miércoles, 30 de octubre de 2019

Xosé Manuel Núñez Seixas gana el Premio Nacional de Ensayo de España

Xosé Manuel Núñez Seixas gana el Premio Nacional de Ensayo de España

• Miércoles 30 de octubre de 2019

Xosé Manuel Núñez Seixas
Núñez Seixas: “El nacionalismo español siempre estuvo ahí”.
Por su obra Suspiros de España: el nacionalismo español 1808-2018, el historiador Xosé Manuel Núñez Seixas obtuvo el Premio Nacional de Ensayo 2019, que concede el Ministerio de Cultura y Deporte de la nación ibérica y que está dotado con 20.000 euros, según se anunció este martes 29 de octubre.

Núñez Seixas considera que existe un problema con el “nacionalismo español” porque tras la muerte de Franco no hubo un “consenso antifascista”.
El jurado se decantó por esta obra “por trazar una historia del nacionalismo español en sus diversas corrientes y manifestaciones a lo largo de la Edad Contemporánea. Siendo una obra que se apoya en una densa trayectoria de investigación, destaca por su esfuerzo de síntesis y de claridad expositiva, así como por su rigor”.
El autor expresó su satisfacción por la concesión de este premio por un trabajo que, indicó, es un ensayo divulgativo de síntesis dirigido a un público amplio en el que apuesta por el nacionalismo de Estado, “algo que no es compartido por todo el mundo”, un concepto que “no es de derechas ni de izquierdas”, aseguró.
La obra de Núñez Seixas hace un recorrido histórico por el concepto de la idea de España para defender que “el nacionalismo español siempre estuvo ahí”. Y se hace más visible cuando hay una “amenaza exterior o interior”.
Para él, la apropiación que hizo Franco del nacionalismo español durante la dictadura y la hipertrofia posterior que sufrió el concepto han provocado que existan problemas de legitimación a la hora de expresar esa idea.
Considera que existe un problema con el “nacionalismo español” porque tras la muerte de Franco no hubo un “consenso antifascista”, que es lo que permitió a otros países europeos tras la Segunda Guerra Mundial reconstruir su “patriotismo de Estado”. “Una cuestión que sigue chirriando, como se ha visto con el traslado de los restos de Franco y la tibieza de algunos partidos a la hora de asumir algo que en otros países es normal”, recalca.
Núñez Seixas (Ourense, 1966) es doctor en Historia Contemporánea por el Instituto Universitario Europeo de Florencia, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Santiago de Compostela y, desde octubre de 2012, catedrático de Historia Contemporánea de Europa en la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich (Alemania).

La presidenta del jurado fue Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales y Cooperación, y la vicepresidenta fue Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.
Entre sus títulos figuran: ¡Fuera el invasor! Nacionalismos y movilización bélica durante la guerra civil española, 1936-1939 (2006); Imperios de muerte. La guerra germano-soviética, 1941-1945 (2007); Internacionalitzant el nacionalisme. El catalanisme polític i la qüestió de les minories nacionals a Europa (1914-1936) (2010); Patriotas y demócratas. El discurso nacionalista español después de Franco (2010); Icônes littéraires et stéréotypes sociaux: L’image des immigrants galiciens en Argentine (1800-1960) (2013); Las patrias ausentes. Estudios sobre historia y memoria de las migraciones ibéricas (1830-1960) (2014); Las utopías pendientes (2015) y Camarada invierno: experiencia y memoria de la División Azul, 1941-1945 (2016), entre otros títulos.
Miembro del Archivo de Emigración (Consejo de Cultura Gallega), del consejo de redacción y del consejo asesor de numerosas revistas de España y otros países, Núñez Seixas es asimismo coordinador de la ambiciosa Historia mundial de España (2018).
El jurado del premio estuvo presidido este año por Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales y Cooperación, con Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, como vicepresidenta.
Además lo conformaron, a propuesta de la Real Academia Gallega/Real Academia Galega, Xosé Henrique Monteagudo Romero; por la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia, Adolfo Arejita Oñarte-Echebarria; por el Instituto de Estudios Catalanes/Institut d’Estudis Catalans, Enric Pujol i Casademont; por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (Crue), Bruno Camus Bergareche; por la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), Francisca Rubio Gámez; por la Asociación Española de Críticos Literarios, Ángel Luis Prieto de Paula; por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), María de la Concepción Barrigós Vicente; por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, Esther Sánchez-Pardo González, y la autora galardonada en la convocatoria de 2018, María Xesús Lama López.

miércoles, 23 de octubre de 2019

Desmitificar a Miguel Hernández, la labor de Ramón Fernández Palmeral


«Miguel Hernández no fue entregado por la policía portuguesa a la Benemérita»

Algunos investigadores escriben que Miguel Hernández fue entregado por la policía portuguesa a la Guardia Civil el 4 de mayo de 1939, y este error se continúa escribiendo sin investigar el atestado que da inicio al Sumario 21.001.
«Si los investigadores y biógrafos no estuvieran tan obsesionados en incrementar la leyenda negra de la Guardia Civil, y mirasen el atestado que condenó a muerte a Miguel Hernández el 18 de enero de 1940, comprobarían que los guardias entregaron al poeta, debido a una infracción administrativa por cruzar la frontera portuguesa sin documentación, al Cuerpo de Investigación y Vigilancia de Fronteras, que era un cuerpo policial propio de fronteras, y no a la Guardia Civil del puesto de Rosal de la Frontera (Huelva), como se suele insistir tozudamente»... (SIGUE)

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martes, 22 de octubre de 2019

Buscando culpables en la Moncloa



Buscando culpables en la Moncloa

Una cuesta se inclina para Pero Sánchez en la próximas generales, por no haber sabido gestionar con contundencia desde el primer momento la rebelión catalana de los independentistas.

