(Ramón Fernandez Palmeral con el cuadro de Miguel Hernández del que es autor)
MIGUEL HERNÁNDEZ: CÁRCELES Y MUERTE DE UN POETA
MIGUEL HERNÁNDEZ: CÁRCELES Y MUERTE DE UN POETA
Ramón Fernández Palmeral
1.-Final de la Guerra Civil española
El 5 de marzo de 1939 el coronel Segismundo Casado, Jefe del Ejército Popular del Centro, y recién nombrado general por Negrín (empleo que no aceptó), se subleva contra el Presidente del Ejecutivo Dr. Juan Negrín, socialista, que había sido apoyado por miembros del Partido Comunista (una rebelión dentro de los republicanos). Episodio conocido como el Golpe de Casado, este coronel deseaba el fin de la guerra, en cambio Negrín quería resistir, bajo el lema “resistir es ganar”, y a la espera de cambios en la política de Francia e Inglaterra, ante la posibilidad del auge de los nazis y fascistas. Quizás desconocía que el 27 de febrero Francia e Inglaterra habían reconocido al Gobierno nacionalista de Generalísimo Francisco Franco Bahamonde, por entonces situado en Burgo. Manuel Azaña dimite de la Presidencia de la República.
Las primeras semanas de marzo el poeta, escritor y periodista Miguel Hernández se encontraba en Madrid, había venido desde Valencia para ser padrino de la boda de su amigo el poeta Antonio Aparicio con Emilia Ardanuy Rodríguez. Ante la caza de comunista por los “casadistas”, abandona la Sede la Alianza y se refugiado en el taller del escultor Víctor González Gil, sito calle Garcilaso, 10 de Madrid. Recibe consejos de Vicente Aleixandre y José María Cossío para que abandone España, cuanto antes. Por mediación de Antonio Aparicio y Juvencio Valle visita al encargado de Negocios Carlos Morla Lynch de la Embajada de Chile en Madrid. Mola no le ofrece garantías, ya que Miguel se había señalado contra el dictador y para asilase necesitaba cumplir un serie de requisitos.
Cuando Miguel iba a Madrid se alojaba en la sede de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, marqués del Duero nº 7, edifico palacio incautado a los marqueses de Heredia-Spinola, por abandono de los propietarios. Según la versión de María Teresa León Goyri en Memoria de la melancolía (1970), les dijo Miguel al matrimonio: Alberti-León «me vuelvo al frente», cuando ya no había frente, la guerra había terminado con la toma de Barcelona finales de enero del 39. En cambio Cossío, Morla y Aleixandre escriben que Miguel dijo «Me voy a Cox con mi mujer y mi hijo», y por ello no tomó asilo en la Embajada de Chile.
Rafael Alberti, antes de marchar a Elda (Alicante) el 7 de marzo para salir junto su mujer y otras comunista, había envía una lista o terna a Carlos Morla donde no aparecía Miguel, sin embargo, si estaban Joaquín Miñana (secretario de Alberti), Fernando Echevarría y Pablo de la Fuente. Miguel fue abandonado a su suerte en Madrid por sus camaradas comunistas, buscando ayuda sin encontrarla.
