El lector
de Años y leguas debe saber que no es un libro biográfico de Gabriel Miró,
sino una expresión literaria neomodernista de personajes y paisajes frecuente en
la obra mironiana de Sigüenza; a pesar de que es cierto que Gabriel Miró,
necesitando un lugar de montaña para sanar a su hija menor Clemencia, se pone
en contacto con su amigo el músico Oscar Esplá y Triay (1886-1976) que, tenía
una masía en la sierra de Aitana llamada Masía El Molí en Benimantell, y le
recomienda una masía de alquiler a las afuera de Polop camino de Xilert, una
masía donde también residió Oscar Esplá. En dicha casa Esplá recibió a sus
amigos, entre ellos al pintor alicantino Emilio Varela (1887-1951. Miró vio
bien venir a su Alicante, a la montaña de Polop de la marina donde alquilo la casa
para los veranos desde 1921 a 1927.
Cuatro meses, desde junio huyendo de los calores de Madrid hasta finales
de septiembre (leer los estudios de Miguel Ángel Lozano Marco, en …..). En el
primer capítulo hace que Sigüenza haga recuerdo su rinconada de Madrid, o casa
en un rincón, camino de la «heredad de alquiler».
Para conocer lo que hacía Miró en Polop y en Masía
del Molino, en Benimantell, hay que leer su correspondencia como el Epistolario, recopilación de los
profesores Ian R. Macdonald y Frederic Barberá, Caja Mediterráneo e Instituto
Juan Gil Albert, Alicante 2009. Por el epistolario sabemos que el primer año de
1921, en carta es de fecha 19 de mayo de 1921 (E-398), llegó a Polop el 18 de
mayo, y días después llegó familia. Hasta mediados de septiembre, la última
carta es de septiembre sin fecha (E-429). En El 9 de agosto subieron se
instalaron en la Masía de Molino, según carta de dicha fecha a su amigo Enrique
Puigcerver (E-419). Gabriel Miró excepto algunas amistades contadas, y al ser
hombre familiar, nada de cenáculos o tertulias, su amistad personal la prodiga a través de
cartas. El mencionado Epistolario recoge 767 cartas, y algunas que se habrán
perdido. Las cartas hemos de incluirlas en las obras literarias se comprende
desde 1901, con la publicación de La mujer de Ojeda (novela recusada
muy pronto por Miró), hasta mayo de 1930, cuando el escritor fallece a los 50
años, dejando sin concluir dos libros, de los que se conservan abundantes
borradores: Figuras de Bethlem, planeado desde 1917, y la novela La
hija de aquel hombre, anunciada ya en 1919. El propio Miró reconoce a Juan Guerrero Ruiz:
«Yo soy muy lento para escribir», puesto que era minucioso, barroco y
detallista en la germinación de sus libros.
Releyendo Años
y Leguas encuentro que es el libro de estampas dispersas, que por sus
pasajes y descripciones líricas se puede confeccionar un libro ilustrado con
dibujos míos para conmemorar estos 140 años de sus nacimiento, yo no puesto
espera, como le dije a un amigo, a los 150 años, porque tengo ahora 71 años, y
el próximo en 28 de julio tendré 72.