13.- EN LA CASA DEL
BACHILLER SANSÓN CARRASCO
(Fragmento de mi libro "Buscando a Azorín por la Mancha"
Sr. Azorín:
En su libro de La Ruta…, no hay referencias al bachiller Sansón Carrasco, hijo de
Bartolomé y vecino de este kilómetro
cero de La Manchega, que flota sobre una
gran laguna subterránea de un Guadiana tímido que se ruboriza y esconde sus
melenas de olas resentidas, y se zambulle bajo tierra y luego abre los ojos por
las Tablas de Daimiel. Por «El lugar»
cruzan de paso dos canales de riego, el llamado de Avenamiento y el del Gran
Prior, este último pasa por debajo de la plaza de la Constitución, antiguamente
había incluso una lagunilla, a las afueras, como se aprecia en la
fotografía (Blanco y Negro, Revista ilustrada. Especial III Centenario, Madrid,
731. Fototeca CECLM, y reproducida en la página 60 de la edición de La Ruta… por el Centro de Estudios
Castilla-La Mancha, 2005). Es importante hacer estas reseñar para argumentar mi
hipótesis de Argamasilla como la Venencia de La Mancha, si sus canales fueran
navegables.
En la calle de los Académicos se encuentra
la fachada ocre sucio, embrutecida y descarnadas argamasillas rojizas, huesos
más que piedras de la casa de Sansón Carrasco, o lo que queda de ella. Tiene
una puerta prehistórica, rajada, gris, desvencijada, abandona al mundo de la
literatura y al mundo de la realidad de este centenario que el Ministerio de
Cultura, cuya ministra, andaluza lozana, de cuyo nombre me acuerdo pero que no
me apetece ahora nombrar, ya que en tierras de hidalgos furiosos uno tiene
capacidad para decir si acordarte o no acordarte de algo, sobre todo cuando el
trigo temprano o el alcacel verdea y te trastorna, el Ministerio dispone de 30
millones de €, lo que equivale a unos 5.000 millones de pesetas, para acometer
esta magna empresa, invencible empresa, universal empresa del IV Centenario,
para reformar y reforzar la historia de la fantasía más grande jamás contada.
En el 2002, cien escritores eligieron en una encuesta organizada por el comité
del premio Nobel las cien mejores obras de la literatura universal, y don
Quijote encabezó la lista, sin embargo esta ilustre y noble casa del bachiller
Sansón Carrasco, espera como una vieja cepa a ser arrancada y quemada en el
hogar de algún diablo urbanístico.
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En la calle de los Académicos, cruzando el
paso de cebra, pasaba un grupo de japonesas con sombreros y las mochilas al
hombre y las cámaras en bandolera y la sonrisa puesta. Habían llegado en
autobús, se me vino a la cabeza lo muy apreciado que es Don Quijote en el
Cipango de Francisco Javier, por el mito de su locura genial, el ridículo que
hace sin sentir vergüenza ajena, ya que para un japonés sentir vergüenza es uno
de sus pecados capitales, otro es el sentimiento de deuda, quizás porque son
prototipos de eficacia. Admiran la
libertad de comunicación porque don Quijote habla sin parar, los japoneses, en
cambio, piensas mucho lo que van a decir, ensayan, no improvisan, respetan las
tradiciones. ¿Qué les gusta a los orientales de don Quijote? ¿Es el viaje, es
lo burlesco, es la osadía, es el teatro? ¿Es don Quijote un samurai loco?
Porque ellos se ríen de lo que a nosotros no nos hace ni chispa de gracias.
Para este IV Centenario se han realizado
dos traducciones al japonés, uno es la del catedrático Toky Ogiuchi de la
universidad de Tokio Keizcel, editado en
un papel especial resistente al tiempo y al agua. Uno de los pintores japoneses afincados es
España que ha realizado obra quijotesca es el artistas Chiaki Korikoshi. El
poeta japonés Mato Basho se aproxima al estilo humorístico de Cervantes en sus hai-ku. Los
japoneses conocieron por primera vez a don Quijote y a Sancho y a Sansón
Carrasco en 1885 de una traducción parcial inglesa, donde se decía que
Cervantes era francés.