2.-Huida de Madrid a Cox
Salió Hernández de Madrid el 9 de marzo acompañado de José María Cossío, a la salida de Madrid cerca ya de la carreta de Valencia fueron abordados por un grupo de milicianos “casadistas” que le condujeron al Hotel Lineal para ser identificados, y salvó de esta situación a su jefe de Espasa-Calpe de ser detenido gracias a un salvoconducto que Miguel llevaba de Comisario General de Guerra. El día 9 de marzo sale de Madrid, y llegó a Cox el 14, a veces en carro y otras a pie, para evitar los controles y no podía ir en los ferrocarriles, ya que no tenía salvoconducto. El 24 de marzo del 39 Miguel está en Alcoy, según salvoconducto expedido por CRIM, nº 10 de Alcoy, gracias a la mediación de su cuñado Ismael Terrés Abadía, casado con su hermana Encarnación, para que pudiera trasladarse a Orihuela. En Orihuela acude a su amigo Ramón Pérez Álvarez de la CNT. Los dos amigos fueron a Alicante a gestionar pasaportes, se entrevistan con José Juan Pérez, músico y vocal del Ateneo de Alicante, y con Juan Guerrero Ruiz, secretario del Ayuntamiento de Alicante. No consiguen nada más que promesas. Volvieron a ir otra vez a Alicante; fue el 28 de marzo del 39. Max Aub, dice que lo vio sentado en una acera el día 30 en el Campo de los Almendros (novela de pura ficción). Decide viaja en tren a Andalucía el 22 de abril con un salvoconducto (Sevilla, Jerez, Huelva) del Gobernador Militar de Orihuela (seguramente conseguido por su hermano Vicente), llega a Sevilla donde será detenido en la frontera de Portugal y entregado al puesto fronterizo de Rosal de la Frontera (Huelva), por no llevar pasaporte el de mayo.
3.- Detenciones, cárceles y calabozos
Se han contado que Miguel Hernández, durante toda su vida, pasó por 18 cárceles y calabozos en terribles condiciones salubres, de torturas y enfermedades.
Previamente a la detención en Portugal, a la que me voy a referir más detalladamente. La primera vez que fue detenido ocurrió en Alcázar de San Juan a Mediado de mayo de 1932, por viajar con billete gratuito a nombre de su amigo Alfredo Serna. La segunda detenido en los calabozos del cuartel de la Benemérita en Madrid-Moncloa a mediados de septiembre de 19135, por no llevar al cédula de identidad. La tercera en San Fernando del Jarama (hoy de Henares) el de enero de 1936, cuando paseaba con su amiga Maruja Mallo, por ir indocumentado.
Detenido en Moura Portugal.
Tras no encontrar refugio en Andalucía al amparo de Joaquín Romero Murube, pensó dirigirse a Lisboa, cruzó la frontera a Portugal sin documentación, por la raya seca, en concreto, por el paso fronterizo más meridional entre España y Portugal: el que unía Rosal de la Frontera con Serpa a través de Vila Verde de Ficalho y Vila Nova de São Bento. Hubo de vender el reloj de pulsera que le había regalado Vicente Aleixandre por su matrimonio. Quien se lo compró lo denunció a la policía. El escritor Augusto Thassio ha rescatado los tres primeros expedientes de detención carcelarios que se incoaron a Miguel Hernández en Portugal en 1939. El investigador asegura que no ha sido fácil reconstruir aquellos días: "Eran confusos y me preocupaba conocer cómo fueron, ya que la intención del poeta era llegar a Lisboa, donde en la embajada chilena tenía previsto encontrarse con su esposa y su hijo".
El 30 de abril de 1939 es detenido en la ciudad portuguesa de Moura por la policía Portuguesa Internacional. Llevaba en su poder Desde Moura oasa por varios calabozos de los cuarteles portugueses: Adiça, Vila Verde de Filcalho (5ºy 6ºcalabozo). Al día 3 de mayo es entregado a la policía española en Rosal de la Frontera (Huelva, al Cuerpo de Vigilancia e Investigación de Fronteras de la Policía, no de la Guardia Civil. El 4 se le instruye un atestado que dura diez horas de interrogatorio, y luego calabozos en el Depósito Municipal, por cinco días, Manuela, mujer de un contrabandista le lleva comida a los dos, le escribió un poema «Hombre encarcelado» en un papel de estraza con un dibujo de un barco. Pasará transeúnte por las prisiones de Huelva y Sevilla (8º y 9º calabozo).
