EL CASO DE JUAN RIVAS: COMPLEJO PERO
NO ÚNICO
Por Ramón Fernández Palmeral
Por Ramón Fernández Palmeral
INTRODUCCIÓN: AMORES BAJO PLÁSTICOS
Recuerdo un caso de un joven agricultor que vino
a mí despacho para decirme que yo le arreglara a su mujer. Era de un pueblo de
Roquetas tenía unos invernaderos bajo plástico heredados de su padre. En unas
vacaciones se marchó de viaje a París y se trajo a una francesa con la que se
casó poco tiempo después. Se vinieron a vivir a la casa de campo que tenía
junto a los invernaderos, aquello era un cuchitril, alejado del pueblo, y donde
también vivía la madre del joven. Vivir rodeado de invernaderos es el paisaje
más desolador que puede haber en el mundo: caminos de tierra y plásticos y más
plástico. Pasados los primeros meses del celo matrimonial, y cuando la francesa
se vio que su porvenir era coger berenjenas y tomates, y vivir rodeadas de
marroquíes y algún senegalés, empezaron las discusiones y los malos tratos,
entre ambos, los dos se pegaban.
Cuando el joven me dijo que yo le arreglara a su
mujer, le contesté: “O sea, que te van a Francia y te casas con la primera que
te encuentras. Y cuando te fuiste a casar,
por qué no viniste a mí a preguntarme primero si te convenía. Yo te
hubiera aconsejado que te hubieras casado con una chica bonita agricultora y de
la misma cultura como tú”.
Otra vez se me presentó otro caso más complicado,
una chica española de Roquetas que se casó con un musulmán iraní, con quien
tuvo dos hijos, y la tenía encerrada en casa, bajo la vigilancia de un hermano
del iraní. Cuando puede contactar con ella para ponerla a disposición de los
servicios sociales, le pregunté ¿cómo que te casas con un extranjero y encima
de diferente religión y costumbres? Ella me respondió que conoció al inarí en
Madrid, era joven y guapo y tenía mucho dinero. “Craso error deslumbrarse por
el vil metal, del que ahora te arrepientes”, le dije, y ella asintió con la
cabeza.
Así podría seguir contando miles de casos de
parejas descompensadas, como la mujer que se quedó embarazada de un camerunés, un sin papeles, que trabajaba
en los invernaderos del marido. ¡Menudo lío se armó cuando el bebé nació de
color negro!
Años me ha costado aprender que las parejas se
deben unirse lo más afín posible respecto
a nacionalidad, religión, cultura, raza y edad. Y sobre todo ser fieles.
EL CASO DE JUANA RIVAS Y FRANCESCO ARCURI
Como el caso de la española Juana Rivas,
que estamos leyendo estos días en la prensa se ha convertido en un caso muy mediatizado,
es un caso típico de la madre que quiere entregar sus hijos al padre. No es nada
nuevo, una expareja de diferente nacionalidad que se casas, se divorcia y
pleitean por la custodia de los hijos. Las versiones de ambos no
coinciden y se debe averiguar la verdad. No cabe
más remedio que acudir a la Justicia, a los jueces, los cuales únicamente tienen
como el Código Civil y algunas Leyes, como el famoso
Convenio o convención de la Haya de 1980, aobre los aspecto civiles la sustracción internacional de menores, sin
el consentimiento de uno de los progenitores, y que España firmó en 1987. El
progenitor que se los lleva está obligado de devolverlos (los trámites no deben
durar más de seis meses). La custodia compartida se recoge en el art. 92.5 del Código
Civil, en su primer inciso, señala, según su redacción dada por la Ley 15/2005,
de 8 de julio, que: “se acordará el ejercicio compartido de la guarda y
custodia de los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de
convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el transcurso del
procedimiento”.
Pero el caso de Juana Rivas y Francesco Arcuri, nos encontramos
con la particularidad de que el padre fue condenado por lesiones, y que años
después volvieron a tener otro hijo en común. La relación entre Juana Rivas y
Francesco Arcuri (Génova 1966), que tampoco es un santo, se inició en 2004 en
Londres. En las dos etapas en las que convivieron 2004-2009 y 2013-2016 la
pareja repartió su residencia entre Granada e Italia. El hijo
mayor, Gabriel nació 2006 y el segundo
hijo Daniel en 2014. Ambos hijos tienen la doble nacionalidad española e
italiana. En el periodo de 2009 a 2013,
no me consta si se separaron. Ella montó una tienda de productos ecológico en
Granada. Años en los que se cuenta que Juana se fue por unos meses a Asia con
un maestro granadino.
