jueves, 17 de marzo de 2016

"Reseña histórica de la la villa de Frigiliana", por Ramón Fernández.. 11,74 €, y Ebook 1.99€



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Información
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Frigiliana (Málaga) a 9 kilómetros de Nerja


 In

    Pues siendo un pueblo pequeño 40 km² (ó 3.997 hectáreas) con una población creciente de 3.273 habitantes en 2011 y residencia de otros tantos extranjeros. Frigiliana ha sido protagonista de grandes acontecimientos de la Historia de España, sufrió mucho en tiempos de moriscos, fue condal, dura posguerra con los guerrilleros o bandoleros (según se vea), emigración y represión franquista.  También quiero hacer referencia a su historia antigua, fue tierra indígena de los Tartessos que habitaron en el Peñón de El Fuerte, fenicia, romana, visigoda, árabe, judía y morisca, que sufrió la invasión de los Reyes Católicos. Último bastión de rebelión  resistencia morisca en la península y condado. Aquí celebran la fiesta anual de las Tres Culturas: cristiana, árabe y judía.  Fue condado y por ello en el árbol genealógico de la nobleza aparece el nombre con mucha frecuencia.

 Reseña del libro

Frigiliana es uno de los pueblos con más historia de la provincia de Málaga. Célebre y destacada es la batalla del Peñón de Frigiliana (El Fuerte) en 1569. Pero su historia se remonta a tiempos prehistóricos, fenicios, griego, romano, árabes y repobladores de cristianos viejos castellanos. Su barrio mudéjar y morisco es una joya de la arquitectura urbana que se conserva actualmente como hace 500 años. Su característica principal es el carácter abierto y hospitalario de los “aguanosos”, gentilicio por el que se conocer a sus habitantes, donde además hay más de 1.400 residentes comunitarios y europeos. Esta reseña histórica de la villa de Frigiliana es un reconocimiento al condado que lo fue desde 1630 y el reconocimiento de Villa desde 1640. Era necesario hacer un estudio global general que ha realizado con acierto el estudioso Ramón Fernández “Palmeral”.






   ÍNDICE

       Introducción………………………………….……..5

  1).- Situación geográfica
     ¿Dónde estamos?........................................................7

 2).- El nombre de Frigiliana
    -Escudos del municipio y títulos nobiliarios………....11
     -Blasón de armas del condado de Frigiliana…………..13
     -Escudo de los Saldueña y Montellano de………...14
     -Concesión del título de Villa…………………………16
     -Cuatro galardones y premios de embellecimiento……17

 3).- Los orígenes de Frigiliana y su historia
       -Prehistoria…………………………………………….18
     -Los fenicios en el término de Frigiliana……………19
     -Los griegos en la costa malacitana………………….21
     -Época romana………………………………………..22

 4).-Edad Media o medievo
     -Frigiliana la Vieja. Peñón Fuerte. Otros pueblos…..23
     -Los árabes……………………………………………26

 5).-Edad Moderna
      -La invasión de los Reyes Católicos 1485…………..
      -La Cabalgada de Frigiliana…………………………30
      -La represiva pragmática de Felipe II……………….33
      -La batalla del Peñón de Frigiliana o de El Fuerte…36
      -La rebelión justificado de los moriscos……………36
       - La toma del Peñón de Frigiliana la Vieja……………38

   6).-Reseña de la nobleza de Frigiliana
        -Los Señores de Frigiliana……………………………47
        -I Conde de Frigiliana…………………………………47
        -II Conde de Frigiliana………………………………..51
        -III Conde de Frigiliana……………………………….62
        -IV Condesa de Frigiliana……………………………..63

  7).-Edad Contemporánea……………………………55
       -La guerra de Independencia…………………….55
       -La epidemia de la filoxera……………………....57
       -El terremoto de 1844……………………………58
       -La Casa-Cuartel de la Guardia Civil……………59
       -República, Guerra Civil y los Maquis…………..61
       -La Agrupación Guerrillera Málaga-Granada……61
        - Sucesos del cortijo de los Almendros y los Caños..65  
      - El crimen de la Lomas de las Vascas……………66


