Escritor alicantino de novelas, relatos, ensayos y artículos. Su contacto: ramon.palmeral@gmail.com
lunes, 16 de noviembre de 2015
"El cazador del arco iris". Letralia. Tierra de las letras. Venezuela
http://letralia.com/recomendamos/2015/11/11/el-cazador-del-arco-iris-de-ramon-fernandez-palmeral/
Autor: Ramón Fernández Palmeral
de venta en Amazon
Ver todos los librtos de este autor:
http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&url=search-alias%3Dstripbooks&field-keywords=ramon+fernandez+palmeral
viernes, 13 de noviembre de 2015
La vida es un infierno sin ti. relato corto
Desde la ventanas de uno de los
cuartos que daban a la calle se podía leer un grafitti en la pared de enfrente:
“El camino es un infierno sin ti, te quiero, Herpi,
te espero”, pintado con pintura blanca sobre
un muro de ladrillo visto que marca el espacio de un local en venta. Sobre el graffiti o letrero he de contar que
todos los vecinos lo respetamos porque tiene un mensaje de amor y esperanza, sin
esperanza no se puede vivir. Me parece que el tal Herpi (nombre extranjero)
sufre desesperadamente. Ese Herpi era yo en Piedrabuena cuando no podía estar
cerca de mi Carmela. Porque mi vida era
in infierno sin ella. Observé por casualidad que un hombre joven llegaba con
una moto y se paraba todo los días bajo el letrero a distintas horas, tanto por
la mañanas como por la tardes. Una
mañana en la que vi al misterioso joven
parado frente al graffiti como era de que costumbre, bajé y me acerqué al
letrero disimuladamente, el hombre cabalgara ya sobre los treinta, cabello sano
abundante, nariz helénica, esperaba en
la esquina a modo de los espías, me acerqué a él ¿quién sería este poeta, no le parece una
frase muy bonita?, comenté con intención de sonsacarle algo. Yo soy Herpi, me contestó el hombres
seguida de una explicación, es un diminutivo de Ulpiano, en el colegio
empezaron a llamarse Erpi y yo le coloqué la “h”, por eso de la novedad de la
firma cuando una empieza a probar garabatos. Con un renovado interés insistí ¿quién
escribió esta frase? Rápidamente
respondió no lo sé, ya quisiera yo saberlo, y con cierta pena, no
vinculante, añadió:
–Creo, que debió ser una chica enamorada de mí, he estado viniendo muchos
días a todas horas durante tres años, pero no ha aparecido la autora del
mensaje de esa letra y de esa frase que me intriga y me preocupa, y me ha hecho
llegar a la soltería, y es que no me deja dormir, espero, vengo y nada, no
aparece.
El
joven continuó sucesivos días parándose allí a repostar sentimientos a la
esquina sentimental, hasta que tiraron los ladrillos del local vacío para hacer
una Farmacia y el letrero ha quedado
solo en mi memoria.
Ramón Fernández Palmeral
2000. Alicante
martes, 10 de noviembre de 2015
Tres minirrelatos de moscas
Conozco varios mini relatos de moscas inteligentes. Una de ella una mosca y
un burro. “Atrapada una mosca en la jaula de la boca del burro, ésta le
lisonjeó ¿qué dientes más bonitos tienes?, el burro abrió la boca para darle
las gracias y la mosca se escapó.”
También he leído otro gracioso mini-relato de
una mosca parlante que al ser atrapada en la mano de un campesino, ésta le
dijo: “no me mates soy la única mosca que sabe hablar, mi nombre es Hida”, y
cuando el campesino abrió la mano asombrado de lo que oía, la mosca se fue
volando, pero confundida entre todas la moscas el campesino cuando veía una
mosca le preguntaba ¿tú eres Hida?, y no
se atrevió a matar ninguna mosca más, por si era Hida, la mosca parlante.
Como en los campos las moscas son epidemia
existen muchas historietas de moscas y humanos. Una vez atrapé una mosca en mi
mano veloz como una chispa, ella volaba dentro haciéndome cosquillas, hasta que
no la oí, la creí muerta, abrí la mano y estaba en mi palma de la mano boca
arriba con sus patitas temblando y su alitas transparentes como de ángel
pegadas al sudor de mi mano, la llevé a la calle para verla bien en el sol,
estaba muerta del susto, pero cuando le dio un rayito de sol se despabiló y
salió volando, la muy sinvergüenza me había engañado con el recurso más viejo
del mundo: hacerse el muerto para que el depredador desista de matar.
