sábado, 13 de febrero de 2021

Reseña: "La dureza cruvada del sílex", de Ramón Fernández Palmeral, por Pilar Galán en Letralia. Tierra de Letras

 

 

La dureza curvada del sílex: novela innovadora de Ramón Fernández Palmeral

sábado 13 de febrero de 2021
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“La dureza curvada del sílex”, de Ramón Fernández Palmeral
La dureza curvada del sílex, de Ramón Fernández Palmeral (2021). Disponible en Amazon

La dureza curvada del sílex
Ramón Fernández Palmeral
Novela
Amazon
España, 2021
ISBN: 979-8592770340
133 páginas

La novela de Ramón Fernández Palmeral La dureza curvada del sílex, recientemente publicada en Amazon (Kindle e impresa) es una obra sorprendente, innovadora, vanguardista, una nueva forma de hacer literatura para unos nuevos tiempos, como los presentes sin lógica ni reglas, con una escritura dinámica muy diferente a las narraciones estereotipadas, tradicionales y pausadas a las que estábamos acostumbrados a leer.

Yo la subtitularía “Nuevas formas de expresión para una nueva forma de vivir”, otra manera de expresar inéditos planteamientos vivenciales, sobre todo ahora que estamos asistiendo a unos tiempos convulsos y trepidantes en que suben y bajan las curvas de infectados y muertos por la pandemia de covid-19 y sus variantes... 

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La dureza curvada del sílex: novela innovadora de Ramón Fernández Palmeral

 

Por Pilar Galán García/revista LETRALIA

 

La  novela recientemente publicada  por Ramón Fernández Palmeral   La dureza curvada del sílex en Amazon (Kindle e impresa) es una  obra sorprendente, innovadora, vanguardista, una nueva forma de hacer literatura para unos nuevos tiempos,  como los presentes sin  lógica ni reglas, con una  escritura dinámica muy diferente a las narraciones estereotipadas, tradicionales y pausadas a las que estábamos acostumbrados a leer.

 

Yo la subtitularía: “Nuevas formas de expresión para una nueva forma de vivir”, otra manera  de expresar  inéditos  planteamientos vivenciales, sobre todo ahora que estamos asistiendo a unos tiempos convulsos y trepidantes en que suben y bajan las curvas de infectados  y muertos por la pandemia de covid-19 y sus variantes.

 

 En estos momentos en que se desploma  la economía mundial, baja el PIB, se derrumba el empleo,  se restringe el  viajar, el reunirnos con amigos, se pospone el abrazo y la zancadilla, porque impera la distancia y  se prohíbe el contacto, es necesaria una obra refrescante. Es en estos tiempos y en este  caótico panorama cuando aparece es cuando La dureza  curvada del sílex, una novela trepidante que como daga de sílice imposible se arquea y contorsiona para entrar en nuestros corazones.

 

Desde el  comienzo te engancha, te agarra y te agarra al sillón de lectura.  La protagonista de nombre Alicia Pieldelobo nos trasporta al mundo del país de las  maravillas, pero a su vez, nos advierte que además de ser una mujer con grandes dosis de fantasía, Alicia es  una mujer de armas tomar, o sea,  implacable, atrevida,  libre, decidida y con la piel de un lobo, curtida  y osada. Pero nada de un lobo disfrazado con piel de cordero, a ella no le gusta la hipocresía,  ni el engaño, ella se apellida Pieldelobo, y además hace honor a su identidad.

 

Alicia Pieldelobo, apodada Bombina, en 1989 corta por lo sano, y un día en que se le cruzan los cables se va de la editorial de Barcelona en la que trabajaba a un cortijo de las Presillas Bajas en Almería, que acababa de heredar de su padre. Este cambio es casi tan brutal como el que se está haciendo vivir hoy día. Una separación matrimonial hace que se plantee  un nuevo ritmo de vida, sólo que en ella este cambio va a ser en sentido contrario al que nosotros estamos viviendo, ella va de la esclavitud a la libertad.

