viernes, 19 de febrero de 2016

La Guardia Civil en la guerra de África. Fragmento Introducción "El héroe de Nador", de Ramón Fernández Palmeral

El héreo de Nador. Libro de 156 páginas. Publicado en LULU. Estados Unidos.




 Introducción


 1.- La Guardia Civil en Marruecos

La presencia de la Guardia Civil en Marruecos fue permanente a partir de  las primeras campañas entre 1859-1860,  en la que fueron enviadas  70 hombres de Caballería y otras 75 de Infantería,  mandados por un capitán, oficiales y suboficiales, organizados en una compañía y escuadrones, para unirse a tres cuerpos de Ejército de soberanía de un total de cuarenta mil hombres, al mando del general Leopoldo  O´Donnell, conde de Lucena.  El objetivo era la conquista de Tetuán que tenía una importante población de origen andaluza. La guerra concluyó tras la batalla de Uad-Ras.
Tenemos testimonios sobre los importantes  servicios de  la Guardia Civil a través de los escritores Pedro Antonio de Alarcón en su Diario de un testigo de la guerra de África,  Editorial Gaspar y Roig, Madrid, 1859, (que contiene abundantes ilustraciones) o la obra del corresponsal de Las Novedades, Gaspar Núñez de Arce. Ambos elogiaron la bizarría, valor y disciplina de estos veteranos soldados que se entregaron bravamente a la misión encomendada bajo el principio irrenunciable que les legó el Duque de Ahumada en el artículo primero de su Cartilla Militar: «El honor ha de ser la principal divisa del Guardia Civil, debe por consiguiente conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás».
Otros libros más recientes es el de Carlos Canales, Editorial Medusa, y comentado por Dani Alfonsea, octubre 2001, nos diserta que: «La Guerra de África saca del cuasi-olvido una guerra que podría considerarse la última guerra romántica de España. Fue éste un conflicto breve pero sangriento, con auténticas batallas campales contra el ejército del Imperio de Marruecos, a diferencia de los diversos enfrentamientos fratricidas librados enla Península o los interminables combates contra las guerrillas rebeldes en otros conflictos exteriores».

A la Guardia Civil en Marruecos le constan hechos de guerra y bizarría en sus misiones durante su peculiar servicio de orden público:  distribuidos por parejas ponían orden en los zocos, alrededores de las mezquitas, mantenían a raya a los ladrones y descuideros además ejercían el servicio de policía militar en los campamentos del ejército español, más de los servicios de escolta al propio conde de Lucena, comisarios o altas personalidades, puesto que eran los únicos militares profesionales de absoluta confianza del mando, los soldados más disciplinados imbuidos del espíritu de su fundador (El Duque de Ahumada y de las Amarillas ), basado, fundamentalmente en el honor.  Las demás  tropa del Ejército procedían del reclutamiento forzoso o de reemplazo.  La victoriosa campaña sobre Tetuán concluyó con un desfile militar en Madrid, la Guardia Civil tuvo el honor de encabezarlo. Estas victorias le valieron al general  Leopoldo O´Donnell el título de duque de Tetuán, y más tarde nombrado Presidente del Consejo de Ministros. 
·           Tras la Conferencia de Algeciras celebrada en enero de 1906, representada por doce naciones, se decidió una serie de reformas, respetando la soberanía de Marruecos,  en la que, al legitimarse la «protección» europea sobre el citado país, se dio luz verde a las aspiraciones españolas, que fueron sin embargo recortadas, debido a la pugna imperialista que enfrentaba a Francia, Inglaterra y Alemania. No se cumplieron los acuerdos, y, a consecuencia de ello se rebelaron las cabilas marroquíes, y como represalia se produjo el bombardeo francés de Casablanca en julio de 1907. Esta zona marroquí fue ocupada por Francia hasta 1963 en que le dio la Independencia.
La guerra de Marruecos se reanudó otra vez tras la emboscada o encerrona a las tropas españolas por las cabilas rifeñas en el  Barranco del Lobo en 1909, cerca de Melilla, donde perdió la vida el general Guillermo Pintos Ledesma, oficiales y decenas de soldados e importante material de guerra. Como era de esperar el gobierno español propuso una campaña de castigo y represalia a los supuestos rebeldes rifeños. La incorporación de reservistas y soldados de cuota (cantidad de 2.000 pesetas por librarse del reclutamiento o contratar a un sustituto),  ocasionaron profundo malestar y huelga general y dio lugar el 26 de julio a la Semana Trágica de Barcelona. M. Tuñón de Lara en su libro El Movimiento obrero en la Historia de España, escribe:

