domingo, 3 de septiembre de 2017

"Juana Rivas está en mi casa". Un caso complejo pero no único.






EL CASO DE JUAN RIVAS:  COMPLEJO PERO NO ÚNICO

Por Ramón Fernández Palmeral

INTRODUCCIÓN: AMORES BAJO PLÁSTICOS
Recuerdo un caso de un joven agricultor que vino a mí despacho para decirme que yo le arreglara a su mujer. Era de un pueblo de Roquetas tenía unos invernaderos bajo plástico heredados de su padre. En unas vacaciones se marchó de viaje a París y se trajo a una francesa con la que se casó poco tiempo después. Se vinieron a vivir a la casa de campo que tenía junto a los invernaderos, aquello era un cuchitril, alejado del pueblo, y donde también vivía la madre del joven. Vivir rodeado de invernaderos es el paisaje más desolador que puede haber en el mundo: caminos de tierra y plásticos y más plástico. Pasados los primeros meses del celo matrimonial, y cuando la francesa se vio que su porvenir era coger berenjenas y tomates, y vivir rodeadas de marroquíes y algún senegalés, empezaron las discusiones y los malos tratos, entre ambos, los dos se pegaban.
Cuando el joven me dijo que yo le arreglara a su mujer, le contesté: “O sea, que te van a Francia y te casas con la primera que te encuentras. Y cuando te fuiste a casar,  por qué no viniste a mí a preguntarme primero si te convenía. Yo te hubiera aconsejado que te hubieras casado con una chica bonita agricultora y de la misma cultura como tú”.
Otra vez se me presentó otro caso más complicado, una chica española de Roquetas que se casó con un musulmán iraní, con quien tuvo dos hijos, y la tenía encerrada en casa, bajo la vigilancia de un hermano del iraní. Cuando puede contactar con ella para ponerla a disposición de los servicios sociales, le pregunté ¿cómo que te casas con un extranjero y encima de diferente religión y costumbres? Ella me respondió que conoció al inarí en Madrid, era joven y guapo y tenía mucho dinero. “Craso error deslumbrarse por el vil metal, del que ahora te arrepientes”, le dije, y ella asintió con la cabeza.
Así podría seguir contando miles de casos de parejas descompensadas, como la mujer que se quedó embarazada de  un camerunés, un sin papeles, que trabajaba en los invernaderos del marido. ¡Menudo lío se armó cuando el bebé nació de color negro!
Años me ha costado aprender que las parejas se deben unirse  lo más afín posible respecto a nacionalidad, religión, cultura, raza y edad. Y sobre todo ser fieles.