En el invierno las moscas se hacen
invisibles porque comen flores del olvido que nadie puede ver sino ellas. Yo comí de esa flor y estuve invisible casi
cuatro días, sin poderme hacer presente.
Lo malo de ser invisible es que escuchas lo que hablan de ti sin que
puedas defenderte ni intervenir. En verano se usaban en los cortijos unos mosquiteros
hechos de una cinta con liga donde se
pegaban a cientos y luego que quitaba la cinta y se ponía otras, pero al vivir
con animales domésticos, cuadras y semovientes, era imposible acabar con ellas.
Ramón Fernandez Palmeral
viernes, 6 de noviembre de 2015
El Tajo del Almendrón en la Sierra de Almijara (Málaga)
El Tajo del Almendrón
Un sendero tranquilo y asequible para
aventureros que se estén iniciando en este deporteMiradores naturales al
alcance de la mano
Coordina A. M. | Actualizado 07.08.2009 - 01:00
La ruta del Tajo del Almendrón es una de las menos conocidas de
la Sierra Almijara y, por ende, de la provincia. Se trata de un
grandioso recorrido que nos llevará al mirador natural la Puerta, una
meseta situada a más de 1.200 metros de altura, de poco más de 50 metros
de ancho y con impresionantes caídas a ambos lados. Un poco más al
norte descubriremos el Tajo del Almendrón, que parece estar cortado a
pico sobre el valle del Chíllar.
Iniciamos el camino en la curva de la Fuente del Esparto, una vez que hemos aparcado el coche que nos ha traído desde las Cuevas de Nerja, pasando por el área recreativa de El Pinarillo, un buen lugar para aprovisionarnos de agua, si bien la propia Fuente puede servirnos a las mil maravillas. Cogemos, hacia la izquierda, el carril que debería llevarnos a la Cuesta de los Galgos, pero rápidamente nos desviamos a la derecha por otro carril más empinado, el de la Camatocha.
Este camino, de continua subida, nos llevará a una especie de plazoleta donde acaba y comienza la senda que tira hacia el noroeste. Tras recorrer un pequeño trecho entre arbustos, llegamos a un pequeño collado que nos ofrece, a través de unos pocos pinos, las primeras vistas interesantes de la costa hasta la Sierra de Mijas, el valle del Chíllar o la Sierra de Enmedio.
Continuamos la marcha, que ahora se va haciendo más dura, ya que la pendiente es más pronunciada. Atravesamos la sombra de los escasos pinos que han sobrevivido a los incendios y continuamos la subida hasta llegar a otro collado. En este caso, el escenario a observar es el Barranco de Cazadores, con el Navachica (la segunda cumbre más alta de la provincia, tras el Torrecilla) al fondo y el Alto del Cielo al Este, a nuestra derecha si nos colocamos mirando al Norte.
Estamos situados justo sobre el sobrecogedor paredón del Barranco Soledad: en época de lanzaderas espaciales, una lanzadera de aves rapaces. Tras disfrutar del espectáculo, nos desviamos hacia la izquierda y tomamos una senda que avanza en la única dirección posible: hacia arriba y al norte. En poco tiempo alcanzamos La Puerta, desde donde se ve perfectamente el Cerro Cisne, el Lucero, Piedra Sellada y el Tajo del Almendrón, éste último dominando el paisaje de modo sereno e inmutable.
Antes de llegar al Almendrillo (un picacho que precede al Almendrón), hay un pequeño mirador natural al valle del Chíllar que no debemos dejar pasar. Seguimos la senda, pasamos bajo el Almendrón, siempre hacia el norte y llegamos a una encrucijada en la que tomaremos la derecha y, en un par de cientos de metros, nos asomaremos a otro magnífico mirador, esta vez sobre el cortijo del Imán, y bajo la vigilancia de otra elevación impresionante: el Nido del Buitre.
Desandamos el camino hasta el cruce (es el momento de subir por el lomo hasta el Almendrón para los más valientes) y esta vez cogemos hacia abajo, la senda que nos conducirá entre pinos y matorrales de tomillo hasta el Barranco de Cazadores. Allí el camino es fácil de seguir, salvo por los impedimentos de la gran cantidad de cantos rodados que se empeñan en estorbar nuestro andar. Flanqueados por las verticales paredes del Cazadores, iremos descendiendo paulatinamente hasta llegar de regreso a la curva de la Fuente del Esparto.
