martes, 2 de octubre de 2018

Primera parte «despistada» de Años y leguas de Gabriel Miró





Se encuentra como un añadido, al final en la jornada “La niña de la tos” de  Libro de Sigüenza edición de Biblioteca Nueva de 1927

…Pero las jornadas de Sigüenza en la corte [Madrid] se quedan aquí todas.
Vuelve Sigüenza a su provincia [Alicante] después de veinte años.
…Olor y regusto de hierro de hulla. Hierro inmóvil de la osamenta articulada de la estación [locomotoras y trenes]. Carriles mellizos [vías] que principian a caminar hacia la lejanía, rajando paralelamente el campo. Hierros de placas giratorias, de faros cabezudos. Hierro de locomotoras que han ciado en la fungosidad de los túneles una piel vieja y sudada. Y gorriones, gorriones de herrumbre y escoria, gorriones ahumados que tienen la querencia en las jácenas [vías maestras] y vienen a picar regojos [trozo de pan sobrantes] y mondaduras que han barrido de los vagones los mozos de limpieza; pájaros ferroviarios de fundición y estruendo; avecitas modernas, que trocaron el parral, el ejido y el otero por los muelles y almacenes de mercancías de una estación de ferrocarril.
Y las lumbrecillas socarronas de sus ojos miran a Sigüenza, que se va acomodando en el correo de su tierra.
 –¡Aquí os quedáis [gorriones] entre humos, arcos voltaicos, vigas metálicas y el trajín de los hombres! Yo me voy a mi comarca. Más de veinte años sin ver, sin tocar, sin aspirar mi paisaje. Haré vida rural mucho tiempo. ¿Qué os parece?
 Los gorriones, que le están mirando [a Sigüenza], vuelan a recibir un tren mixto que llega de la Mancha, tren desbordante de viajeros con atadijos, alforjas y cesta de merienda. Porque siguen cumpliéndose las palabras del Señor: “Mirada las aves del cielo que no siembran ni allegan en trojes; Nuestro padre Celestial les da el alimento de cada día”.

Y acaba este libro con las mismas palabras evangélica de sus primeras hojas [en la jornada «El Señor de Escalona].

Nota.- (Texto escrito probablemente en 1926 para preparar la segunda edición de Libro de Sigüenza en Biblioteca Nueva de Madrid, 1927. hemos de tener en cuenta que la primera edición fue de la editorial Eduardo Doménech de Barcelona de 1917)