EL CASO DE JUANA RIVAS Y FRANCESCO ARCURI
Como el caso de la española Juana Rivas, que estamos leyendo estos días en la prensa se ha convertido en un caso muy mediatizado, es un caso típico de la madre que quiere entregar sus hijos al padre. No es nada nuevo, una expareja de diferente nacionalidad que se casas, se divorcia y pleitean por la custodia de los hijos. Las versiones de ambos no coinciden y se debe averiguar la verdad. No cabe más remedio que acudir a la Justicia, a los jueces, los cuales únicamente tienen como el Código Civil y algunas Leyes, como el famoso Convenio o convención de la Haya de 1980, aobre los aspecto civiles  la sustracción internacional de menores, sin el consentimiento de uno de los progenitores, y que España firmó en 1987. El progenitor que se los lleva está obligado de devolverlos (los trámites no deben durar más de seis meses). La custodia compartida se recoge en el art. 92.5 del Código Civil, en su primer inciso, señala, según su redacción dada por la Ley 15/2005, de 8 de julio, que: “se acordará el ejercicio compartido de la guarda y custodia de los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el transcurso del procedimiento”.
Pero el caso de Juana Rivas y Francesco Arcuri, nos encontramos con la particularidad de que el padre fue condenado por lesiones, y que años después volvieron a tener otro hijo en común. La relación entre Juana Rivas y Francesco Arcuri (Génova 1966), que tampoco es un santo, se inició en 2004 en Londres. En las dos etapas en las que convivieron 2004-2009 y 2013-2016 la pareja repartió su residencia entre Granada e Italia.  El hijo  mayor, Gabriel nació  2006 y el segundo hijo Daniel en 2014. Ambos hijos tienen la doble nacionalidad española e italiana.  En el periodo de 2009 a 2013, no me consta si se separaron. Ella montó una tienda de productos ecológico en Granada. Años en los que se cuenta que Juana se fue por unos meses a Asia con un maestro granadino.
Este caso es muy “complejo”, pero es un caso típico y frecuente de matrimonios mal avenidos que acaban en divorcio o separación, y donde los más perjudicados desde el punto de vista psicológico y emocional son los hijos. Por tradición pensamos que los hijos son más de las madres que de los padres, porque éstas lo han gestado en su vientre durante nueve meses, (aunque también los haya de menos meses); y, por el contrario el padre solamente puso la semillita. Sin embargo, por el concepto constitucional del artículo 14, de igualdad ante la ley, se rompe el derecho natural y ambos progenitores tienen los mismo derechos y obligaciones respeto a los hijos. Por lo general las exparejas se acusan mutuamente, unas veces con razón y otras falsamente. En el caso de Juana y Francesco, parece ser,  que son de caracteres opuestos.
El italiano genovés Francesco Arcuri (1966) es quince años mayor que Juana (de 36 años), en principio parece que no tiene importancia, pero desde el punto de vista biológico y social, sí que lo tiene. Además Francesco fue condenado en España en mayo de 2009 a tres meses de prisión y un año de alejamiento por un delito de lesiones en el ámbito familiar, según la sentencia 242/2009 dictada por el Juzgado de lo Penal 2 de Granada, que fue ratificada ese mismo año por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer 1. Según la sentencia, la noche del 7 de mayo de 2009 Juana apareció en casa a las 5.30 de la mañana, y Francesco, tras pedirle explicaciones de dónde había estado, discutieron, se golpearon mutuamente, causándole lesiones a Juana que necesitaron de asistencia facultativa, fue el facultativo quien puso la denuncia al juez. A pesar de haber sido condenado Francesco niega los hechos de las lesiones a Juana de 2009. 
La sentencia 242/2009 establecía que la guardia y custodia del menor la ostentará la madre, así como un régimen de visitas para el progenitor. Tras separarse por primera vez de su pareja, Juana Rivas abrió en Granada una tienda de productos ecológicos y estuvo durante unos dos años sin saber nada de Francesco, pero la tienda la tuvo que cerrar.  En un régimen de visitas, Francesco se llevó a su hijo mayor a Carlofote, el 21 de junio 2012, como tenía que devolverlo en mes y medio, al empezar la escuela, y no se lo devolvía, Juana puso el hecho en manos policía y fue a recogerlo el 20 de septiembre.
Dice Francesco que él también fue objeto de malos tratos, pero finalmente retiró la acusación. La cuestión es que Francesco la estuvo acosando por teléfono, según sus familiares, y testigo  el hijo mayor Gabriel. Ahora se arrepiente de haberse echado atrás y tiene una versión distinta de lo ocurrido aquel 7 de mayo 2009. El entorno de Juana, en cambio, considera que el padre acusó a su pareja de malos tratos como una reacción al ver que ella estaba decidida a ir a los juzgados.
Al cierre de la tienda de su negocio de Granada la “Huerta de Pascual”, de productos ecológicos fue cuando Francesco aprovecha para convencer Juana, bajo engaño, para volver a Italia a vivir  y regentar un hotel rural, aislado, a 8 kilómetros de Carloforte de 6.000 habitantes, capital de la isla de San Pietro, situada en la costa suroeste de Cerdeña (Italia). Allí en 2014, tuvo al segundo de los hijos Daniel. Nos preguntamos, si era Francesco tan perverso, como afirma Juana, ¿por qué tuvo otro hijo con él?  Esto no nos cuadra a nadie. Según Juana se convirtió en un infierno, bajo el control de su marido. El  entorno afirma de Juana, según la prensa que Francesco la encerraba en casa continuamente, le quitaba el teléfono y desconectaba la conexión a internet para dejarla absolutamente incomunicada. A pesar de esta incomunicación Juana hizo un curso “online” de terapia transpersonal, hizo contacto con un compañero español al que le contó le estaba pasando ¿Se ha tomado manifestación a este compañero?
 Según Juana, en Italia recibió malos tratos físicos y psicológicos, pero tanto la policía como los juzgados estaban tan  lejos, no llegó  a denunciarle; a pesar de  tener coche, porque, según su marido seguía saliendo casi todas las noches. Su marido la acusa de que no estaba bien y que desatendía a los hijos. Y de que se iba de fiesta con el coche  y venía a altas horas de la madrugada. ¿Es ser verdad o pude ser mentira? Pero es fácil de averiguar por la policía de Calaforte. Cundo Juana no quiere dejarle los niños a Francesco es porque le teme.

