domingo, 13 de marzo de 2016

La Casa del Bachiller Sansón Carrasco. Argamasilla de Alba.








13.- EN LA CASA DEL BACHILLER SANSÓN CARRASCO

(Fragmento de mi libro "Buscando a Azorín por la Mancha"



     Sr. Azorín:



     En su libro de La Ruta…, no hay referencias al bachiller Sansón Carrasco, hijo de Bartolomé y  vecino de este kilómetro cero de La  Manchega, que flota sobre una gran laguna subterránea de un Guadiana tímido que se ruboriza y esconde sus melenas de olas resentidas, y se zambulle bajo tierra y luego abre los ojos por las Tablas de Daimiel.  Por «El lugar» cruzan de paso dos canales de riego, el llamado de Avenamiento y el del Gran Prior, este último pasa por debajo de la plaza de la Constitución, antiguamente había incluso una lagunilla, a las afueras, como se aprecia en la fotografía  (Blanco y Negro, Revista ilustrada. Especial III Centenario, Madrid, 731. Fototeca CECLM, y reproducida en la página 60 de la edición de La Ruta… por el Centro de Estudios Castilla-La Mancha, 2005). Es importante hacer estas reseñar para argumentar mi hipótesis de Argamasilla como la Venencia de La Mancha, si sus canales fueran navegables.

     En la calle de los Académicos se encuentra la fachada ocre sucio, embrutecida y descarnadas argamasillas rojizas, huesos más que piedras de la casa de Sansón Carrasco, o lo que queda de ella. Tiene una puerta prehistórica, rajada, gris, desvencijada, abandona al mundo de la literatura y al mundo de la realidad de este centenario que el Ministerio de Cultura, cuya ministra, andaluza lozana, de cuyo nombre me acuerdo pero que no me apetece ahora nombrar, ya que en tierras de hidalgos furiosos uno tiene capacidad para decir si acordarte o no acordarte de algo, sobre todo cuando el trigo temprano o el alcacel verdea y te trastorna, el Ministerio dispone de 30 millones de €, lo que equivale a unos 5.000 millones de pesetas, para acometer esta magna empresa, invencible empresa, universal empresa del IV Centenario, para reformar y reforzar la historia de la fantasía más grande jamás contada. En el 2002, cien escritores eligieron en una encuesta organizada por el comité del premio Nobel las cien mejores obras de la literatura universal, y don Quijote encabezó la lista, sin embargo esta ilustre y noble casa del bachiller Sansón Carrasco, espera como una vieja cepa a ser arrancada y quemada en el hogar de algún diablo urbanístico. 

 



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    En la calle de los Académicos, cruzando el paso de cebra, pasaba un grupo de japonesas con sombreros y las mochilas al hombre y las cámaras en bandolera y la sonrisa puesta. Habían llegado en autobús, se me vino a la cabeza lo muy apreciado que es Don Quijote en el Cipango de Francisco Javier, por el mito de su locura genial, el ridículo que hace sin sentir vergüenza ajena, ya que para un japonés sentir vergüenza es uno de sus pecados capitales, otro es el sentimiento de deuda, quizás porque son prototipos de eficacia. Admiran  la libertad de comunicación porque don Quijote habla sin parar, los japoneses, en cambio, piensas mucho lo que van a decir, ensayan, no improvisan, respetan las tradiciones. ¿Qué les gusta a los orientales de don Quijote? ¿Es el viaje, es lo burlesco, es la osadía, es el teatro? ¿Es don Quijote un samurai loco? Porque ellos se ríen de lo que a nosotros no nos hace  ni chispa de gracias.

      Para este IV Centenario se han realizado dos traducciones al japonés, uno es la del catedrático Toky Ogiuchi de la universidad de Tokio Keizcel,  editado en un papel especial resistente al tiempo y al agua.  Uno de los pintores japoneses afincados es España que ha realizado obra quijotesca es el artistas Chiaki Korikoshi. El poeta japonés  Mato Basho  se aproxima al estilo  humorístico de Cervantes en sus hai-ku. Los japoneses conocieron por primera vez a don Quijote y a Sancho y a Sansón Carrasco en 1885 de una traducción parcial inglesa, donde se decía que Cervantes era francés.

