(Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación de Torrox)
Posición de la Iglesia en tiempo de maquis (Torrox, Nerja y Frigiliana)
El
cura don Bartolomé Payeras Llinás estuvo en Torrox en el periodo de la guerrilla,
escribió varias cartas al obispo d. Ángel Herrera Oria quejándose el mal
comportamiento de los guardias civiles. La Guardia Civil lo amenazó de muerte,
el obispo lo recluyó en Málaga para que no corriera peligro. La actitud
guerrillera frente a la iglesia decía el «Manual del Guerrillero»: Como iglesia y como hombres están en su
perfecto derecho de tomar la posición que quieran en la lucha actual, pero es
justo que sepan que a la hora de la justicia responderán ante nuestro pueblo en
consonancia con la actitud que hubiesen adoptado.
El cura don Domingo Campillo Gastón de
Frigiliana también tuvo enfrentamiento por la Guardia Civil al considerársele
instigador de una manifestación de protesta anti-patriótica con motivo de
asesinato de tres jóvenes en la Loma de las Vascas en abril de 1950.
Sin embargo, el cura de Nerja don Miguel
Ángel Martín García, era conservador, contrario a las izquierdas, y ayudó a
varios guerrilleros nerjeños para entregarse. En incluso expedía certificados
de buena conducta para poder defenderse ante las detenciones arbitrarias de la
guardia civil.
En definitiva, y para concluir
con el estudiado este periodo. La guerrilla con sus secuestros y asesinatos,
más las Guardia Civil y las contrapartidas (guardias civiles de paisano), el
abandono forzoso de los cortijo aldeas como El Acebuchal, y el abandono el de
los arrieros por el camino Real de Granada con pesado o mercancía minoristas,
ocasiono el abandono de cortijos y el
campo, pasando a los pueblos de Cómpeta, Frigiliana y Torrox, donde la casas
subieron sus precios por la demanda de los campesinos. La sierra quedo casi
desierta, sólo rondaban en ella los guerrilleros y la Guardia Civil. Por tiempo
de unos años de 1946 al 52, la economía agrícola se hundió.