 CRONOLOGÍA MÁS DESTACADA
En mayo de 2016 huye con los niños por malos tratos del marido. Se viene sin presentar denuncia en Italia. La abuela materna pagó los billetes. Francesco habría prohibido a Juana regresar a España e incluso le habría llegado a esconder su documentación para que no pudiera volver. Por fortuna, el hijo mayor de la pareja, que por entonces tenía 10 años, fue testigo de cómo su padre escondía la documentación en una acequia y le desveló el lugar del escondite a su madre, que recuperó el documento para poder volver. Así nos lo cuentan fuentes cercanas a Juana en exclusiva. Antes de su salida se produjo un violento forcejeo entre Francesco y Juana (pues el italiano intentó impedir su huida) y, según su entorno familiar, la llegada de un vecino provocó que la disputa cesara y que Juana huyera junto a sus hijos. ¿Se ha tomado manifestación a este vecino?
12 de julio 2016, Juana iba asesorada por la abogada Francisca Granados, del área de igualdad del Ayuntamiento de Maracena, que la aconsejó en la denuncia de violencia de género que interpuso contra su ex, Francesco por casos ocurridos en Italia. No sabemos por qué causas la denuncia presentada en Granada nunca llegó a la Fiscalía italiana (se dice, está guardada en un cajón a espera de ser traducida para ser enviada posteriormente a Italia). La cuestión de presentar una denuncia dos meses después, por supuestos malos tratos, está bajo sospecha o Juana estuvo mal asesorada a su regreso.
La demanda internacional por la que se pide a España la devolución de los menores se interpone el día 22 de agosto de 2016 (41 días después de la denuncia de Juana), y llega sellada de Italia a nuestro país el día 23 de noviembre de ese mismo año, es decir, cuatro meses después.
17 diciembre 2016. Un juzgado de Granada ordena la "inmediata restitución" de los dos menores a Italia con su padre, Francesco Arcuri, quien había alegado la "sustracción" de los niños por parte de la madre de su residencia habitual de Italia. Pero se presenta el problema jurídico que un maltratador no puede tener la custodia de los hijos, por su tendencia a la violencia (recordemos el caso de José Bretón por asesinato de sus hijo Ruth y José en 2011).
El 31 de enero de 2017 Juana Rivas aparece por primera vez ante los medios de comunicación. Lo hace junto a la chilena Vanesa Skewes,  su caso similar y tuvo que devolver sus hijos. Y que ha dejado de parecer en prensa. Ambas entregaron al Ministerio de Justicia más de 150.000 firmas para evitar que los hijos volvieran con su padre maltratador.
26 julio 2017.- Juana  Rivas incumple la orden de entregar a sus hijos al padre y no se presenta en el punto de recogida acordado.  Tiene miedo a que les pase algo a sus hijos. Aquí surge el grave problema, de que hay que cumplir la orden de un juez, aunque luego se pueda recurrir. Es un caso “complejo”, el tener que quitar a los hijos de un madre para dárselos al maltratador convicto. Las sentencias hay que cumplirlas, puesto que los niños tienen la doble nacionalidad: española e italiana. Y España podía enfrentar  un problema con los tribunales internacionales de Estrasburgo. Por ello se pide la busca u captura de Juana, a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
El 28 de julio de 2017, un años después,  Francesco Arcuri denuncia en Granada junto a su abogado Adolfo Alonso y con un miembro del consulado italiano,  a su expareja por  secuestro de menores y pide que la detengan para proteger a sus hijos. El Juzgado de Instrucción 2 de Granada asume por vía penal el caso y comienza la campaña de solidaridad "Juana está en mi casa".  Pienso que esta denuncia se debió presentar en Italia en mayo de 2016.
 8 agosto.- El Juzgado de Instrucción 2 de Granada ordena la detención y presentación ante el juez de Juana Rivas, tras no ir a declarar como investigada por la sustracción de sus hijos. Acusada de un posible delito penal de retención ilícita de menores (traérselos desde Italia).
 Arcuri acude al juzgado y mantiene la oferta de alcanzar un acuerdo para poder reencontrarse con los niños. Se piensa que no hubo un estudio serio para "establecer todas las garantías para que se puedan hacer valer los derechos de los hijos y los padres" (dijo exmagistrado Baltasar Garzón.
15 agosto.- Juana Rivas escribe una segunda carta en la que considera que no es un rapto huir para proteger a los menores y narra la "pesadilla de terror" que vive con ellos.
16 de agosto. El Tribunal Constitucional rechazó el recurso de Juan, por no haber agotado la vía judicial. Además en sentencias anteriores el Tribunal Constitucional establece que el interés superior del menor estaba por encima de la pugna por su custodia.

