Introducción
1.- La Guardia Civil en Marruecos
La
presencia de la Guardia Civil en Marruecos fue permanente a partir de las primeras campañas entre 1859-1860, en la que fueron enviadas 70 hombres de Caballería y otras 75 de Infantería, mandados por un capitán, oficiales y
suboficiales, organizados en una compañía y escuadrones, para unirse a tres
cuerpos de Ejército de soberanía de un total de cuarenta mil hombres, al mando
del general Leopoldo O´Donnell, conde de
Lucena. El objetivo era la conquista de
Tetuán que tenía una importante población de origen andaluza. La guerra
concluyó tras la batalla de Uad-Ras.
Tenemos
testimonios sobre los importantes
servicios de la Guardia Civil a
través de los escritores Pedro Antonio de Alarcón en su Diario de un testigo
de la guerra de África, Editorial
Gaspar y Roig, Madrid, 1859, (que contiene abundantes ilustraciones) o la obra
del corresponsal de Las Novedades, Gaspar Núñez de Arce. Ambos elogiaron
la bizarría, valor y disciplina de estos veteranos soldados que se entregaron
bravamente a la misión encomendada bajo el principio irrenunciable que les legó
el Duque de Ahumada en el artículo primero de su Cartilla Militar: «El honor ha de ser la principal
divisa del Guardia Civil, debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez
perdido no se recobra jamás».
Otros
libros más recientes es el de Carlos Canales, Editorial Medusa, y comentado por
Dani Alfonsea, octubre 2001, nos diserta que: «La Guerra de África saca
del cuasi-olvido una guerra que podría considerarse la última guerra romántica
de España. Fue éste un conflicto breve pero sangriento, con auténticas batallas
campales contra el ejército del Imperio de Marruecos, a diferencia de los
diversos enfrentamientos fratricidas librados enla Península o los interminables
combates contra las guerrillas rebeldes en otros conflictos exteriores».
A la
Guardia Civil en Marruecos le constan hechos de guerra y bizarría en sus
misiones durante su peculiar servicio de orden público: distribuidos por parejas ponían orden en los
zocos, alrededores de las mezquitas, mantenían a raya a los ladrones y
descuideros además ejercían el servicio de policía militar en los campamentos
del ejército español, más de los servicios de escolta al propio conde de
Lucena, comisarios o altas personalidades, puesto que eran los únicos militares
profesionales de absoluta confianza del mando, los soldados más disciplinados
imbuidos del espíritu de su fundador (El Duque de Ahumada y de las Amarillas ),
basado, fundamentalmente en el honor.
Las demás tropa del Ejército
procedían del reclutamiento forzoso o de reemplazo. La victoriosa campaña sobre Tetuán concluyó
con un desfile militar en Madrid, la Guardia Civil tuvo el honor de
encabezarlo. Estas victorias le valieron al general Leopoldo O´Donnell el título de duque de
Tetuán, y más tarde nombrado Presidente del Consejo de Ministros.
·
Tras la Conferencia de Algeciras celebrada en
enero de 1906, representada por doce naciones, se decidió una serie de
reformas, respetando la soberanía de Marruecos,
en la que, al legitimarse la «protección» europea sobre el citado país,
se dio luz verde a las aspiraciones españolas, que fueron sin embargo
recortadas, debido a la pugna imperialista que enfrentaba a Francia, Inglaterra
y Alemania. No se cumplieron los acuerdos, y, a consecuencia de ello se
rebelaron las cabilas marroquíes, y como represalia se produjo el bombardeo
francés de Casablanca en julio de 1907. Esta zona marroquí fue ocupada por
Francia hasta 1963 en que le dio la Independencia.
