miércoles, 24 de julio de 2013

Quiero hablar con el director médico



                                                 EL DIRECTOR MEDICO (relato real).

         El día 5 de Noviembre del 2002 a las nueve de la mañana, yo parecía un rosario de citas aceptadas y pospuestas, y me presenté en la sección de Rehabilitación de la Clínica Vistahermosa que posee ASISA en Avda. de Denia, acompañado de mi hijo David, que fue quien me llevó en el coche hasta el aparcamiento subterráneo de dicha Clínica. Una vez allí, a la espera de que me recibiera el doctor rehabilitar D. Agustín, me dicen que no ha venido, porque ha tenido un accidente de tráfico, lo lamento mucho, muchísimo, le conozco personalmente, bueno, pues pido que me vea el sustituto, el suplente, el que está en el banquillo, me dicen que no se han previsto, y me dan cita para el jueves de la semana siguiente, muy bien, y si el jueves no puede venir el Dr. porque ha empeorado o no se encuentra recuperado ¿qué pasa?. Y me contesta la fisioterapeuta señorita Juani que eso lo solucionará la dirección de la Clínica, pero yo le argumento que mi rodilla recien operada con una prótesis, no puede esperar, que se me pone rígida si no empiezo, ya, a darle caña
Le enseño un volante firmado por el traumatólogo que me hizo la movilización en Madrid bajo anestesia en la rodilla maltrecha, por culpa de una rigidez o adhesiones musculares, la “fisio” me dice que no, que ella necesita la orden del rehabilitador.  Bueno, pues haga una excepción, y empiezo a mover la rodilla, de todas formas usted sabe muy bien qué es lo que tengo que hacer. Ella me responde con enfado no, imposible, me juego el puesto.
Este país ha llegado a un estado de burocracia sanitaria que apesta, órdenes e inhumanidad,  a nadie le importa la consecuencia de un fallo, si el empleado ha cumplido bien su obligación escritas, es decir, si cumplo bien mi obligación quedo exento de culpa, su rodilla está por debajo de la obligación humanitaria, aunque se incumpla en la omisión del deber de socorro. Bueno, pero aquí en la clínica habrá alguien que me pueda solucionar mi problema. Y seguimos con vueltas de tuerca lo lamento pero no yo no puedo hacer nada. Y es estas personas duras, endurecidas en decir no, son las que llegan lejos, son las preferidas por lo jefecillos trifásicos, les llaman gente con personalidad con tendencia al mando. Bueno pues me voy a ver a un médico de guardia, alguien habrá que me aclara mis dudas, pues soy de los que no me conformo con un primer no, con el no indocto de un bedel o del ordenanza de la delegación, uno tienen tantos años que sabe que cuando no funcionan los conductos normales, funcionan las recomendaciones, siempre ha sido así en este país de secular tradición rural y agrícola y no vamos a cambiar de la noche a la mañana.
 Insisto a la enfermera que recibe los casos de urgencia, otra más de las entrenadas en el no y en lo lamento mucho pero no puedo hacer nada, que quiero ver al médico de urgencia para una consulta de un minuto, pues no pudo esperar la cola de verdaderas urgencias, ella otra de las enfermera al mostrador, le explico que D. Agustín ha tenido un accidente, no hay sustituto, yo tengo una autorización del traumatólogo pero que no vale. Espere, que llamo a rehabilitación, lo hace, le explica lo mismo y le confirma que sin el rehabilitador no pueden empezar las sesiones (20 que me había mando el traumatólogo de Madrid (el Dr. Delgado), que fue el mismo que me puso la prótesis de rodilla hace una año y medio. En fin, la respuesta de siempre, lo siento pero no puedo hacer nada sin la autorización del rehabilitador no hay se puede hacer nada, que vaya el jueves para lo próxima consulta, y vuelta a empezar y si el D. Agustín, no puede venir después del accidente, yo estoy acostumbrado a prevenir las situaciones adversas , ese es mi oficio el de pronosticar los terremotos. Decido que desde urgencia me hoy directamente al Administración, quiero poner una reclamación, y el escribiente que está allí sentado tras un ordenador, cuyo rostro me es anónimo y hostil me dice que las reclamaciones en Recepción, bueno bien, lo que yo lo que quiero hablar es con el director de Vistahermosa, bueno depende de el tema que usted quiera solucionar, si es administrativo o médico. Es médico, entonces tendrá que hablar con el Directo médico, pero ahora no está, nunca está para una reclamación,  déjeme su número de teléfono y en cuanto venga le llamará, es la técnica más común.
 Me extrañó mucho esa decisión, pues ya eran las nueve y media de la mañana, la mayoría de los trabajadores empiezan a las ocho, por no decir de los que empiezan a las seis, o los correturnos que pueden empezar a cualquier hora. Salgo de Vistahemosa con la sensación del vencido por la burocracia y los sucesivos noes, mi hijo me dice que no me preocupe, que dos días más de espera no son nada, sí, no son nada pero ya hace cuatro días que viene de Madrid y la rodilla todavía no ha empezado a trabajar, si por el contrario fuera la rodilla de Ronaldo ya estarían trabajando en ella cuatro fisoterapeutas, lo cual demuestra que todo no somos iguales.
 Como todavía no pensaba tirar la tolla, soy terco e inconformista por naturaleza y eso de que me hagan comulgan con muelas de molino es que ataca mis principios de libertar como ciudadano y como persona humana. Saqué el libro de las consultas, y llamo a un centro de rehabilitación de Maisonnave con quien Asisa tiene concierto, temo en  un principio que me den cita para quince o veinte días, y eso es lo que yo no quería, que pasaran días y días y mi rodilla sin movilidad. La enfermera del Centro de rehabilitación me es conocida, yo ya había estado, otra vez en esa consulta por rehabilitación de operaciones anteriores. Mi rodilla ha sido operada cinco veces, y lleva siete años dándome guerra. Le explico: mire yo había hablado con Dr. Ismael, para que en cuento viviera de Madrid, empezara con rehabilitación, yo demás tengo un volante del traumatólogo para empezar la rehabilitación, pero me han dicho en vista hermosa que no vale el volante no vale, así que necesito que me hagan uno para empezar ya, después de varias preguntas de la enfermera me dice que puede verme mañana a las cinco menos cuarto, ¡aleluya!, ya no tengo que esperar a la incierta cita del jueves con el doctor accidentado.
  Nada mas colgar el teléfono me llaman de Vistahermosa, es el Director médico, me pregunta lo que me pasa y antes de empezar a contarle mi reclamación, le digo que ya he solucionado el problema pues de esta manera baja un poco la guardia, la tensión de su necesidad de oírme, le explico el motivo de mi reclamación, y me dice que efectivamente la autorización del traumatólogo no vale, y que el jueces próximo si no puede venir el doctor accidentado, pondrán a un sustituto. Muy bien, me despido con un perdone las molestias, de nada, para eso estamos.
Empecé las sesiones de rehabilitación muy contento con mucha determinación de sufrir lo que hiciera falta con tal de darle a mi rodilla la oportunidad que se merecía. Tras un mes de sesiones me salió un bultito en la zona de flexión exterior de la rodilla. Me lo tienen que operar, no hay quine le meta mano, se hace gordo y al fin revista solo, ocho meses echando líquido sinovial. Un trasplante de piel me toca que me hace el doctor Salvador salvajemente. Te quita un trozo y me lo pegan, es tan grande el corte, la herida, los puntos, que el primer día que me lo vi por poco me desmayo, que casi me caigo si no es que estoy en una camilla.
 Seguiré informando...