21 agosto.- Juana Rivas no acude a declarar a la nueva citación judicial para decidir medidas sobre los menores y traslada que sigue "protegiendo" a sus hijos. La jueza del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada ordena la retirada del pasaporte de los dos niños y la prohibición de salir del territorio Schengen, sin autorización del padre o sin permiso judicial.

28 de agosto, tras permanecer durante semanas en el foco mediático por la denuncia pública Juana entrega sus hijo a la Guardia Civil, que fue detenida y presentado en el Juzgado  y puesta en libertad provisional, 27 días después de desaparecer para evitar cumplir la orden judicial de entrega de los menores a su expareja.  Investigan a Juana Rivas por supuestas sustracción de menores y desobediencia judicial. El padre ya está en Italia con los menores y ahora empezará otra nueva batalla judicial.
30 de agosto.- Dice ABC “La asesora jurídica del Centro Municipal de la Mujer de Maracena (Granada), Francisca Granados, y a la psicóloga del mismo, Teresa Sanz, han negado este miércoles su participación en los hechos, tras acogerse a su derecho a no declarar en base al «secreto profesional», en el Juzgado de Instrucción 2 de Granada, donde estaban citadas para declarar como investigadas por «su presunta intervención» como «inductoras» o «partícipes necesarios» en una supuesta sustracción de los hijos de Juana Rivas”.  Juan de Dios Ramírez, es el nuevo abogado de Juana, el 31 de octubre habrá una vista precia en Italia.

CONCLUSIÓN

Pretendo con este relato de los hechos, ser todo lo objetivo posible. Me consta que además de madres, hay padres divorciados que no pueden ver a sus hijos, lo que también se extiende a los abuelos. A bote pronto, pienso que en el caso de Juana ha prevalecido la supuesta sustracción de menores y desobediencia judicial, en un caso probado de condenado por lesiones  en  un tribunal en el caso del padre, pero posteriormente reconciliación, y finalmente  entregar de sus hijos al padre maltratador condenado previamente.
Yo sí aconsejo, que ante malos tratos y violencia de género, siempre hay que llamar a 016, para dejarse aconsejar por profesionales, pues la capacidad de pensar en situaciones de estrés se limita. Nunca abandonar el hogar familiar sin presentar una denuncia previa, porque pueden acusar de abandono de hogar. Pedir en al juzgado medidas provisionales. Un buen acuerdo es mejor que llevar la situación al extremo de la intervención judicial. Pero lo que es cierto es que sin el cumplimiento del Derecho, la convivencia entre seres humanos no es posible
Por ello, uno u otro de los componentes de una pareja separada o divorciada, deben denunciar, pues hemos de tener en cuenta que tanto jueces como abogados se basan en las pruebas documentales de las denuncias, pues de lo contrario es la palabra de uno contra la del otro.
Por lo general, creemos más a la mujer que al hombre, pero lo cierto es que la mayoría de las víctimas de género, son ellas.
Y cierro este análisis de un típico caso práctico, exhortando a la Justicia más celeridad, diligencia y más medios de investigación.