sábado, 20 de julio de 2019

BUSCANDO A JUAN BENET EN EL PANTANO DEL PORMA



            BUSCANDO A JUAN BENET EN EL PANTANO DEL PORMA
             Por Ramón Fernández Palmeral

(Proyecto alfa)
Juan Benet fue ingeniero de caminos, participó en las obras del Pantano del Porma en el norte de León, su libro Región se escribe aquí.  Hice un viaje para recuperar la memoria de autor y su obra.
  Con un whisky o sangre de dioses celtas, me relamo los labios y subo hasta la pluma de los recuerdo encontrados con otros recuerdos cuando me mandaron como ingeniero de camino por una larga estancia a El Bierzo es un paisaje enlutado de verde, fuerte, muy hercúleo, casi vacuno, que con un aire singular del que te rompe las costillas si respiras demasiado, se te apoderas de mucho volumen, un aroma de encías de pino, castaños,  gigantes y torturados castaños, una claridad estival y un húmedo y lluvioso largo invierno, una nueva manera de ver que te lleva a sentir la presencia de lo mágico, lo brujo y lo ancestral, extraño como algo digno de conservarse aunque sus gemelas torres de las térmicas se desangren en humos blancos sin ser capaces de teñir el cielo, chimeneas que horadan el cielo Posee un sentimiento de orgullo fuera del común como el que se puede sentir al ser único heredero, único lugar habitable de la Tierra o manantial balsámico que cura todas las enfermedades: incluida la del deseo de volver al origen. Sus gentes la adoran como a un santo milagroso, no ya Santiago que  es seguro de eternidad del alma si ganas el jubileo, sino de devoción, de agradecimiento a las bondades que a cambio se reciben. Uno tiene en la  mente la reproducción de un retrato o la litografía de un almanaque de aquellos  con paisajes suizos con lago, barco, pinos y abetos, sierra con nieve, casas con tejados inclinados de pizarras, una imagen de un antiguo almanaque en el cortijo de mi tía Dolores posiblemente regalo de la cooperativas de pasas. Paisajes de encantamiento que por desventura se había encastrado en mis sueños para no separarme jamás.  Por el azar me encontraba un domingo en la pueblo del  Manzanal, puerto y puerta de el Bierzo, a más de mil metros de altura, niebla baja, la carretera húmeda, las gentes en sus casas, un pastor con el rebaño de ovejas, una cantina Serafín del caminante, iba solo, a la puerta se asomó una mujer con delantal que esperaba mi entrada triunfante, al fin no entro, es temprano para comer.  Gente recia, mineros jubilados, que exigen sus derechos con movilizaciones, es una cultura, o cortar carreteras, son gente que no se deja pisar, se une en fuertes grupos, hacen sus asambleas y deciden por mayoría cualquier asunto del Concejo vecinal, Pedanías o Ayuntamientos.  Camino de Santiago. Tierra de Gil y Carrasco, Bembibre pueblo de la  poetisa Pilar Blanco, ¿dónde está el Señor de bembibre? Empecé una suave bajada con túneles de asfalto, manchas de escombros de carbón, valles de brezos escribiendo sobre los abuelos montes, obras paralelas de una autovía que llaman del Noroeste, volando sobre los tejados de pizarras negras, enlutados cuervos de una rapiña no reconocida, paso muy cerca de Albares, y de Bembibre del Sil. No volveré al recuerdo de tu rostro. Pensé  en el camino autoviado que había dejado como una obsesión, me propuse olvídalte como un cabrón adormecido, no sentir la humillación de tus palabras.
         Allí, me hiciste pasar por un templario que le daba consejos a un niño, un relato infantil al que titulaste “Raúl y el templario”.  El castillo templario del siglo XII, con sus reformas de los Castro y Lemos, sus torres, sus almenas, sus matacanes, sus paso elevado, escaleras de caracol, sus muros como canteras para abastecer la construcción de las villanas casas. La tierra leonesas, y el Camino de santiago ye hezio por un tiempo sentirte Templario, gótico, románico y hasta degustador de vinos de la tierra, pero me hiciste visible a un niño, pero invisible a los demás.


           El odio es enfermedad imaginaria, la venganza enfermedad imaginaria, el dolor enfermedad imaginaria, el amor enfermedad imaginaria, quererte, sentirte a mi malo, vivir sin ti... sí todo ese mundo que  existe fuera de nosotros resulta imaginario, irreal ¿qué es la muerte, la reconciliación, la protección de una madre hacia sus hijos? Siempre las mismas pasiones en el ser humano, que viva el amor furtivo, la reconciliación, el vino, y todas las enfermedades imaginarias. Te vas de mi lado te levantes y te sigo, quieres salir por la ventana nadando, vasos café mucho café borrachos soportaremos mejor la existencia, vasos café no, copas alcohol, noche oxidadas, y tú lector que haces ahí escuchando sin decir nada, cobarde, sin ayudarnos, soy como la imagen del espejo no puede venir a visitarme, soy el reflejo de un ser, ¿o no estoy seguro de ser? El premio que quisiera es ganar la vida o que me quitaran veinte años de encima, de este encima que no estoy seguro de si es ilusionismo o prestidigitación. Mentiras que se hacen pasar por verdad, la realidad de las palabras, salir del valle de la muerte,  el poder de persuadir, la verosimilitud de quien soy y no puedo ser o he sido. Elaborar un nivel de realidad para mí,  busco a un autor que me de nombre, quiero vivir entre los seres de ficción, quiero que el narrador me de un nombre, quiero emerger a la realidad de la irrealidad. Suplico al autor que me de un nombre o una simple inicial qué más le cuesta, unos ojos para mirar, un pensamiento para sentir, un pasado para hablar de mí mismo o desde dentro de mí hacia fuera, querer enamorarme de palabras, crear palabras nuevas verosímiles que me hacen nacer en el manantial de una novela, un cuerpo o un simple relato, sí quisiera dejar de ser una conciencia, un reflejo de una personalidad, un ente en la punta de un bolígrafo, quiero que me den vida, que me busquen un lugar, un espacio un tiempo, un estilo para surgir, y si tengo suerte inmortalizarme con una historia o con une estilo narrativo, pues es más importante ese estilo que el tema en sí, las historias pueden ser buenas o malas, pero el estilo personal es quien las salva del anonimato.  Quiero ser un personaje que envidie en distintos grados, que dude en distintos niveles, que desee lo que no tiene o por el contrario sea deseado, que tienta el ridículo de ser abucheado, que la vanidad le encarcele y le reduzca, que lo olviden por un tiempo, que sienta un poco de soberbia, que tenga ira, que sea perezoso al madrugar, que tenga pasiones, rebose de sentido común, que el autor le del poder de la aventura, que se sienta culpable por lo que no hizo, que sea perverso y esto son los personajes que más me gustan convertido es tragedia de un Ricardo III, que sienta el placer de la estética, miedo, terror, la lujuria del sexo, el deliro o la amenaza, o la delación y sentirse vendido traicionado. Todo estos sentimientos y más son los que necesito, es lo que quiero, y lo que podría ser, y lo que interpretaría, y lo que gozaría, tener para poseer una vida así como la de un Lazarillo de Tormes, claro que es mucho pedir, me conformaría con ser un personaje de segunda, como si todo aquello que el sobra a unos pudieran dármelo a mí. Y son esa vida ficticia poder percibir los olores aunque sean de alcantarillas, frutas podridas, estiércol de flores, estiércol de palabras como amor, placer, sombras, sensitivo, me conformaría con un poco de estiércol de libertad. Quiero un nombre, aunque en realidad, ¿qué son los nombres?, una definición, porque mucha gente se llama igual hasta con apellidos y no son las mismas personas por poseerlo, la gente no es el nombre, es lo que presenta ese nombre dentro de un conjunto de la sociedad que le conoce, pues si es desconocido es anónimo y no existe como me puede pasar a mí, sin embargo, floto en la gruta profunda, en el miserable agujero,  donde zanjan los espíritu ebrios de conocimiento, ebrios horas inútiles, ebrios de vino del conocimiento, quiero vino dulce y beber, y por que no seguir bebiendo, y despertar otra vez en otro espacio sin sustentación, en la punta de un bolígrafo que patina sobre la pista de hielo donde se ha congelado el  llanto de muchos hombres solos y desesperados, llenos de gloria como
 Continuación un líquido color güisky                     





