lunes, 29 de mayo de 2017

Un poeta no puede ir de poeta por la vida, sin conocer lad figuras retóricas, estas son las herramienta del poeta como el palustre, la plana, la plomada el cemento lo es del albañil.

 

 

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Figuras Retóricas o Literarias

Figuras RetóricasListado

Las Figuras Retóricas:

Las Figuras Retóricas o Figuras Literarias son mecanismos que alteran el uso normal del lenguaje con el fin de obtener un efecto estilístico.

Las Figuras Retóricas ayudan a captar la atención, sorprenden por su originalidad y poseen un gran poder sugerente y persuasivo permitiendo una comunicación más eficaz.

Las Figuras Retóricas no solamente se emplean en el lenguaje literario sino también en el periodístico, el publicitario y el político entre otros. También las usamos en el lenguaje cotidiano sin apenas darnos cuenta:
  • ¡Te lo he dicho un millón de veces! → estamos utilizando una Hipérbole.
Las Figuras Retóricas se pueden clasificar según:
Listado Completo de Figuras:

Abundancia
Abusión
Acumulación
Acusación
Adínaton
Adjunción
Aféresis
Alegoría
Aliteración
Alusión
Amenaza
Amplificación
Anacefalcosis
Anacoenosis
Anacoluto
Anadiplosis
Anáfora
Anagrama
Analepsis
Anástrofe
Anfibología
Animalizac.
Antanaclasis
Antanagoge
Anticipación
Anticlimax
Antífrasis
Antimetábola
Antimetalepsis
Antimetástasis
Antipáfora
Antistrofa
Antítesis
Antonomasia
Apagóresis
Apócope
Aporía
Aposiopesis
Aposis
Apóstrofe
Architextualidad
Asíndeton
Asociación
Asonancia
Asteísmo
Atanaclasis
Atenuación
Atroísmo 
Batología
Bimembración
Braquilogía
Cacofonía
Cacosínteton
Calambur
Carientismo
Catacresis
Circunlocución
Clenasmo
Clímax
Cohabitación
Comparación
Complexión
Comunicación
Concatenación
Concepto
Concesión
Conduplicación
Conglobación
Conjunción 
Conminación
Conmoración
Conmutación
Cosificación
Contraposición
Contrapunto
Conversión
Corrección
Cronografía
Datismo
Definición 
Demonización
Demonstratio 
Demostración
Deprecación
Derivación
Descripción 
Desinformación
Dialefa
Dialogismo
Diaporesis
Diástole
Diéresis 
Dilogía
Diseminación 
Disfemismo
Disonancia
Distinctio
Distribución
Disyunción
Ditología
Doble sentido 
Dubitación
Ecfonesis
Écfrasis 
Éctasis
Ecthlipsis
Eficción
Elipsis
Elusión
Enálage
Encabalgamiento
Endíadis
Énfasis 
Enigma
Enumeración
Epanadiplosis
Epanalepsis
Epanástrofe
Epánodo
Epanortosis
Epéntesis
Epifonema
Epífora
Epímone
Epístrofe  
Epíteto
Epítome
Epítrope
Erotema 
Equívoco
Esticomitia
Etimológica
Etopeya
Eufemismo
Eutrapelia
Evidentia
Exageración
Exclamación
Execración
Expolición
Expolitio
Evidencia 
Flash Back
Flashforward
Germinación
Gradación
Hendíadis 
Hipálage 
Hipérbaton
Hipérbole
Hiperoje
Hipotiposis
Homeóptote
Homoioteleutón
Idolopeya 
Imagen
Imposible
Imprecación
Instancia
Interrogación
Interrupción
Invocación
Ironía
Isodinamia
Isotopía
Jitanjáfora 
Juego Palabras
Leixaprén 
Licencia
Lítotes
Maldición
Máxima
Meiosis
Mempsis
Mesodiplosis
Metábasis 
Metáfora
Metáf. Aposic.
Metáf. Compl.
Metáf. Comp.
Metáf. Contin. 
Metáf. Descript.
Metáf. Encad.
Metáf. Impres.
Metáf. Impura 
Metáf. Lexical.
Metáf. Lingüíst.
Metáf. Literat.
Metáf. Mixta
Metáf. Negativa
Metáf. Pura
Metáf. Radial
Metáf. Simple
Metáf. Sinesté. 
Metáf. Superp.
Metáf. Traslac.
Metáf. Visionar.
Metagoge
Metalepsis
Metátesis
Metonimia
Mímesis
Mixtura Verb.
Monólogo 
Neuma 
Obsecración
Obtestación
Ocupación
Onomatopeya 
Optación
Oxímoron 
Parábola
Paradiástole 
Paradoja 
Paráfrasis 
Parágoge
Paralelismo
Paralipsis  
Paronomasia
Parastasis 
Parodia
Paroxismo 
Patáfora  
Perífrasis 
Permisión 
Personificac.
Pleonasmo
Ploce
Polipote
Políptoton 
Polisíndeton
Pragmatografía
Preterición
Pretermisión
Prolepsis
Prosopodis
Prosopografía
Prosopopeya
Prótesis
Quiasmo
Racconto
Recapitulación
Redundancia
Reduplicación
Reiteración
Repetición
Resumen
Reticencia
Retrato
Retruécano
Ruego
Salutación
Sarcasmo
Sentencia
Sermocinatio
Sermocineo
Silepsis
Símbolo
Símil
Similicadencia
Similidesinencia
Sinalefa
Sinatroísmo
Síncopa
Síndesis
Sinécdoque
Sinéresis
Sinestesia
Sinonimia
Sinopsis
Sínquisis
Sístole
Sórites
Subyección
Sujeción 
Súplica
Sustentación
Tautología
Tmesis
Topografía
Yuxtaposición
Zeugma