      En China se publicó en 1922 como Biografía de un espadachín caballeresco mágico, de la primera parte. Con la Revolución cultural hubo irrupción de todo cuanto venía de fuera y no fue hasta al muerte de Mao (1976), cuando se reanudó una reapertura cultural. En 1978 la escritora Yans Jiang hizo la primera traducción completa.  Los chinos y japoneses están interesados en España, sobre todo por el vino, en la feria de Fenavin se habló de las relaciones comerciales con China, Chen Yu Zhai, segundo secretario de la Embajada de China en Madrid, dijo que China importa el 20 % del vino que consumen.

     El bachiller Sansón Carrasco, que fue quien contó que la primeras parte ya andaba en libro en Salamanca, se burla de la traducciones del Quijote con sentido satírico en un diálogo «y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca» (II,3). Entre la I y la II parte de El Quijote existe un espacio temporal de novelación de un mes, y un tempo real de 10 años, por ello es dificultoso entender por el lector que la primer parte ya anduviera en libros. El libro más editado y traducido después de la Biblia.

     Cuando las japonesas de seda y jade se han marchado avergonzadas de la fachada ocre sucio de la casa de Sansón Carrasco con su pasito corto y sus sonrisas milenarias, yo miro, yo olfateo por la rendija de la vieja puerta prehistórica y yo no veo la parra ni el aljibe que se cuenta tiene dentro, yo le hago una foto, como se puede ver, una foto a  la selva de maleza que se deleita en el patio interior devorando las piedras, las maderas resecas,  el soportal, abrazada a las piedras que un día vieron los fantásticos y furibundos ojos de Sancho Panza: « –­Pues yo voy por él –respondió Sancho.  Y dejando a su señor, se fue a buscar al bachiller, con el cual volvió de allí [su casa] a poco espacio [de tiempo], y entre los tres pasaron un gracioso coloquio» (II, 2).





  



 
Casa de Sansón Carrasco. 2005
 
 
      Es decir, que Sancho fue a casa del bachiller para  pedirle que le acompañara a casa de don Quijote donde los tres tuvieron un coloquio, a raíz de que Sancho se había enterado de que había llegado el bachiller al «El Lugar», el hijo de Bartolomé Carrasco, que venía de Salamanca, hecho bachiller, fue quien le contó que andaba ya en libros la historia de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Y al contarle esto, don Quijote dijo que seguramente el autor de esa historia ya escrita sería algún «sabio encantador». Entrados en una plática de si el autor era el moro y otras explicaciones, Sancho se ofreció a traer al bachiller hasta la casa de don Quijote. 

      En el coloquio del siguiente el narrador hace un retrato semblanza  del bachiller Sansón Carrasco, al que describe: 

    «…no muy grande de cuerpo, aunque muy gran socarrón; de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta veinticuatro años, carirredondo, de nariz chata y de boca de donaire y de burlas…» (II,3).

     Frente al parque de los Derechos Humanos podemos contemplar una escultura de pie en tierra del bachiller.

      Aunque actualmente para salvar o menguar esta pena honda, negra, vergonzante, le han puesto el nombre de Sansón Carrasco a una casa de calle Batanes de Argamasilla,  Centro de Salud y Hogar de la 3ª Edad o edad de los sentados en los parques. 

       El bachiller Sansón Carrasco que según don Quijote es «perpetuo trastulo [bufón] y regocijador de los patios de las escuelas salmanticenses, sano de su persona, ágil de sus miembros, callado, sufridor así del calor como del frío, así como de el hambre como de la sed, con todas aquellas partes que se requieren [cualidades] para ser escudero de un caballero andante». (II,7), acuerda con  el cura, el barbero «por voto común de todos»  como se explica en el  (II, 16), dejarle salir a Alonso Quijano porque era imposible detenerle en «El Lugar» por más tiempo,  pensaron que Sansón Carrasco le saliese al camino como caballero andante y le retara previo pacto de que el vencido quedara a mercede del  vendedor, con la cláusula de que el vencido no saliese en dos años en aventuras. Por ello Sansón, le anima a la tercera salida para una vez en el campo retarle, por ello soltó unos elogios: «¡Oh flor de la andante caballería! ¡Oh luz resplandeciente de las armas!...».  Acaba con una especie de conjuro o maldición para quien impidieran esta salida con: «…que la persona o personas que pusieren impedimento y estorbaren tu tercera salida, que no la hallen en el laberinto de sus deseos, ni jamás se les cumpla lo que mal desearen». (II, 7), y además se ofrece como escudero, lo cual sienta muy mal a Sancho. Era razón suficiente para que al  anochecer salieran en su tercera salida don Quijote y Sancho dirección al Toboso, y luego para Zaragoza, aunque nadie comprende cómo, para seguir hacia Zaragoza, vuelve desde el Toboso a baja por los campos de Montiel, casa del Caballero del Verde Gabán, Lagunas de Ruidera y Cueva de Montesinos hasta salir por Ossa de Montiel (retablo de Maese Pedro)  de la Mancha camino de Zaragoza por  pueblo del rebuzno, que los cervantistas sitúan en el pueblo de El Bonillo, provincia ya de Albacete.

