lunes, 14 de agosto de 2023

Elecciones fraudulentas en febrero del 36 en Málaga. Republica ilegal de Frente Popular

 

Málaga

El día 20 debían abrirse de nuevo 57 colegios de la capital malacitana. Se disputaban nada menos que 29.000 votos. Los resultados del día 16 favorecieron con holgura al FP. Por eso resulta un misterio que la coalición cambiara de candidato (práctica legal), el socialista Luis Dorado, que tenía que sacar 13.000 votos de diferencia respecto del cedista para asegurar su escaño. Militantes del FP ocuparon en la víspera la sede del Gobierno Civil y sustituyeron al gobernador por un concejal afín. Lo mismo hicieron en el Ayuntamiento y la Diputación. El nuevo gobernador clausuró las sedes de la CEDA y Falange y detuvo a varios afiliados. Finalmente, el cedista Emilio Hermida retiró su candidatura (lo que no impedía que fuera votado). Hubo disturbios y tiroteos, pero votó todo el mundo: unos 29.000 censados. Casi 28.000, al socialista Dorado. Es decir, el error de permitir el anarquismo revolucionario. Ni el presidente Quiroga ni Azaña hacían nada para evirarlo,

Málaga fue liberada por los nacionales en febrero de 1937.

Más información en El Mundo, 2017

 https://www.elmundo.es/cronica/2017/03/12/58c3b8bb46163f9f338b457d.html

 

 El centrista Portela, presidente del gobierno en funciones le cede el cargo a Azaña, sin el refrendo de las Cortes. Por lo tanto, su auto nombramiento era ilegal. En España reinará desde febrero la anarquía revolucionaria, los asesinados y las huelgas. El fracaso del golpe Estado, en España el 19 de julio del 36, da inicio a la guerra civil.

 El presidente del gobierno en funciones entregó antes de tiempo el poder a la coalición ganadora del Frente Popular, sin esperar a que se celebrara la segunda vuelta de las elecciones (prevista para el 1 de marzo). Así, Manuel Azaña, el líder del Frente Popular, formaba gobierno el miércoles 19 de febrero que, conforme a lo pactado, solo estaba integrado por ministros republicanos de izquierda (nueve de Izquierda Republicana y tres de Unión Republicana, más uno independiente, el general Carlos Masquelet, ministro de la guerra). Sin socialistas. Una de las primeras decisiones que tomó el nuevo gobierno fue alejar de los centros de poder a los generales más antirrepublicanos: el general Goded fue destinado a la Comandancia militar de Baleares; el general Franco, a la de Canarias; el general Mola al gobierno militar de Pamplona. Otros generales significados, como Orgaz, Villegas, Fanjul y Saliquet quedaron en situación de disponibles.​ Sin embargo esta política de traslados no serviría para frenar la conspiración militar y el golpe que finalmente se produjo entre el 17 y el 18 de julio, e incluso en algún caso, como el del general Franco, les hizo aumentar su rechazo al gobierno de Azaña al considerar su destino a Canarias como una degradación, una humillación y un destierro.34