 

El trepidante ritmo de la novela parece que también,  a nosotros los lectores,  nos da alas de libertad y oxígeno puro  con olor a rosas, buganvilias, geranios, claveles y salitre, para entrar en un paisaje de brutal belleza y luminosidad como es el Cabo de Gata de Almería.

 

«Nadie podía arrancarle las alas al triunfo del sol reflejado en el mar turquesa, el peligroso filo del espejo de mar Mediterráneo con borde de olas que rebotan en la arena del rebalaje, en el que se movía reflejándose y mirándose: violeta, ágata, lapislázuli pasado el Pozo de los Frailes, en carretera comarcal hacia las Presillas Bajas y los Escullos como la frontera entre la mar y las rocas domesticadas del acantilado fósil.»

 

La dureza curvada del sílex, es un viaje vibrante entre realidad  y ficción con una curva imposible que te arrastra hacia un abismo de sensaciones nuevas, sorprendentes, indescriptibles. Ramón Palmeral ha querido experimentar con una escritura indómita, veloz, extrapolada, que como el látigo  de un domador de leones se te enrosca en los ojos y  arrastra ante ti, un  torbellino de sinestesias de colores  vitalistas, olores  seductores que te zarandean de arriba abajo y de derecha a izquierda,  haciéndote botar en el asiento de lectura y casi subirte a  la lámpara, que te alumbra en la lectura noctámbula porque no podemos abandonar el libro.

 

Las palabras cautivan, fascinan, persuaden, acarician, disipan la niebla de la memoria, nos hacen subir en una noria de ficción y de realidad. Es en esta novela, donde las palabras son también ecos infinitos que trascriben fragmentos de textos de escritores, que acuden a la memoria del autor: Juan Goytisolo, Juan Ramón Jiménez…

 

«Yo creo que ante una situación así el hombre de letras no tiene otra salida que la creación de un estilo.» (Juan Benet)

 

Al igual que estrofas de poemas que florecen en las páginas del libro como respuesta a una llamada  o silbo vulnerado de Fernández Palmeral,  que como un jilguero  inquieto salta de rama en rama entrelazando ideas, reclamos y  versos.  De esta forma, como si de un sortilegio se tratara, aparecen  estrofas de los poetas más variados y dispares a modo de cesura o pausa para que lector respire: Gabriela Mistral, César Vallejo, Francisco Brines, José Ángel Valente, Miguel Hernández, José Zorrilla, Carmen Conde, Carlos Fenoll, Miguel Ruiz…

 

«Palacio, buen amigo,

¿está la primavera

vistiendo ya las ramas de los chopos

del río y los caminos? En la estepa

del alto Duero, Primavera tarda,

¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...» (Antonio Machado)

 

 

Estos poemas  y mucho más, aparece en La dureza curvada del sílex porque cualquier vocablo se queda corto. Clasificar esta novela que viniendo de la pluma de Ramón Fernández Palmeral veterano escritor, poeta, ilustrador… Es un reto, que nos conducirá por una carretera con cambios de rasantes, badenes y precipicios en que las palabras caen como cascadas que se despeñan a borbotones desde lo alto de las empinadas cuestas.

 

«La noche en el Cabo de Gata rugía bajo el palio de las estrellas, parecía oírse la respiración de la Naturaleza, la explosión de nuevas galaxias, de los agujeros negros, como cañones absorbentes, aduciendo polvo, estrellas calientes, frías, líquidas, congeladas.»

 

Todavía más vaivenes de pluma o teclados de ordenador podrían golpear los dedos, para que un crítico pueda acercarse a la esencia de esta novela y  poder definir este ensayo vanguardista sin puntos y aparte, en el que  la fecundísima memoria del escritor va intercalando, recuerdos que aparecen de pronto , monólogos interior consigo mismo, epistolario, para  describir este universo fantástico que  se revela ante nuestros atónitos ojos, porque los personajes de ficción se alternan con personajes reales como Carmen Martín Gaite, invitada  a las Presillas por Alicia. La llegada de Carmen Martín Gaite será el pretexto para  acercarnos a la gran escritora salmantina:

 

«Era de estatura media como las castellanas de pueblo, delgada, ojos vivaces, vestida elegante con falda y camisa de luto y el pelo de media melena suelto, gris, recogido con una pinza que representaba una flor de toxo, por comodidad y amplia frente demostrando inteligencia, olía muy bien a un perfume caro.»