A lo largo de este recorrido nos encontramos con miradores naturales. Zonas en las que podemos pararnos a contemplar la naturaleza y los paisajes que figuran a nuestro alrededor. Estas zonas son, además, propias para reponer fuerzas comiendo.
Iniciamos el camino en la curva de la Fuente del Esparto, una vez que hemos aparcado el coche que nos ha traído desde las Cuevas de Nerja, pasando por el área recreativa de El Pinarillo, un buen lugar para aprovisionarnos de agua, si bien la propia Fuente puede servirnos a las mil maravillas. Cogemos, hacia la izquierda, el carril que debería llevarnos a la Cuesta de los Galgos, pero rápidamente nos desviamos a la derecha por otro carril más empinado, el de la Camatocha.
Este camino, de continua subida, nos llevará a una especie de plazoleta donde acaba y comienza la senda que tira hacia el noroeste. Tras recorrer un pequeño trecho entre arbustos, llegamos a un pequeño collado que nos ofrece, a través de unos pocos pinos, las primeras vistas interesantes de la costa hasta la Sierra de Mijas, el valle del Chíllar o la Sierra de Enmedio.
Continuamos la marcha, que ahora se va haciendo más dura, ya que la pendiente es más pronunciada. Atravesamos la sombra de los escasos pinos que han sobrevivido a los incendios y continuamos la subida hasta llegar a otro collado. En este caso, el escenario a observar es el Barranco de Cazadores, con el Navachica (la segunda cumbre más alta de la provincia, tras el Torrecilla) al fondo y el Alto del Cielo al Este, a nuestra derecha si nos colocamos mirando al Norte.
Estamos situados justo sobre el sobrecogedor paredón del Barranco Soledad: en época de lanzaderas espaciales, una lanzadera de aves rapaces. Tras disfrutar del espectáculo, nos desviamos hacia la izquierda y tomamos una senda que avanza en la única dirección posible: hacia arriba y al norte. En poco tiempo alcanzamos La Puerta, desde donde se ve perfectamente el Cerro Cisne, el Lucero, Piedra Sellada y el Tajo del Almendrón, éste último dominando el paisaje de modo sereno e inmutable.
Antes de llegar al Almendrillo (un picacho que precede al Almendrón), hay un pequeño mirador natural al valle del Chíllar que no debemos dejar pasar. Seguimos la senda, pasamos bajo el Almendrón, siempre hacia el norte y llegamos a una encrucijada en la que tomaremos la derecha y, en un par de cientos de metros, nos asomaremos a otro magnífico mirador, esta vez sobre el cortijo del Imán, y bajo la vigilancia de otra elevación impresionante: el Nido del Buitre.
Desandamos el camino hasta el cruce (es el momento de subir por el lomo hasta el Almendrón para los más valientes) y esta vez cogemos hacia abajo, la senda que nos conducirá entre pinos y matorrales de tomillo hasta el Barranco de Cazadores. Allí el camino es fácil de seguir, salvo por los impedimentos de la gran cantidad de cantos rodados que se empeñan en estorbar nuestro andar. Flanqueados por las verticales paredes del Cazadores, iremos descendiendo paulatinamente hasta llegar de regreso a la curva de la Fuente del Esparto.
A lo largo de este recorrido nos encontramos con miradores naturales. Zonas en las que podemos pararnos a contemplar la naturaleza y los paisajes que figuran a nuestro alrededor. Estas zonas son, además, propias para reponer fuerzas comiendo.
lunes, 2 de noviembre de 2015
lunes, 26 de octubre de 2015
La palabra escripitor. Soy escripintor
El "escripintor" es una palabra nueva inventada por el acuarelistas Juan Antonio Poblador, prosidente de la Asociación de Artitas Alicantinos, que es la combinación entre escritor y pintor. Ya que somos muchos lo que escribimos y a la vez pintamos. Y creo que esta palabra tendrá fortuna. Los que escribimos y pintamos tenemos el inconveniente de que nuestros compañeros no comprenden que una persona sea dos cosas a la vez, y nos denigrán en alguna de la especialidades por el propio peso de descalifar a uno por tener dos actividades artísticas, en iguladad de condiciones. Parece como si ser escritor estuviera reñido son ser pintor, o viceversa.