En China se publicó en 1922 como Biografía de un espadachín caballeresco
mágico, de la primera parte. Con la Revolución cultural hubo irrupción de
todo cuanto venía de fuera y no fue hasta al muerte de Mao (1976), cuando se
reanudó una reapertura cultural. En 1978 la escritora Yans Jiang hizo la
primera traducción completa. Los chinos
y japoneses están interesados en España, sobre todo por el vino, en la feria de
Fenavin se habló de las relaciones comerciales con China, Chen Yu Zhai, segundo
secretario de la Embajada de China en Madrid, dijo que China importa el 20 %
del vino que consumen.
El bachiller Sansón Carrasco, que fue
quien contó que la primeras parte ya andaba en libro en Salamanca, se burla de
la traducciones del Quijote con sentido satírico en un diálogo «y a mí se me
trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca» (II,3).
Entre la I y la II parte de El Quijote
existe un espacio temporal de novelación de un mes, y un tempo real de 10 años,
por ello es dificultoso entender por el lector que la primer parte ya anduviera
en libros. El libro más editado y traducido después de la Biblia.
Cuando las japonesas de seda y jade se han
marchado avergonzadas de la fachada ocre sucio de la casa de Sansón Carrasco
con su pasito corto y sus sonrisas milenarias, yo miro, yo olfateo por la
rendija de la vieja puerta prehistórica y yo no veo la parra ni el aljibe que
se cuenta tiene dentro, yo le hago una foto, como se puede ver, una foto a la selva de maleza que se deleita en el patio
interior devorando las piedras, las maderas resecas, el soportal, abrazada a las piedras que un
día vieron los fantásticos y furibundos ojos de Sancho Panza: « –Pues yo voy por él –respondió Sancho. Y dejando a su señor, se fue a buscar al
bachiller, con el cual volvió de allí [su casa] a poco espacio [de tiempo],
y entre los tres pasaron un gracioso coloquio» (II, 2).
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Es decir, que Sancho fue a casa del bachiller
para pedirle que le acompañara a casa de
don Quijote donde los tres tuvieron un coloquio, a raíz de que Sancho se había
enterado de que había llegado el bachiller al «El Lugar», el hijo de Bartolomé
Carrasco, que venía de Salamanca, hecho bachiller, fue quien le contó que
andaba ya en libros la historia de El
Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Y al contarle esto, don Quijote
dijo que seguramente el autor de esa historia ya escrita sería algún «sabio
encantador». Entrados en una plática de si el autor era el moro y otras
explicaciones, Sancho se ofreció a traer al bachiller hasta la casa de don
Quijote.
En el coloquio del siguiente el narrador
hace un retrato semblanza del bachiller
Sansón Carrasco, al que describe:
«…no muy grande de cuerpo, aunque muy gran
socarrón; de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta
veinticuatro años, carirredondo, de nariz chata y de boca de donaire y de
burlas…» (II,3).
Frente al parque de los Derechos Humanos
podemos contemplar una escultura de pie en tierra del bachiller.
Aunque actualmente para salvar o menguar
esta pena honda, negra, vergonzante, le han puesto el nombre de Sansón Carrasco
a una casa de calle Batanes de Argamasilla,
Centro de Salud y Hogar de la 3ª Edad o edad de los sentados en los
parques.
El bachiller Sansón Carrasco que según
don Quijote es «perpetuo trastulo [bufón] y regocijador de los patios de las escuelas
salmanticenses, sano de su persona, ágil de sus miembros, callado, sufridor así
del calor como del frío, así como de el hambre como de la sed, con todas
aquellas partes que se requieren [cualidades] para ser escudero de un caballero andante». (II,7), acuerda
con el cura, el barbero «por voto común
de todos» como se explica en el (II, 16), dejarle salir a Alonso Quijano
porque era imposible detenerle en «El Lugar» por más tiempo, pensaron que Sansón Carrasco le saliese al
camino como caballero andante y le retara previo pacto de que el vencido
quedara a mercede del vendedor, con la cláusula
de que el vencido no saliese en dos años en aventuras. Por ello Sansón, le
anima a la tercera salida para una vez en el campo retarle, por ello soltó unos
elogios: «¡Oh flor de la andante caballería! ¡Oh luz resplandeciente de las
armas!...». Acaba con una especie de conjuro o maldición para quien impidieran esta
salida con: «…que la persona o personas que pusieren impedimento y
estorbaren tu tercera salida, que no la hallen en el laberinto de sus deseos,
ni jamás se les cumpla lo que mal desearen». (II, 7), y además se
ofrece como escudero, lo cual sienta muy mal a Sancho. Era razón suficiente
para que al anochecer salieran en su
tercera salida don Quijote y Sancho dirección al Toboso, y luego para Zaragoza,
aunque nadie comprende cómo, para seguir hacia Zaragoza, vuelve desde el Toboso
a baja por los campos de Montiel, casa del Caballero del Verde Gabán, Lagunas
de Ruidera y Cueva de Montesinos hasta salir por Ossa de Montiel (retablo de
Maese Pedro) de la Mancha camino de
Zaragoza por pueblo del rebuzno, que los
cervantistas sitúan en el pueblo de El Bonillo, provincia ya de Albacete.