Aventura de las Figuras Retóricas:

El Rey llora desconsolado. El señor de la Oscuridad ha raptado a su hija, la bella princesa. Nuestro protagonista, Metáforo, soldado de élite, caballero de honor y fiel servidor de su Rey, jura por su vida rescatarla sana y salva...

Prueba 1: La Figura Retórica de Metáfora consiste en...:
OpcionesTu elección
dar a entender lo contrario de lo que se dice
la relación de semejanza de un término real con otro imaginario
atribuir cualidades de seres animados a otros inanimados
Figuras Retóricas en Literatura:  


Notas Adicionales sobre Figuras Retóricas:
  • Etimológicamente el término "Retórica" procede del griego "Rhetorikè" en relación al arte de hablar en público, campo principal del empleo de dichas técnicas.
  • Las figuras retóricas también se conocen como "figuras literarias", "recursos retóricos", "recursos estilísticos", etc.
versión 26 (26/10/2015) 






sábado, 27 de mayo de 2017

Consejos de Saramago para escritores en ciernes.

Escribir es vivir

Categoría (El libro y la lectura, El mundo del libro, El oficio de escribir, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 27-05-2017

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Estos dos vocablos se convierten en un binomio indisoluble en la figura del gran escritor y humanista José Luis Sampedro (Barcelona, 1917-Madrid, 2013). Define su obra con la palabra “autenticidad”, término que también se le podría atribuir a su persona.
Madruga para escribir, porque es cuando las ideas le vienen, y escribe sobre una tabla apoyada en los brazos del sillón. ”La lentitud mayor sin ordenador me acerca más a mi propia obra y la hace más mía. (…) La tremenda facilidad para corregir que ofrece el ordenador destruye los pequeños defectos que son esenciales para el estilo de cada uno y que dan vida a la obra. No me interesa tanto la “perfección” que se logra a cambio.”
Escribe por una necesidad interior y eso le lleva a vivir lo que ha escrito. Nunca ha trabajado buscando fama o dinero. Y es que el éxito le llegó en los años ochenta cuando llevaba desde los cincuenta publicando. Lo que sí ha necesitado siempre es la respuesta de los lectores, ser querido. Porque ese trabajo solitario del escritor lo compara al naufrago que escribe desde una isla, y la botella que lanza al mar considera que es la novela.
 “Escribo con una pasión enorme, la pasión de expresarme. No hay trucos literarios”. Quizá así se entienda que iguale al escritor con una vaca. A todo lo visto y oído el escritor le da vueltas y vueltas igual que un rumiante.
En sus novelas el tratamiento del paisaje es fundamental, así como el título y el nombre de los personajes. Estos presentan calidad humana. Añade que construir un argumento es escoger una posibilidad entre muchas. “En síntesis, pienso que la clave de un libro es situarlo todo en su contexto”. A la hora de escribir ha partido de la premisa de reflejar sus vivencias, sus percepciones y sus sentimientos con la máxima autenticidad: “mi esencia” como escritor pienso que incluye de algún modo mis facetas como economista o como profesor universitario; facetas, por cierto, a las que he dedicado una parte importante de mi vida”. De hecho, muchos le conocieron primero por sus trabajos de economía, en los que aboga por “una economía más humana y solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos”.
