La cruz de San Andrés, un plagio innecesario de Camilo José Cela
La Editorial de Lara le quiso dar los 50 millones
del Premio Planeta a Cela. El escritor no tenía novela y Planeta le
facilitó un texto para que escribiese la novela: un plagio.
07 de Octubre de 2017 (15:04 h.)
– Ahora que estoy cachondo, igual sigo escribiendo.
A partir de aquí don Camilo no paró. En 1987 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias. El 1º de octubre de 1988 Seix Barral publica la 1ªedición de “Cristo versus Arizona” (otra novela sin capítulos, texto corrido desde la primera a última página sin puntos aparte), una novela al estilo Mazurca pero menos depurada. En octubre de 1989 recibe el Premio Nobel de Literatura. En 1994 gana los 50 millones del Premio Planeta con la novela, La cruz de San Andrés.
Planeta había concedido el premio en 1993 a Mario Vargas Llosa. Parece ser que necesitaba un gran éxito de ventas en el premio de 1994. Por eso ofreció dárselo a Cela, pero él no aceptó por no tener novela escrita. Entonces varias fuerzas lo fueron presionando. Por un lado el editor Lara, su agente Carmen Balcells o su esposa Marina Castaño o también porque Cela necesitaba dinero por su caro divorcio. Planeta adelantó 600.000 dólares y Cela, presionado, empezó a escribir.
Desde el primer momento se sintió presionado y así lo refleja en la página 9 de la novela cuando dice que está escribiendo en rollos de papel de retrete, una mierda en el papel de rollo La Condesita. En la misma página se llama a si mismo Gladiador que va a morir y saluda al César (podría ser el editor Lara) con un corte de mangas, se ríe del César y tal vez de todos los lectores que leen la mierda recomendada por los editores que sólo buscan el beneficio.
En diversas partes se nota el Cela cabreado, cuando dice que tiene que terminar el relato antes del límite del 1º de septiembre (cuando las obras presentadas al premio tienen por límite el 30 de junio).
Entiendo que La cruz de San Andrés, un aspa roja que parece una tachadura, y es posible que don Camilo quisiese tachar de su fecunda obra (más de 45 libros editados muchas veces en todos los idiomas del mundo) esta cruz que ha tenido que soportar. Él conocía que los beneficios obtenidos, 50 kilos, no los disfrutaría por su elevada edad.
Don Camilo parece demostrar que no le gustaba nada lo que estaba haciendo mientras escribía una obra que no era idea suya. La editorial le facilita una obra rechazada, pero presentada ese año al Planeta por una coruñesa Carmen Formoso, titulada Carmen, Carmiña, Carmela.
Cela escribe como si fuese una mujer, pero tiene varios errores. En el texto alguna vez se muestra como hombre, otra vez cometa faltas que no parecen suyas. La 1ª edición es en octubre de 1994. Carmen Formoso la compra en A Coruña y se asombra al comprobar que es su historia vital, reconociéndose ella y su familia en la novela presentada al Planeta. En algunos casos repasa el texto suyo enviado y comprueba que son los mismos argumentos. Los presenta a catedráticos de literatura que confirman el hecho.
Su hijo, abogado, presenta una demanda contra Cela y Planeta en el año 1999. Es admitida y pasa por distintos procesos, pero Cela y Lara son muy poderosos y el litigio sigue. Camilo José Cela muere y al final se desestima la demanda.
Carmen Formoso publica su novela Carmen, Carmiña, Carmela en el año 2000 y no recibe ningún apoyo de Planeta. No se puede negar que lleva la impronta de Cela. Don Camilo utiliza la trama, más o menos menor, para una vez desmontado en todas sus partes el argumento - cambiarle el nombre a los personajes, cambiar el principio por el final y rehacer toda la obra, aunque se escapasen algunas frases, detalles, diálogos plagiados por el nobel o, también se ha comentado, por un “negro”. Una obra que gusta a los amantes del estilo Cela, sucesos que vienen una y otra vez repetidos, apasionado. Se mezcla sexo, desilusión, muerte, en un ir y venir de principio a fin. Una obra muy al estilo Cela - cinco capítulos celianos, llena de historias enlazadas, donde Cela aprovecha para mostrar su desacuerdo con el escrito en rollo de papel de retrete de mierda. Una obra que no necesitaba.