Uno más de los numerosos castillos españoles en
ruinas que, al menos, por no ser viable su reconstrucción cara al
turismo, sí debemos conservar su historia.
18 de Enero de 2018 (16:33 h.)
Estaba leyendo el libro Años y leguas de 1928 del prosista alicantino Gabriel Miró, un libro de viajes sobre la Marina Baja de Alicante durante su residencia temporal en Polop de la Marina. El domingo 7 de agosto de 2011 me levanté temprano y decidí viajar en mi coche a Confrides, y ver y admirar de primera mano el paisaje y el viejo nogal de la Plaza Mayor, frente al Ayuntamiento, del que hablaba el famoso prosista Gabriel Miró, que por culpa del Obispo leproso no llegaría a ingresar en la Real Academia de la Lengua, a pesar de que tenía el favor de su paisano el monovero Azorín, seudónimo de José Martínez Ruiz.
Tomé la autovía A-7 dirección Alicante-Alcoy, y luego el desvío de la CV-70 dirección Este, para pasar por Penella, Benilloba, Brensau, hasta llega a Confrides, situada en la Sierra de Aitana. Hay algunas curvas pero el viaje es un regalo de colores y de luz. Cuando la carretera empieza a llanear te encuentras, al fin con el cartel de Confrides, he hecho 80 kilómetros desde que salí de Alicante. Después de culminar las primeras casa desciende hasta llegar a una zona con arcén. A la izquierda tenemos la Fonda-Restaurante “El Pirineo”, famosa es este lugar de la montaña. En la puerta veo varias mesas con vecinos y visitantes toman algún refrigerio. Es hora de dejar el coche y caminar a pie, pues como dice la doctrina de la estrategia militar, ningún terreno se puede considerar conquistado hasta que no llega al Infantería. Entro en “El Pirineo” para tomar algo tiene comedor y terraza con vistas al valle, no me extraña que le pusieran El Pirineo, porque esto es el Pirineo más al sur que tenemos. La barra es pequeña, está llena de clientes, entre ellos dos deportistas vestidos de ciclistas.
Son las 11 de mañana estaba entrando en Confrides (CP 03517), que se sitúa a 785 metros de altitud. Según Sanchís y Sivera: “Confrides es un poblado erigido en villa por Felipe V, de 960 habitantes, del arciprestazgo de Callosa de Ensarriá, situado en las estribaciones del monte Aitana, el que con su vecino Serrella, se halla con frecuencia cubierto de nieve. El paisaje me gusta, lo he conquistado con mi cámara de fotos. La primera impresión es agradable, sobre un promontorio defensivo se alza imponente. En algunas calles se percibe la piedra caliza visible, salvaje, sin blanquear. Es domingo y en por la subida de la calle San Antonio, los vendedores ambulantes han instalado un pequeño mercadillo de ropas, frutas, verduras y plantas. En el censo de 2010, le figuran 276 habitantes. Hablan valenciano, pero no es problema porque también hablan español. Subo armado con mi cámara compacta de fotos y de vídeo y mi trípode por calle San Antoni. Uso el truco de auto-filmarse con el trípode extendido y también en posición de reposo. Avanzo hasta el final, y al escuchar unos toques de campana el pregunto a un lugareño que dónde está la iglesia, me dice que subiendo por la calle Baix o Baja, que está a mi derecha.
Subo por las empinadas calles hasta la iglesia que está dedicada a la advocación de San José. El historiador español Pascual Madoz (1806-1870), se refiere a Confrides: “...Tiene 120 CASAS de no muy buena fábrica, la del ayuntamiento, cárcel, una escuela de niños a la que concurren 26, dotada con 480 reales, y una iglesia parroquial (San José), de entrada servida por un cura de provisión ordinaria y un dependiente. Tiene por anejo el antiguo pueblo, hoy caserío llamado Abdet, donde moran unos 60 vecinos y 200 almas, la cual forma con la villa que describimos, la baronía de Confrides y el despoblado Florent. Dentro de la población se encuentra una ermita dedicada a San Vicente Ferrer, y en los afueras seis u ocho fuentes de las que se surte el vecindario.”