Una vez lo vi detrás de mí por el espejo del cuarto de aseo, era un ser de mi estatura, piel escamosa y cabeza de dinosaurio.  Me llevé un susto de muerte y huí del apartamento, al bajar por la escalera vi a mi amiga hablar con dos enfermeros de la clinica universitaria, sospeché que venían a cazar el dinosaurio invisible pero que dejaba huellas de su existencia.  Cuando en el portal llamé a mi amiga, los dos enfermeros vinieran directamente a por mí, me cogieron de los brazos sin darme explicaciones y me netieron en una ambulancia, odiaba a mi amiga, y sospeché que ella colaboraba con la clínica, a la que yo no podía regresar. ¿Cómo líbrarne de ellos, si no habla duda de que mi sangre era un arma nueva, un arma letal deseada por cualquier gobierno, por una vez iba a utilizar ese arma en mi beneficio para escapar de la ambulancia antes de que me pusieran camisa de fuerza.
Me mordí en el canto de la mano para absorber ese liquido monstruoso color whisky y comprobar su sabor, una simple gota me dejó dormida la boca con una sabor amargo indescriptible, escupí en un estornuda que espurre6 toda la ambulancia. y empecé a escuchar el ta-ta~ta metálica de mordiscos al aire de dentaduras postizas que daban bocados, luego empezaron a moverse y a atacar a todo lo que encontraba a su alcance, como pirañas mordieron al enfermera y al conductor que se vio obligado a detener la ambulancia, a los botes de suero, las asientos, mis zapatos, hasta que salga de la ambulancia, mientras las dentaduras postizas mordían todo como si tuvieran vida propia, al principio eran dentaduras humanas luego de tiburones, de toda clase de animales.  La ciudad se había llenado de fieras, todas las gentes eran fieras de una selva evacuada, la selva de la ciudad, y yo era el única ser humano entre ellas.
No sabia donde esconderme, cada taxi lo conducía un .jaguar, el Ketro lo ocupaban manos colgados de las barras sujetadoras o ulanzabuses", los autobuses los conducían Draguntanes e iban llenos de Thelémacos que asoman sus cuellos de pértigas por las ventanillas, cada coche la conduce un tigre, en los bancos de los parques rugen los elefantes e "hipopótamos" celosas con sus crías, jamás como en aquella ocasión deseé tanto ser una fiera.
Aparecí en el extramuros de la ciudad, en las chabolas, cuyas paredes estaban formadas por muros de libros amontonados, los tejados forrados por hojas sueltas de incunables, la Biblia de Gutemberg, Betato de Liábana, manuscritos todos llenos de bestias monstruosos de la imaginación medieval, y nada de esta encontraba explicación, en una chabola salió una mujer con bata blanca parecía mi amiga a la cual yo creía en mi apartamento, en la mano me enseñaba un folio con un dibujo que era una pirámide egipcia y sobre ella un gota de sangre, todo ella podía tener explicaciones a mi Irrealidad, a mi fantasía a los efectos de algún alucinógeno a medicamento, presagié una advertencia como que la próxima gota de sangre se yo derramara se convertirla en pirámide en un inmenso pisapapeles aplastando ciudades, coma meteoritos sobre los mares, bombardeando el planeta desde el espacio.  Ni amiga enfermera no decía una palabras se ocultaba el rostro con el perfil que tenía la pirámides, no me decía nada, me Indicaba la pirámide que venían del cielo como proyectil y la gota de sangre encima...

(Continuará)

miércoles, 17 de julio de 2019

El milagro de El Acebuchal. Historia escrita por María del Mar López


El Acebuchal, la vieja aldea recuperada del abandono


El Acebuchal
En la Axarquía de Málaga son muchos los que conocen la historia de El Acebuchal, una vieja aldea de la sierra de Cómpeta y muy cercana a Frigiliana. Esta pequeña aldea se abandonó y pasó al olvido durante muchas décadas, pero gracias a unos vecinos que volvieron a este lugar y lo reconstruyeron, hoy día es un lugar de ensueño ideal para el turismo rural. 