Este caso es muy “complejo”, pero es un caso
típico y frecuente de matrimonios mal avenidos que acaban en divorcio o
separación, y donde los más perjudicados desde el punto de vista psicológico y
emocional son los hijos. Por tradición pensamos que los hijos son más de las
madres que de los padres, porque éstas lo han gestado en su vientre durante
nueve meses, (aunque también los haya de menos meses); y, por el contrario el
padre solamente puso la semillita. Sin embargo, por el concepto constitucional
del artículo 14, de igualdad ante la ley, se rompe el derecho natural y ambos
progenitores tienen los mismo derechos y obligaciones respeto a los hijos. Por
lo general las exparejas se acusan mutuamente, unas veces con razón y otras
falsamente. En el caso de Juana y Francesco, parece ser, que son de caracteres opuestos.
El italiano genovés Francesco Arcuri (1966) es quince años mayor que Juana (de
36 años), en principio parece que no tiene importancia, pero desde el punto de
vista biológico y social, sí que lo tiene. Además Francesco fue condenado en España en mayo de 2009 a
tres meses de prisión y un año de alejamiento por un delito de lesiones en
el ámbito familiar, según la sentencia 242/2009 dictada por el Juzgado de lo
Penal 2 de Granada, que fue ratificada ese mismo año por el Juzgado de
Violencia sobre la Mujer 1. Según la sentencia, la noche del 7 de mayo de 2009
Juana apareció en casa a las 5.30 de la mañana, y Francesco, tras pedirle
explicaciones de dónde había estado, discutieron, se golpearon mutuamente,
causándole lesiones a Juana que
necesitaron de asistencia facultativa, fue el facultativo quien puso la
denuncia al juez. A pesar de haber sido condenado Francesco niega los
hechos de las lesiones a Juana de 2009.
La sentencia 242/2009 establecía que la guardia y custodia del
menor la ostentará la madre, así como un régimen de visitas para el progenitor.
Tras separarse por primera vez de su pareja, Juana Rivas abrió en
Granada una tienda de productos ecológicos y estuvo durante unos dos años sin
saber nada de Francesco, pero la tienda la tuvo que cerrar. En un régimen de visitas, Francesco se llevó a
su hijo mayor a Carlofote, el 21 de junio 2012, como tenía que devolverlo en
mes y medio, al empezar la escuela, y no se lo devolvía, Juana puso el hecho en
manos policía y fue a recogerlo el 20 de septiembre.
Dice Francesco que él también fue objeto de malos tratos, pero finalmente
retiró la acusación. La cuestión es que Francesco la estuvo acosando por
teléfono, según sus familiares, y testigo el hijo mayor Gabriel. Ahora se arrepiente de
haberse echado atrás y tiene una versión distinta de lo ocurrido aquel 7 de
mayo 2009. El entorno de Juana, en cambio, considera que el padre acusó a
su pareja de malos tratos como una reacción al ver que ella estaba decidida a
ir a los juzgados.
Al cierre de la tienda de su negocio de Granada la “Huerta de Pascual”, de productos ecológicos
fue cuando Francesco aprovecha para convencer Juana, bajo engaño, para volver a
Italia a vivir y regentar un hotel rural,
aislado, a 8 kilómetros de Carloforte de 6.000 habitantes, capital de la isla
de San Pietro, situada en la costa suroeste de Cerdeña (Italia). Allí en
2014, tuvo al segundo de los hijos Daniel. Nos preguntamos, si era Francesco
tan perverso, como afirma Juana, ¿por qué tuvo otro hijo con él? Esto no nos cuadra a nadie. Según Juana se convirtió
en un infierno, bajo el control de su marido. El entorno afirma de Juana, según la prensa que
Francesco la encerraba en casa continuamente, le quitaba el teléfono y
desconectaba la conexión a internet para dejarla absolutamente incomunicada. A pesar de esta incomunicación Juana
hizo un curso “online” de terapia transpersonal, hizo contacto con un compañero
español al que le contó le estaba pasando ¿Se ha tomado manifestación a este
compañero?
