domingo, 2 de julio de 2017

LA FORMACIÓN DE LOS POLÍTICOS




  Ramón Fernández Palmeral
 Autor: “Tus zonas de éxito”
  

    Uno de los errores de la democracia es la de elegir alcaldes, presidentes de comunidades autónomas o presidentes de gobierno, que pueden ser potencialmente «no honrados» o que  no estén preparados o capacitados en la administración bien Local, Autonómica o del Estado. Y digo esto porque, erróneamente, los elegimos por simpatía, porque pertenecen a determinados partidos afines a nuestra ideología. ¿Pero dónde están las academias que forman a los políticos? Luego nos encontramos con políticos sin escrúpulos, corruptos o gente de la calle que los hemos puesto ahí en el sillón de mando porque iban en cabeza de las listas de su partido político en unas elecciones. 

     Un político puede estar formado profesionalmente y, sin embargo, propenso a ser comprado y corrompido. Quizás de los políticos y altos funcionarios deberíamos tener en cuenta sus valores morales, más que su currículum. Porque la integridad es familia de la honradez y del honor.

      Esto sucede porque uno es excepcionalmente bueno cuando te dedicas a una determina actividad, pero no porque te voten. Los anarquistas consideran que no tienen necesidad de  ser gobernados por otros, y acaso sería más provechoso gobernarnos por nosotros mismos. Es decir, la abolición de todo Estado o autoridad. Por todo ello, como otras formas de gobierno, el anarquismo no ha tenido porvenir, quizás porque carecemos del conocimiento profundo del espíritu, y nuestras conciencias continúan brutalmente adormecidas, hasta que llegue un nuevo despertar por medio del conocimiento adaptándonos paulatinamente a la modernidad sin perder de vista el pasado como regla de medir los errores de los fascistas, nazismo y fundamentalismos pasados.

     La realidad siempre es mucho más compleja de lo que suponemos o imaginamos, y que nuestra percepción de los hechos y nuestro juicio acerca de lo verdadero o de lo falso o de lo aparente podrían estar torcidos, es decir, que jamás la podemos alzar, porque no tenemos «las gafas» del conocimiento total.

     Louise Paulwels en su libro El retorno de los brujos, (en colaboración con Jacques Berguer) escribió que «Los hombres no encuentran lo que merecen, sino lo que les asemeja». Ellos no querían aceptar este mundo como nos lo enseñan en clase, sino que creían que había algo más, por ello investigaron en esoterismo y en el realismo fantástico, nos acercan a la alquimia, a la parapsicología y al esoterismo o a civilizaciones desparecidas, lo cual nos conduce a la frase «Existen otros mundo, pero están en éste».

     Buscar nuevas fronteras nunca está de más para ampliar nuestros puntos de vista, porque  la cultura nos hace más libres y tolerantes. Cuanto más viajemos, más referencias comparativas tendremos para razonas como ciudadanos con más posibilidades y perspectiva. El provincianismo siempre es retrógrado.

     Los argumentos expuestos nos advierten que no debemos fiarnos de aquellos que se presentan como excepcionalmente buenos, ni de los nuevos Mesías, ni profetas, porque la realidad es que desean llegar al poder para no cambiar nada asemejarse a los que le precedieron. Cuando un político alardea de honradez, deberíamos crear un cerco de dudas sobre él, ya que la honradez no necesita de alardes, sino de ejemplaridad diaria y constante. Los ciudadanos estamos cansados de leer en la prensa u oír en la televisión nuevos casos de corrupción como si fuera como el sol que amanece cada día.