SALIR DEL ARMARIO O DE UNA ALACENA
Mi
madre me puso un imperdible de oro en el pecho al nacer contra el mal de ojo, me abrazaba un pellizco
de carne, y este amuleto debió funcionar porque no cogí ningún virus patológico
de esos que se cogen dentro de los armarios y alacenas, qué más da. Me resisto a hablar de este tema, hoy 30 de
junio (30-J), cuando todos los matrimonios hemos sido humillados. Ahora tengo
un clavo de titanio en el corazón que me tengo sacar con un destornillador
eléctrico.
Cambiemos de conversación:
Cuando hace años paseaba por la Estación de RENFE, en la ajardinada isleta
frontal, donde actualmente cabalga un caballo botero y, encima, reventándolo,
un desnudo y gordo picador, antes se erguían dos majestuosos cuernos metálicos
de fundición en minio, a lo bestia casi como arco de triunfo o pasarela
peatonal metálica, llamadas: Esculturas a
la libertad de expresión, hoy se emplazan en la Gran Vía, allá por Sidi
Ifni, junto a otras esculturas móviles.
Una vez creí leer Gran Vía de la Constitución, pero no, leí mal, era
Gran Vía en Construcción, errores a las que nos llevan los deseos, cuando vemos
que cada cual puede tomar bodas con quien le da la gana, y la sagrada institución
familia, hoy desvalorizad queda por los suelos, en un país de enfermos
patológicos que salen de los hornos, de los armarios, de debajo de las camas.
¿Qué es la libertad? ¿Alguien sabe dónde empieza y donde acaban las libertades?
Me dice mi cicerone Algazel que
Don Quijote tenía derecho a afirmar que bacía era yelmo, e incluso inventó la
palabra «baciyelmo», convencido de que decía la verdad, y con su verdad anduvo
por los caminos de La Mancha hasta Barcelona, en definitiva del mundo civilizado,
enseñando que en el intento está el valor, y que el valor se ha de tener para
ensayar lo absurdo, y que el absurdo es libertad y el único camino para
conseguir lo imposible, y luchando contra la injusticia y sobre todo por un
ideal, que ya nadie lucha por ideales, sino por un montón de billetes verdes.
Conocí a un hombre que puso en
práctica una idea, una idea en principio absurda, la de ponerle música de
cámara a las abejas para que dieran más cantidad de miel y más jalea real, las
personas de su entorno familiar, le dijeron que estaba majareta, que vivía en
la luna, perdiendo el tiempo en tonterías. Sabías que este lunático comercia
hoy en día casi el 50 % de la miel de
España. En la libertad empresarial de nuevas ideas se oculta generalmente el éxito.
Las abejas son esas moscas con aguijones, pues después de oír música se
volvieron hermafroditas.
No quiero hablar de las
innovaciones sociales, de nuevos proyectos familiares herejes, o de las bodas
«homonales» o herniales o entre abejas del mismo sexo: «que me quede como estoy
Virgen de Lourdes». Porque eso se sumergirse en proyectos raros es para los
belgas, holandeses o canadienses, nosotros a los nuestro hemos olvidado la
filosofía española del Quijote, de la tradición de conquistadores, la vida es
comer basura. Así nos va, la libertad no
sólo habla de los valores fundamentales de los ciudadanos sino de las
libertades.
Nos queda mucho que aprender del
espíritu de Don Quijote, del que le puso música a las abejas, de los que fueron
a Flandes, a América y a Alemania. Atrévete a saltarte ¿Qué es primero el
hombre o el bien común? Cuando seas rico podrás hacer lo que quiera con la
bacía, que estaba «loco», pero no tenía ni un pelo de tonto.
Finalmente, las esculturas a la
libertas de RENFE fueron trasladadas de lugar y se encuentran actualmente en la
Gran Vía, cerca del Hospital de la Seguridad Social o de la Generalitat. Hay que errar mucho para no equivocarse. Hoy
nos hemos equivocado, porque aquellas abejas que escuchaban música clásica
adoptaron abejorrillos, que se volvieron abejas hermafroditas. No sé si me has
entendido pero hoy no doy para más.
Empecemos con la igualdad. ¿Por
qué las mujeres se llaman María, Carmen o Mercedes, con nombre femeninos? Por
qué no se llaman Paco, Antonio o Miguel? En cuanto hay un nombre femenino en el
DNI, dice mi amiga Ana que ya hay una discriminación. ¿Tiene o no tiene razón?
Todos iguales como los palillos
de dientes, víctimas todos de unos políticos que van a la suya. Un referéndum
sería equitativo. Sí, y por qué no. Hoy en 30-J, treintajota, no lo olvidemos, para vergüenza de los españoles de
bien y decentes.
relato de Eamón fernández Palmera
junio 2015