Según Juana, en Italia recibió malos tratos físicos y psicológicos,
pero tanto la policía como los juzgados estaban tan lejos, no llegó a denunciarle; a pesar de tener coche, porque, según su marido seguía
saliendo casi todas las noches. Su marido la acusa de que no estaba bien y que
desatendía a los hijos. Y de que se iba de fiesta con el coche y venía a altas horas de la madrugada. ¿Es
ser verdad o pude ser mentira? Pero es fácil de averiguar por la policía de
Calaforte. Cundo Juana no quiere dejarle los niños a Francesco es porque le
teme.
CRONOLOGÍA MÁS DESTACADA
En mayo de 2016 huye con los niños por
malos tratos del marido. Se viene sin presentar denuncia en Italia. La abuela
materna pagó los billetes. Francesco habría prohibido a Juana regresar a España e incluso le habría
llegado a esconder su documentación para que no pudiera volver. Por fortuna, el hijo mayor de la
pareja, que por entonces tenía 10 años, fue testigo de cómo su padre escondía
la documentación en una acequia y le desveló el lugar del escondite a su madre,
que recuperó
el documento para poder volver. Así nos lo cuentan fuentes
cercanas a Juana en exclusiva. Antes de su salida se produjo un violento
forcejeo entre Francesco y Juana (pues el italiano intentó
impedir su huida) y, según su entorno familiar, la llegada de un vecino provocó
que la disputa cesara y que Juana huyera junto a sus hijos. ¿Se ha tomado manifestación
a este vecino?
12 de julio 2016, Juana iba
asesorada por la abogada Francisca Granados, del área de igualdad del
Ayuntamiento de Maracena, que la aconsejó en la denuncia de violencia de género
que interpuso contra su ex, Francesco por casos ocurridos en Italia. No sabemos
por qué causas la denuncia presentada en Granada nunca llegó a la Fiscalía
italiana (se dice, está guardada en un cajón a espera de ser traducida para ser enviada
posteriormente a Italia). La
cuestión de presentar una denuncia dos meses después, por supuestos malos
tratos, está bajo sospecha o Juana estuvo mal asesorada a su regreso.
La demanda internacional por la que se pide a España la devolución de los
menores se interpone el día 22 de agosto de 2016 (41 días
después de la denuncia de Juana), y llega sellada de Italia a nuestro país el
día 23 de noviembre de ese mismo año, es decir, cuatro meses después.
17 diciembre 2016. Un juzgado de Granada ordena la "inmediata restitución" de los
dos menores a Italia con su padre, Francesco Arcuri, quien había alegado la
"sustracción" de los niños por parte de la madre de su residencia
habitual de Italia. Pero se presenta el problema jurídico que un maltratador no
puede tener la custodia de los hijos, por su tendencia a la violencia
(recordemos el caso de José Bretón por asesinato de sus hijo Ruth y José en
2011).
El
31 de enero de 2017 Juana Rivas aparece por primera vez ante
los medios de comunicación. Lo hace junto a la chilena Vanesa
Skewes, su caso similar y tuvo que devolver sus hijos.
Y que ha dejado de parecer en prensa. Ambas entregaron al
Ministerio de Justicia más de 150.000 firmas
para evitar que los hijos volvieran con su padre maltratador.
26 julio 2017.- Juana Rivas incumple la
orden de entregar a sus hijos al padre y no se presenta en el punto de recogida
acordado. Tiene miedo a que les pase
algo a sus hijos. Aquí surge el grave problema, de que hay que cumplir la orden
de un juez, aunque luego se pueda recurrir. Es un caso “complejo”, el tener que
quitar a los hijos de un madre para dárselos al maltratador convicto. Las
sentencias hay que cumplirlas, puesto que los niños tienen la doble
nacionalidad: española e italiana. Y España podía enfrentar un problema con los tribunales internacionales
de Estrasburgo. Por ello se pide la busca u captura de Juana, a las fuerzas y
cuerpos de seguridad del estado.
El 28 de julio de 2017, un
años después, Francesco
Arcuri denuncia en Granada junto a su abogado Adolfo Alonso y con un miembro
del consulado italiano, a su expareja
por secuestro de menores y pide que la detengan para
proteger a sus hijos. El Juzgado de Instrucción 2 de Granada asume por vía
penal el caso y comienza la campaña de solidaridad "Juana está en mi casa". Pienso
que esta denuncia se debió presentar en Italia en mayo de 2016.
8 agosto.- El Juzgado
de Instrucción 2 de Granada ordena la detención y presentación ante el juez de
Juana Rivas, tras no ir a declarar como investigada por la sustracción de sus
hijos. Acusada de un posible delito
penal de retención ilícita de menores (traérselos desde Italia).