http://www.revistaperito.com/elcazadorarcoiris.pdf
http://www.revistaperito.com/elcazadorarcoiris.pdf
miércoles, 21 de octubre de 2015
"EL cazador del arco iris", figura entre los libros más vendidos. No está en IBERLIBRO, sino en Amazon
domingo, 18 de octubre de 2015
AMAZON. Tres libros de Ramón Fernández Palmeral
Miguel Hernández, el poeta del pueblo (en 40 artículos)
Miguel Hernández, el poeta de la tres heridas
El cazador del arco iris : (los habitantes de esta aldea era conocedores de un gran secreto)
Ver el pdf "El cazador del arco iris"
......................COMENTARIO SOBRE LAS PUBLICACIONES..........
Publicar en Amazon es relativamente fácil, pero luego cómo se promociona. Los Facebook, Twitter y Linker no son los medios adecuados, o suficientes para una promoción, ni siquiera los blog. En incluso You Tube, es un medio, para darse a conocer. Luego qué sucede, que la gente, salvo algún amigo o familiar, no compran porque no tiene poder adquisitivo. En Amazon hay que comprar con tarjeta de crédito y mucha gente no tiene. Pero AMAZON vende bajo demanda, y no tiene libros en librerías ni en supermercados. El lector tiene que tener el libro delante de los ojos. Y por otra parte que le interese el tema.
El autor de hoy se ha convertido en creador de la obra, corrector, editor, promotor y distribuidor.
viernes, 16 de octubre de 2015
Video promocional "El cazador del arco iris" Editado por Amazon
Libro digital e impreso en AMAZON
http://www.amazon.es/El-cazador-del-arco-iris/dp/1517221919/ref=sr_1_3?s=books&ie=UTF8&qid=1441555797&sr=1-3&keywords=el+cazador+del+arco+iris
Los habitantres de esta aldea de Acebumeya eran conocedores de un gran secreto.
El libro "El cazador del arco iris” es una obra narrativa con elementos poéticos y cierto realismo mágico, es la saga de familia de “Los Simontes”, unos vecinos de Acebumeya (Málaga), la aldea donde suceden cosas extrañas, rodeadas de un mundo mágico y supersticiones, alcanza cotas de un lirismo inusual en estos tiempos de literatura de consumo. Combina curiosas anécdotas con reflexiones filosóficas y análisis subjetivos de un tiempo pasado, donde no existían medios de comunicación como los teléfonos móviles, ni electricidad, ni otras comodidades actuales. El narrador es un vecino que ha vuelto a la vida de los sentidos y al recuerdo de su biografía desde su nacimiento hasta su vejez, poeta de la palabra, pero también es un historiador ocasional que nos aproxima a los moriscos que vivieron en Acebumeya y Frigiliana del S. XVI, repasando la Guerra del Norte de África en el Rif y Melilla, la II República, la dictadura de Franco y la dura posguerra vivida por un Guardia Civil, el maquis, y la democracia de las luces en color al final de terribles años en blanco y negro. Con un estilo ameno y prosa de fácil lectura, el narrador nos va sorprendiendo continuamente en un mundo propio donde nada es lo que parece, ni parece lo que es. Dilata al máximo su capacidad de percepción de la realidad y de la observación llevando a cabo un análisis de su entorno familiar y mental con una investigación profunda de las posibilidades del lenguaje y los giros narrativos donde aparecen otros narradores, lo que da a la obra una segunda perspectiva.
Ramón Fernández Palmeral
Comentario en Facebook del escritor Carlos Bermejo:
Lo he empezado a leer esta tarde y he sentido tener que dejarlo para venir a Alicante. Me ha enganchado en las primeras páginas: narración semi autóbiografica con retazos de ficción en línea con el realismo mágico de Garcia Márquez y el drama rural de La familia de Pascual Duarte, de Cela. Estoy deseando llegar a casa para dejar de lado lo tres obras en las que leo en los ratos que no escribo y meterme de lleno en este nuevo libro de Ramon Palmeral que creo que va a ser el más atractivo de todos los suyos
(Ramón Fernández Palmeral)
Los habitantres de esta aldea de Acebumeya eran conocedores de un gran secreto.