La
guerra de Marruecos se reanudó otra vez tras la emboscada o encerrona a las
tropas españolas por las cabilas rifeñas en el
Barranco del Lobo en 1909, cerca de Melilla, donde perdió la vida
el general Guillermo Pintos Ledesma, oficiales y decenas de soldados e
importante material de guerra. Como era de esperar el gobierno español propuso
una campaña de castigo y represalia a los supuestos rebeldes rifeños. La
incorporación de reservistas y soldados de cuota (cantidad de 2.000 pesetas por
librarse del reclutamiento o contratar a un sustituto), ocasionaron profundo malestar y huelga
general y dio lugar el 26 de julio a la Semana Trágica de Barcelona. M. Tuñón de Lara en su libro El Movimiento obrero
en la Historia de España, escribe:
El saldo trágico de aquellos días
era: tres muertes y 27 heridos por parte del ejercito de seguridad; una muerte
y 46 heridos de la Guardia Civil; 82 muertos y 126 heridos de la población
civil (102 muertos según fuentes no oficiales); cuatro muertos y 18 heridos de
la Cruz Roja. Los detenidos eran casi un
millar. El 13 de agosto fueron fusilados los obreros José Miguel Baró, Antonio
Malet, Ramón Clemente y el guardia de seguridad, Eugenio del Hoyo, que había
hecho causa común con los insurrectos. Francisco Ferrer fue detenido y acusado,
con pruebas más que dudosas, de «autor y jefe de la rebelión». Ferrer, que no
era ni podía ser dirigente de nada, fue la víctima expiatoria. Condenado a
muerte, Maura se negó a que el rey otorgase indulto. La Cierva dijo que «iba a
liarse la manta a la cabeza», e hizo declaraciones como ésta: «La fiera está en
el cubil; la tenemos acorralada; hay que hostigarla para que salte y acabemos
con ella.» ... y para ello envió de gobernador de Barcelona a un amigo personal
suyo, Crespo Azorín. El 13 de octubre era ejecutado Ferrer, y la indignación se
extendió por todo el país y por Europa y el mundo entero.
La Semana
Trágica terminó con la caída del presidente de gobierno Antonio Maura, jefe
del partido Conservador, por la muerte de cinco soldados y unos cien civiles
muertos. Restablecido el orden
y reiniciado el conflicto bélico en el Norte de Marruecos, el alto mando solicitó nuevamente los
servicios de la Guardia Civil, esta vez acudió con un importante contingente,
que con los que ya existían destinados en Ceuta y Melilla, arrojó un total de 5
oficiales, 95 de Infantería y 35 de Caballería para Ceuta, y 2 oficiales y 21
guardias para la de Melilla en tres
Puestos: Mar Chica, Tres Forques y Gurugú.
En 1911 empezó la campaña del río Kert, límite
o frontera del que se había acordado no pasar por aparte de ambos bandos. El
general Berenguer creó una Unidad de mercenarios marroquíes destinada a la
vanguardia, con el nombre de Fuerzas Regulares, al mando de oficiales
españoles (estos iban a caballo). Hubo también un nuevo aumento de fuerzas de
la Guardia Civil. El periódico el Telegrama
del Rif, fundado en 1902 por Cándido Lobera, comandante del ejército y
periodista, llamó al jefe sublevado «Santón Abmisían», nombre de Mohamed
Amezián, considerado shrif o noble nacido en San Juan de las Minas al
oeste de Nador. En mayo de 1912 el «Santón Abmisián» calló acribillado por las Fuerza
Regulares Indígenas, al creer que no iba a ser atacado por los mercenarios
marroquíes.
Finalmente,
el Protectorado español de Marruecos fue instaurado en 1912. España se encargó de la región del Rif, (zona
montañosa al Norte de Marruecos, y el resto del territorio gestionado por
Francia. Sin embargo, desde una fecha
anterior, 1909, hasta 1927, el Protectorado hispano-francés estuvo seriamente
comprometido por la resistencia de los rifeños a aceptar el dominio español en
la zona de conflicto, lo que se tradujo en violentos enfrentamientos que
produjeron innumerables bajas para la población.
Para
evitar la expansión francesa en la zona atlántica fueron ocupadas las localidades
portuarias de Larache, Arcila y Alcazalquivir en el interior que comunicaba con
Tetuán. Tánger quedó bajo un régimen de administración internacional, años en
los que aparece en escena Ahmed El Raisuni, instalado en su refugio de Tazruf
en la cabila Beni Aaros, reticente por no haber sido nombrado jalifa
(gobernador supremo dependiente del Sultán, el jalifato se pretendía establecer
en Tetuán). Se cometen unos secuestros en Tánger y sus alrededores, el primer
secuestrado fue el hijo de un armador inglés llamado Perdicaris, un millonario
norteamericano de origen griego, y
también secuestraron a un británico consejero del sultán Abd-El-Azís. Cuando el
presidente norteamericano Theodore Roosevel tuvo noticias del secuestro, sentenció
a la manera que le era propia a los norteamericanos: Perdicaris vivo o
Raisuni muerto.