El saldo trágico de aquellos días era: tres muertes y 27 heridos por parte del ejercito de seguridad; una muerte y 46 heridos de la Guardia Civil; 82 muertos y 126 heridos de la población civil (102 muertos según fuentes no oficiales); cuatro muertos y 18 heridos de la Cruz Roja.  Los detenidos eran casi un millar. El 13 de agosto fueron fusilados los obreros José Miguel Baró, Antonio Malet, Ramón Clemente y el guardia de seguridad, Eugenio del Hoyo, que había hecho causa común con los insurrectos. Francisco Ferrer fue detenido y acusado, con pruebas más que dudosas, de «autor y jefe de la rebelión». Ferrer, que no era ni podía ser dirigente de nada, fue la víctima expiatoria. Condenado a muerte, Maura se negó a que el rey otorgase indulto. La Cierva dijo que «iba a liarse la manta a la cabeza», e hizo declaraciones como ésta: «La fiera está en el cubil; la tenemos acorralada; hay que hostigarla para que salte y acabemos con ella.» ... y para ello envió de gobernador de Barcelona a un amigo personal suyo, Crespo Azorín. El 13 de octubre era ejecutado Ferrer, y la indignación se extendió por todo el país y por Europa y el mundo entero.

La Semana Trágica terminó con la caída del presidente de gobierno Antonio Maura, jefe del partido Conservador, por la muerte de cinco soldados y unos cien civiles muertos.  Restablecido  el orden  y reiniciado el conflicto bélico en el Norte de Marruecos,  el alto mando solicitó nuevamente los servicios de la Guardia Civil, esta vez acudió con un importante contingente, que con los que ya existían destinados en Ceuta y Melilla, arrojó un total de 5 oficiales, 95 de Infantería y 35 de Caballería para Ceuta, y 2 oficiales y 21 guardias para la de Melilla  en tres Puestos: Mar Chica, Tres Forques y Gurugú.
 En 1911 empezó la campaña del río Kert, límite o frontera del que se había acordado no pasar por aparte de ambos bandos. El general Berenguer creó una Unidad de mercenarios marroquíes destinada a la vanguardia, con el nombre de Fuerzas Regulares, al mando de oficiales españoles (estos iban a caballo). Hubo también un nuevo aumento de fuerzas de la Guardia Civil.  El periódico el Telegrama del Rif, fundado en 1902 por Cándido Lobera, comandante del ejército y periodista, llamó al jefe sublevado «Santón Abmisían», nombre de Mohamed Amezián, considerado shrif o noble nacido en San Juan de las Minas al oeste de Nador. En mayo de 1912 el «Santón Abmisián» calló acribillado por las Fuerza Regulares Indígenas, al creer que no iba a ser atacado por los mercenarios marroquíes.
Finalmente, el Protectorado español de Marruecos fue instaurado en 1912.  España se encargó de la región del Rif, (zona montañosa al Norte de Marruecos, y el resto del territorio gestionado por Francia.  Sin embargo, desde una fecha anterior, 1909, hasta 1927, el Protectorado hispano-francés estuvo seriamente comprometido por la resistencia de los rifeños a aceptar el dominio español en la zona de conflicto, lo que se tradujo en violentos enfrentamientos que produjeron innumerables bajas para la población.
Para evitar la expansión francesa en la zona atlántica fueron ocupadas las localidades portuarias de Larache, Arcila y Alcazalquivir en el interior que comunicaba con Tetuán. Tánger quedó bajo un régimen de administración internacional, años en los que aparece en escena Ahmed El Raisuni, instalado en su refugio de Tazruf en la cabila Beni Aaros, reticente por no haber sido nombrado jalifa (gobernador supremo dependiente del Sultán, el jalifato se pretendía establecer en Tetuán). Se cometen unos secuestros en Tánger y sus alrededores, el primer secuestrado fue el hijo de un armador inglés llamado Perdicaris, un millonario norteamericano de origen griego,  y también secuestraron a un británico consejero del sultán Abd-El-Azís. Cuando el presidente norteamericano Theodore Roosevel tuvo noticias del secuestro, sentenció a la manera que le era propia a los norteamericanos: Perdicaris vivo o Raisuni muerto.
El Raisuni declara la guerra contra los intereses españoles entre Larache, Arcila, Alcazarquivir y Tetuán. Se celebró una entrevista entre el Raisuni y el general Fernández Silvestre en Tánger en febrero de 1913, no llegaron a un acuerdo, como si el interés por continuar la guerra les fuera más rentable.