Prisión de Torrijos 65 (Madrid)
18 de mayo del 39 llega a la prisión de Torrijos (Madrid), era una residencia de Ancianos. Amistad con: Luis Rodríguez Isern, Fernando Fernández Revuelta, Fidel Manzanares, Manuel Llorente… Se ayudan mutuamente. Da inicio al Sumario 21.001 por el Juzgado Especial de Prensa, que lo condenará la pena de muerte el 18 de enero de 1941.
El 26 de junio le escribe a Pablo Neruda. «Es de absoluta necesidad que hagas todo cuanto esté en tu mano por conseguir mi salida de España y el arribo en tu tierra en el más breve plazo de tiempo posible […] conmigo han de salir mi mujer y dos amigos nuestros».
19 de mayo. Pide ayuda a José María de Cossío
12 de junio. El Juez Militar remite el caso al Juzgado Militar de Prensa presidido por Manuel Martínez Gargallo
Breve libertad temporal:
El 15 de septiembre es puesto en libertad por el Gobernador civil de Madrid, gracias a los informes favorables del agente de policía García del Paso y de José María de Cossío donde manifiesta que es un muchacho inofensivo. Además no habían llegado al Gobierno civil Madrid las primeras diligencias de Rosal de la Frontera, por una infracción administrativa. Se refugia en casa del escultor Víctor González Gil
Sótanos del Seminario de San Miguel (Orihuela):
El 28 viaja a Cox a Orihuela y es detenido por José María Martínez alias «El Patagorda», oficial del juzgado en la calle Mayor al salir de la casa de los padres de los Sijé. La Guardia Municipal le instruye un atestado que dará lugar a otro sumario de urgencia al 4.487-Ali. Es conducido al sótano del seminario de san Miguel en Orihuela, está dos meses, Josefina no le escribe. El sumario de urgencia 21.001 no se había detenido ni anulado.
El 28 de septiembre el Fiscal del Ejército de Ocupación Ramón de Orbe, procede a la calificación del delito: «adhesión a la rebelión militar» y le pide la pena de muerte. Una segunda vez en Orihuela que da origen al Sumario 4.489-ALI, y que, paradójicamente, continuará instruyéndose después de muerto por fimia pulmonar el sábado (anterior al Domingo de Ramos) 28 de marzo de 1942, sobreseído provisionalmente, por si hubiera responsabilidades civiles para los herederos, y en noviembre de 1944, después de muerto, se le conmutará la pena de 30 años de reclusión mayor por la de 20 años.
Prisión de Conde de Toreno (Madrid):
3 de diciembre de 1940. Ingresa en la prisión Conde de Torero, antiguo convento de Capuchinos hoy desaparecido.
18 de enero, se celebra por segunda vez el Consejo de Guerra Permanente, esta vez es el nº 6, que pide pena de muerte y lo «poeta de la revolución», junto a 28 presos más. Lo confirmaba la sentencia el 30 de enero, a la espera de la firma con el Vº. Bº. del Caudillo, que firmaba todas la sentencias a muerte.
24 de enero, Antonio Buero Vallejo (que todavía no era dramaturgo) les hace un retrato, porque está en «La Pepa» o corredor de la muerte.
Miguel fue condenado a la pena de muerte como ya se ha dicho en fecha de 18 de enero de 1940, por lo que llama Miguel Gutiérrez Carbonell «rebelión invertida […] la calificación de estos casos como delito de rebelión militar es aberrante; además se aplicó retroactivamente». Entre los hechos probados se le llamó «poeta de la revolución». La Ley que se le aplicó a Miguel estaba recogida en el artículo 237 y 238-2, del Código de Justicia Militar, de 1898, y un Decreto modificación del 2 mayo de 1931, de la propia II República.