       Los argamasilleros están muy orgullosos de que Cervantes situara el domicilio  de don Quijote y el de Sancho en «El Lugar», y que empezara a escribirlo en la prisión/cueva de la casa de Medrano, sin darse ellos cuenta que Cervantes eligió este lugar para burlarse de ellos, y provocar la risa en el lector de aquella época acostumbrado a que las historias de los caballeros acontecieran en lugares tan rimbombantes como los lugares de Palmerín de Inglaterra, Amadís de Gaula (Gales), Roger de Frecia, o en Constantinopla o en Trapisonda.  Cervantes debía poseer, por la experiencia vivida, una mente artístico plástica, y se dio cuenta que la provocación es una de las cualidades del arte, de todas las artes. Sin embargo, no lo deben de estar muy orgullosos de que el bachiller lo fuera también de allí, porque lo que se puede ver en una fachada ocre sucio y desconchada, supuesta casa, que siempre ha pertenecido a un apellido Carrasco. La casa tiene patio que da pena, ya lo he comentado antes. Un patio que sin ser descrito por Cervantes sí pone en boca del narrador en el capítulo 7, cuando el ama, habiéndose enterado de la resolución de la tercera salida, toma un manto y va a casa del bachiller: «Hallóle paseando por el patio de la casa…».  Patio que desde la desvencijada puerta, por una rendija puedo ver, iluminado, donde la selva lo abraza y la hiedra enfurecida lo devora.

     El Caballero del Bosque o de los Espejos afirmó que entre sus aventuras había vencido a muchísimos caballeros incluyendo entre ellos al gran Don Quijote de la Mancha. Don Quijote al oír esto se hizo el tonto para más tarde  Sansón confesara su propia mentira. Al ver que este no lo confesaba y se emperraba en su mentira, Don Quijote le reto a un duelo en el cual el caballero que saliese vencido obedecería al vencedor. Luego vendrá la batalla o la justa entre don Quijote y Caballero de los Espejos que toma como escudero a Tomé Cecial, y como era de esperar don Quijote le vence y al Caballero de los Espejos con el humorístico final de que cuando le quita el yelmo para ver si era muerto, es cuando se asombra al  ver que el caballero tenía la misma cara que su amigo Sansón Carrasco, y piensa: «Todo ha sido artificio y traza de los malignos magos que me persiguen… se previnieron para que el caballero vencido mostrase el rostro de mi amigo el bachiller».

       El maltrecho bachiller y el escudero con los huesos  rotos buscaron a  una algebrista (médico que encaja los huesos), que los cervantistas sitúan en el actual pueblo de Membrilla. Esta fue el único encuentro donde don Quijote salió vencedor. La  dama  del Caballero de los Espejos era Casildea de Vandalia porque era andaluza y los vándalos era de allí como los taresios o tartessos. En los capítulos dedicados al caballero del Bosque y de los Espejos que es el mismo caballero, usa Cervantes la técnica de ocultarnos el sujeto, y es al final nos da una explicación de quien era este caballero. Es igual que en la gramática japonesa se oculta el sujeto hasta el final de la oración, lo cual es todo lo contrario a la sintaxis española o castellana, que debe presentar al sujeto desde el principio. 

        En el Testamento de Don Quijote  (II,74), nombra albaceas: al cura y al bachiller, y les deja dicho que si su sobrina Antonia Quijana casare con hombre de quien no se halla hecho información  la desheredará, y parece haber un guiño o buen ver del casamiento de su sobrina con su amigo el bachiller, que en buen criterio le hace un epitafio.