8).-Monumentos
   1.- El Ayuntamiento o Casa Consistorial…………...68
   2.- Iglesia de San Antonio de Padua…………………68
   3.- El palacio o casa solariega de los condes…………70
   4.-Museo Arqueológico………………………………72
   5.-La Calle Real……………………………………….74
   6.-La Fuente Vieja……………………………………74
   7.-Las ermitas o capillas…………………….………..75
   8.-Casa del Apeo (Casa de Cultura)……….…………76
   9.-El Torreón…………………………….……………77
  10.-Reales Positos…………………………….……….78
  11.-Ruinas del castillo de Lízar……………….………79
  12.-los doce mosaicos o cuadros cerámicos…………..80

9).- Los oficios tradicionales…………………………..82

10).-Fiestas tradiciones y gastronomía
    1.-Fiesta del Patrón San Sebastián…………………84
    2.-Semana Santa…………………………………….84
    3.-Carnaval……………………………….………….86
    4.-Cruce de Mayo……………………………………86
    5.-Feria y romería de San Antonio de Padua….……87
    6.-Tradicional día de Todos los Santos……………..89
    7.-Festival de las Tres Culturas……………………..89
    8.-Bares t tabernas antiguas………………….……..90
    9.-Cualidades de los “aguanosos”…………………..92
  10.-Gastronomía tradicional………………………….93
  11.- Misa romera en Cortijo del Pino………………..94
        Bibliografía consultada…………………………..99