Desde la plaza del Ayuntamiento, se divisa a izquierda, sobre unos grises y altos cerros el antiguo castillo de Aljofra o Alfofra. De origen musulmán, situado en un espolón rocoso, llamado Penya del Castillo, que se sitúa a unos dos kilómetros al sureste de la localidad Confrides, perteneciente a la comarca de la Marina Baixa (Alicante). Lo ha estudiado el blog de “Guía de castillos, Torres y Fortificaciones de Alicante que dirige Ximo García Rico, del que tomo algunos datos. Fue una alquería musulmana conquistada por Jaime I en 1264.Donó el castillo y población a Vidal de Sarriá. Sus posteriores propietarios serían la familia Sarriá, el infante Pedro y las familias Cardona y Ariza. Durante la guerra con Castilla en el s. XIV fue conquistada por las tropas castellanas, que la mantuvieron en su poder varios años hasta que Pedro IV la recuperó en 1364. Los habitantes de Aljofra en su mayoría musulmanes se opusieron a la orden de expulsión de los moriscos en 1609 y ofrecieron fuerte resistencia refugiándose en sus montañas. Después de la expulsión la zona cayó en una gran depresión agrícola, puesto que eran los moriscos quienes conocían los sistemas de riegos y era la mano de obra
También es conocido con el nombre de Castillo de Alfofra, como se conocía al poblado cercano a la fortaleza antes de la construcción de la actual Confrides. A él se accede a través de una pista forestal que sale de la propia localidad de Confrides y que nos deja a los pies de la fortaleza. Los últimos cientos de metros hasta ella hay que realizarlos necesariamente a pie.
La población de la desaparecida alquería de Alfofra debió ser originariamente musulmana, probablemente del siglo XII. El castillo originariamente pudo constituirse como una torre de vigía o de defensa de dicha alquería, que posteriormente se convertiría en la fortaleza islámica, que fue conquistada por las tropas del Rey Jaime I el Conquistador y donada, en el año 1.264, a Vidal de Sarriá, señor de Callosa, incluyendo a Confrides en territorio de su señorío hasta que muchos años después pasara a manos de su hijo Bernat de Sarriá, y con posterioridad éste lo cediera al Infante Pedro y más tarde a las casas señoriales de Cardona y Ariza.
En el transcurso de las guerras con Castilla, en el siglo XIV, los castellanos se apoderaron de la misma, manteniéndola en actividad durante largo tiempo.
La población y la fortaleza sufrieron las cruentas acciones de armas durante el periodo de la rebelión ocasionada por el decreto de expulsión de los moriscos en el año 1609. A lo largo del siglo XX ha ido perdiendo población debido a la huida de los jóvenes a las zonas industriales de Alcoy.
Durante la Guerra de Sucesión, la población apoyaría en todo momento la causa borbónica, y su castillo tuvo una gran importancia estratégica dada su privilegiada situación.
Lamentable esta actual
La fortaleza presenta un estado ruinoso, mantiene uno de los lienzos de la muralla. Aun así, se pueden observar una cantidad notable de los elementos del antiguo castillo, en especial sus amplios lienzos de muralla del tapial y un gran parte de la estructura cilíndrica de dos de sus torres de defensa, en construidas de mampostería.
También quedan restos bastante conservados de otra de las torres, en forma de cubo de planta rectangular, también fabricado en mampostería. La última torre, al norte de la fortaleza, presenta un estado más lamentable, estando casi toda ella desmochada.
El conjunto de torres y lienzos de muralla nos da una idea aproximada de las dimensiones de la fortaleza de Confrides, que en su tiempo debió ser considerada como una de las importantes de la comarca de la Marina Baixa.
Las últimas fotos que he visto han sido tomadas con un dron, y el paisaje colindante es de abrumadora belleza. Allí en la plaza se eleva como un ciprés el viejo nogal, cuyo tronco no podría ser abarcado por los brazos de dos hombres. Este noble vegetal es testigo de la historia de Confrides que si pudiera hablar nos contaría muchas verdades. @mundiario