miércoles, 30 de mayo de 2012

Buscando a Gerald Benan en el Sur

Libro de ensayo buscando al hispanista Gerald Brenan


Estimado don Gerardo:

Mucho ha cambiado esta España y sus laberintos desde que usted se fuera en cuerpo pero no en alma por la laguna Estigia. El 19 de enero de 2007 se cumplieron los veinte años de su último viaje con Caronte, a mejor vida, sí, a pasar a mejor vida, como solemos decir los más castizos, si partimos de que esta vida tiene ciertas incomodidades.

Este modesto trabajo quiere rendirle un pequeño homenaje particular en agradecimiento por haberme abierto los ojos en esto del investigar y del reportaje periodístico y mantener vivo el recuerdo de nuestro pasado cercano, en uno de sus mejores libros, para mí siempre será Al sur de Granada, un libro que siempre nos aguarda con sus secretos, siempre nos guarda alguna sorpresa como todos los verdaderos tesoros literarios. He de decirle que ha sido un libro que me gustó mucho leer y me sigue atrayendo porque me hace transportar a las costumbres que me enseñaron mis padres y mi familia oriunda de la Axarquía malacitana, unida, no separada con Granada por la cremallera cerrada que es la Sierra Tejeda y Almijara.

Ahora le escribo estas cuartillas con todos mis respetos, y le pido perdón de antemano por si en algo le pueden molestar mis comentarios. Tan sólo pretendo ponerle al corriente de lo que ha pasado durante estos veinte años después de su último viaje terrenal. Quiero contarle cómo están los estudios "brenianos" o sobre sus libros, o del lamentable estado de su Fundación y lo mucho que se le ha criticado su actitud tan resueltamente británica en el ámbito sentimental. Quiero tomarme la libertad de hacerle algunas preguntas, preguntas insidiosas de periodista ocasional e inoportuno, preguntas de asuntos personales que como hombre mediterráneo y latino que soy me activan los puntos sensibles; es hora de rendir cuentas, como por ejemplo, por qué se marchó usted en mayo de 1930 a Inglaterra dejando a Juliana embarazada en Yegen, y luego vuelve, tres años después casado con la señora Gamel y adopta a la niña de Juliana, también su hija natural, para llevársela a Churriana y ser educada con los modales de una lady británica, a la que no se le podía contar nada de su madre alpujarreña ni hablarle en cristiano, sino en inglés. Y esto supuso dos despropósitos, uno privar a una madre de su hija, y dos, privar a una hija de su madre...


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