      Es mí parecer que el personaje del bachiller sería el 4º personaje después de Dulcinea, además quien continuará la estirpe de  don Quijote si es que éste y la sobrina se casaron. Otros autores han  encontrado que Sansón Carrasco era clérigo de grados y corona. Andrés Trapiello ha continuado con esta historia.


Ramón Fernández Palmeral 2005

sábado, 12 de marzo de 2016

11.- En la prisión de Cervantes / Argamasilla de Alba. "Buscado a Azorín por La Mancha".





 
11.- EN LA PRISIÓN DE CERVANTES



    Señor Azorín:



    La Casa de Medrano se encuentra en el número 7 de la calle Cervantes de Argamasilla de Alba, aunque tiene dos puertas, la otra da a la calle Capitán Sánchez.  En la puerta existe un letrero de azulejos incrustado en la pared que dice: «Centro Cultural casa de Medrano Prisión de Cervantes inauguración 23 de abril de 1999».   La puerta conserva jambás y dintel de piedra y un escudo oval en la puerta de nueva construcción.

     La casa es nueva, tiene oficinas, un gran patio interior que sirve para representaciones de comedias de teatro clásico, dos sótanos o cueva como llaman a las bodegas para guardar vinos, que dice la tradición que fue la prisión de Cervantes donde empezó a escribir el Quijote. En los tiempos de Cervantes esta casa pertenecía a la ilustre familia lugareña de los Medrano y a principios del siglo XVII pasó a ser propiedad de un vecino llamado Juan Ginel. Era entonces un caserón manchego de dos plantas, edificado alrededor de un patio con corredor; tenía además otros patios y corrales y una cueva en dos niveles a la que se accedía (y se accede) a través del patio central por una escotadura.  Aunque ya he comentado en otra ocasión que no hay constancia documental de que aquí estuviera preso Cervantes, porque las prisiones documentadas son las de Argel, la de Castro del Río en 1592, y la de Sevilla en 1597, y otra entre1602 a 1603, que duró tres meses cuando Gaspar de Vallejo, magistrado de la Audiencia de Sevilla, el reclamó los 88.000 maravedíes que Cervantes le había condonado a unos agentes de Vélez-Málaga (del antiguo reino de Granada), por arqueo. También estuvo preso por dos días en Valladolid en 1606, cuando lo lo detuvo el alcaide Villarroel, juinto a todas las mujeres de su casa, para esclarecer la muerte del caballero de Santiago Gaspar de Ezpeleta acuchillado cerca de la casa de los Cervantes.   

     Usted, señor Azorín,  no nos cuenta los pormenores del interior de la cueva, bien porque no estuvo dentro o porque se le olvidó mencionarla, aunque usted le cuenta a don Cándido en la página 98, que esa mañana ha estado en la casa prisión de Cervantes, y no nombra a Medrano, usted le dice que los eruditos opinan que Cervantes no estuvo encerado allí, don Cándido se llena de sorpresa y de asombro y de estupefacción. Y éste clérigo exclama «¡Jesus! ¡Jesús!,»  llevándose las manos a la cabeza: «¿No me diga usted tales cosas, señor Azorín!, Señor, señor, que tenga uno que oír unas cosas tan enormes!».

      He de reconocerle que el diálogo de estas páginas discutiendo con el clérigo don Cándido es una obra maestra, que no me canso nunca de releer. Algo parecido me pasó a mí cuando llamé un día por teléfono a una conocida cervantistas argamasillera, y le expuse lo que se comentaba, de que usted no estuvo en realidad en Argamasilla, sino que era un viaje literario.

    ­-Cómo que no, sí, Azorín estuvo siete días aquí, y además yo tengo ahora delante de mí una tarjeta postal enviada desde aquí. No, no lo dude ni por un momento, además hay fotos de la Fonda de la Xantipa donde estuvo alojado. ¡Qué cosas hay que oír!

    -No, si yo lo digo por otros investigadores –tuve que aclararle, pero sirvió de poco.

      En el año 1863 la Casa Medrano  fue adquirida por el infante don Sebastián Gabriel de Borbón, prior de la orden de San Juan, con el fin de desarrollar en ella actos culturales y otras actividades.    Al morir el infante don Sebastián de Borbón, su viuda vendió la casa. Fechas en que el editor Manuel Rivadeneyra  trasladó aquí su imprenta, e hizo una edición del Quijote con un prólogo del dramaturgo español J. Hartzenbusch. Edición de 1863 muy valorada por bibliófilos.

