Se fue la tarde con su cortina de
seda, las palomas tenian ojos de metal crispado, la fuente dejó de echar agua
por los recortes, y tu boca..., tu boca de amor
y deseo se fue con el verdín del óxido, porque veo que ya no me quieres como
antes me querías, amor de los sentidos y de las tardes en los parques del frío entre los hielos de Andalucía, y
del calor del norte de mi cuerpo entregado entre dos los jazmines enanos y con espinos y entre tres los jazmines de
colores rojos como tus labios, también blanco cual plumas de flamencos rosas entre la tundra de tus ojos que me dirán como alfileres de un resugir de espando má allá de la este. Y como lirios cuyos capotes de lana enseñan a sufrir entre lluvias y tormentas de olas que se llevaron al bebé, por negligencia de sus cuidadores, porque las olas son inicentes no tienen maldad de mar. Y se fue la tarde triste de los días amagos de la despedida en trenes de madera y vías con traqueteos. Y me sonó el movil, y lo extraño es que estábamos en 1956.