La historia de El Acebuchal

El Acebuchal historia
El Acebuchal se fundó en el siglo XVII y nunca fue demasiado grande, solo lo habitaban 180 habitantes de familias que vivían tranquilas y se buscaban la vida en este lugar de la sierra como antiguamente. Tenían sus huertas, sus animales, y trabajaban de arrieros y temporeros en los pueblos cercanos.
Pero tras la guerra civil sus vidas cambiaron para siempre, y es que en esta sierra se resguardaron los maquis, que hacían su guerrilla contra el régimen franquista. Esto complicó la vida en este lugar, se volvió inseguro, había redadas de la guardia civil buscando a los maquis, ya que estos solían ir a por comida a la población. Los encuentros entre la guardia civil y los maquis muchas veces eran sangrientos cuando había tiroteos y los caminos hacia las poblaciones cercanas también se volvieron inseguros.
Todos estas circunstancias fueron continuas durante la dictadura, provocando que se diera la orden de desalojar la zona definitivamente en el verano de 1949.
El Acebuchal acabó siendo una aldea abandonada con casas en ruinas durante décadas, pero en 1998 unos vecinos decidieron volver para rehabilitar su antigua casa de la aldea. Con el tiempo fueron rehabilitando las casas de toda la aldea, y transformaron este lugar abandonado en un bonito lugar, repleto de casas rurales para alquilar y ventas para comer.
El Acebuchal
Incluso en 2007 construyeron su propia capilla, en la que se guarda la imagen de la Inmaculada Concepción, la patrona que procesionan el primer sábado después del día de San Juan. Este día es de fiesta en El Acebuchal y tras la procesión se reparte paella para todos los visitantes.
El Acebuchal capilla

Actividades al aire libre en El Acebuchal

El Acebuchal es el lugar perfecto para realizar senderismo, ya que desde este lugar parten numerosas rutas senderistas. Se puede llegar hasta Cómpeta y Frigiliana andando, o adentrarse en el Parque Natural Sierras Tejeda, Almijara y Alhama.
Estos senderos también se pueden realizar en bicicleta, quad, motocicleta de montaña o a caballo. Pero sería conveniente hacerlos primero a pie para asegurarse de la dificultad de cada tramo.
Para comer hay varias ventas en la parte alta de la aldea que hacen comidas típicas de la zona con productos autóctonos y carne de caza. Y si queréis pasar la noche hay muchas casas rurales preciosas para pernoctar. Sin duda El Acebuchal es un sitio ideal para pasar un día en la naturaleza con la familia, la pareja y hasta el perro. ¡Seguro que si lo visitas te enamorará!
El Acebuchal

Cómo llegar a El Acebuchal

El Acebuchal está en plena Sierra Almijara, a 13 kilómetros de Cómpeta y a 5 Kilómetros de Frigiliana, por lo que se puede acceder desde las dos localidades. El camino más fácil para llegar es desde Frigiliana, siguiendo la carretera que sube desde la parte alta del pueblo, y a unos 2 km se coge un desvío hacia la derecha. El desvío se reconoce por un gran cartel de publicidad de una venta de El Acebuchal.
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Soy una joven malagueña amante de los animales, el arte y de Andalucía. Me considero artesana, soy blogger y en mis ratos libres me gusta pintar, coser y hacer manualidades.
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El Acebuchal, una aldea desalojada por Franco, convertida ahora en paraíso turístico

La casas fueron rehabilitadas a principios de la pasada década. /EC
La casas fueron rehabilitadas a principios de la pasada década. / EC

Se cumplen 70 años de la orden de despoblarla, por ser refugio del maquis. El enclave fue recuperado hace 15 años y recibe a miles de visitantes

Eugenio Cabezas
EUGENIO CABEZAS
Los que hoy en día visitan El Acebuchal podrían pensar que se trata de una aldea más de las que salpican el interior de la comarca de la Axarquía. Sin embargo, este núcleo, con apenas una treintena de casas, situado en pleno corazón del parque natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, dentro del término municipal de Cómpeta, tiene tras de sí una historia de lo más triste y dolorosa. En agosto de 1948 el dictador Francisco Franco ordenó el desalojo inmediato del poblado, que en esos momentos tenía unos 200 vecinos, porque sospechaba que estos daban apoyo logístico a la guerrilla del maquis, liderada por la agrupación de Roberto.
Durante cinco décadas las viviendas se fueron deteriorando, hasta quedar prácticamente en ruinas. Sin embargo, desde finales de la década de los noventa del pasado siglo, la familia de Antonio García 'El Zumbo', su mujer, Virtudes Sánchez, y los hijos de estos, Antonio, Sebastián y Virtudes, junto a Aurelio Torres 'El Obispo', decidieron restaurar los inmuebles, algunos de los cuales pertenecieron a sus antepasados. Ellos son los responsables de esta «aventura y de esta locura» –como les gusta llamarla– de querer recuperar un viejo poblado abandonado. Fueron más de diez años de esfuerzos y sacrificios, a principios de la pasada década, miles de euros invertidos para conseguir ofrecer un destino turístico único, en el que los visitantes se quedan «alucinados» con el paisaje.
«Unas 200 personas tuvieron que abandonar sus casas y tierras en una diáspora que aún no ha terminado para muchos. Su único delito fue vivir en el corazón de la Sierra Almijara, donde por aquellos años la guerrilla antifranquista se hacía fuerte y puso en serios apuros a las tropas enviadas para eliminarla», dice el historiador de Frigiliana Adolfo Moyano.
Los hermanos Vicky y Ramón Fernández son hijos de nacidos en la aldea competeña. Aunque no mantienen una propiedad, sí la tienen varios de sus primos. Su amor por la historia y sus recuerdos de infancia, cuando con apenas seis o siete años sus padres los llevaban allí para conocer a varios de sus tíos y primos, les llevaron hace dos años a recopilar en un libro los principales acontecimientos históricos de este enclave. En sus 75 páginas el lector puede encontrar un resumen muy completo de las primeras fuentes documentales que hacen referencia al poblado, así como numerosas fotografías históricas y testimonios de esos últimos pobladores.
Según Moyano, fueron agentes de la Guardia Civil, con el apoyo de Regulares delCuarto Tabor de Alhucemas, los que se encargaron de comprobar que la orden de Franco había sido atendida. «El Acebuchal pasó a ser un pueblo fantasma durante cerca de 60 años. Sus habitantes, repartidos por pueblos cercanos, la mayoría, nunca dejaron de sentirse de El Acebuchal, manteniendo sus raíces y un fuerte sentimiento de pertenencia a la aldea», describe el historiador, que trabaja como conserje en el colegio Enrique Ginés.