La literatura es para él el camino de la vida. Ha leído mucho para documentarse; considera que leer es vivir la vida propia y la de los otros. Como escritor, persigue la emoción del lector, mucho más que la admiración. De ahí que señale las dos reglas de la escritura: primera, sentir la necesidad de escribir y segunda, creerse lo que se está escribiendo.
Confiesa que, de no haber sido escritor, habría sido músico: primero estudió violín y después se pasó al piano, inspirado por su compositor favorito, Chopin.
Fue maestro durante muchos años y su pedagogía se asentaba en dos elementos: el amor mutuo —él creía imprescindible amar a la persona que se enseña, además era correspondido por sus alumnos— y la provocación, unida a la libertad de pensamiento. “Ser escritor y enseñar ha sido la continuación de toda mi vida”. Compara la educación con un árbol. Lo mismo en la semilla como en el hombre hay unas potencialidades que mejorarán o empeorarán según las circunstancias en que se nace y se crece.
En 1990 fue elegido miembro de la Real Academia Española. La palabra puede ser un bálsamo o un veneno”. Reivindica el poder del lenguaje que le da al ser humano sus alas más poderosas. Y considera a los escritores, albañiles del lenguaje.
Siempre ha vivido fuera del poder (fue senador por designación real 1977-1979), de ahí su definición mediante la palabra chilena “afuerino”.
Gracias a su longeva vida (vivió hasta los 96 años) hemos podido disfrutar mucho de su lucidez, y en definitiva de su eterna juventud. Él la justifica porque ha sabido reírse de todo, incluido de sí mismo, y porque le resulta más agradable tener ese espíritu que le ayuda a vivir mejor. “Me he hecho a mí mismo. Y, aunque la literatura no es la única vía para ello, es la que yo he necesitado”. Está convencido de que conversar rejuvenece el espíritu.
Toda la vida ha pregonado lo mismo: la indignación ante la indiferencia; la humildad para llevarse bien con uno mismo; tener felicidad para ser capaz de darla; procurar ser siempre mejor persona, no hacer daño a nadie… Persistentemente ha mostrado ser una persona muy comprometida con la vida y con el ser humano.
Precursor en muchos ámbitos, se considera un aprendiz de sí mismo bastante bueno. No duda en afirmar que uno se va haciendo a lo largo de la vida y siempre que se haya aprendido a pensar libremente escogerá el camino a seguir.
Según su pensamiento, el ser mortales agudiza el sentido de la vida. Se apena de que en nuestra cultura no se enseña a vivir; alto y claro clama que “vividor debería ser la profesión de todos”.
Maestro innato, gran comunicador, su forma de expresarse ante cualquiera tiene una única finalidad: ser entendido, por eso ejemplifica mucho. Persona humilde que ha anhelado una sociedad en la que primen los valores, no el beneficio. “En el ser humano debe prevalecer lo que es intrínseco a él, su pensamiento”.
Resulta un inmenso placer leer y escuchar las sabias e inmortales reflexiones de este grandioso ser humano. Ese amor que él profesaba en todo lo que hacía (novelas, ensayos, obras económicas, cuentos, teatro) debiera perdurar e impregnar a toda la sociedad. “Siento una cierta envidia por el hombre que vive según sus instintos, sin conocimientos ni razonamientos”. “Cada vez me siento más hombre de pueblo. De gente de corazón y de honradez”.
Escribir es vivir, de José Luis Sampedro, con la colaboración de Olga Lucas. Areté, 2005

