domingo, 13 de marzo de 2016

La Casa del Bachiller Sansón Carrasco. Argamasilla de Alba.








13.- EN LA CASA DEL BACHILLER SANSÓN CARRASCO

(Fragmento de mi libro "Buscando a Azorín por la Mancha"



     Sr. Azorín:



     En su libro de La Ruta…, no hay referencias al bachiller Sansón Carrasco, hijo de Bartolomé y  vecino de este kilómetro cero de La  Manchega, que flota sobre una gran laguna subterránea de un Guadiana tímido que se ruboriza y esconde sus melenas de olas resentidas, y se zambulle bajo tierra y luego abre los ojos por las Tablas de Daimiel.  Por «El lugar» cruzan de paso dos canales de riego, el llamado de Avenamiento y el del Gran Prior, este último pasa por debajo de la plaza de la Constitución, antiguamente había incluso una lagunilla, a las afueras, como se aprecia en la fotografía  (Blanco y Negro, Revista ilustrada. Especial III Centenario, Madrid, 731. Fototeca CECLM, y reproducida en la página 60 de la edición de La Ruta… por el Centro de Estudios Castilla-La Mancha, 2005). Es importante hacer estas reseñar para argumentar mi hipótesis de Argamasilla como la Venencia de La Mancha, si sus canales fueran navegables.

     En la calle de los Académicos se encuentra la fachada ocre sucio, embrutecida y descarnadas argamasillas rojizas, huesos más que piedras de la casa de Sansón Carrasco, o lo que queda de ella. Tiene una puerta prehistórica, rajada, gris, desvencijada, abandona al mundo de la literatura y al mundo de la realidad de este centenario que el Ministerio de Cultura, cuya ministra, andaluza lozana, de cuyo nombre me acuerdo pero que no me apetece ahora nombrar, ya que en tierras de hidalgos furiosos uno tiene capacidad para decir si acordarte o no acordarte de algo, sobre todo cuando el trigo temprano o el alcacel verdea y te trastorna, el Ministerio dispone de 30 millones de €, lo que equivale a unos 5.000 millones de pesetas, para acometer esta magna empresa, invencible empresa, universal empresa del IV Centenario, para reformar y reforzar la historia de la fantasía más grande jamás contada. En el 2002, cien escritores eligieron en una encuesta organizada por el comité del premio Nobel las cien mejores obras de la literatura universal, y don Quijote encabezó la lista, sin embargo esta ilustre y noble casa del bachiller Sansón Carrasco, espera como una vieja cepa a ser arrancada y quemada en el hogar de algún diablo urbanístico. 

 



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    En la calle de los Académicos, cruzando el paso de cebra, pasaba un grupo de japonesas con sombreros y las mochilas al hombre y las cámaras en bandolera y la sonrisa puesta. Habían llegado en autobús, se me vino a la cabeza lo muy apreciado que es Don Quijote en el Cipango de Francisco Javier, por el mito de su locura genial, el ridículo que hace sin sentir vergüenza ajena, ya que para un japonés sentir vergüenza es uno de sus pecados capitales, otro es el sentimiento de deuda, quizás porque son prototipos de eficacia. Admiran  la libertad de comunicación porque don Quijote habla sin parar, los japoneses, en cambio, piensas mucho lo que van a decir, ensayan, no improvisan, respetan las tradiciones. ¿Qué les gusta a los orientales de don Quijote? ¿Es el viaje, es lo burlesco, es la osadía, es el teatro? ¿Es don Quijote un samurai loco? Porque ellos se ríen de lo que a nosotros no nos hace  ni chispa de gracias.

      Para este IV Centenario se han realizado dos traducciones al japonés, uno es la del catedrático Toky Ogiuchi de la universidad de Tokio Keizcel,  editado en un papel especial resistente al tiempo y al agua.  Uno de los pintores japoneses afincados es España que ha realizado obra quijotesca es el artistas Chiaki Korikoshi. El poeta japonés  Mato Basho  se aproxima al estilo  humorístico de Cervantes en sus hai-ku. Los japoneses conocieron por primera vez a don Quijote y a Sancho y a Sansón Carrasco en 1885 de una traducción parcial inglesa, donde se decía que Cervantes era francés.