El último nacido en la aldea

«Fui el último que nació aquí», dice Torres, quien reconstruyó la antigua escuela convirtiéndola en una acogedora vivienda vacacional. Antonio García es nieto de nacidos en El Acebuchal, y uno de los que más esfuerzos ha puesto en convertir este poblado en un enclave turístico. «Uf, si me preguntas por dinero, no te puedo decir, porque nunca me he parado a echar cuentas. Sólo te digo que traer la luz desde Cómpeta nos costó casi 72.000 euros en el año 2003», explica. Sin embargo, la recompensa la reciben a diario, y especialmente los fines de semana, con decenas de visitantes, especialmente de nacionalidad extranjera. «Recibimos visitantes todo el año, y en noviembre o diciembre nos gusta hacer una recreación del antiguo oficio de los arrieros, que atravesaban con bestias la sierra para llevar el pescado y otros productos frescos hasta Granada, a través del llamado Puerto de Frigiliana», dice.
La treintena de viviendas de ambas aldeas han sido rehabilitadas y cuentan con todas las comodidades, aunque en la zona no hay cobertura de telefonía móvil. El bar que regenta la familia García es el único punto donde es posible disponer de una conexión wifi vía satélite. En pleno verano, la ocupación es máxima, y las familias disfrutan de un auténtico paraíso residencial en plena naturaleza. «La persistencia y la esperanza vencieron a la sinrazón fascista y muchos pudieron volver a sentir aquellas calles nuevamente pobladas. Setenta años después recordar aquel momento trágico es un homenaje a los que nunca pudieron volver, pero que nunca quedarán en el olvido», expresa el historiador frigilianense.

viernes, 12 de julio de 2019

Gabriel Miró: Figuras de la Pasión del Señor, de gabriel Miró por Rafael Narbona

Gabriel Miró: Figuras de la Pasión del Señor

Gabriel Miró

La literatura de Gabriel Miró refleja la huella de los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. La meditación ignaciana apunta que «no el mucho saber harta y satisface al ánima, mas el sentir y gustar de las cosas internamente». Miró nunca se desvió de esa consigna. Publicadas entre 1913 y 1917, las quince estampas que componen las Figuras de la Pasión del Señor son una síntesis de su credo estético: neomodernismo, impresionismo, sensualidad bíblica, sensibilidad pictórica y espiritualidad teresiana. Entre 1914 y 1915, Miró dirigió la Enciclopedia sagrada católica, que no llegó a terminarse. Su trabajo mejoró sus ya hondos conocimientos del Antiguo y Nuevo Testamento, incitándole a escribir una obra sobre los últimos días de Cristo. Las quince Figuras de la Pasión incluyen a los personajes principales de los Evangelios, pero también se demoran en personajes secundarios o insignificantes. Cada figura es un relato con una leve trama argumental. Miró no pretende hacer teología. Profundiza de forma indirecta, adentrándose en los paisajes y en el mundo interior de los que siguen o se oponen a Cristo. «Sanhedritas amigos de Jesús» es una de las figuras más conmovedoras, pues contiene la muerte en la Cruz. Miró cede el protagonismo a Josef de Arimathea y Nicodemus. Ambos pertenecen al Sanedrín, pero son hombres buenos y justos.
Miró nos presenta al rico e ilustre anciano de Arimathea deambulando por sus maizales y sus campos frutales. El alboroto de las acequias, el esplendor de las huertas y los manzanos de Samaria contrastan con el desierto. La vida y el vacío forman el pliegue escogido por Dios para irrumpir en la historia, quizás porque lo pequeño será lo primero en el Reino de los Cielos y la herida del pecado se sanará mediante el escándalo de la Cruz, un tormento reservado a sediciosos y esclavos rebeldes. Josef observa el «afán de las abejas, afán sin angustias», semejante al de los pájaros y los lirios de la parábola referida por el Evangelio de San Mateo. Seguidor clandestino de Jesús, no cuestiona al Dios del Antiguo Testamento, sino que ahonda en el drama de la creación, gravemente herida por el pecado original: «Y la mano divina, después que tocó en los orígenes de las cosas los sufrimientos de la creación, hizo al hombre… En todos los seres era posible lo que apetecieran para su bien. Y el más grande bien de los hombres: vivir, vivir sin dolor, no se hallaba en su voluntad…».
Josef conoce las profecías, pero no puede imaginar que la Cruz será el precio de una nueva alianza. Jesús sudará sangre en el huerto de Gethsemaní, bajando hasta la penumbra más oscura del dolor físico y psíquico.  Ajeno a su tormento, Josef contempla «la mañana maravillosa, regocijada infantil», temblando sobre un horizonte de «montes remotos», con «una tonalidad dulce, de carne húmeda, recién modelada». La belleza del paisaje sólo agrava el pesar por su propia caducidad «dentro de esa vida palpitante, briosa». Cuando abandona el campo y se interna en un jardín umbrío, su aflicción crece: «Allí la luz llegaba trabajada, envejecida, pálida, como si tamizara la frente de la Humanidad». En las sendas de mirtos, sauces, adelfos y acacias, «había una quietud grave que desnudaba la vida». Entre el follaje, se halla el sepulcro que ha preparado para acoger sus restos mortales. Sin hijos, sabe que sólo le esperan «postreras lágrimas alquiladas». Su tristeza se hace más tolerable al observar unas «rosas carnales», «jaspeadas», de un «rojo púrpura». Son las rosas que le regaló la adúltera salvada por Jesús de una multitud colérica. Miró completa el hecho narrado por el Evangelio de San Juan, con una hermosa fantasía. Jesús cogió su mano y la condujo hasta la quinta del venerable anciano de Arimathea, con el objeto de asegurar su vida.
La aparición de Nicodemus, fariseo y quizás oriundo de Galilea, disipa las melancólicas reflexiones de Josef. Nicodemus sabe que van a prender y juzgar a Jesús. Está dispuesto a dilapidar su fortuna para evitarlo. No le considera un farsante ni un blasfemo, sino un maestro y no comprende el odio que ha suscitado su predicación: «¿Por qué le aborrecen si hasta las rosas de tu huerto nos presentan la piedad y la gallardía de su alma? ¿Por qué odian al Rábbi Jeschoua?». Josef responde con tristeza: «¡Le odian porque pudo perdonar! ¡Hacer el bien presentado el alma limpia es acercar demasiado la lámpara a las vilezas de los otros!». Jesús es prendido, flagelado, escarnecido y crucificado. Nicodemus y Josef acuden al Gólgota, impotentes y abatidos. Al pie de la Cruz, no están sus discípulos, que se han escondido acobardados, sino la Virgen María, su hermana María de Cleofás, María de Magdala y María Salomé, madre de los apóstoles Santiago el Mayor y San Juan Evangelista, por entonces un adolescente que no se ha querido separar de Jesús en su última hora. Miró adopta una nueva licencia, incluyendo a Lázaro entre los presentes. «¡Mi casa era su escudo y él la abandonó para recogerse en Gethsemaní!”, exclama el resucitado, retorciéndose las manos. Mientras, María de Magdala balbucea: «¡El Señor resistirá menos que los otros; se le hincha el costado!… Al principio hablaba más… Encomendó su madre al discípulo; después tuvo angustia y gimió: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”». Entre los que se mantienen fieles en el Calvario, nadie destaca tanto como la Virgen: «La madre del Señor, postrada en la roca, miraba densamente hacia la cruz. Y semejaba que sus ojos se mirasen a sí mismos».
El genio de Miró resplandece al describir la agonía de Jesús: «Agonía del crucificado, que padece las angustias de todas las muertes. Dolor de peso de podredumbre de las meninges, del corazón, de la aorta, de los pulmones, que se entancan, se macizan de sangre parada. Las arterias, que llevan la dulzura de la vida, se vuelven dogales. La fiebre traumática le hunde sus uñas de sed y todo el cuerpo parece una lengua para sentirla». Miró no es un simple cronista, pues aprecia el profundo significado de la Cruz: «Jesús ha de pasar las soledades humanas de la muerte. En la tierra no puede ni el amor vencer la agonía del amado. El que muere está solo. De Dios a criatura era un tránsito de resignaciones, de sencillez, de piedad. De hombre a Dios, había de subir la jornada yerma, cegada, sin tierra y sin cielo. Jesús, solo».
Miró finaliza su estampa con una última licencia. La adúltera a la que salvó Jesús visita la casa de Josef y manifiesta su desconsuelo: «¡Yo prometí besar la sandalia del Señor cuando retoñaran mis rosales! ¡Mira las rosas en mi regazo, y ya no puedo dárselas!». Conmovido, Josef abre un cofre y extrae el cáliz de la última cena de Jesús: «Sintió que le temblaba la vida, que toda le acudía devotamente a sus dedos». La mujer se postra, solloza y sus rosas se esparcen por el suelo. Josef alza «el cáliz de ágata como una flor encendida». Miró no se limita a narrar poéticamente, sino que muestra la solidaridad de Dios con el sufrimiento del hombre. La agonía de Cristo no es un hecho aislado ni un acontecimiento cíclico. Es un «aquí y ahora». Cristo está vivo y se hace presente en la Eucaristía, llameante como una amapola. Y como dice Santa Teresa de Jesús en el Libro de la Vida: «Nunca se cansa de dar ni se pueden agotar sus misericordias: no nos cansemos nosotros de recibir». Figuras de la Pasión del Señor es uno de los grandes clásicos de nuestra Edad de Plata, pero muy pocos lectores se asoman a sus páginas, quizás porque el hombre ha «absolutizado ciertos métodos que no son aptos para las grandes realidades», de acuerdo con las palabras de Benedicto XVI en 2009. Las ciencias naturales tienden a negar la existencia de Dios, pero los poetas aún creen en las «grandes realidades». Gabriel Miró nos acerca a Dios mediante la belleza. Una apuesta demasiada arriesgada para una época que ya no sueña con «estar en uno con el amor divino» (San Ignacio de Loyola, Ejercicios espirituales).