El
Raisuni declara la guerra contra los intereses españoles entre Larache, Arcila,
Alcazarquivir y Tetuán. Se celebró una entrevista entre el Raisuni y el general
Fernández Silvestre en Tánger en febrero de 1913, no llegaron a un acuerdo,
como si el interés por continuar la guerra les fuera más rentable.
En 1915 las fuerza de la
Comandancia de la Guardia Civil en el Protectorado de Marruecos, se componían
de un comandante, tres capitanes, 12 tenientes y 344 clases y tropa que tuvo
destacada actuación en la ocupación de Xauen en octubre de 1920, entraron en la
ciudad escoltando al general Berenguer, como puede verse en un cuadro del pintor impresionista granadino Ariola Bertuchi
(1884-1955), entrando a caballo por la puertas de la ciudad Marroquí. Desde marzo de 1921 la Comandancia de
marruecos tenía 4 compañías de Infantería con cabecera en Ceuta, Tetuán,
Melilla y Larache, con un escuadrón de caballería en Ceuta y dos secciones, una
en Melilla y otra en Larache.
La Compañía de Melilla, estaba
mandada por el capitán José García Agulla, contaba con la plantilla más
reducida, tan sólo 75 hombres, compuesta por dicho capitán, 2 tenientes, 1
alférez, 46 clases de tropa de Infantería. El teniente Fresno era el jefe de
Línea de Nador cerca de la Mar Chica.
2.- El Desastre de Annual
El
comandante general de Melilla: Manuel Fernández Silvestre, desoyendo las
sugerencias de sus oficiales asesores, y deseoso de agradar al Rey Alfonso XIII
con una importante victoria militar para acallar a la oposición, realiza una
incursión muy arriesgada a unos 90 kilómetros al Oeste por al Interior, al sur
de Alhucemas.
Tomo notas del Expediente Picasso:
«...arriesgada incursión en la kábila de Tensamán, sobre la izquierda del río
Amekran, raya virtual por entonces de la zona sometida, en demanda del áspero
contrafuerte de cabo Kilates, con decidido propósito de alcanzar el río Neckor
y la bahía de Alhucemas, y que en su primera etapa se traduce en efímera
ocupación de monte Abarrán, sin preparación ni medios adecuados, prólogo de la
catástrofe provocada en aquel territorio».
Hasta Annual, localidad situada a unos noventa kilómetros al oeste de
Melilla, establece su cuartel general en la ribera derecha del barranco de
Aghzar Ameqrán o Amkrán, en un llano, sin fortificación, se vio atacado por el
rifeño rebelde Abd-el Krim el Jatabi natural de Axdir, de la cábila de Beni-Uariagel
nombrado emir del Rif; más varios dirigentes históricos reunieron una importante
fuerza de las cabilas en nombre de la yihad
o guerra santa y en los días 16 y 17 de Julio de 1921 ocurrió el desastre
militar español.
Las fuerzas españolas fueron atacadas por las
harcas rifeñas, cercados y sin alimentos ni agua, pasando mucha sed, se produjo
una desorganizada retirada en la que murieron según unos autores: diez mil
hombre, otros dice que nueve mil. Tras una desorganizada retirada del monte
Arrabán, territorio de Tensaman, se refugiaron en el campamento del Monte
Arruit. El expediente del general de división
Juan Picasso González, fechado el 18 de abril de 1922 (primo hermano de Pablo Picasso) no arroja
luz sobre el número total de víctima. Saco algunos datos del informe:
«...el mando no tenía confianza en los
subordinados, y lo que acaso fue origen de la desbandada que siguió a la evacuación, puesto que los mismo que
habían de dirigir a la tropa se encontraron sorprendidos y desorientados ante
un acto que ni podía suponer, ni creemos que tenga antecedentes, ni aún que
pueda tener repetición en la historia militar».
Unos autores aseguran que el general Silvestre
se suicidó, suceso improbable y, si es así por qué no apareció su cadáver,
otros aseguran y es la versión más creíble que fue torturado por los rifeños y
luego quemaron su cuerpo para hacer desaparecer la pruebas del asesinato
alevoso.