    Tuvieron un castillo coronando la alquería construido en el siglo IX, posiblemente sobre algún castro romano que queda por demostrar,  hoy invisible en las tinieblas de la historia, desmontado piedra a piedra como represalias por los Reyes Católicos, que mandó demoler el castillo de Lízar, para que nunca jamás pudiera ser lugar de refugio de moriscos y monfíes rebeldes en lo que fue la batalla del Peñón de “Frexiliana”. Este castillo o alcazaba muy bien pudo haber sino construido sobre un castro o fortificación militar  prerrománico (hacer falta realizar prospecciones arqueológicas en la zona), ubicado es este cerro por su emplazamiento con dominio visual, buenas condiciones defensivas naturales y agua en las proximidades. No existen textos documentales sobre el origen del topónimo, todo hace pensar se  trata por el sufijo -ana- de tierras que pertenecieron a algún señor de nombre desconocido. Otros autores especulan sobre un origen romano, que ya veremos más adelante.
    Tierras que fueron de dominio árabe durante ocho siglo, y que tras la conquista o mejor dicho la invasión de los Reyes Católicos en 1485, dos años antes de rendir Vélez-Málaga. Estas tierras las compró el judío Maimón Levy, y  tras la expulsión de los judíos pasó luego al señorío de los Manrique de Lara, que tras una explotación y abuso de los moriscos, éstos se sublevaron en la Axarquía y en Las Alpujarras hasta su total aniquilación en el Peón de Frigiliana en el verano de 1569. Luego fueron repobladas por cristianos viejos. Por eso en este pueblo en la última semana del mes de agosto se celebra una fiesta medieval:  La Fiesta de las Tres Culturas.
     Posteriormente vieron años de despoblamiento, nueva repoblación, guerra de independencia, reclutamientos para las guerras de Cuba y Filipinas, guerra de Marruecos, Dictadura de Primo de Rivera, II República, guerra civil y la posguerra en que le tocó sufrir la guerrilla antifranquista o también llamado el maquis o bandoleros hasta 1952. Unos desgraciados abandonados por el Partido Comunista y Santiago Carrillo, que tras la II Guerra Mundial, los aliados no pensaban derrocar a Francio, ni tampoco le comunicaron que Stalin decido disolver al Guerrilla en 1948, por ello el dirigente comunista hoy tertuliano en la cadena Ser, podía haber ahorrado mucho dolor  Ha tenido fama por sus pasas, sus vino, su aceite, su agricultura en bancales, caña de azúcar, y pasa por ser el único lugar de Europa donde todavía se fábrica la famosa miel de caña. Ha recibido el impacto del “boom” turístico que ha transformado su periferia, aunque ha sabido conservar su casco antiguo morisco. La construcción, hoy parada por la crisis del ladrillo, ha sido el principal sustento económico de los frigilianenses o aguanosos -como también les llaman- en las últimas décadas. Y sobre todo por la peonadas que daban en Nerja.
    Mi recuerdos de Frigiliana se remontan a los años cincuenta y sesenta, una Frigiliana que olía mal a cagajones de bestias por las calles, cuadras (que eran los cuartos de aseo) y marranos de corraletas como el mejor amigo. Que sonaba a acequias de aguas y a pisadas de bestias a las cuatro de la mañana. Aquí llamaos bestias a las acémilas burros, mulos y caballos, aunque también hay algunas bestias humanas. Cuando por los "chumajumos" salía el humo dormido de las mañanas y unos con otros se unían en torres etéreas blandas y tranquilas de los amaneceres azul cobalto donde el mar se une que el cielo. Recuerdo la lumbre violeta de los sarmientos y algunas cepas en el cortijo del Mayarín al amanecer para preparar los maimones con uvas moscatel o vidueña de parra  (aceite frito con ajos, aguas y pan duro del día anterior, sal), y para los críos más pequeños tazones de cerámica blanca con leche de cabra y pan migado con azúcar morena de "cañadú".  Y el tío Antonio salía al alba a vinar las tierras como un ejercicio ancestral de flexionar la columna vertebral sin dolor ni lumbago. En septiembre la vida era muy dura, hasta los críos sacábamos las uvas en canastos de mimbre en la cabeza desde la viña a los paseros. Me daba mucho miedo pasar por la vereda del pocillo porque con el canasto en la cabeza no podía mirar para abajo, solo de frente. Las abarcas de goma se me resbalaban por el sudor y la rotura fortuita de algunas ampollas en las talones. Las gubias de esparto majado o esparteñas ninguna me venían al pie. Y los tortuosos inviernos de la cava de las viñas la poda de los sarmientos que luego en haces servirían para la lumbre.
    En las calles solitarias no veías a nadie, y las pocas mujeres, casi todas iban con pañuelos de luto, porque los lutos por los familiares eran de muchos años. La mujeres en casa por un lado y los hombres por otro como si permaneciera arraigada la costumbre de los moriscos. Todo el mundo te miraba asomado y temerosos desde las ventanas y puertas abiertas. Aun persistía la costumbre de esconder a los niños cuando llegaban visitas, no fuera les echaran mal de ojo o los fuera a secuestra para venderlos como esclavos como en tiempos de la rebelión. El último que se murió en la Acebuchal por los años 60, dijo antes de morir "por Alá" y se fue por la fuente de la Sirena. Había la costumbre de rezarle muchos rosarios a los muertos, para que salieran pronto del Purgatorio y subieran al cielo, porque de lo contrario daban mucha guerra por los campos y casas donde se solían aparecer sus espíritus en forma de fantasmas. A mi madre, de mozuela, se le estuvo apareciendo su abuelo Miguel, hasta que tuvo que bajar a Frigiliana y ponerle una vela a San Antonio y otra a la primera Virgen que encontró en un altar. Y por arte de magia con el aspecto del abuelo dejó de aparecérsele. Esto es tan verdad como que estoy escribiendo ahora con los bellos de los brazos levantados como erizos de mar y que me tengo que morir.
    Y si alguna mujer con velo negro siempre, siempre vestidas de luto, estaban por la calle es porque estaban encalando su portal y pintando en azul la cenefa bajera, o era para ir a misa. Mis primeros paso los di fue en casa de mi abuelo Emilio Fernández, el Simón que estaba en la subida de lo que es hoy calle Hernando el Darro, antes Fleming. De más niño recuerdo el ki ki ri kí... de los gallos que te despertaban a las 3 de la mañana y a las 4 ó 5 de empezaban a oírse los cascos de las bestias al golpear sobre el empedrado de la calles. No había agua corriente en las casas, había que ir a las fuentes públicas más próximas. En todas las casas estaban los botijos a la entrada de la casa en el alfeizar de alguna ventana sobre un plato. Recuerdo que todos ellos tenían en la boca una caperuza de gachillo, e incluso algunos los tenían en el pitorro. El caramelo que podías pillar en tiempo de cañas, era un canuto de “cañadú” que te daban “retorcío”, o una ragua (parte superior de las cañas), que disputabas en el pesebre a las bestias. La arropía no estaba al alcance de todos, había comprarla. No había médico, ni teléfono, ni farmacias. Diariamente subía por la tarde el coche de Mariano, un ómnibus para diez o 12 personas. Para en el Ingenio y todos los chiquillos acudían “prevelicados” (palabra autóctona del Frigiliana) a ver quién había llegado.
    Mis primeros amigos fueron mis primos los Vacas, el padre era quinquillero y se había casado con Carmen Fernández, una hermana de mi madre. Años después se fueron a vivir a Vélez-Málaga.  Y en el verano cuando iba al Mayarín y a la Acebuchal mi amigo de juegos eran mis primos y Aurelio El Obispo, hijo de Baldomero Torres, amigo íntimo de mi padre.
    Mi interés se va a centrar en contaros  mis recuerdos y la de otros vecinos según caminemos por sus calles, palacios, iglesias, ermitas, bares y casas de comidas, porque refrescarse hay que refrescarse. He huido de hacer un estudio cronológico, o por capítulos de la historia o temas, sino que me preferido narraros de una forma amena y distendida mi pueblo según la ruta que vaya tomando.
   También he tocado el tema de la guerrilla o gente de la sierra desde un punto objetivo sin entrar en valoraciones sobre la Memoria Histórica y los crímenes del franquismo, pues todo ello se debe estudiar en el contexto histórico de cada momento.
   La gente de Frigiliana es muy trabajadora, ingeniosa, ocurrente y tiene buenos golpes de humor, lo cual me llevará a recoger un anecdotario brillante, y también recordaremos algunos apodos o motes como el de los Matutero, que fue guarda de los condes de Frigiliana, el de los Simones, del más extendido, Colorín, Obispo, Botanas… La principal fuente de riqueza es el turismo y la construcción.
   Son muchas las historias insólitas que se dan cita en Frigiliana, desde aquella de la casa sin pintar, que nos muestra el amor más eterno, hasta la aventura de Francisco Pinto a lomos de un barco a punto de naufragar en 1643, y que fue salvado por la divinidad, quedando como recuerdo el santuario del Monte Pinto donde está la Cruz de Pinto. Historia de muertos que se aparecen en la casa donde vivieron. Aquí se vive y se recuerda siempre a los muertos, y se cree en los fantasmas y en las pariciones.
   