viernes, 26 de mayo de 2017

Novela. La mujer del Amadorio, por Ramón Fernández Palmeral

                             (Fotografia en Internet)

De venta en LULU. on-line 9.50€
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                             Contraportada

    Una joven noruega aparece misteriosamente ahogada en el embalse del Amadorio de Villajoyosa de Alicante, la Guardia Civil, cierra la investigación como un supuesto suicidio por ahogamiento. Meses después el padre de la víctima residente en Benidorm encarga una investigación privada al bufete de abogados Ridruejo & Brother de Alicante. El bufete tenía contratado como investigador autónomo a un  ex picoleto (Guardia Civil por el tricornio de tres picos), que había sido expulsado del Cuerpo, tras cumplir condena en un penal militar por agresión a un superior, y padecer el “Síndrome del Norte”, por ello, se había vuelto medio alcohólico y porrero, separado de su mujer y no muy agraciado físicamente y estaba en tratamiento psiquiátrico. Lo que podíamos llamar un antihéroe, conocido en el mundo de hampa alicantino como Harry, el expicoleto, pero su olfato policial era digno del mejor de los detectives privados profesionales.
   La trama transcurre en Alicante, La Vila, Benidorm, Orcheta y Londres; donde se verán implicados una serie de personajes de lo más diversos tipos y condición. En una novela de las llamadas negras, thriler o policiaca, no puede faltar la mujer, que en La mujer del Amadorio, es Claudia, una abogada del turno de oficio, que será la pareja sentimental de Harry, la que aporta la parte técnico legal del caso.
    Ramón Fernández Palmeral, Piedrabuena 1947, es un reconocido escritor y novelista, autor de El cazador del arco iris (narrativa), El héroe de Nador, una guerra africana; El rey de los moriscos, novela historia ambientada en el siglo XVI; y del libro de relatos Perito en Pecados. Autopublicada en la prestigiosa editorial de Amazon/Lulu (USA), con venta de libros bajo demanda online.
Una novela  de cine, o de película.

La técnica descriptiva del escritor estadounidense Thomas Wolfe (1930-1938)

Con el dinero ganado siendo profesor en una universidad de Nueva York viajó a Europa en 1926. Tras visitar varios países consideró que Londres era el lugar más adecuado para escribir por lo que en el otoño alquiló allí dos habitaciones en una casa, compró varios gruesos libros de contabilidad y comenzó a escribir en ellos, dada su prodigiosa memoria, cuanto recordaba:
de personas,
su nombre,
 físico,
expresiones,
 profesión,
 costumbres,
 vestimenta,
 lo que habían dicho;
de las calles,
 su constitución,
pavimento,
 farolas,
casas;
de hoteles,
 los muebles,
 el servicio,
 el coste de restaurantes,
 la calidad de la comida,
 de conversaciones allí oídas,
 de las oídas en la calle,
en el tren,
 de los vecinos en el patio,
 puentes,
carreteras,
paisajes que había visto,
 ruidos como el pisar de hojas secas,
 el de los cascos de un caballo en el empedrado,
el del viento en los aleros de la casa...
absolutamente todo lo que había experimentado, visto y oído

Al abuso de la descricciónes relentiza la acción. esto le pasa tambien a Azorín en su novela
 La Voluntad, 1902, empieza a describir y se mete en cuationes religiosas, filosóficas, politica, sociedad,  parece un periodista en lugar de un novelistas. Se dice que es una novela sin trama.