jueves, 11 de julio de 2019

Moros y Cristianos en Santa Pola 2018


Los renacidos Moros y Cristianos de Orihuela vuelven a la carga

La provincia de Alicante tiene una enorme tradición de Moros y Cristianos. Aunque las más famosas quizás son las que celebran en Alcoy durante el mes de abril, la gran mayoría se suelen dar en verano. No en vano, durante este mes podemos disfrutarlos en lugares como Albatera, Almoradí, Jávea o el barrio alicantino de San Blas.
A partir del próximo día 15 de julio también arrancarán las de Orihuela. Unas fiestas que apenas tienen unas cuatro décadas de historia (en su formato moderno) pero que ya han conseguido consolidarse como unas de las más destacadas de la Costa Blanca.
Historia
Los Moros y Cristianos de Orihuela, tal y como los conocemos hoy en día, son una fiesta relativamente joven. No obstante, a la vez esconden una enorme tradición que se remonta hasta la Edad Media.
Para entender bien el origen debemos remontarnos al siglo XIII, cuando el rey aragonés Jaime II logró reconquistar la ciudad del dominio musulmán. Aquello ocurrió un 17 de julio (algunas fuentes discrepan con el año), y desde entonces Orihuela pasó a formar parte del Reino de Valencia y la Corona de Aragón.
En los siguientes años se siguió conmemorando esta importante batalla todos los 17 de julio. Se daba la circunstancia de que, a pesar de la reconquista, muchos musulmanes continuaron habitando en la ciudad e incluso participaban en estas recreaciones.
El Día del Pájaro
Hacia finales del siglo XIV se creó un estandarte para simbolizar esta conmemoración, conocido como la Gloriosa Enseña del Oriol. Es una de las banderas más antiguas de España, y está coronada por un pájaro oriol de plata, el ave que es símbolo de la ciudad de Orihuela.
El primer oriol original desgraciadamente desapareció durante la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII. Por aquel entonces se talló otro de madera para sustituirlo, hasta que en 1732 el orfebre oriolano Miguel Ruvira realizó el que se sigue usando actualmente.
Con el paso de los siglos, los oriolanos han denominado popularmente a este desfile como ‘el Día del Pájaro’. La Gloriosa Enseña del Oriol es expuesta en el balcón del Ayuntamiento, para luego ser bajada a la calle y circular por la ciudad a modo de procesión.
Durante el resto del año la bandera permanece guardada e incluso hay una ordenanza municipal que prohíbe su reproducción. Aún así, en contadísimas ocasiones el Oriol ha visto la luz fuera del Día del Pájaro, cómo en las visitas reales a Orihuela o cuando la patrona local Nuestra Señora de Monserrate fue coronada canónicamente en 1926.
Recuperación de la tradición
Aunque las fiestas actuales nacieron en 1974, giran en torno al Día del Pájaro, una tradición de la Edad Media
Aunque el desfile del Día del Pájaro nunca llegó a dejar de celebrarse, las recreaciones de la batalla de la Reconquista fueron perdiéndose a lo largo de los siglos. Especialmente a raíz de que Orihuela se quedó sin moriscos en 1609, tras su expulsión de España por orden de Felipe III.
Hubo que esperar muchos siglos para que a cinco vecinos oriolanos se les ocurriera recuperar esta tradición medieval y de paso crear toda una fiesta de Moros y Cristianos alrededor del Día del Pájaro.
La idea nació en una reunión celebrada en una conocida librería, en 1974. Allí los presentes escribieron la que se considera el acta fundacional de las fiestas modernas. Por aquel entonces se crearon las cuatro primeras comparsas, dos moras y dos cristianas.
La Retreta
En la Retreta los oriolanos desfilan vestidos de los disfraces más divertidos, como si fuera Carnaval
Desde entonces el número de comparsas no ha cesado de aumentar, hasta que hoy en día encontramos diez agrupaciones moras y otras ocho cristianas. Todas ellas desfilan durante las fiestas, en la Ofrenda de las Flores, el Día del Pájaro, y los días asignados a las entradas mora y cristiana.
Además, desde hace años también se celebra el divertido desfile de la Retreta, en el que los vecinos se disfrazan, como si de Carnaval se tratase, de payasos, presidarios, animales, personajes del cine y la televisión, o lo que cada cual quiera. Sin duda la parte más ´gamberra` de la fiesta, y la preferida especialmente por parte de muchos niños de la ciudad.
Por las noches las comparsas se abren a todos los visitantes que quieran disfrutar de la fiesta
Por la noche, como no podía ser de otra manera, todas las comparsas montan sus fiestas con música, cena, baile y bebida. A diferencia de otras fiestas de la provincia, aquí los rincones están abiertos y cualquiera puede apuntarse al sarao.
Historia, folclore y fiesta
En definitiva, los Moros y Cristianos de Orihuela son unas fiestas que resultan muy interesantes desde diferentes puntos de vista: el histórico, el folclórico y el festivo.
Por un lado, históricamente el Día del Pájaro es uno de los acontecimientos más señalados de la Costa Blanca y gira alrededor de una reliquia de incalculable valor como es la Gloriosa Enseña del Oriol.
Además, para todos aquellos amantes de los desfiles de Moros y Cristianos, los trajes de las comparsas oriolanas han evolucionado mucho hasta convertirse en unos de los más originales y coloridos que existen. De hecho, el año pasado fueron declaradas como fiestas de Interés Turístico Nacional.
Y en cuanto a la juerga se refiere, especialmente durante el fin de semana, encontramos numerosos rincones abiertos a todo el mundo para cenar, beber y bailar en las calles. Por todo esto, cada vez son más los que acuden desde otros puntos de la provincia de Alicante o Murcia para disfrutar de estas fiestas.

domingo, 7 de julio de 2019

En el espacio digital no existen días rojos




La prensa diaria además de impresa se ha de adaptar al depredador mundo de la información digital, en la alternativa prensa digital, devoradora de redactores e informáticos. Un mundo, espacio o plataforma donde se acabaron los días en rojos, azules o verdes, todos los días  son blancos, es decir laborables.
La prensa digital no de puede permitir fines de semanas sin informar, sin renovar su tejido informativo, se debe a la celeridad de la demanda inmediata de información, por eso el periódico digital lento se lo lleva la corriente, y llegará el día que no habrá horario, ni noches, esto es depredador asesino de la informacion.
Y hay que actualizar los formatos digitales y audiovisuales, los que no se adapten desaparecerá, como ha desaparecido la Hoja del Lunes Digital de Alicante de la Asociación de la Prensa, que ha sido devorada por estar anquilosada, a pesar de su calidad informativay lo han cerrado, lamentable acto por lis que representan a la prensa.

Ramon Palmeral colabora
Diario de Alicante
Alacant Extra
Nuevo Impulso.net

miércoles, 3 de julio de 2019

¿Cómo está el mercado del «no es no»?


¿Cómo está el mercado del «no es no»?

Ramón Palmeral

Pues sí amigos y ocupados lectores con el Smarphone en la playa como lo mal que se ve la panta. ¿A quine le importa el mecado del "no es no", ni cómo van los goles de la sub 21, campeones de Europa por quinta vez, y se bebieron una lata de cerveza que antes era un quinto. Pero a dónde vamos con esta caló que hace que derrite hasta los termómetros.
 En el Japón está casi prohibido decir no, para no ofender al otro, y, todo son revueltas para evitarlo, se enrollan como un rollo de «sushi» de algas con arroz y pesado crudo, sin miedo al parasito del Anisakis, (enfermedad endémica en el Japón por comer pescado crudo), para no decir no.. Pues en España de unos años atrás desde 2015, el adverbio  más usado entre político es pañoles el negativo de «no» son  como una bailaora dando taconazos irritados de noes en el tablao.
Un no amoroso duele mucho. Una vez una niña en un colegio mixto de los años 60 (éramos en Málaga muy avanzados)  me dijo: «no te quiero»,  se me cayeron dos lágrimas como huevos de paloma. Del mismo modo se sintió Rajoy cuando  Pedro Sánchez concibiera

La incoherente negativa de “no es no” es como un nudo gordiano que se rompe solo con la espada de Alejando magno. Investudura el 22 de julio o el 23 o el 25 qué se yo de calencarios. Y si no se abre la botellas y no sale espuma, será en una segunda vuelta el 25, será la definitiva para irse vacaciones y proponer si no unas nuevas elecciones para el 10 de noviembre, pues parece que  Sánchez le va a venir bien según las últimas encuestas del CIF. ¿Pero Señor  quién hace estas encuentas? A quienes le preguinta a mi nunca, ma han llamado.

domingo, 30 de junio de 2019

Consejos para novelistas

Las novelas pueden ser todo lo curas que quieras, pero, si quieres que sea cinematografica y que perdures, el fina debe quedar bien y felices, y comieron perdices, esta es la esencia de la novela romántica, realista o de superación.
El público, el lectro no quiere un final triste y tráfico sin retorno.

