miércoles, 27 de enero de 2016

Doscientos años de la venta de los "marmoles de Elgin" al Museo Británico (1816-2016). Arte heleno.





 Entre 1801 y 1805 Lord Elgin, embajador Británico en el Imperio Otomano, utilizando un cuestionado permiso del Sultán, levantó (algunos emplean la expresión “arrancó”) buena parte del friso interior y las metopas. También se adueñó (para lo que al parecer no tenía permiso de ningún tipo) de varias esculturas, como una de las cariátides del Erecteion y diversas piezas del Templo Atenea Niké. Entre las obras expoliadas hay tallas tan impresionantes como la procesión de las Grandes Panateneas. Muchos de los mármoles y esculturas fueron seccionados de mala manera y con pocos miramientos. En principio, el destino de tanta maravilla era decorar el jardín de su casa. Acosado por agobios financieros, Elgin (quien se autocalificaba como amante de las antigüedades y cuyo hijo, por cierto, ordenó el saqueo del palacio de verano de Pekín) vendió esta Capilla Sixtina de mármol a su Gobierno en 1816 por 35.000 libras. De ahí pasaría a la colección del British Museum, que construyó una sala especial para el friso y las esculturas.

Entre otras muchas obras, a Grecia le faltan desde hace más de dos siglos 75 metros de friso (sobre los 160 originales que ideó Fidias), 17 esculturas de los pedimentos este y oeste y 15 paneles de las metopas. Es una carencia que el país heleno lleva décadas intentado resolver. No hay, por ahora, forma de encontrar una salida. Da igual que el vacío sea enorme. Representa más de la mitad de la decoración del Partenón, el gran icono de la Grecia clásica. Levantado en el siglo V a.C. en honor a la diosa Atenea, el templo es uno de los logros que definen la humanidad.

 

Enlaces:

 ¿Debe Inglaterra devolver los mármoles del Partenon?

Conde Elgin, expoliados del Partenón de Atenas