Cuadro de Ferrer-Dalmau
La historia se repite cuando vemos que Bruselas se convierte en el centro informativo de nuestro tiempo. Por ello viene bien recordar el Camino Español de los siglos XVI y XVII.
En estos
tiempos en que la mítica cólera de Aquiles se cierne violenta sobre las
catalanas tierras de España, como la reserva espiritual de Occidente (hoy
laica), que se consolidó en el contrato social de 1978 que se llama
Constitución o Carta Magna, la ministra de Defensa María Dolores de
Cospedal ha celebrado el pasado viernes 8 de diciembre la Patrona del Arma
de Infantería del glorioso Ejército español, en el acuartelamiento de El
Bruch de Barcelona. Una quincena en que hierve Cataluña embuída en una campaña de
tiempos electorales por definir la futura política autonómica a partir del
21-D. Dijo la ministra que se celebraba en “un ambiente festivo de
normalidad”, cuando un político ha de recurrir al adjetivo de normalidad, su
significación es todo lo contrario, pues en Cataluña se respira en el ambiente
la crispación, la división y confrontación de siempre. Unos cuantos miles de
manifestantes se fueron a Bruselas empujados por el independentismo trasnochado
a reclamar un futuro fuera de Europa y de España, con un expresidente
fugado, huido de la justicia que no reconoce sus desastroso virreinato; y el
segundo de a bordo en la cárcel sin fianza, por delinquir contra la Constitución.
Subidos ya
en la silla de montar de este caballo bayo o enunciado, nos encontramos con el
deber literario-político-histórico de desvelar las propuestas que he formulado:
Patrona de Infantería, Bruselas y Camino Español.
La historia
del hallazgo de la imagen o icono de la Inmaculada
Las crónicas
cuentan que el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco
Arias de Bobadilla, compuesta por unos cinco mil hombres, combatía en la
isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal. La escuadra del almirante Filips
van Hohenlohe-Neuenstein los tenía cercados quien propuso entonces una
rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes
españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación
después de muertos». Ante tal respuesta, Hohenlohe-Neuenstein recurrió a un
método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para
inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el
montecillo de Empel (holandés de Bolduque, en la provincia
de Brabante Septentrional)
donde se refugiaron los soldados del Tercio. En este momento fustigador un
soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera era
una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción, por ello, se
salvaron del acoso enemigo y ganaron la batalla. Se consideró que la victoria
fue gracias a la intercesión de la Virgen de la Inmaculada Concepción y por
ello fue proclamada patrona de los Tercios Españoles, de cuyos valientes y
sacrificados soldados son la actual Infantería Española y es fiesta nacional en
España el día 8 de diciembre. Cuyo lema se sintetiza en el vítor: “Vencer o
morir”. En 1892 y por Real Orden de la Reina doña María
Cristina de Habsburgo-Lorena, se declaró oficialmente la Patrona.
El emperador
Carlos I y V de Alemania, y su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la
Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.
Una de las
representaciones más conocidas es la Inmaculada del veneciano
Tiepolo(1696-1770), que aparece en un manto azul, símbolo de pureza, sobre la
esfera terrestre y una media Luna, pisando al mal, que es el Diablo que lleva
en la boca la manzana tentadora de Adán y Eva.
El Camino
Español
El pintor de
origen catalán Augusto Ferrer-Damau, ha pintado y dramatizado
perfectamente el mítico e histórico Camino Español que se inició por primea vez
en 1567, a pie, entre Milán a Bruselas, por el III
duque de Alba de Tormes, Fernando
Álvarez de Toledo y Pimentel. La ruta terrestre por el interior de
Europa comenzaba en el Milanesado, después de cruzar los Alpes por el
Ducado de Saboya, y Flandes hasta llegar a Bruselas. El último viaje se hizo en
1622 y empieza la decadencia española.
Conclusión
Una vez más
la histórica de los Países Bajos se ponen frente a los intereses españoles, a
donde van unos miles de independentistas catalanes, 10.000 y que la policía
eleva a 45.000 por intereses espúreos, toman el Camino Español (con el
DNI en la boca) para jalear en la capital europea que quieren salir de España y
de Europa, mientras la Inmaculada hondea su grandeza espiritual en Barcelona.
Por Ramón Fernñandez palmeral
en Mundiario,
8 de diciembre de 2017