Luego, la pena de muerte le fue conmutada a treinta años, y posteriormente, un año más tarde por la de veinte años y un día de reclusión mayor y accesorias correspondientes a esta pena, tal y como se recoge en el fragmento del documento que se adjunta (facilitado por el Archivo Militar de Guadalajara): La propuesta 12.443 de la Comisión Provincial de Examen de Penas de Madrid, de fecha 18 de marzo de 1943. El Expediente penitenciario que consta de sesenta (60) documentos se halla actualmente en la Fundación Cultural Miguel Hernández de Orihuela.
Prisión de Palencia:
15 de septiembre de 1940.- Es trasladado a la prisión de Palencia, ingresará el día 23, en la celda número 23. Alí se encuentra con los camaradas como: Melquésidez Rodríguez, Andrés, Tejeda, Simón Gómez, que forman una especie de comuna para racionar lo que reciben de la familia y el tabaco. Migue empieza a fumar. Pide a Josefina que vaya a verle. Las bajas temperaturas en el invierno en Palencia le hacen enfermar de una bronquitis.
Prisión de Madrid-Yesería en el barrio de Delicias de Madrid:
Transeúnte entre la de Palencia y Ocaña, pasó solo un día el 24 de noviembre de 1940
Reformatorio de Adultos de Ocaña (Toledo):
9 de noviembre del 40. Le trasladan a la prisión de Ocaña. Se encuentra de nuevo con antiguo compañeros de Torrijos, como Fernando Fernández Revuelta, Fidel Manzanares, se les une Florentino Hernández. Después de un mes de aislamiento, el 27-12-40, los compañeros hacen una comida homenajes. Recibe la visita de José María de Cossío, que parece ser, iba acompañado por Dionisio Ridruejo, que le piden que se adapte en lo posible a la ideología franquista, a lo que el poeta se niega, por ello le escribe a Carlos Rodríguez Spiteri y le dice «no me recuerdes a Cossío. Recuérdame a los amigos de verdad.»
Prisión Alcázar de San Juan.
Un día de transeúnte 25 de junio de 1941
Prisión provincial de Albacete
Aquí estuvo cuatro días como preso transeúnte entre 26 al 19 de junio
4.- Reformatorio de Adultos de Alicante (que hacía en número 18 de las prisiones)
El 29 de junio de 1941 procedente del Reformatorio de Adultos de Ocaña llega al de Alicante, pasando como transeúnte por las cárceles de Alcázar de San Juan y Albacete, por vía férrea, por eso, previamente, desde Ocaña lo llevaron a la Estación de Atocha. En la llegada en la estación de Alicante estaba esperándole solamente Elvira, ya que no había dado tiempo material de avisar a Josefina Manresa que vivía en Cox. El director de la prisión don Manuel Guerrero Blanco lo manda a hacer una cuarentena, ya venía enfermo desde Ocaña, aunque el informa médico decía que se encontraba bien. Para documentar esta etapa he consultado Expediente Penitenciario, estudiado y publicado por el Fiscal Miguel Gutiérrez Carbonell (Compás, 1992), como del artículo de Glicerio Sánchez Recio sobre las instituciones penitenciaras en la represión franquista, así como los estudios de Eutimio Martín, José Luis Ferris y los recuerdos de Josefina Manresa.
Su salud se ve mermada por neumonías, enfriamientos, ingresa el 29 de junio donde inicia el periodo de aislamiento o cuarentena de 25 días, prácticamente casi a oscuras y poca comida, lo que le produce una anemia, e hinchazón en los pies por falta de glóbulos rojos (pies con manchas amoratadas y fríos), delirios de lo que se desprende la ansiada luz y las sombras de la noche en sus poemas, escribe: «Sigo en la sombra». Terminado el periodo de aislamiento le lleva la celda situada a en la calle 22 de la 4º Galería, con el número 100, al llegar pregunta por algunos amigos de cárceles anteriores y si hay algún paisano, en su celda encuentra a Ricardo Fuente, a Luis Giménez Esteve, José Ramón Clemente Torregrosa, Luis Fabregat Terrés (cuñado de su hermano Vicente Hernández Gilabert, tuve la suerte de conocer a Maruja Fabregat, la hermana de Luis Fabregat, en el Rincón del Poeta de Orihuela) y Antonio Ramón Cuenca. También estaban pero en otras celdas a Ramón Pérez Álvarez, Eusebio Oca Pérez, y Miguel Abad Miró, que salió unas semanas después, y Miguel Pérez Pérez (capital del Ejército Republicano), José Valero Pertusa, Rigoberto Martín Lloret y Miguel Signe.