      En China se publicó en 1922 como Biografía de un espadachín caballeresco mágico, de la primera parte. Con la Revolución cultural hubo irrupción de todo cuanto venía de fuera y no fue hasta al muerte de Mao (1976), cuando se reanudó una reapertura cultural. En 1978 la escritora Yans Jiang hizo la primera traducción completa.  Los chinos y japoneses están interesados en España, sobre todo por el vino, en la feria de Fenavin se habló de las relaciones comerciales con China, Chen Yu Zhai, segundo secretario de la Embajada de China en Madrid, dijo que China importa el 20 % del vino que consumen.

     El bachiller Sansón Carrasco, que fue quien contó que la primeras parte ya andaba en libro en Salamanca, se burla de la traducciones del Quijote con sentido satírico en un diálogo «y a mí se me trasluce que no ha de haber nación ni lengua donde no se traduzca» (II,3). Entre la I y la II parte de El Quijote existe un espacio temporal de novelación de un mes, y un tempo real de 10 años, por ello es dificultoso entender por el lector que la primer parte ya anduviera en libros. El libro más editado y traducido después de la Biblia.

     Cuando las japonesas de seda y jade se han marchado avergonzadas de la fachada ocre sucio de la casa de Sansón Carrasco con su pasito corto y sus sonrisas milenarias, yo miro, yo olfateo por la rendija de la vieja puerta prehistórica y yo no veo la parra ni el aljibe que se cuenta tiene dentro, yo le hago una foto, como se puede ver, una foto a  la selva de maleza que se deleita en el patio interior devorando las piedras, las maderas resecas,  el soportal, abrazada a las piedras que un día vieron los fantásticos y furibundos ojos de Sancho Panza: « –­Pues yo voy por él –respondió Sancho.  Y dejando a su señor, se fue a buscar al bachiller, con el cual volvió de allí [su casa] a poco espacio [de tiempo], y entre los tres pasaron un gracioso coloquio» (II, 2).





  



 
Casa de Sansón Carrasco. 2005
 
 
      Es decir, que Sancho fue a casa del bachiller para  pedirle que le acompañara a casa de don Quijote donde los tres tuvieron un coloquio, a raíz de que Sancho se había enterado de que había llegado el bachiller al «El Lugar», el hijo de Bartolomé Carrasco, que venía de Salamanca, hecho bachiller, fue quien le contó que andaba ya en libros la historia de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha. Y al contarle esto, don Quijote dijo que seguramente el autor de esa historia ya escrita sería algún «sabio encantador». Entrados en una plática de si el autor era el moro y otras explicaciones, Sancho se ofreció a traer al bachiller hasta la casa de don Quijote. 

      En el coloquio del siguiente el narrador hace un retrato semblanza  del bachiller Sansón Carrasco, al que describe: 

    «…no muy grande de cuerpo, aunque muy gran socarrón; de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta veinticuatro años, carirredondo, de nariz chata y de boca de donaire y de burlas…» (II,3).

     Frente al parque de los Derechos Humanos podemos contemplar una escultura de pie en tierra del bachiller.

      Aunque actualmente para salvar o menguar esta pena honda, negra, vergonzante, le han puesto el nombre de Sansón Carrasco a una casa de calle Batanes de Argamasilla,  Centro de Salud y Hogar de la 3ª Edad o edad de los sentados en los parques. 

       El bachiller Sansón Carrasco que según don Quijote es «perpetuo trastulo [bufón] y regocijador de los patios de las escuelas salmanticenses, sano de su persona, ágil de sus miembros, callado, sufridor así del calor como del frío, así como de el hambre como de la sed, con todas aquellas partes que se requieren [cualidades] para ser escudero de un caballero andante». (II,7), acuerda con  el cura, el barbero «por voto común de todos»  como se explica en el  (II, 16), dejarle salir a Alonso Quijano porque era imposible detenerle en «El Lugar» por más tiempo,  pensaron que Sansón Carrasco le saliese al camino como caballero andante y le retara previo pacto de que el vencido quedara a mercede del  vendedor, con la cláusula de que el vencido no saliese en dos años en aventuras. Por ello Sansón, le anima a la tercera salida para una vez en el campo retarle, por ello soltó unos elogios: «¡Oh flor de la andante caballería! ¡Oh luz resplandeciente de las armas!...».  Acaba con una especie de conjuro o maldición para quien impidieran esta salida con: «…que la persona o personas que pusieren impedimento y estorbaren tu tercera salida, que no la hallen en el laberinto de sus deseos, ni jamás se les cumpla lo que mal desearen». (II, 7), y además se ofrece como escudero, lo cual sienta muy mal a Sancho. Era razón suficiente para que al  anochecer salieran en su tercera salida don Quijote y Sancho dirección al Toboso, y luego para Zaragoza, aunque nadie comprende cómo, para seguir hacia Zaragoza, vuelve desde el Toboso a baja por los campos de Montiel, casa del Caballero del Verde Gabán, Lagunas de Ruidera y Cueva de Montesinos hasta salir por Ossa de Montiel (retablo de Maese Pedro)  de la Mancha camino de Zaragoza por  pueblo del rebuzno, que los cervantistas sitúan en el pueblo de El Bonillo, provincia ya de Albacete.