     En 1970 pasa a propiedad municipal y es declarada Monumento Histórico artístico en 1972. Ante su estado de irreversible deterioro en 1990 el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba con la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha proyectan una remodelación del edificio, ejecutada por la Escuela-Taller "Casa de Medrano", y lo dotan de modernas y funcionales instalaciones para actividades culturales (biblioteca, galería de exposiciones, salón de actos, auditorio y otras dependencias). Junto a la cueva-prisión de Cervantes. Se sabe que el 21 de marzo de 1905 la casa sufrió un terrible incendio y al quedar casi en ruinas se reconstruyó con una sola planta. La cueva de los dos niveles había quedado intacta después del incendio. El Heraldo de Madrid dio la noticia que la había dado Fructuoso Coronado, corresponsal de Argamasilla, y tomo la nota de la página 306, del libro de Pilar Serrano de Merchén ya referenciado (La Argamasilla que nos precedió, 2001):

   «Acaba de declararse un violento incendio en la casa donde estuvo preso Miguel de Cervantes Saavedra, o sea en la llamada casa de Medrano, donde, según la tradición…».



 Esta noticia fue aprovechada por el veterano periodista de origen aragonés Mariano de Cavia en El Imparcial del día 22 de marzo, donde se comenta sobre la contrariedades de Cervantes preso en Argamasilla, aunque luego es compasivo, y advierte que poco le importa a Argamasilla que la crítica le quite parte de la leyenda quijotil.

   Cuenta este interesantísimo y documentado libro que los gastos del III Centenario en Argamasilla ascendieron a 370 pesetas, además de documentar las visitas de varios viajeros ilustres, como el ruso Vasili Ivanovich durante la Restauración ya que el libro Crónicas de España: de mis recuerdos de viaje (dos tomos )está editado en Moscú en 1888. El viajero y escritor estadounidense Augusto Floriano Jaccaci  recorrió esta zona n 1890, este escritor está considerado por Rupert Croft-Cooke, como el pionero en recorre los parajes del Quijote; pero no es el primero, ya que tanto Esther Almarcha e Isidro Sánchez (Introducción a La Ruta del Quijote, Centro de Estudios de Castilla-La Mancha 2005, pag. 23 y 34), han investigado que cincuenta años antes de Jaccaci, lo hizo el jienense José Giménez Serrano, denominado «Un paseo por la patria de Don Quijote», en Semanario Pintoresco español, Madrid (16-l-1848).

     Con el III Centenario estuvo Rubén Darío. (De vuelta a su país, Rubén Darío hizo una publicación en el diario La Nación de Buenos Aires sobre Argamasilla). También le nombran a usted, donde se habla largo y tendido y no faltan las refutaciones.   

   Veinte años después de su viaje, señor Azorín, lo hicieron muchos personajes, entre ellos los periodistas Juan  Larrea y Francisco Prieto: La vuelta a La Mancha a pié, 1923, donde dicen sobre su libro: La ruta no fue ruta, error grave de Azorín, haber puesto un título tan trascendental, tan prometedor a una obra que cuando más debiera haberse titulado “Algunos días en la Mancha” y tras alabar sus valores literarios le consideraron egocéntrico, en la que se cometían inexactitudes. (Pg. 29-30, 2005, de la introducción de Esther Almarcha y de Isidro Sánchez).

    Una vez hemos franqueado la puerta de la Casa de Cultura de Medrano, vemos un mostrador de información y turismo donde compré el libro de Pilar Serrano de Menchén, ya referido antes, ya tenía seis libros.   Una vez en el interior vemos un gran patio de sillas con escenario donde se representan obras de teatro por el grupo  Cueva de Cervantes. Cuando entramos había en su interior unos 100 colegiales, aprovechamos la ocasión para entrar a la cueva un grupo reducido  con una guía rubia.  Se baja a  la cueva/prisión por una escalera de piedras, vemos un azulejo ocre en el dintel, la puerta verde viejo, dentro se muestra la blancura impoluta de la cal, el suelo de piedra, techo abovedado largo como dos autobuses, en  la esquina de la izquierda un poyete que me invita al descanso, una mesa con banco, una espada atravesada en la pared, encima una lanza horizontal, y una bacía de bronce (gran coleccionista de bacías es el peluquero alicantino Luis Galera). Pero lo que más me llamó la atención y criterio, en aquel recinto carcelario, claustrofóbico y poético cervantino fue la tronera enrejada por donde entra un rayo silencioso, cuadricular, una luz nueva, cervantina, soñadora. Esta misma luz que vio Cervantes, amiga, puntual, mensajera de los cielos. He sido subyugado, encantando por estas cuadrículas luminosas en la pared como  símbolos más  que señales que escriben jeroglíficos en la pared, y sí, lo afirmo, he visto parte de La Mancha, lagunas nocturnas, cataratas, llanuras como bandeja de plata, pero no hay en La Mancha, otra reja con este resplandor divino, de rayos fugitivos y que no cesan  te dictar palabras y que tú,  solamente tú has podido copiar.

