De los toros como «cosa española por encima de todas las otras».
Francia es un país que gusta de la corridas de toros, y el sur, desde la atlántica Biarritz a la mediterránea Nimes, es un continuo festival taurino todos los veranos. El joven Sebastián Castella es la última incorporación de renombre ofrecida por Francia a la nómina taurina. Los turistas son una presencia constante en las plazas de toros españolas y como los del siglo XXI, los del XIX también asistían con curiosidad al espectáculo. Entre ellos, el barón Davillier y su inseparable Doré, que acudieron a las plazas en diversas ocasiones, ya fuera en Valencia, al poco de llegar, o en Valladolid. En Aranjuez incluso asistieron a una corrida singular. “Nos guardamos mucho de faltar a ella, tanto más que el anuncio prometía, además de la corrida de rigor, una lucha entre un toro y un tigre”, escribe el barón. El “combate por decir algo” no resultó como se esperaban nuestros viajeros.