       Los argamasilleros están muy orgullosos de que Cervantes situara el domicilio  de don Quijote y el de Sancho en «El Lugar», y que empezara a escribirlo en la prisión/cueva de la casa de Medrano, sin darse ellos cuenta que Cervantes eligió este lugar para burlarse de ellos, y provocar la risa en el lector de aquella época acostumbrado a que las historias de los caballeros acontecieran en lugares tan rimbombantes como los lugares de Palmerín de Inglaterra, Amadís de Gaula (Gales), Roger de Frecia, o en Constantinopla o en Trapisonda.  Cervantes debía poseer, por la experiencia vivida, una mente artístico plástica, y se dio cuenta que la provocación es una de las cualidades del arte, de todas las artes. Sin embargo, no lo deben de estar muy orgullosos de que el bachiller lo fuera también de allí, porque lo que se puede ver en una fachada ocre sucio y desconchada, supuesta casa, que siempre ha pertenecido a un apellido Carrasco. La casa tiene patio que da pena, ya lo he comentado antes. Un patio que sin ser descrito por Cervantes sí pone en boca del narrador en el capítulo 7, cuando el ama, habiéndose enterado de la resolución de la tercera salida, toma un manto y va a casa del bachiller: «Hallóle paseando por el patio de la casa…».  Patio que desde la desvencijada puerta, por una rendija puedo ver, iluminado, donde la selva lo abraza y la hiedra enfurecida lo devora.

     El Caballero del Bosque o de los Espejos afirmó que entre sus aventuras había vencido a muchísimos caballeros incluyendo entre ellos al gran Don Quijote de la Mancha. Don Quijote al oír esto se hizo el tonto para más tarde  Sansón confesara su propia mentira. Al ver que este no lo confesaba y se emperraba en su mentira, Don Quijote le reto a un duelo en el cual el caballero que saliese vencido obedecería al vencedor. Luego vendrá la batalla o la justa entre don Quijote y Caballero de los Espejos que toma como escudero a Tomé Cecial, y como era de esperar don Quijote le vence y al Caballero de los Espejos con el humorístico final de que cuando le quita el yelmo para ver si era muerto, es cuando se asombra al  ver que el caballero tenía la misma cara que su amigo Sansón Carrasco, y piensa: «Todo ha sido artificio y traza de los malignos magos que me persiguen… se previnieron para que el caballero vencido mostrase el rostro de mi amigo el bachiller».

       El maltrecho bachiller y el escudero con los huesos  rotos buscaron a  una algebrista (médico que encaja los huesos), que los cervantistas sitúan en el actual pueblo de Membrilla. Esta fue el único encuentro donde don Quijote salió vencedor. La  dama  del Caballero de los Espejos era Casildea de Vandalia porque era andaluza y los vándalos era de allí como los taresios o tartessos. En los capítulos dedicados al caballero del Bosque y de los Espejos que es el mismo caballero, usa Cervantes la técnica de ocultarnos el sujeto, y es al final nos da una explicación de quien era este caballero. Es igual que en la gramática japonesa se oculta el sujeto hasta el final de la oración, lo cual es todo lo contrario a la sintaxis española o castellana, que debe presentar al sujeto desde el principio. 

        En el Testamento de Don Quijote  (II,74), nombra albaceas: al cura y al bachiller, y les deja dicho que si su sobrina Antonia Quijana casare con hombre de quien no se halla hecho información  la desheredará, y parece haber un guiño o buen ver del casamiento de su sobrina con su amigo el bachiller, que en buen criterio le hace un epitafio.

      Es mí parecer que el personaje del bachiller sería el 4º personaje después de Dulcinea, además quien continuará la estirpe de  don Quijote si es que éste y la sobrina se casaron. Otros autores han  encontrado que Sansón Carrasco era clérigo de grados y corona. Andrés Trapiello ha continuado con esta historia.


Ramón Fernández Palmeral 2005