 

La amistad existente entre Gaite y  Alicia quedará patente con bellas vivencias culturales compartidas por las dos protagonistas. Al final de la novela hay un anexo de fotografías de los lugares donde transcurre la novela, que es de agradecer para hacer más visible el paisaje narrado.

 

«Vamos a subir esta noche al terrao. Para ver una película natural del espacio: las estrellas, no hay luna, y verás que espectáculo, como yo suelo hacerlo algunas noches cuando no hay nubes, que son muchas aquí en Almería. En el mes de agosto, en el Hemisferio Norte, se ve muy bien la Vía Láctea (banda lechosa luminosa espiral plana), y si estabas unas horas se notaba como declinaba de este al oeste, parecían gritar, porque las estrellas gritan, que son como colmillos de lobos hambrientos y quieren devorarte, si pudieran, se escucha el ruido del silencio universal.»

 

Otro escritor y poeta que aparece es José Ángel Valente que por los años 80, vivía en Almería y   que también compartirá recuerdos y vivencias con Carmen.

Además de compartir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras de 1988.

 

«En los aperitivos la conversación surgió  como rio bravo en Sierra Nevada corriendo por debajo de los helados témpanos.»

 

Al poeta Valente le ofrecieron dirigir el Instituto de Estudios Almerienses, pero él dijo que no: «Es que yo necesito tiempo para llorar, para escribir, para sufrir, para continuar con mi obra poética, mi obra creadora, con mis partos y mis hijos poéticos metafísicos».

 

Hay momentos en que la novela parece abrir la caja de Pandora y como una catapulta van saliendo palabras a tropel para dejar al lector abrumado, seducido, entusiasmado…  y otras a veces filosofa en boca de la protagonista:

 

 «No odiemos a quienes piensen, sientan y experimenten distinto a nosotros, ello anula los vínculos fraternos entre las personas al priorizar la enemistad y el conflicto, esto constituye uno de los factores básicos de las innovaciones históricas, pero afirmo que el conflicto no puede solucionarse de manera eficaz desde el odio.»

 

Como no puede faltar en toda novela que se precie, aparece el amor, aquí también está presente. Alicia, alias Bombina, mujer de alma generosa conoce a un joven árabe que había desembarcado de una patera buscando asilo político. Ella lo protege y entre ambos surge un amor muy pasional:

 

 «¡Escucha tu corazón! ¡Escucha tu corazón! El amor no entiende de clases sociales, de razas, ni de economía, es limpio y puro. El amor es un inocente niño o niña que juega con víboras sin temor a que le puedan inocular su veneno, si no mortal sí doloroso.»

Ramón Palmeral como se le conoce coloquialmente ha querido hacer una novela en forma de misiva, de saeta voladora que se clava en el corazón de los lectores, irrumpiendo en el panorama de las letras por la puerta grande, porque el escritor ya se siente con un bagaje suficiente, que le permite experimentar con esta nueva forma de escribir sin puntos y a parte y con múltiples interpolaciones de autores consagrados que desde el primer momento, arrastrarán al lector a un universo psicodélico de colores, sensaciones y sueños que alguna vez podrán cumplirse.

 Palmeral es de los escritores  que considera a la literatura como un medio para ampliar nuestra forma de ver el mundo. Es autor de más de 50 libros de diferentes temas  y de las siguientes novelas: La baronesa desnuda (2020) Amazon.  La princesa Anuaiti–Matua (2020), Amazon. Mi amo Palmeral y yo. (2019), Amazon. Al Este del Cabo de Gata (2018), Amazon. La mujer del Amadorio(2018), Amazon. El rey de los moriscos  (2016), Amazon. Perito en pecados (colección de relatos)  (2016), Amazon. El héroe de Nador (2005-2016), Amazon. El cazador del arco iris (2015), Amazon.

Pilar Galán García

Alicante, 13-02-2021