miércoles, 14 de febrero de 2018

La vida oculta del escritor, un ensayo siempre vigente

La vida oculta del escritor, un ensayo siempre vigente

Un ensayo sobre la vida y el oficio de escritor que no defrauda, su lectura es amena y una enseñanza constante sobre el comportamiento humando, una delicia de libro.
La vida oculta del escritor, un ensayo siempre vigente
Portada del libro: La vida ocuta
Portada del libro: La vida ocuta
Existen libros que nunca pasan de moda, son libros que permanecen siempre vigentes, porque tratan de la vida misma, de las virtudes y fracasos que a todos los escritor nos acechan; uno de ellos es el ensayo: La vida oculta de la novelista y periodista Soledad Puértolas. Pero además de consejos es una reflexión íntima sobre el comportamiento humano, de nosotros mismo ante el espejo de diamante, y sobre los demás; sobre ese cambio que la gente experimenta respecto a nosotros, cuando conseguimos, un premio, un cargo, un empleo o llegamos a ser reconocidos. Nosotros somos los mismos, pero los demás cambian respecto a nosotros, nos verán de otra manera, ellos han cambiado, y los amigos que tenían dejan de serlo por el cargo que ocupas. Sobre esto y muchos otros comportamientos gira La vida oculta, un ensayo que merece un lugar destacado en las letras, y, además fue ganador del Premio Anagrama de ensayo de 1993.
¿Por qué hablo de este libro, ahora?, después de varias decenas de años en mi poder. Simplemente porque es un libro que enseña tanto sobre la vida en soledad del escritor, que lo tengo en mi mesilla de  noche como libro de cabecera, y no recuerdo, ni puedo contar las veces que lo he leído, o he tomado apuntes de sus muchos consejos y saberes. El ejemplar que yo manejo es una edición del Círculo de Lectores, contiene 293 páginas en papel de calidad, con un índice onomástico en el que podemos encontrar a centeneras de escritores que se citan en el libro, lo cual es siempre de agradecer.
Consta de tres capítulos o partes. La primera trata de la vida del escritor y de la ambivalencia sobre el vivir y el escribir. La segunda parte trata de autores que han significado algo para ella. Y la tercera es un análisis del punto de partida de los personajes de cada novela, que pienso que es el más jugoso de este "triparto".
Soledad Puértolas dio a luz un libro valiente y sincero, sobre sus propias reflexione en los aspectos del oficio (o la vocación) de escritora o escribidora, y la soledad que ello supone, los riesgos de desánimo que conlleva ponerse ante la hoja en blanco (ahora pantalla del ordenador), la necesidad de publicar, la tentación del silencio, la búsqueda de puntos de apoyo y de señales de todo tipo, de compañía, complicidad y estimulo, en el vasto legado literario.
Las reflexiones anotadas son muy sutiles como la que inicia el libro sobre el comentario de Anthony Burgess, que dijo: “El escritor, siempre habla de los que no sabe…”,  para concluir en su disertación de que en realidad, el escritor se convierte “en un experto en todas las amplias y vagas cosas de la vida”,  porque en realidad cuando el novelista da vida a sus personajes, a la vez aprende cosas nuevas, porque el oficio del novelista es convertir en palabras los sentimientos y emociones del vida, que es los mismo que hace el poeta, convertir emociones usando el instrumento, el único instrumento que tiene, el de la palabra en verso.
Son cientos los comentarios útiles de Puértolas sobre la vida y la experiencia. Por ejemplo, y para no extenderme mucho, comento de las páginas 92 a 97, sobre “23.-Malentendidos. El complejo del impostor”, citando un fragmento de la obra de Joseph Roth sobre el capitán Trotta de Sipolje, a quien el emperador nombró capitán, donde tras su nombramiento, sus camaradas le miraban de otra manera, la relación ha cambiado, siendo Trotta el mismo que ante, solamente que ahora tenía un empleo de autoridad como capitán, y ante el espejo se dice que a pesar de su nuevo empleo, él bajo las tres estrellas de seis puntas, sigue siendo el mismo. La gente cambia su comportamiento respecto a aquellas personas que considera autoridad, o tienen cargos importantes, porque la condición humana es así: halaga el importante y da patadas el mendigo.
Recuerdo una anécdota  personal de una vez que iba en tren, mi compañero de asiento no me hablaba y me miraba por el hombro, pero cuando humildemente le dije que yo era escritor, cambio radicalmente, en incluso a llegar a una parada don él se bajó, me ofreció su casa para ir a comer un día juntos. La gente quiere con el que ellos consideran importante.