En 1915 las fuerza de la Comandancia de la Guardia Civil en el Protectorado de Marruecos, se componían de un comandante, tres capitanes, 12 tenientes y 344 clases y tropa que tuvo destacada actuación en la ocupación de Xauen en octubre de 1920, entraron en la ciudad escoltando al general Berenguer, como puede verse en un cuadro  del pintor impresionista granadino Ariola Bertuchi (1884-1955), entrando a caballo por la puertas de la ciudad Marroquí.  Desde marzo de 1921 la Comandancia de marruecos tenía 4 compañías de Infantería con cabecera en Ceuta, Tetuán, Melilla y Larache, con un escuadrón de caballería en Ceuta y dos secciones, una en Melilla y otra en Larache.
  La Compañía de Melilla, estaba mandada por el capitán José García Agulla, contaba con la plantilla más reducida, tan sólo 75 hombres, compuesta por dicho capitán, 2 tenientes, 1 alférez, 46 clases de tropa de Infantería. El teniente Fresno era el jefe de Línea de Nador cerca de la Mar Chica.




       2.- El Desastre de Annual

El comandante general de Melilla: Manuel Fernández Silvestre, desoyendo las sugerencias de sus oficiales asesores, y deseoso de agradar al Rey Alfonso XIII con una importante victoria militar para acallar a la oposición, realiza una incursión muy arriesgada a unos 90 kilómetros al Oeste por al Interior, al sur de Alhucemas.

 Tomo notas del Expediente Picasso:

 «...arriesgada incursión en la kábila de Tensamán, sobre la izquierda del río Amekran, raya virtual por entonces de la zona sometida, en demanda del áspero contrafuerte de cabo Kilates, con decidido propósito de alcanzar el río Neckor y la bahía de Alhucemas, y que en su primera etapa se traduce en efímera ocupación de monte Abarrán, sin preparación ni medios adecuados, prólogo de la catástrofe provocada en aquel territorio». 

 Hasta Annual, localidad situada  a unos noventa kilómetros al oeste de Melilla, establece su cuartel general en la ribera derecha del barranco de Aghzar Ameqrán o Amkrán, en un llano, sin fortificación, se vio atacado por el rifeño rebelde Abd-el Krim el Jatabi natural de Axdir, de la cábila de Beni-Uariagel nombrado emir del Rif; más varios dirigentes históricos reunieron una importante fuerza de las cabilas en nombre de la  yihad o guerra santa y en los días 16 y 17 de Julio de 1921 ocurrió el desastre militar español.
  Las fuerzas españolas fueron atacadas por las harcas rifeñas, cercados y sin alimentos ni agua, pasando mucha sed, se produjo una desorganizada retirada en la que murieron según unos autores: diez mil hombre, otros dice que nueve mil. Tras una desorganizada retirada del monte Arrabán, territorio de Tensaman, se refugiaron en el campamento del Monte Arruit. El expediente del general de división Juan Picasso González, fechado el 18 de abril de 1922  (primo hermano de Pablo Picasso) no arroja luz sobre el número total de víctima. Saco algunos datos del informe:

   «...el mando no tenía confianza en los subordinados, y lo que acaso fue origen de la desbandada que siguió  a la evacuación, puesto que los mismo que habían de dirigir a la tropa se encontraron sorprendidos y desorientados ante un acto que ni podía suponer, ni creemos que tenga antecedentes, ni aún que pueda tener repetición en la historia militar».