Llevaba más de dos años penando en las cárceles. La primera comunicación con su mujer Josefina no llegará hasta el 26 de julio, es cuando puede ver a su hijo y besarle tras las rejas. Pero no puede abrazarlo, la comunicación era a través de unas rejas del locutorio donde había otros presos con sus familias. En carta del día siguiente se queja de que el niño parecía mudo, no habló nada, prácticamente el padre era para él un extraño puesto que la última vez que lo vio tenía cuatro meses. Estaba como «Un loco» del poema de Antonio Machado: «…flaco, sucio, maltrecho y mal rapado,/ ojos de calentura iluminan su rostro demacrado.» Por lo general, al día siguiente de la visita, Miguel le escribía a Josefina para contarle sus impresiones y pedirle cosas, ya que por la multitud de preso y familiares no se entendían por las voces de los demás.
5.- Entrada en la enfermería del Reformatorio
Consta que el 2 de octubre don Luis Almarcha escribe al capellán Gaspar Blanquer, para que d. Vicente Dimas, cura del Altet, pueda visitar a Miguel, «tengo interés en no abandonar a este joven». Y finales de octubre recibe la visita de don Luis Almarcha, éste buscaba su «regeneración» política y poética hacia el nuevo Régimen. Lo que enfadó a Miguel, en lo tocante a su dignidad, entereza y lealtad a sus principios políticos, éticos y morales.
1 de diciembre de 1941 ingresa en la Enfermería por una «infección intestinal», tiene tifus y tuberculosis. El médico de la cárcel Dr. José María Pérez Miralles le dice que no puede hacer nada. Se ha de buscar un médico particular.
5 de enero 1942 envía una tarjeta a su madre que le había visitado uno de los viernes de visita, seguramente llegó acompañada de su hijo Vicente.
7 de enero autorizan a Josefina para que entre en la Enfermería. Recibe la vista del dramaturgo Jacinto Benavente.
12 de enero sale de la cárcel en un taxi acompañado por su hermano Vicente, para ser reconocido por un médico del Hospital Provincial.
3 de febrero se autoriza a su Vicente para entrar en la Enfermería.
20 de febrero don Manuel Guerrero, director del Reformatorio, escribe a José María Sánchez de Muniáin, director general de prisiones, informándole de que estaban interesados personalidades como Manuel A. García Viñola, José Manuel Alfaro y Dionisio Ridruejo, donde recomienda al Sr. Muniáin el traslado de Miguel al Sanatorio de Tuberculosos de Porta Coeli (Valencia).
A finales de febrero, vuelve a recibir la visita de don Luis Almarcha acompañado esta vez del director de la prisión Sr. Guerrero, Antonio Fantucci y Alfonso Ortuño.
4 de marzo se celebra el matrimonio canónigo en la cárcel por el capellán de la prisión Salvador Pérez Lledó.
El 17 marzo Josefina puede entrar en la Enfermería, ya es oficialmente su mujer, no sabemos si esta vez llevó a Manolilla, ya que una vez sí que estuvo junto a la cama donde el padre lo tuvo abrazado. Pero Josefina recelaba de llevarlo por si la tuberculosis era contagiosa.
21 de marzo, llega la autorización de traslado a Porta-Coeli. No recibió la ayuda médica adecuada. Ya es tarde. De haber podido ir se tenía que haber pagar la ambulancia, salvo que hubiera ido en tren.