Segunda edición en ebook: de "Buscando a Azorín por La Mancha", por solo 2,20 €

Segunda edición de 2016 corregida y ampliada con más fotos e ilustraciones. Ramón Fernández Palmeral

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 Viaje por La Mancha en 2005 tras los pasos de "Azorín" José Martínez Ruiz de un viaje que hizo cien años antes en 1905 por La ruta de Don Quijote, para celebrar literariamente el III Certenario de la publicación del Quijote. El itinerario de Ramón Fernández Palmeral en 2005 fue: Ruidera, Argamasilla de Alba, Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Puerto Lápice, Villarta de San Juan, Cinco Casas, otra ver Argamasilla y Ruidera, Cueva de Montesinos, Ossa de Montiel y castillo de Rochafrida, Balazote, Albacete y Almansa. Se incluye un viaje al Toboso y Tomelloso, Sala Cervantes de Madrid. Amplios comentarios y simpáticas anédotas. Un libro llamado a ser inolvidable.

martes, 15 de marzo de 2016

Artículo 21 de "Buscando a Azorin por La Mancha". Regreso a Alicante por Almansa. Edición impresa



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21.- DE  REGRESO A ALICANTE. ALMANSA



    Sr. Azorín:



    La mañana del día 12 de mayo de 2005  me levanté  con las luces tempranas sobre el verde manchego tímido de las lagunas, no eran las de alba, sino más bien las de hora tercia, con rayos a la espalda de los cerros llamando a la ventana de la habitación 409 con diligencia de símbolos del Hotel La Colgada en las lagunas de Ruidera.   Y como no quería perder el diseño de esta mañana de manantial de un río fecundo que con luz que nos riega, aulas de las facultades,  silenciosamente me vestí para no desperta a mi mujer,  bajé al verde armado con la cámara de fotos hasta las lagunas quietas de placer, llegué a las cascadas de La Colgada donde ya estuve la mañana del día anterior, junto a la fábrica de la luz eléctrica que lleva 30 años en paro. Cuando recorremos los lugares conocidos, los repetidos lugares matinales, acogedores y sosegados  parece que son otras zonas distintas, quizás porque ya los damos por conocidos y nos son familiares o que ya no nos sorprenden como cuando releemos una novela, ya no nos intranquiliza la intriga, porque en el fondo somos almas sustantivas, asustadizas en el recreo de la vida, o es que sin miedo, ya no le prestamos tanta atención a los peligros invisibles y latentes que nos acechan, que nos aguardan, que nos impresionan, o no sentimos la novedad de lo nuevo porque nos hemos endurecido las espaldas del corazón.