Arcuri acude al juzgado y mantiene la oferta de alcanzar un acuerdo para poder reencontrarse con los niños. Se piensa que no hubo un estudio serio para "establecer todas las garantías para que se puedan hacer valer los derechos de los hijos y los padres" (dijo exmagistrado Baltasar Garzón.
Arcuri acude al juzgado y mantiene la oferta de alcanzar un acuerdo para poder reencontrarse con los niños. Se piensa que no hubo un estudio serio para "establecer todas las garantías para que se puedan hacer valer los derechos de los hijos y los padres" (dijo exmagistrado Baltasar Garzón.
15 agosto.- Juana Rivas escribe una segunda carta en la que considera que no es un
rapto huir para proteger a los menores y narra la "pesadilla de
terror" que vive con ellos.
16 de agosto. El Tribunal
Constitucional rechazó el recurso de Juan, por no haber agotado la vía judicial.
Además en sentencias anteriores el Tribunal Constitucional establece que el
interés superior del menor estaba por encima de la pugna por su custodia.
21 agosto.- Juana Rivas no acude a declarar a la nueva citación judicial para decidir medidas sobre los menores y traslada que sigue "protegiendo" a sus hijos. La jueza del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada ordena la retirada del pasaporte de los dos niños y la prohibición de salir del territorio Schengen, sin autorización del padre o sin permiso judicial.
21 agosto.- Juana Rivas no acude a declarar a la nueva citación judicial para decidir medidas sobre los menores y traslada que sigue "protegiendo" a sus hijos. La jueza del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada ordena la retirada del pasaporte de los dos niños y la prohibición de salir del territorio Schengen, sin autorización del padre o sin permiso judicial.
28 de agosto, tras permanecer durante
semanas en el foco mediático por la denuncia pública Juana entrega sus hijo a
la Guardia Civil, que fue detenida y presentado en el Juzgado y puesta en libertad provisional, 27 días
después de desaparecer para evitar cumplir la orden judicial de entrega de los
menores a su expareja. Investigan
a Juana Rivas por supuestas sustracción de menores y desobediencia judicial. El
padre ya está en Italia con los menores y ahora empezará otra nueva batalla
judicial.
30
de agosto.- Dice ABC “La asesora jurídica del Centro Municipal de la Mujer
de Maracena (Granada), Francisca Granados, y a la psicóloga del mismo, Teresa
Sanz, han negado este miércoles su
participación en los hechos, tras acogerse a su derecho a no declarar en base
al «secreto profesional», en el Juzgado de Instrucción 2 de Granada, donde
estaban citadas para declarar como investigadas por «su presunta intervención»
como «inductoras» o «partícipes necesarios» en una supuesta sustracción de los
hijos de Juana Rivas”. Juan de Dios Ramírez, es el nuevo abogado de Juana, el 31 de octubre
habrá una vista precia en Italia.
CONCLUSIÓN
Pretendo
con este relato de los hechos, ser todo lo objetivo posible. Me consta que
además de madres, hay padres divorciados que no pueden ver a sus hijos, lo que
también se extiende a los abuelos. A bote pronto, pienso que en el caso de
Juana ha prevalecido la supuesta sustracción de menores y desobediencia
judicial, en un caso probado de condenado por lesiones en un
tribunal en el caso del padre, pero posteriormente reconciliación, y finalmente
entregar de sus hijos al padre maltratador
condenado previamente.
Yo
sí aconsejo, que ante malos tratos y violencia de género, siempre hay que
llamar a 016, para dejarse aconsejar por profesionales, pues la capacidad de
pensar en situaciones de estrés se limita. Nunca abandonar el hogar familiar
sin presentar una denuncia previa, porque pueden acusar de abandono de hogar.
Pedir en al juzgado medidas provisionales. Un buen acuerdo es mejor que llevar
la situación al extremo de la intervención judicial. Pero lo que es cierto es
que sin el cumplimiento del Derecho, la convivencia entre seres humanos no es
posible
Por
ello, uno u otro de los componentes de una pareja separada o divorciada, deben
denunciar, pues hemos de tener en cuenta que tanto jueces como abogados se
basan en las pruebas documentales de las denuncias, pues de lo contrario es la
palabra de uno contra la del otro.
Por
lo general, creemos más a la mujer que al hombre, pero lo cierto es que la
mayoría de las víctimas de género, son ellas.
Y
cierro este análisis de un típico caso práctico, exhortando a la Justicia más celeridad,
diligencia y más medios de investigación.