Los argamasilleros están muy orgullosos
de que Cervantes situara el domicilio de
don Quijote y el de Sancho en «El Lugar», y que empezara a escribirlo en la
prisión/cueva de la casa de Medrano, sin darse ellos cuenta que Cervantes
eligió este lugar para burlarse de ellos, y provocar la risa en el lector de
aquella época acostumbrado a que las historias de los caballeros acontecieran
en lugares tan rimbombantes como los lugares de Palmerín de Inglaterra, Amadís de Gaula (Gales), Roger de Frecia, o en Constantinopla o
en Trapisonda. Cervantes debía poseer,
por la experiencia vivida, una mente artístico plástica, y se dio cuenta que la
provocación es una de las cualidades del arte, de todas las artes. Sin embargo,
no lo deben de estar muy orgullosos de que el bachiller lo fuera también de
allí, porque lo que se puede ver en una fachada ocre sucio y desconchada,
supuesta casa, que siempre ha pertenecido a un apellido Carrasco. La casa tiene
patio que da pena, ya lo he comentado antes. Un patio que sin ser descrito por
Cervantes sí pone en boca del narrador en el capítulo 7, cuando el ama,
habiéndose enterado de la resolución de la tercera salida, toma un manto y va a
casa del bachiller: «Hallóle paseando por
el patio de la casa…». Patio que
desde la desvencijada puerta, por una rendija puedo ver, iluminado, donde la
selva lo abraza y la hiedra enfurecida lo devora.
El Caballero del Bosque o de los Espejos
afirmó que entre sus aventuras había vencido a muchísimos caballeros incluyendo
entre ellos al gran Don Quijote de la Mancha. Don Quijote al oír esto se hizo
el tonto para más tarde Sansón confesara
su propia mentira. Al ver que este no lo confesaba y se emperraba en su mentira,
Don Quijote le reto a un duelo en el cual el caballero que saliese vencido
obedecería al vencedor. Luego vendrá la batalla o la justa entre don Quijote y
Caballero de los Espejos que toma como escudero a Tomé Cecial, y como era de
esperar don Quijote le vence y al Caballero de los Espejos con el humorístico
final de que cuando le quita el yelmo para ver si era muerto, es cuando se
asombra al ver que el caballero tenía la
misma cara que su amigo Sansón Carrasco, y piensa: «Todo ha sido artificio y traza de los malignos magos que me persiguen…
se previnieron para que el caballero vencido mostrase el rostro de mi amigo el
bachiller».
El
maltrecho bachiller y el escudero con los huesos rotos buscaron a una algebrista (médico que encaja los
huesos), que los cervantistas sitúan en el actual pueblo de Membrilla. Esta fue
el único encuentro donde don Quijote salió vencedor. La dama
del Caballero de los Espejos era Casildea de Vandalia porque era
andaluza y los vándalos era de allí como los taresios o tartessos. En los
capítulos dedicados al caballero del Bosque y de los Espejos que es el mismo
caballero, usa Cervantes la técnica de ocultarnos el sujeto, y es al final nos
da una explicación de quien era este caballero. Es igual que en la gramática
japonesa se oculta el sujeto hasta el final de la oración, lo cual es todo lo
contrario a la sintaxis española o castellana, que debe presentar al sujeto
desde el principio.
En el
Testamento de Don Quijote (II,74),
nombra albaceas: al cura y al bachiller, y les deja dicho que si su sobrina
Antonia Quijana casare con hombre de quien no se halla hecho información la desheredará, y parece haber un guiño o
buen ver del casamiento de su sobrina con su amigo el bachiller, que en buen
criterio le hace un epitafio.
Es mí
parecer que el personaje del bachiller sería el 4º personaje después de
Dulcinea, además quien continuará la estirpe de
don Quijote si es que éste y la sobrina se casaron. Otros autores
han encontrado que Sansón Carrasco era
clérigo de grados y corona. Andrés Trapiello ha continuado con esta historia.
Ramón Fernández Palmeral 2005