    Mis lagunas muestran su color perla de oriente, fucsias, verdes, las mismas cascadas, huele a frescor de los romeros y lavanda, a pinos despiertos, los mismos patos, el gorrión, el mirlo, los tilos entrelazados con la jacarandá o palisandro. Mi paseo matinal es rápido, sin el encanto de lo virginal, es  como un monótono camino a nuestro lugar de trabajo,  apenas hice fotografías, porque las fotos las tenía ya reveladas en mi cerebro, memoria recuperada. Las cascadas de agua fluyen como un Amazonas.

     Después del desayuno de media tostada con aceite de oliva verde manchego en un porrón de vidrio, muy sabroso, aunque no me atreví con el ajo refregado, vino la hora de pagar, y miestras Julia preparba las males yo bajé a recpeción.

     –Deme la cuenta, que dejamos la habitación.

     El recepcionista es un hombre fuerte con bigote, parece una cara familiar, es amable, tranquilo como si tuviera todo el tiempo para él.

    Pagué la factura de la habitación con la tarjeta: 124.6 € IVA incluido, por dos noches con una comida y dos desayunos, un precio que nos dejó muy contentos, estos precios favorecen el turismo, y sobre todo, lo discretos que son los dueños: los hermanos Ramírez, según pone en el membrete de la factura.  Las lagunas nos dicen adiós con sus manitas de agua, con sus  colores tranquilos, unidos al silencio de los bosquecillos de olmos y álamos,  jacarandás o palisandro y los tilos, juncos  y eneas, y las cascadas ruidosas con los ojos llorosos no dejan ver sus cuevecillas húmedas y oscuras, la luz mañanera, nueva, ávida lee la germinación del día sobre los reflejos de las lagunas asentadas, aún dormidas, que nos dejaba el ánimo como que nos faltaban días de viaje y reposo. Salimos mustios con el ánimo empobrecido  en los ojos,  nos prometimos que volveríamos pronto.

      ­–¿Cuándo vamos a volver otra vez? –le pregunto a mi mujer por entrar en conversación.

      –Si ya hemos estado una vez, para qué volver otra con la cantidad de sitios nuevos que nos quedan que ver en España y en el extranjero.

      –Sí, pero estarás conmigo, en  que tranquilidad  tienes aquí toda la que puedes buscar y encontrar.

      –Demasiada tranquilidad, con un par de días es suficiente.

    Y es que para ella viajar no es ver naturaleza ni paisajes, sino tiendas, teatros, la movida nocturna y cuanto de civilización pueda tener una ciudad en las tardes largas y aburridas en la terraza de una cafetería.  Pero para mí estos lugares de La Mancha, estas lagunas, estos chopos, estos montes donde se refugia la paz tiene un sentido muy especial, casi indescriptible.





     Castillo de Rochafrida



      Montamos en el coche de motor triste y sonoro dirección a la cueva de Montesinos, para acercarnos a la ermita de San Pedro de Verona, desde la ermita por un carril hasta el castillo de Rochafrida en el Alto Guadiana, que también en ruta de Don Quijote. Aún conserva parte de la antigua muralla y torre del homenaje, y que fue tomado a lo moros por Alfonso VIII en 1213.  Sobre un roquedal están los restos del castillo y la fuente llamada Fontefrida. El castillo es del siglo XII y de origen árabe de la tribu berberisca de Masmuda. Cuando fue conquistado por los cristianos recibió el nombre de San Felices. Pasó a la Orden de Santiago y fue abandonado hacia el siglo XV.    Este castillo no se nombra directamente en el Quijote pero es cervantino debido a la leyenda sobre Montesinos, hijo de los condes de Grimaltos, que según cuentan los romances viejos se había criado en el palacio del Rey de Francia y que caído en desgracia huyó de Francia y abandonaron al niño en una ermita. Historias que don Quijote contará a Sancho y al primo una vez que había salido de la cueva de Montesinos en el capítulo XXIII de la II parte. Recordamos que  Montesinos era primo de Durantarte que le pidió a éste que una vez muerto le sacara el corazón y se lo entregara a Belerma, «ya con puñal, ya con daga». Dice Montesinos: «–Ya, señor Durantarte, carísimo primo mío, ya hice lo que me mandaste en el aciago día de nuestra pérdida: yo os saqué el corazón lo mejor que pude, sin que os dejase una mínima parte en el pecho…».   La cueva de Montesinos se llamó así porque después de la batalla de Roncesvalles, el mago  Merlín encantó en ella a Montesinos, a Belerma y a Durantarte y a muchos amigos. Belerma tenía una dueña llamada Ruidera, y tal fueron los llantos de ésta y de sus hijas que Merlín las convirtió en lagunas.