Los días 25 y 27 de marzo entran en la Enfermería Josefina y Elvira
28 de marzo, sábado, víspera del Domingo de Ramos, fallece a las 5.30 hora de la mañana por fimia pulmonar. Nadie junto a su cama. Su compañero Joaquín Ramón Rocamora estaba durmiendo. Lo pasaron al sótano.
6.-Agonía en la Enfermera del Reformatorio
«La agonía de los bueyes/ tiene pequeña la cara,/ la del animal varón todo al creación agranda/» dicen los versos del poema «Vientos del pueblo», donde de alguna forma anticipa como una clarividencia la lenta agonía por la que él iba a pasar, sufrir y padecer hasta su muerte, como si la muerte no fuera el final, que no lo es como el propio poeta escribió en «El herido» parte II:
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de
mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que
retoño:
porque aún tengo la vida.
Como he comentado a finales de octubre del 41 recibió la visita de un personaje, cuyo nombre Miguel no quiso mencionar, se trataba del vicario del Obispado de Orihuela don Luis Almarcha Hernández, a requerimiento de Josefina, que le había rogado visitara a su marido (El vicario le hizo dos visitas). El resultado de esta primera visita lo sabemos porque Miguel se lo contó a su compañero de celda Antonio Ramón (Ramón como apellido) Cuenca, que había venido a verle: «una persona muy estirada para hablarle de su regeneración y su vuelta al buen juicio». En esta fecha Miguel aún no había ingresado en la Enfermería, y todavía se encontraba fuerte con capacidad de sufrimiento y resistencia, por eso negó su posible salvación física ante una «regeneración» política y guiños de aceptación hacia el nuevo Régimen, propuesto con el vicario, algo difícil, como el de adjurar de sus ideas a las que había servido durante los años de la guerra civil. Al enterarse Josefina de la negativa de su marido montó en cólera echándole en cara el poco amor que demostraba por su hijo y por ella misma.
7.- Muerte del poeta
Falleció el poeta Miguel Hernández Gilabert del pueblo el sábado 28 de marzo de 1942 a las 5.30 horas en la Enfermería del Reformatorio de Adultos de Alicante. Nada dejó escrito en la pared, no estaba para escribir. Ramón Pérez Álvarez entregó al oficial Antonio Illán los objetos personales. Nada se hizo por salvarle, el jefe médico doctor José María Pérez Miralles solicitó su traslado al Hospital Provincial de Alicante, los cuidados médicos eran nulos. Se solicitó su traslado al Sanatorio de antituberculosos de Porta Coeli, Valencia. Debido al avanzado estado de Miguel poco se podía hacer allí, puesto que la estreptomicina no llegó hasta 1944.
En calle Pardo Jimeno número 15 vivió Elvira, la hermana de Miguel, y también una temporada Josefina, antes de que se marchara a la calle de San Nicolás donde vivían sus tíos maternos. En la casa de Pardo Jimeno, la familia le hizo el velatorio, nos lo cuenta Josefina Manresa, en la página 145 de su libro Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, Ediciones de la Torre, Madrid, 1980:
Sus restos mortales descansan actualmente en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante, en zona de personajes ilustres. Primeramente estuvo en el nicho número 1009, cuyo epitafio decía simplemente: POETA. En 1952 cuando se cumplía el plazo para comprar el nicho, de lo contrario los restos mortales de poeta hubieran ido a la fosa común, una suscripción entre amigos reunió las 2.042 pesetas que costaba la propiedad, entre los que se encontraba el poeta Gabriel Celaya, María de Gracia Ifach (Josefina Escolano), Vicente Ramos y Manuel Molina entre otros, lo que enfadó a Josefina. Sus restos reposan en una sepultura con lápida de mármol blanco, donde también están enterrados: su hijo Manuel Miguel fallecido en 1984 y Josefina Manresa en 1987. ¡Descansen en paz!