 Unos autores aseguran que el general Silvestre se suicidó, suceso improbable y, si es así por qué no apareció su cadáver, otros aseguran y es la versión más creíble que fue torturado por los rifeños y luego quemaron su cuerpo para hacer desaparecer la pruebas del asesinato alevoso.
Tras esta importante victoria, las harcas rifeñas se dirigieron al fuerte del Monte Arruit, amurallado y con dos torres,  que servía de base intermedia entre Annual y Melilla, tenía una estación de ferrocarril. El 9 de agosto de 1921 estaba mandado por el general Navarro, y unos 2.800 hombres, muchos de ellos supervivientes de la retirada de  Annual. Tras un asedio se acordó la rendición bajo palabra de respetar sus vidas, y fueron hecho prisioneros –según el libro del periodista Luis de Oteyza Abd-El Krim y los prisioneros, Ciudad Autónomo de Melilla, año 2000. Un general, 42 oficiales, 411 suboficiales y tropa y 32 civiles.  Seis o siete meses después fueron liberados con un recate de cuatro millones de pesetas que aportó un  banquero vasco, más la devolución de unos 70 prisioneros marroquíes. Tras el desastre de Annual y Monte Arruirt, la Prensa hizo leña como es de costumbre y juicios políticos, en el sentido de que si en África en vez de haber mandado a soldados inexpertos y mal pertrechados se hubieran enviado tercios de la Guardia Civil, con la décima parte si hubieran conseguido avances rápidos.
 Una novela imprescindible para conocer en profundidad lo sucedido y las miserias en los blocaos, basada en hechos reales, es Imán del periodista Ramón J. Sender.  También hubo traidores entre los españoles y rendiciones injustificadas. Francisco Franco o El Comandantín, como  le llaman sus compañeros por su juventud y baja estatura, también hizo sus pinitos de escritor en Diario de una bandera, llena de tópicos militares, sin valores literarios.
  De las culpas del desastre de Annual, tampoco se escapó de ser  censurado y acusado de negligencia por el Expediente Picasso el general Dámaso Berenguer, que herido en su orgullo se defendió de dichas acusaciones con el libro Campañas del Rif y Yebala 1919-1921.
La ciudad de Melilla se salvó, bien porque  Abd-el- Krim Al- Jattabi no sabía de las debilidades de la ciudad desprotegida, o no quiso complicaciones internacionales o porque se lo impedían la resistencia de localidades cercanas como Zeluán, San Juan de las Minas, Segangan o Nador. La guarnición de  Zeluán   acudió al socorro del Monte Arruit, en Zeluán sólo quedaría un puesto la Guardia Civil que al quedarse sin municiones pactaron una rendición, los rifeños no lo respetaron el acuerdo y los degollaron salvajemente. Las distintas fuerzas no pudieron replegarse y se refugian en  Nador, son cercadas, cuentan con 184 combatientes, dos mujeres y dos niños, no tienen agua ni bebidas, además, el agua en Marrueco no se podía beber salvo arriesgándose a las fiebres palúdicas. Entre los defensores hay una sección de la Guardia Civil. El teniente coronel Francisco Pardo Agudín de Infantería organiza la defensa el teniente Ricardo Fresno Urzay, Jefe de Línea de Nador, El alférez Lisardo Pérez comandante de Puesto de Segangan, con guardias y soldados se hace fuerte en la torre de la iglesia de Nador, el resto toman la fábrica de harinas y electricidad, único edificio que ofrecía garantías de defensa. Resistieron diez días a base de galletas y sin agua, no sin antes demostrar actos de heroísmo por los guardias Callejón, Almarcha, Laureano Lozano y otros. 
Años después, el 25 septiembre de 1925 dos flotas españolas y  con ayudas de Francia desembarcaron en la bahía de Alhucemas unos 13.00o soldado, al mando del general Miguel Primo de Rivera,  y como jefe ejecutivo el general José Sanjurjo. Entre los jefes se encontraba el coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de Legión fue ascendido a general de brigada. Este operación de desembarco mar-tierra, fue estudiad en 1945 por el general estadounidense Eisenhower para el desembarco de Normandía.
  Llegó la forzada la paz y la desaparición del Emirato del Rif tras la rendición de Abd-El-Krim al ejército galo.  Francia y España le dieron la  independencia a Marruecos el 17 de abril de 1956.  Mohammed V llegó a Madrid el 4 de abril de 1956 y Franco le recibió al pie de avión. España reconoció la independencia  de Marruecos y su plena soberanía, excepto Infi, algunos islotes (Perejil). Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla son territorios históricos españoles de propio derecho. 

En enero del 2005 el Rey Juan Carlos I visitó Marruecos y se entrevistó con el rey marroquí Mohamed VI, en un abrazo de cooperación económica y cultural, y han acordado fundar la Universidad de los Dos Reyes, cerca de Tetuán. Lo que es una muy buena noticia de buen entendimiento entre dos vecinos enfrentados a través de la historia.

Fragmento:
El héroe de Nador

Autor Ramón Fernández Palmeral

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