      El murciano don Diego Clemencín comentó que: «Andando el tiempo, Montesinos, según los mismos romances  se casó con la doncella llamadas Rosaflorida, señora del castillo de la Rochafrida  en Castilla, la cual enamorada de Montesinos, solicitó y obtuvo su mano».  Y que según el romance viejo dice: «¿Qué es aquesto señora,/ qué es esto, Rosaflorida? /  O tened mal de amores, / o estáis loca sandía/mas llevásesme estas cartas /a Francia la bien guarnida;/ diéseslas a  Montesinos,/ la cosa que yo más quería;... ».

      De las tradiciones nacen los romances, y Cervantes conocía este historia puesto que ya figuraba el castillo, la fuente y la cueva en la Relaciones Topográficas de Felipe II (1575).

     En el capítulo XXIV de la II parte del Quijote, después de la aventura en la cueva de Montesinos nos habla el narrador Cide Hamete de una ermita, de cuyo nombre se prescinde, pero que si seguimos la lógica de la ruta del Quijote, es la de San Pedro de Verona:

   «–No lejos de aquí –respondió el primo– está una ermita, donde hace su habitación un ermitaño, que dicen ha sido soldado, y está en opinión de ser un buen cristiano, y muy discreto y caritativo además. Junto con la ermita tiene una pequeña casa, que él ha labrado a su costa; pero, con todo, aunque chica, es capaz de recibir huéspedes.

    » –¿Tiene por ventura gallinas el tal ermitaño? –preguntó Sancho.

    »–Pocos ermitaños están sin ellas –respondió don Quijote–, porque no son los que agora se usan como aquellos de los desiertos de Egipto, que se vestían de hojas de palma y comían raíces de la tierra [parece referirse a San Onofre]. Y no se entienda que por decir bien de aquéllos no lo digo de aquéstos, sino que quiero decir que al rigor y estrecheza de entonces no llegan las penitencias de los de agora; pero no por esto dejan de ser todos buenos; a lo menos, yo por buenos los juzgo; y, cuando todo corra turbio, menos mal hace el hipócrita que se finge bueno que el público pecador».



      El viajero –yo– ha perdido fuerzas, tiene el ánimo bajo ante la necesidad de abandonar estos parajes de peñas y encinar con malezas y cambrones, y ello se nota, se me nota en la melancolía de los trazos, apáticos, flojos en el bloc de notas, tristeza más que nada por abandonar los míticos y nobles lugares por donde pisara don Quijote y Sancho. Ya no tengo que buscarle a usted, señor Azorín, porque ya le encontré por La Ruta de don Quijote como he comentado.

 
   Ossa de Montiel
     La carretera a Ossa de Montiel es secundaria, comarcal dehesas, encinas y monte bajo y alguna casa de campo. Ya cantan las chicharran que anuncian un caluroso verano. La entrada al pueblo por esta parte Oeste es como si entramos a una trastienda o una rebotica, por la puerta falsa.  Actualmente es conocido por ser el pueblo natal del ciclista Oscar Sevilla. La cueva de Montesinos es término municipal de este pueblo de Albacete. El gentilicio es oseños. Perteneció a la Orden de Santiago hasta el s. XIX. Actualmente atrae cazadores  debido a la abundancia de la caza menor en sus cotos.    Este es el pueblo donde don Quijote y Sancho encuentran a Maese Pedro, con el retablo [teatro pequeño] y el mono adivino (cuando enteraba en los pueblos Pedro se enteraba de los chismes vecinales, y luego fingía que el mono era adivino) o sea, un titiritero despabilado y buscavidas que representaba en su pequeño escenario diversas historias, según E.J.Varey los títeres compañía teatrales y acróbatas procedían de Italia. Maese Pedro socarrón  y tan vivo como el hambre quiso hacer una función en honor a Don Quijote y representó una historia de Don Gaiferos, en la cual: «Trata de la libertad que dio el señor don Gaiferos a su esposa Melisendra [hija de Carlomango], que estaba cautiva en España, en poder de moros, en la ciudad de Sansueña, que así se llamaba entonces la que hoy se llama Zaragoza» (II parte, capitulo 25).