En la solapa dice el editor
“El oficio de escribir, de sentarse ante el folio en blanco y llenarlo de personajes e historias, es el tema de este ensayo. Soledad Puértolas reflexiona desde su propia experiencia como novelista so­bre las múltiples vertientes en que se despliega la ardua tarea del escritor: la creación, la soledad, las ambiciones secretas, el miedo o el asombro ante la publicación de la propia obra, la reac­ción ante las críticas... Pero inevitablemente, las reflexiones derivan hacia esa otra cara del oficio: la vida misma tanto la que intenta reflejar el escritor en su obra como su propia experiencia vital, punto de partida insoslayable de la primera. En este sentido, el ensayo se divide en tres partes diferenciadas pero vinculadas: en la primera, Puértolas analiza la relación entre el vivir y el escribir; hace un rápido e iluminador recorrido por los escrito­res que admira y la estimulan en la segunda parte, y en la última, reflexio­na sobre sus obras anteriores a partir de su propia biografía. No se trata de un enjundioso ensayo de profunda erudi­ción ni de un dietario de confesiones, sino de consideraciones más o menos dispersas sobre la vida y la literatura, sobre el difícil equilibrio entre la fic­ción de lo que se escribe y la vida externa del que lo hace, entre el huir de la realidad y el intentar reflejarla; porque, en el fondo, una y otra cara son indeslindables”.
Jorge Herralde, director de Anagrama, comentó en 1993 que La vida oculta "pertenece al tipo de libros que nos gusta premiar en Anagrama, ya que se trata de un ensayo de carácter divulgativo, tentativo, lejos del tratado rígido o de la tesis doctoral". Efectivamente es un libro lleno de sabes y sobre todo, más que nada de reflexiones sobre el oficio de escribir. La contraportada dice:

Biografía esencial
Soledad Puértolas Villanueva nació en Zaragoza en 1947, hija de Jaime Puértolas, químico, cuatrocientos años después de que naciera don Miguel de Cervantes. Dice su biografía en Wkipedia que es academia de la RAE, en la silla “g”, minúscula desde 2010, de la que fue vocal de la Junta de Gobierno de la RAE (2012-2014).
Comenzó a estudiar Ciencias Políticas en Madrid, pero por problemas políticos se le impide continuar los estudios. Fue a estudiar Ciencias Económicas a Bilbao pero no terminó la carrera. Finalmente estudió periodismo. Se casó a los 21 años y se fue a vivir con su marido, con una beca adjudicada a éste, a Trondheim (Noruega). Tras su vuelta a España, con otra beca, se trasladaron a California donde obtuvo un masters en Lengua y Literatura Española y Portuguesa por la Universidad de California, Santa Bárbara y donde nació su primer hijo, el también escritor Diego Pita Puértolas. En 1974, al tercer año de estancia en California, volvieron a España. Ganó el Premio Sésamo en 1979 con El bandido doblemente armado; el Premio Planeta 1989 con Queda la noche. Fue galardonada con el Premio de las Letras Anagrama el año 2003.

Conclusiones
Es un libro que yo recomiendo a los iniciados en esta carrera lenta y pedregosa que es la de escribir y sentirse escritor y  viajero hacia no se sabe muy bien qué meta (le espera a cada cual), pero al menos disfrutaremos en el camino. En 1993, dijo Puértolas dijo que se había inspirado o servido de modelos de los ensayos del filósofo francés Montaigne. Todos los elogios que yo dijera aquí sobre La vida oculta, que sedaran cortos. Tanto es así que su lectura me llevó a atreverme a organizar y construir mi libro Secretos para escribir novelas y relatos, de venta en Amazon. @mundiario