado.
    Jerónimo Bueno Oña, Párroco de Nerja. 67 años.   Nació en 1870 en Cómpeta. Hijo de Jerónimo y Josefa. Fue cura de Cómpeta, párroco de El Borge, y finalmente párroco de Nerja.  Fecha de su muerte: 08-09-36.   Detenido el 19 de julio por los milicianos, estuvo encarcelado hasta  el día 24 de ese mes, que fue puesto en libertad por estar enfermo. Pero dos días después  volvió a ser detenido. Durante su segunda estancia en la cárcel fue humillado, maltratado y abofeteado, hasta el extremo de romperle la dentadura, para que respondiera a lo que sus verdugos querían. Finalmente, el 8 de septiembre, fue asesinado a la entrada de Nerja, donde hay unos Sifones, mientras rezaba por sus verdugos. Su defunción está inscrita en el registro civil de Nerja.
   El párroco de Nerja Miguel Martín, escapó de «las sacas» comunistas, porque se ocultó en la sierra.
  Cada vez que la aviación franquista atacaba Málaga, por cada muerto, hacían «sacas» de varios presos del buque prisión republicano Marqués de Chávarri, donde había unos 300 prisioneros políticos de derechas. Los sobrevivientes fueron liberados a las 6,30 horas del día 8 de febrero de 1937. 
   Las tropas franquistas del Ejército Sur comandas desde Sevilla por el general Queipo de Llano entraron en la provincia de Málaga por Alhama de Granada y el Boquete de Zafarraya, bajaron hasta Vélez-Málaga, continuaron por Torre del Mar dirección Almería, hasta que encontraron resistencia republicana por Castel del Ferro. Mientras el grueso de  las columnas avanzaba hacia Málaga capital, cuyas autoridades, en incluso el Obispo de Málaga, Balbino Santo Olivera las recibieron con el saludo fascista de la mano derecha levantada y la palma de la mano hacia abajo. Que no era, sino la emulación de compararse al saludo romano del Imperio.


      Represión de los nacionales o fascistas
     Tras la  caída de Málaga el domigo 7 de febrero de 1937 en poder del Ejército de Franco, lo que había pertenecido a la milicias locales y había tenido cargos durante la República se marcharon a la sierra o  dirección a Almería por la carretera bajo los bombardeos desde la costa de la aviación alemana y de los barcos Canarias, Baleares y Velasco que provocan un pánico general y la partida de numerosos vecinos hacia Almería, otros se refugiaron en la sierra de Almijara.
      La toma definitiva de Nerja se produce el 9 de Febrero con la entrada de una columna motorizada legionaria, comandada por el general italiano Gusberti (Guiseppe Guazaldo), cuando las calles estaban desiertas porque la gente temerosa había huido. Crearon una Comisión  Gestora para crear el Ayuntamiento donde nombraron como alcalde a José Santiago Martínez, fue presidida por el Delegado de la Falange Antonio María Rico Noguera. El capitán de carabineros Rafael Rodríguez Gutiérrez que formó parte de la República se pasó a los nacionales a la entrada de éstos, y tomará el mando como autoridad militar, denunciando a un miliciano que fue condenado a muerte.
      De esta forma, la Organización Clandestina de Falange, que hasta ese momento había permanecido inactiva, asume el control. No obstante, hay versiones que sitúan la entrada de una patrulla legionaria motorizada al mando del general Gusberti un día después, el 9 de febrero, aunque la toma oficial consta como el día 10.

     En la misma páginas 33 del libro ya citado de José María Azuaga Rico,   se anotan los nombres de ocho republicanos fusilados tras la entrada de las tropas de Franco en Nerja. (Algunos de ellos fusilados en el cementerio de Nerja).




  La carretera de la muerte Málaga-Almería

     Entre el 6 y 8 de febrero de 1937, se produjo en Málaga la "Desbandá", entre 100.000 y 150.000 personas salieron con lo puesto, a pie en su mayoría, y en burro o vehículos los más afortunados, dirección Almería. Fueron los protagonistas del mayor éxodo de la guerra civil. A esta caravana de la muerte se fueron unión republicanos temerosos de los distintos pueblos de la costa, entre ellos varias familias de Torrox, como la de Juan Lahoz.(Tenemos las fotos del médico canadiense de Bathun, que vino de Valencia a Almería).
    Entre 1937 y 1940 se calcula que los fascistas fusilaron a miles de republicanos en Málaga capital, con anuencia de la Iglesia estaba de  obispo Balbino Santo. El papa Pío XII reconoció explícitamente al Régimen surgido en España de la guerra civil (19361939)  que en 1953 firmó con el general Franco un concordato que daba base jurídica al llamado «Nacional-catolicismo» español: con notables ventajas para la Iglesia a cambio de la legitimación de aquel sistema fascistas. Miles de cadáveres se encuentran en las fosas comunes del Cementerio de San Rafael, donde se estima que hay enterrados más de 4.000 cadáveres (se han rescatado 2.800 cuerpos) y están consideradas como unas de las mayores de Europa. 





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Malagueños por la carretera de Maro, febrero  1937
 




    Fernando Arcas, profesor titular de Historia Contemporánea de la Universidad de Málaga, comenta que el éxodo conocido por la «desbandá» un preludio de las grandes persecuciones humanas y los genocidios que sacudieron el siglo XX. Es autor del documental «Yo estaba allí» donde recoge testimonios de la Guerra Civil y la represión franquista en Málaga. Se calcula que en estas «desbandada», hubo entre 3.000 y 5.000 muertos. Es lo que se conoce como la carretera de la muerte, una matanza innecesaria y condenable contra la población civil.