      Durante la actuación de Maese Pedro, Don Quijote creía tan real lo que sucedía en el escenario que interviene en la obra, y, furioso, iracundo, y en otro arrebato de locura descontrolada desenvainó la espada y atravesó a todos los muñecos “malos” de Maese Pedro como si de criaturas reales malvada se tratara, porque don Quijote como buen caballero  andante quería ayudarlos a escapar del acoso que sufrían. Después cuando don Quijote despierta de su locura culpa de ello a los encantadores.

       En realidad Maese Pedro era Ginés de Pasamonte uno de los galeotes a los que Don Quijote había liberado en anteriores aventuras.  Por ello Ginés conocía la vida del Caballero de la Triste Figura. 





     La bicha de Balazote



     Pasamos con el coche por Munera y Barrax, donde me desvié a Balazoteo por la CM-3135, me atraía su famosa escultura ibérica conocida por La Bicha de Balzote (Albacete) el original se muestra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, cuyo pie de página dice que representa un toro androcéfalo, es decir un animal mítico con cuerpo de toro y cabeza humana. Está recostado sobre las cuatro patas con la cola enroscada sobre uno de los cuartos traseros formando un roleo. Parece como su fuera una ghran urna funeraia. Aunque en Balazote tienen una reproducción exacta.   No he encontrado fecha de su descubrimiento.  Según mis notas la escultura  es de caliza, mide 93 X 73 cm, es una figura funeraria, un toro  echado con cabeza  humana con barba y cuernos cortos, oreja de bóvidos,  que una es pieza aparte. La cabeza resulta más hierática, muy rígido el bigote, la barba y la cabellera, detallados con surcos rectos, unos ojos desmesurados y muy abiertos como en los dibujos arcaicos, entre los que asoma un rostro más carnoso y expresivo.  La escultura es de la segunda mitad del siglo VI a. C. Creo y entiendo que tanto la Bicha de Balazote como su coetánea la Dama de Elche deberían mostrarse en los lugares de donde se descubrieron. Balazote.   La leyenda cuenta, que en su iglesia de Nuestra Señora del Rosario del siglo XVI, se encuentran errados los maridos de las hijas del Cid. Alfonso Díaz de Mendoza fue conde de Balazote, fue senador monárquico durante el reinado de Isabel II y durante la Restauración Borbónica.









 




 
Bicha de Bazalote (Albcete). Museo Arqueolñogico Nacional.
 
 
        Desde Balazote por la carretera N-322,  hasta Albacete. Me hubiera gustado pasar por el pueblo de unos amigos míos, por San Pedro, no por Peña de San Pedro que es otro pueblo que tiene el nombre del apóstol, que será en otra ocasión. La carretera hacia Albacete es recta es como un cordel o como una aguja de hacer punto que tuviera unos cuarenta kilómetros, se cultiva el trigo y se riega con largas norias de aspersión, brazos con ruedas que marcas los verdes círculos de cultivos.  Si Cervantes hubiera visto estos largos brazos con ruedas de aspersión es seguro que mete a don Quijote en una aventura. Pasamos por encima del trasvase Tajo-Segura, tan controvertido por los hectolitros que se concederán este año. Entiendo, a priori, que tenga quien tenga la razón, el agua  nunca debe de ser usada como arma política.