Otra asunto es la autobiografía, que los asuntos son como son, generalmente son tragedias, por eso se cuentan como ejemplos.

Pero una novela para que sea vendible y cinematrográfica los finales siempre acaban bien, con besos y casamiento, son las reglas. Y generalmente el malo, se muere, va a la cárcel o se marcha para siempre. Estoy hablando de novelas.

Ramón Fernández Palmeral

 Autor de "Cómo escribir novelas y relatos" de venta en Amazon

sábado, 29 de junio de 2019

Maquis, bandoleros comunistas, guerrilleros antifranqusita, pero asesinos y secuestradores

Según el historiador y general de la Guardia Civil, Francisco Aguado Sánchez, los 'maquis' —también conocidos como 'bandoleros comunistas'— cometieron durante la posguerra 953 asesinatos, 845 secuestros, 538 sabotajes y 5.963 atracos. Justo cuando terminó la Guerra Civil fueron conocidos como 'huidos', luego como 'guerrilleros antifranquistas' y finalmente con el término más popular que ha pasado a la historia, los 'maquis'. El Ministerio del Interior entiende que, al margen de cualquier posicionamiento ideológico, una acción terrorista, según la define la citada ley de 2011, es aquella llevada a cabo "por personas integradas en organizaciones o grupos criminales que tengan por finalidad o por objeto subvertir el orden constitucional o alterar gravemente la paz pública".

miércoles, 26 de junio de 2019

"Venceréis pero no convenceréis", le dijo Unamuno de Millán Astray

La nivola de Unamuno

Categoría (El libro y la lecturaEstafeta literariaGeneral) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-06-2019