     Incrustado o pegado en la pared hay un azulejo que dice literalmente:



   En este histórico lugar el día  12 de  marzo de 1968, se firmó el acta de la fundación “Gregorio Prieto” ante el notario don José Antonio García Noblejas siendo alcalde de la villa don Gerardo Serrano Parra. 




                  (Cueva de Medrano con el azulejo de la Fundación)

     En el primer piso se abre la galería Gregorio Prieto, pintor valdepeñero, que en vida quiso unir su persona y su legado artístico a este lugar inmortal. Gregorio se encerró dos días en la cueva/prisión, buscando el dictado de la luz de la tronera y, allí, encerrado ideo crear la Fundación que conserva su valioso legado. Además quiso sellar esta unión con la donación de 17 obras al pueblo de Argamasilla que se pueden ver en esta galería. Este azulejo conmemorativo se adjunta foto.

   En el centro de la prisión se abre una escotadura desde la que se baja a otra especie de cueva de menor cubicación, donde descansa muerta y maciza una gran tinaja y otro cartel de azulejos en la pared, es decir, que la cueva en dos pisos.    

Ramón Fernández Palmeral. para al segunda edición en Lulu.

SS.MM., los Reyes de España, inaugarón la exposición "Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616-2016) en los 400 años de su muerte.

                    (Pedro Ángel Jimenez, alcalde de Argamasilla (a la izquierda) y un deconocido en la Casa de Medrano)



8 de marzo de 2016

Argamasilla de Alba presente en la exposición más importante realizada sobre Miguel de Cervantes

El pasado viernes, 4 de marzo, SS.MM. los Reyes de España, acompañados por la vicepresidenta del Gobierno; el ministro de Educación, Cultura y Deporte; el ministro de Asuntos Exteriores; el secretario de Estado de Cultura y la Comisión Nacional de la Conmemoración del IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, inauguraron, en la Biblioteca Nacional, la exposición ‘Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616-2016)’.
Como no podía ser de otra forma, Argamasilla de Alba está presente en dicha exposición, donde pueden verse dos imágenes del exterior de la Casa de Medrano, en cuyo interior se encuentra la que fue prisión de Cervantes, la Cueva de Medrano.
El acto contó con la presencia del alcalde, Pedro Ángel Jiménez, que pudo conocer y disfrutar de la exposición con un guía de excepción, el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y Presidente de Honor de la Asociación de Cervantistas, José Manuel Lucía Megías, responsable del equipo que ha desarrollado este proyecto. Cabe recordar que Lucía ostenta el título de Bachiller de Honor de la Argamasilla, máxima distinción cultural de la localidad, que le fue entregada el pasado mes de diciembre.
Para desarrollar este proyecto, Lucía ha contado con el asesoramiento de un comité de tres expertos cervantinos de prestigio internacional, el escritor y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, José Álvarez Junco, el catedrático de Historia del Arte de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Reyero, y el doctor en filosofía, ensayista y filósofo Javier Gomá.
La exposición está dividida en tres secciones: ‘Un hombre llamado Miguel de Cervantes’, ‘Un mito llamado Miguel de Cervantes’ y ‘Un retrato llamado Miguel de Cervantes’. En ellas se ofrecen aspectos de la vida familiar, militar y literaria del escritor, desde su infancia, a su participación en la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel, su producción novelística, la relación con los escritores de su tiempo, los monumentos en torno a su figura, su físico y su muerte. Se incluye una mirada al cervantismo y un amplio espacio dedicado al Quijote.
‘Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616-2016)’, puede visitarse hasta el 22 de mayo de 2016 en la Biblioteca Nacional de España.