        Más adelante cruza el  trazado del ferrocarril Utiel-Baeza, ya sin raíles, que lamentablemente, para el desarrollo de esta zona deprimida de Castilla-La Mancha nunca llevó a funcionar. Esta línea férrea fue aprobada en marzo de 1926 durante la dictadura de Primo de Rivera con un presupuesto inicial de 54.560.731 pesetas fue cuando más se adelantó el trabajo. A finales de 1930 empezaron los problemas de financiación y a finales  de 1931 a poco de instaurarse la Segunda República se despidió a la mitad de los obreros. En mayo de 1932 se suspendieron las obras quedando unos pocos obreros hasta 1934, en que se paralizaron definitivamente hasta la fecha. Y por cuyo trazado se ha abierto una Vía Verde, hay un tramo entre los municipios de Alcaraz y Balazote muy turístico al pasar por pintorescos desfiladeros.   La consejera de Economía y Hacienda y presidenta de la empresa pública “Don Quijote de la Mancha 2005”, María Luisa Araújo, ha asegurado que la Ruta de Don Quijote «un proyecto de largo recorrido que no ha hecho nada más que empezar». El tramo en tramo entre Alcaraz y Balazote trascurre sorteando el valle del río Jardín, con un paisaje de tajos y desfiladeros, pasando por un total de seis túneles, rodeado de monte y arbolados.

      Pasamos la circunvalación de Albacete, ya conocemos esta ciudad de aleación murciano-manchega, por su museo arqueológico provincial, donde recuerdo haber visto La Cierva de Caudete y muñecas romanas de marfil, y una sala dedicado a al pintor de la Escuela de Vallecas Benjamín Palencia, que donó obras, y además conocido en el mundo de la literatura por su amistad con el poeta de Orihuela Miguel Hernández,  a quien le hizo un dibujo  tocando la armónica.





      Almansa, la coronada

      Llegamos a Almansa con intención de practicar el sano deporte de la gastronomía. El castillo es como una corona real asentado encima de un risco eveldado y  afilado,  debió de ser muy visto por usted cuando pasaba en tren desde Madrid a Monóvar.  Por casualidades de los nombres existe una multióptica que se llama Azorín, en calle Corredera 21, lo más seguro es que no tenga nada que ver con su seudónimo, y sea el apellido de un optometrista. 

      Los orígenes del Castillo de Almansa se remontan al período almohade, cuya forma característica de construcción alcázar y fortaleza de resistencia queda hoy patente en alguno de sus muros.    En la época árabe, Almansa, perteneció al reino de Murcia. Hacia el siglo XIII se inició la conquista de estas tierras por los cristianos aprovechando las desavenencias entre los reyes moros murcianos y sus vecinos. En 1707 el castillo fue escenario, durante la Guerra de Sucesión, de una batalla de renombre histórico: la batalla de Almansa, en ella, fueron derrotados y capturados nueve mil soldados austriacos. Venció el ejército franco-español, encabezado por el duque de Berwick. A partir de esta batalla, se inclinó la guerra a favor del asentamiento del Rey Felipe V y la dinastía de los Borbones en el Trono de España.

Tras la batella de Almanza del 25 de abril de 1707 las tropas borbónicas comandadas por D'Asfeld asediaron la ciudad de Játiva, se dice que ardió completamente durante 8 días (de ahí el apelativo de socarrats, "chamuscados", que se da popularmente a los setabenses). Por ello el cuadro con el retrato de Felipe V está boca abajo en el Museu de l'Almodí de Xàtiva.

       En la puerta de la conocida Casa Grande me hice la foto testigo de mis viajes. Pertenecía al Conde de Cirat, Miguel de Catalá y Calatayud, que tenía el titulo de Grande de España (de ahí puede venir lo de Casa Grande). Pasó después a los Marqueses de Montortal, hasta que en 1992 fue adquirida por el Ayuntamiento.

    La fachada principal se abre a la Plaza de Santa María. Su portada, ligeramente desplazada del centro, está dividida en dos cuerpos: el inferior posee a ambos lados de la puerta columnas fajadas almohadilladas. Este fajamiento rústico se extiende hacia el segundo cuerpo y a los ventanales con figuras gigantes.

    Tras nuestro particular viaje por la ciudad de Almansa, en otros tiempos famosa por sus zapatos, aparcamos en la puerta del restaurante “Los Rosales”,  uno donde mejor se puede comer el gazpacho manchego y así lo hicimos para no cambiar la tradición.  Tras la comida y sin una sola gota de alcohol, llegamos por la tarde a Alicante, la ciudad  del cetro de cal del Becantil o Cara del Moro Juan.

Autor. Ramón Fernández Palmeral.
Libro "Bucando a Azorín por La Mancha" Segunda edicion en LULU.