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Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) fue un escritor cuya obra crucial es Niebla. La escribió en 1907 —aunque no fue publicada hasta 1914— y en ella explora técnicas narrativas propias que atenúan la importancia del argumento, reducen la caracterización de los personajes y desdeñan el detalle en la descripción de ambientes, en clara oposición a las pautas empleadas por la novela realista y naturalista que se hacía a finales del siglo XIX.
Augusto Pérez es un burgués acomodado, cuya vida tranquila y rutinaria le impulsa a reflexionar sobre la condición humana y el misterio de la muerte. A lo largo de la novela, Unamuno va destapando su pensamiento por boca de su protagonista, mediante largos monólogos, que solo su perro Orfeo comprende, o aceradas discusiones con su amigo Goti. Esos pensamientos lo entretienen hasta que su novia Eugenia huye con otro hombre, después de que él abandona a Rosario, su empleada de hogar, a quien había prometido amor eterno. En esta situación, decide visitar al escritor Miguel de Unamuno para pedirle consejo. Este le responde que no tiene por qué preocuparse, ya que es un ente de ficción creado por él y que él puede hacerlo desaparecer en el momento que lo desee.
Esta intrusión del autor en el curso de la historia que está contando es un recurso ya fue utilizado por Cervantes en su Don Quijote.  El que un escritor se refiera a sí mismo en una obra, analice cómo se escribe, glose el proceso creativo… todo eso es propio de una técnica literaria denominada metaficción. El artificio lo utilizó más tarde el argentino Jorge Luis Borges (1899-1986) en El Aleph y, posteriormente, una legión de seguidores adoptaron la fórmula.
Unamuno siempre quiso diferenciarse de sus coetáneos, hacer otro tipo de literatura en la que poder exteriorizar su mundo interno. Su estilo no busca ser elegante sino provocador, llamar la atención del lector sobre lo que dice y cómo lo dice y para eso usa un lenguaje seco, rápido; y no necesita argumento ni plan de escritura, como él mismo explica en A lo que salga.
Mas, una vez que me he decidido a escribir de cosas de técnica literaria, ruego al lector no profesional que me lo tolere, y desde ahora le aseguro que, aunque sé por dónde he empezado este ensayo—o lo que fuere—, no sé por dónde lo he de acabar. Y de esto es precisamente de lo que quiero escribir aquí, de esto de ponerse uno a escribir una cosa sin saber adónde ha de ir a parar, descubriendo terreno según marcha, y cambiando de rumbo a medida que cambian las vistas que se abren a los ojos del espíritu. Esto es caminar sin plan previo, y dejando que el plan surja. Y es lo más orgánico, pues lo otro es mecánico; es lo más espontáneo.
Sus personajes son planos, los define con un par de trazos; no se detiene a examinarlos a fondo. Se sirve de ellos para, mediante el diálogo o el soliloquio, formular preguntas sobre las cuestiones que a él le obsesionan. Son siempre preguntas sin respuesta, una forma de motivar al lector y obligarle a un esfuerzo intelectual para que las encuentre. Unamuno conocía muy bien el valor pedagógico de la mayéutica. Tenía fama de ser algo vanidoso, mas en su obra escrita no se atisba traza alguna de dogmatismo.
Los temas que plantea están a menudo relacionados con el hombre, tal y como declara en  el primer capítulo de su libro Del sentimiento trágico de la vida:
El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere —sobre todo, muere—, el que come y bebe y juega y duerme y piensa y quiere, ese hombre concreto, de carne y hueso como yo, como tú, lector mío, aquel otro de más allá, cuantos pensamos sobre la tierra. El hombre, dicen, es un animal racional. No sé por qué no se haya dicho que es un animal afectivo o sentimental. Y acaso lo que de los demás animales le diferencia sea más el sentimiento que no la razón.
Angustiado con el enigma de la inmortalidad, Unamuno introduce una singularidad a su visión ontológica: el para qué antes del por qué:
Si miramos bien, veremos que debajo de preguntas como de dónde vengo y adónde voy, no hay tanto el deseo de conocer el por qué como el de conocer el para qué; no la causa, sino la finalidad. Y la Causa Suprema, Dios, ¿qué es sino el Supremo Fin? Solo nos interesa el por qué en vista del para qué; solo queremos saber de dónde venimos para mejor averiguar adónde vamos.
Su conocimiento profundo de la lengua castellana le proporciona una extensa gama de recursos expresivos que utiliza con habilidad para exponer temas tan áridos como los que plantea; y su agudeza mental le permite construir metáforas de gran poder evocador, así como despertar la conciencia del lector mediante paradojas sutiles. Es notable el esfuerzo que realiza para ataviar su redacción, aunque a veces se excede en el uso de adjetivos ornamentales y palabras exóticas o culteranas.
Esta panoplia de elementos constitutivos califica la obra narrativa de Unamuno, claramente diferente de la que producían sus compañeros de la Generación del 98. Y para rematar la separación, el escritor vasco se permitió el lujo de inventar una nueva palabra, nivola, como título del nuevo género por él creado, tal y como lo explica en el prólogo de Niebla:
Esta ocurrencia de llamarle nivola —ocurrencia que en rigor no es mía, como lo cuento en el texto— fue otra ingenua zorrería para intrigar a los críticos. Novela y tan novela como cualquiera otra que así sea. Es decir, que así se llame, pues aquí ser es llamarse. ¿Qué es eso de que ha pasado la época de las novelas? ¿O de los poemas épicos? Mientras vivan las novelas pasadas vivirá y revivirá la novela. La historia es resoñarla.