El libro "El cazador del arco iris” es una obra narrativa con elementos poéticos y cierto realismo mágico, es la saga de familia de “Los Simontes”, unos vecinos de Acebumeya (Málaga), la aldea donde suceden cosas extrañas, rodeadas de un mundo mágico y supersticiones, alcanza cotas de un lirismo inusual en estos tiempos de literatura de consumo. Combina curiosas anécdotas con reflexiones filosóficas y análisis subjetivos de un tiempo pasado, donde no existían medios de comunicación como los teléfonos móviles, ni electricidad, ni otras comodidades actuales. El narrador es un vecino que ha vuelto a la vida de los sentidos y al recuerdo de su biografía desde su nacimiento hasta su vejez, poeta de la palabra, pero también es un historiador ocasional que nos aproxima a los moriscos que vivieron en Acebumeya y Frigiliana del S. XVI, repasando la Guerra del Norte de África en el Rif y Melilla, la II República, la dictadura de Franco y la dura posguerra vivida por un Guardia Civil, el maquis, y la democracia de las luces en color al final de terribles años en blanco y negro. Con un estilo ameno y prosa de fácil lectura, el narrador nos va sorprendiendo continuamente en un mundo propio donde nada es lo que parece, ni parece lo que es. Dilata al máximo su capacidad de percepción de la realidad y de la observación llevando a cabo un análisis de su entorno familiar y mental con una investigación profunda de las posibilidades del lenguaje y los giros narrativos donde aparecen otros narradores, lo que da a la obra una segunda perspectiva.
Ramón Fernández Palmeral
Comentario en Facebook del escritor Carlos Bermejo:
Lo he empezado a leer esta tarde y he sentido tener que dejarlo para venir a Alicante. Me ha enganchado en las primeras páginas: narración semi autóbiografica con retazos de ficción en línea con el realismo mágico de Garcia Márquez y el drama rural de La familia de Pascual Duarte, de Cela. Estoy deseando llegar a casa para dejar de lado lo tres obras en las que leo en los ratos que no escribo y meterme de lleno en este nuevo libro de Ramon Palmeral que creo que va a ser el más atractivo de todos los suyos
(Ramón Fernández Palmeral)
jueves, 15 de octubre de 2015
Boabdil, Az-Zugahbi, El desdichado
Boabdil (Abu Abd Allah Muhammad ben
Alí al-Hasan az-Zughbî) era hijo del visir del Reino de Granada
Muley Hacen (Abu al-Hasan Ali ben Saad). Fue apodado El Chico y El
Desdichado para diferenciarlo de su tío, también llamado Boabdil, El
Valiente (Abu Abd Allah Muhammad Ibn Said az-Zaghall). La diferenciación de ambos nombres, además de
sus respectivos apodos era, en el primer caso, el nombre de Alí; en el
segundo, Said, hermano de Muley Hacen. Conocido por los cristianos como
El Zagal o El Valiente, se ganó el sobrenombre en la batalla de la
Axarquía, donde infringió una importante derrota a los cristianos. Boabdil
El Chico luchó contra su padre y contra su tío para hacerse con el trono
de Granada con el propósito de entregarlo posteriormente a Isabel y Fernando,
según había pactado con los Reyes Católicos al ser capturado en la batalla de
Lucena (1483).
Muchas referencias historiográficas culpan de esta dudosa actitud a su madre, la
sultana Aixa, a la que describen como mujer varonil, intrigante, despechada,
cruel y vengativa porque su marido la había repudiado, por Isabel de Soli, Zoraya o Zoraida...
Tras la batalla de Lucena en 1483, Boabdil fue hecho prisioreno y llevado a la torre prisión de Porcuna. En la rendición hubo de dejar como rehén a su hijo Abmed, el heredero (tenia otros hijos Yusuf y Aixa). Que luego pasaron a Lorca en Murcia, junto con otros hijos de caballeros granadinos.
Tras la batalla de Lucena en 1483, Boabdil fue hecho prisioreno y llevado a la torre prisión de Porcuna. En la rendición hubo de dejar como rehén a su hijo Abmed, el heredero (tenia otros hijos Yusuf y Aixa). Que luego pasaron a Lorca en Murcia, junto con otros hijos de caballeros granadinos.
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