Tras esta importante victoria,
las harcas rifeñas se dirigieron al fuerte del Monte Arruit, amurallado y con
dos torres, que servía de base
intermedia entre Annual y Melilla, tenía una estación de ferrocarril. El 9 de
agosto de 1921 estaba mandado por el general Navarro, y unos 2.800 hombres,
muchos de ellos supervivientes de la retirada de Annual. Tras un asedio se acordó la rendición
bajo palabra de respetar sus vidas, y fueron hecho prisioneros –según el libro
del periodista Luis de Oteyza Abd-El Krim y los prisioneros, Ciudad
Autónomo de Melilla, año 2000. Un general, 42 oficiales, 411 suboficiales y
tropa y 32 civiles. Seis o siete meses
después fueron liberados con un recate de cuatro millones de pesetas que aportó
un banquero vasco, más la devolución de
unos 70 prisioneros marroquíes. Tras
el desastre de Annual y Monte Arruirt, la Prensa hizo leña como es de costumbre
y juicios políticos, en el sentido de que si en África en vez de haber mandado
a soldados inexpertos y mal pertrechados se hubieran enviado tercios de la
Guardia Civil, con la décima parte si hubieran conseguido avances rápidos.
Una novela
imprescindible para conocer en profundidad lo sucedido y las miserias en los
blocaos, basada en hechos reales, es Imán del periodista Ramón J.
Sender. También hubo traidores entre los
españoles y rendiciones injustificadas. Francisco Franco o El Comandantín,
como le llaman sus compañeros por su
juventud y baja estatura, también hizo sus pinitos de escritor en Diario de
una bandera, llena de tópicos militares, sin valores literarios.
De las
culpas del desastre de Annual, tampoco se escapó de ser censurado y acusado de negligencia por el
Expediente Picasso el general Dámaso Berenguer, que herido en su orgullo se
defendió de dichas acusaciones con el libro Campañas del Rif y Yebala
1919-1921.
La
ciudad de Melilla se salvó, bien porque
Abd-el- Krim Al- Jattabi no sabía de las debilidades de la ciudad
desprotegida, o no quiso complicaciones internacionales o porque se lo impedían
la resistencia de localidades cercanas como Zeluán, San Juan de las Minas,
Segangan o Nador. La guarnición de
Zeluán acudió al socorro del Monte
Arruit, en Zeluán sólo quedaría un puesto la Guardia Civil que al quedarse sin
municiones pactaron una rendición, los rifeños no lo respetaron el acuerdo y
los degollaron salvajemente. Las distintas fuerzas no pudieron replegarse y se
refugian en Nador, son cercadas, cuentan
con 184 combatientes, dos mujeres y dos niños, no tienen agua ni bebidas,
además, el agua en Marrueco no se podía beber salvo arriesgándose a las fiebres
palúdicas. Entre los defensores hay una sección de la Guardia Civil. El teniente
coronel Francisco Pardo Agudín de Infantería organiza la defensa el teniente
Ricardo Fresno Urzay, Jefe de Línea de Nador, El alférez Lisardo Pérez
comandante de Puesto de Segangan, con guardias y soldados se hace fuerte en la
torre de la iglesia de Nador, el resto toman la fábrica de harinas y
electricidad, único edificio que ofrecía garantías de defensa. Resistieron diez
días a base de galletas y sin agua, no sin antes demostrar actos de heroísmo
por los guardias Callejón, Almarcha, Laureano Lozano y otros.
Años
después, el 25 septiembre de 1925 dos flotas españolas y con ayudas de Francia desembarcaron en la
bahía de Alhucemas unos 13.00o soldado, al mando del general Miguel Primo de
Rivera, y como jefe ejecutivo el general
José Sanjurjo. Entre
los jefes se encontraba el coronel Francisco Franco, quien por su actuación al
frente de las tropas de Legión fue ascendido a general de brigada. Este operación de
desembarco mar-tierra, fue estudiad en 1945 por el general estadounidense
Eisenhower para el desembarco de Normandía.
Llegó
la forzada la paz y la desaparición del Emirato del Rif tras la rendición de
Abd-El-Krim al ejército galo. Francia y
España le dieron la independencia a
Marruecos el 17 de abril de 1956.
Mohammed V llegó a Madrid el 4 de abril de 1956 y Franco le recibió al
pie de avión. España reconoció la independencia
de Marruecos y su plena soberanía, excepto Infi, algunos islotes
(Perejil). Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son territorios históricos
españoles de propio derecho.
En enero del 2005 el Rey Juan Carlos I visitó Marruecos y se entrevistó con
el rey marroquí Mohamed VI, en un abrazo de cooperación económica y cultural, y
han acordado fundar la Universidad de los Dos Reyes, cerca de Tetuán. Lo que es
una muy buena noticia de buen entendimiento entre dos vecinos enfrentados a
través de la historia.
Fragmento:
El héroe de Nador
Autor Ramón Fernández Palmeral