miércoles, 6 de mayo de 2020

Victoria y Abdul: la amistad de una reina y su sirviente indio que sacudió a la corte británica. La pelicula es biografica.

El alto y bello Karim tenía sólo 24 años cuando arribó a Inglaterra de Agra en 1887 para servir en la mesa de Victoria durante el año del Jubileo de Oro.
Los sirvientes cortesanos siempre han sido fuente de fascinación por su proximidad con los poderosos. Las relaciones de los miembros de la realeza con sus sirvientes han causado fricciones en la corte durante siglos y en distintos países, como ocurrió en el caso de la reina Victoria de Inglaterra (1819-1901) y su caballerizo escocés, John Brown.La familia real se enfrentó ferozmente a la presencia de este hosco sirviente, que asistía a la monarca en todo, incluso en los asuntos relacionados con el gobierno. Posteriormente, entró al servicio de la reina un joven indio que la encandiló y que incluso era invitado a comer con la familia real.
La influencia de Karim sobre la reina fue tan grande que ella misma estipuló que el joven sirviente musulmán tuviera el honor de estar entre los principales dolientes en el funeral de la reina en el Castillo de Windsor. “Victoria se habría convertido en una enamorada de Oriente. Se sentía fascinada por la India”, escribe Lytton Strachey; “incluso consiguió aprender un poco de indostaní; contrató a algunos criados hindúes, que se convirtieron en sus inseparables sirvientes, y uno de ellos, Munshi Abdul Karim, llegó a ocupar en su vida un puesto casi similar al que en otro tiempo tuviera John Brown”.
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El alto y bello Karim tenía sólo 24 años cuando arribó a Inglaterra de Agra en 1887 para servir en la mesa de Victoria durante el año del Jubileo de Oro, cuatro años después de la muerte de John Brown. El joven había sido trasladado a la corte británica como “regalo” de los súbditos indios para la emperatriz. Pero en poco menos de un año, el sirviente se convirtió en una de las figuras más poderosas de Palacio, alcanzando el título de maestro o “munshi” de la reina, y asistiéndola principalmente en el aprendizaje del idioma Urdu y de la política india.
Karim Abdul Karim, se volvió el confidente más cercano de Victoria, a pesar de los denodados esfuerzos de cortesanos de Palacio para ocultar la relación antes y después de la muerte de la monarca. Se le concedió el puesto de “Paje Indio a la Reina Emperatriz” por un salario de 12 libras al mes. Abdul comenzó a acompañar a Victoria en sus viajes oficiales, donde fue presentado a primeros ministros, reyes y miembros de la realeza, y poco después Karim ya contaba él mismo con sus propios sirvientes, llegando en 1893 a disponer del carruaje privado de la reina para uso personal.
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“En cartas escritas por Victoria a su sirviente, ella le escribe como ‘tu adorada madre y ‘tu amiga más cercana’, e incluso se despide ‘con gran cantidad de besos’. Algo muy inusual en la época, y más aún viniendo de la reina Victoria”, dijo la historiadora Shrabani Basu, autora del libro “Victoria and Abdul”. “Indudablemente era una relación apasionada. Una relación que, creo, operaba en diversos niveles además del de madre e hijo, entre un joven indio y una mujer que por entonces tenía alrededor de 60 años”.
En una serie de escritos personales del sirviente indio, éste confesaba sentir un amor “maternal” con la reina Victoria, a quien llamaba “Reina Emperadora” o la “Gran Emperadora”. “Mientras escribo mi vida no puedo dejar de pensar en los muchos honores que me dio Su Majestad. Rezo al Todopoderoso para que siempre bendiga a nuestra Reina Emperadora”, decía Karim.
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Tal fue el nivel de malestar que generó Karim en la corte que apenas unas horas después del funeral de la reina, su hijo y sucesor, el rey Eduardo VII, lo expulsó de palacio. Además, ordenó que todos los registros de su relación -guardados en las casas de Karim en la India y el Reino Unido- deberían ser destruidos. La familia real, que había llegado a manifestar su odio por el molesto John Brown, llegó a aborrecer a Abdul Karim. Para la reina Victoria, más allá de si hubo amor, fue el gran compañero, consejero y amigo de sus últimos años de vida.