Hacia la mitad de la novela, retoma la cuestión y despliega su ideario, cuando Víctor Goti le anuncia a su amigo Augusto que está escribiendo una novela para desquitarse de los quebraderos de cabeza que le da el embarazo de su mujer:
—Voy a escribir una novela, pero voy a escribirla como se vive, sin saber lo que vendrá. Me senté, cogí unas cuartillas y empecé lo primero que se me ocurrió, sin saber lo que seguiría, sin plan alguno, una novela sin argumento, el que vaya saliendo, el argumento se hace él solo. Mis personajes se irán haciendo según obren y hablen, sobre todo según hablen; su carácter se irá formando poco a poco. Y a las veces su carácter será el de no tenerlo
—¿Y hay psicología?, ¿descripciones? —le pregunta Eugenio.
—Lo que hay es diálogo, sobre todo diálogo. La cosa es que los personajes hablen, que hablen mucho, aunque no digan nada. Cuando uno se encuentra con largas descripciones, sermones o relatos, los salta diciendo: ¡paja!, ¡paja!, ¡paja! A la gente le gusta la conversación por la conversación misma, aunque no diga nada. Hay quien no resiste un discurso de media hora y se está tres horas charlando en un café. Es el encanto de la conversación, de hablar por hablar, del hablar roto e interrumpido.
—Pues acabará no siendo novela.
—No, será… será… nivola.
—Y ¿qué es eso?, ¿qué es nivola?
—Pues le he oído contar a Manuel Machado, el poeta, el hermano de Antonio, que una vez le llevó a don Eduardo Benoit, para leérselo, un soneto que estaba en alejandrinos o en no sé qué otra forma heterodoxa. Se lo leyó y don Eduardo le dijo: “Pero ¡eso no es soneto!” “No, señor —le contestó Machado—, no es soneto, es… sonite”. Pues así con mi novela, no va a ser novela, sino… ¿cómo dije?, navilo… nebulo, no, no, nivola, eso es, ¡nivola! Así nadie tendrá derecho a decir que deroga las leyes de su género… Invento el género y le doy las leyes que me place. ¡Y mucho diálogo!
—¿Y cuándo un personaje se queda solo?
—Entonces… un monólogo. Y para que parezca algo así como un diálogo invento un perro a quien el personaje se dirige.
Cuenta Baroja que Unamuno le dijo una vez que pensaba hacer novelas en esqueleto y acabar con las descripciones baldías, algo parecido a lo que pretendía Víctor Goti con la suya. Como no era fácil llevarle la contraria, porque se excitaba, Baroja pensó, sin decírselo, que la idea no tenía ningún valor. Esta forma literaria es propia para el cuento, pero no para la novela:
Unamuno pensó en una época si las descripciones sobrarían en la morfología de una novela. Muchos habrán pensado lo mismo que él; pero, al ir a comprobar esa teoría se ve que no es cierta. Primeramente, un sinnúmero de obras novelescas antiguas no tienen descripciones, es decir, no hay en ellas una alusión al mundo exterior; pero, a medida que la novela se perfecciona, las descripciones entran más allá en ella. Eso no quiere decir que el abuso de detalles del medio ambiente sea una superioridad, no; pero cuando se lee un libro como “La guerra y la paz” de Tolstoi, lleno de descripciones, y que es una de las obras más logradas del siglo XIX, se ve claramente que la anotación del ambiente es indispensable (Pío Baroja. Memorias).
En febrero de 1924, Unamuno fue desterrado a Fuerteventura (Canarias) por atacar al Rey Alfonso XIII que había sancionado el golpe militar de 1923 y propiciado la dictadura de Primo de Rivera. En julio es indultado, pero él rechaza la gracia y se exilia a Francia. En Paris, empieza a escribir  Cómo se hace una novelaobra controvertida que Unamuno completa en Hendaya, villa fronteriza con España, en la que reside hasta 1930, hasta que cae el régimen y él regresa a Salamanca.
El análisis de Cómo se hace una novela no resulta fácil. Es una obra extraña en todos los aspectos. Su estructura narrativa es desordenada por no hablar de una falta de estructura; el argumento resulta irrelevante; el relato es improvisado, “a lo que salga”, y se interrumpe de manera continua con excursos que el autor inserta para expresar su punto de vista sobre los asuntos que le obsesionan: la eternidad y el tiempo, el perspectivismo como frontera entre realidad y ficción, los vínculos entre autor y personaje; todo eso aderezado con frecuentes embistes a la dictadura que lo condenó al destierro y numerosas alusiones a la degradación de España, con el auspicio de la clase pensante.
Algunos críticos ven en esta formulación una réplica a los criterios expuestos por Ortega y Gasset en su libro Ideas sobre la novela publicado en 1925. Unamuno estaba enfadado con los intelectuales españoles que, como Ortega, habían permanecido en España durante la dictadura de Primo de Rivera; se lo recrimina con excesiva dureza y les califica de “viles” y “prostitutos”.
Unamuno fue un escritor inagotable, polifacético; su personalidad, compleja; su erudición, difícil de superar; a menudo, contradictorio, rasgo que él valora como virtud. Valiente para enfrentarse a quien él cree que está errado, aunque fuere poderoso, como hizo el 12 de octubre de 1936, cuando se enfrentó al general Millán Astray, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca con aquella famosa frase “Venceréis, pero no convenceréis, lo que le valió vivir los dos últimos meses de su vida bajo arresto domiciliario. En la tarde del 31 de diciembre de 1936, murió don Miguel de Unamuno con 72 años, una de las figuras más universales que ha dado el humanismo español, y además un hombre honesto.