8.- La sepultura en el cementerio de Alicante
Lo enterraron el 30 de marzo en el nicho número 1009 de la calle San Pascual. En la lápida un simple epitafio: POETA. Cuando diez años después, en 1952 se cumplían los primeros diez años de su muerte y también el plazo de la sepultura provisional para comprar el nicho a perpetuidad, de lo contrario sus restos mortales hubieran pasado a la fosa común, Josefina acude como siempre a Vicente Ramos y Manuel Molina, ya que ella no disponía de las 2.042 pesetas que costaba la licencia municipal y el nicho en propiedad. Ramos y Molina acuden a sus amigos de Madrid: Buero Vallejo, Celaya, Aleixandre, Cela, en suscripción nacional y en dos meses reúnen el dinero para comprarlo. «La respuesta, felizmente, es masiva y el 29 de enero de 1952, según el escritor Luis Beresaluze (Biografía de Vicente Ramos, ECU, 2004, p. 65) pueden presentarse en el Ayuntamiento y pagar los derechos y las correspondientes 2.042 pesetas». Lo pusieron a nombre de Josefina Manresa. Parece ser que, ni la propia Josefina Manresa a través de María de Gracia Ifach en nota (196), p. 334 de su libro Miguel Hernández, rayo que no cesa, Barcelona, Plaza & Janés, mayo 1975, contaron después la verdad, al decir que la recaudación del dinero se lo atribuyeron a la iniciativa de Celaya. Josefina no quiso que se supiera que el nicho fue pagado por suscripción popular porque ello denigraba en cierto modo la dignidad de ella y de su familia. Josefina dice en la página 147 de su ya citado libro que «no contaron conmigo para molestar a tantas personas pidiéndole subvenciones sin necesidad». Entonces me pregunto ¿tenían o no tenían las 2.042 pesetas?
9.- La Senda del Poeta
La Senda del poeta es como una peregrinación anual en el mes de marzo o abril, según caiga la Semana Santa, también conocido como Camino Hernandiano, corresponde a la ruta GR-125, recorre unos 70 kilómetros en tres etapas desde la plaza de la Casa-Museo de Miguel Hernández en Orihuela hasta su tumba en Alicante. Está dirigida principalmente a escolares, aunque la pueden realizar todos aquellos que estén interesados sin importar la edad. En el año 2010 de su Centenario concurrieron más 2.000 senderistas (muchos de ellos extranjeros). Se duerme en polideportivos y otros lugares que habilitan especialmente para la Senda del Poeta. La Fundación Cultural Miguel Hernández, la Asociación de Amigos de Miguel Hernández de Madrid y su director Francisco Esteve, el Institut Valencià de la Joventut (IVAJ), la Universidad Miguel Hernández de Elche, la Federación Territorial Valenciana de Montañismo y los Ayuntamientos de Orihuela, Redován, Callosa de Segura, Cox, Granja de Rocamora, Albatera, San Isidro, Crevillente, Elche y Alicante organizan esta Senda del Poeta en homenaje al reconocido escritor oriolano. En la última fase se organiza u recital y se nombra al senderista del año.
Los restos mortales de Hernández descansan actualmente junto a los de su hijo Manuel Miguel fallecido el 23 de mayo de 1984, tenía 45 años, de una dolencia pulmonar, y de su esposa Josefina Manresa Marhuenda fallecida el 18 de febrero de 1987, a los 71 años. Durante la alcaldía de José Luis Lassaletta del PSOE, y en 1986, se cedieron terrenos para el actual mausoleo de mármol blanco. Aquí siempre se ven flores: rojas, amarillas y violetas, símbolo de la bandera republicana.
Nota:
Ramón Fernández Palmeral es autor del libro Miguel Hernández. El poeta del pueblo. (Biografía en 40 artículos), ECU, Alicante 2019
Ramón Fernández publica en la prestigiosa revista Wall Street International Magazine
Alicante, 5 de mayo de 2021