Ramón Palmeral

Al  caballo PSOE se le están saliendo las tripas por la cincha después de que el toro catalán del separatismo le haya alcanzado en la barriga, sin peto. La calle hacia  las elecciones generales del 10 N se le está poniendo cuesta arriba como en los pueblos de montaña de la Axarquía. En cada página del boletín de las noticias las encuestas tiene las flechas cada vez más bajas, como si el tsunami le hubiera venido encima por la mala gestión de la insurrección catalana o vandalismo institucional, quizá, por no  actuar a tiempo, con la idea de la proporcionalidad del uso de la fuerza legítima cuando la violencia incendia las calles de Barcelona, y otras sucursales provinciales de Cataluña. Las manifestaciones pacíficas son legales, sí, pero nunca las violentas, no los cortes de carreteras, puertos o aeropuertos, porque atentan contra los derechos de las personas que no pueden transitar libremente y se convierten en rehenes de los hordas bárbaras.
Sin duda alguna la repetición electoral le va a pasar factura a Sánchez, porque tuvo la oportunidad y no la cogió compartiendo ministerios con Unidas Podemos. Ahora, antes los extremismos separatistas, imposibles de asumir dentro de la Constitución del 78, la barra del salto de altura de los 140 escaños previstos se le van a venir abajo con toda de seguridad.  Porque está demostrado  que cuando surgen revoluciones sociales incontroladas nacen partidos contarios (equilibrio de fuerzas), como sucedió en la II República, que  nació la Falange de José Antonio Primo de Rivera en 1933. Ahora, actualmente, tras el referéndum ilegal del 1- 0, y la declaración de minutos de la independencia por  el Parlamento catalán se fortaleció Vox, y las derechas, y el centro. Porque solamente hay que mirar a la historia para saber que esto es así. Cuando nacen unos revolucionarios, saqueadores, incendiarios, y la hordas contra el orden público se desatan, nacen contarios, personas de orden que deseamos la unidad de España, porque así se votos en la Constitución y nacen “tsunamis españoles”. Porque lo independentistas no tienen ninguna empatía con los catalanes que no lo son.
Los dirigentes socialistas ya están buscado culpables en la Moncloa, en el gabinete de Sánchez y sus asesores, alguna cabezas rodarán porque la previsiones de la cuentas lectorales no salen. Podría hacer un descalabro imprevisible, por culpa de variables imprevisibles y una mala gestión el ministro del Interior que no ha querido emplear la fuerza necesaria (como por ejemplo camiones “botijo”) desde el primer día, y  el envío de más fuerza destacada. Pensar que con las leyes duras se solucionan los separatismos, es un error, porque primero se emplea la fuerza contundente, que detrás vendrás los jueces. El separatismo es un sentimiento que viene desde el reinado de la reina Isabel II (mal casada con su primo Francisco de Asís Borbón, que se debió casar con Antonio de Orleans, duque de Momtpesier).
Calcularon los cerebros de la Moncloa  que con 140 diputados más los de «Más País” y los traidores de PNV le daría la mayoría necesaria; sin embargo, visto lo visto las derechas se van a fortalecer, simplemente porque cuando surgen secesionismos surgen también defensores unionistas, aunque sean liberales, y esto, siempre, hasta la fecha ha sido así, fuerzas contrarias nacen en un teatro de compensaciones ideológicas como un organismo biológico.  Es imposible que Sánchez, tras las hordas desatadas de Cataluña saque 140 diputados. Si para qué gasto tinta si esto ya lo escribiera el republicano arrepentido José Ortega y Gasset en La rebelión de las masas (1929).
Aquel, alto y gallado madrileño,  que prometía diálogo cuando ganó la moción de censura con los votos de ERC, ahora no quiere dialogar con el desaparecido Quim Torra “hay que apretar” sabe de antemano lo que le va a pedir: “ Si me prometes por escrito notarial un referéndum, yo te paro en 24 horas las algaradas en Cataluña”. Porque de todos los españoles es sabido, y cuando el  río suena agua lleva, es que es verdad, que tanto ANC como Òmnium y CDR, están subvencionados por el Gobierno catalán, y que por malversación de fondos públicos (entre otros delitos) están condenados los políticos del “procés” integrantes del anterior gabinete (excepto Puigdemont que huyó como un zorro en un maletero), con un juicio justo y transparente que se ha quedado corto con no condenarlos por rebelión.
Pedro Sánchez ha querido jugar a ser el chico buena de la película, y esto, sin duda le va a costar una debacle en la generales, porque ha hachas están levantadas, y también las hoces y los martillos. Porque un cosa es prometer y otra hacer. Pero lo malo de todo esto es que le pueden salir una Vicalvarada de las Fuerzas Armas con la bandera en mano del art. 8 de la Constitución que dice: «Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional». ¿Y quién lo cuestiona? Los medios de comunicación están soltando amarras del bulo de que militares en su tiempo libre se acercan a Cataluña para apoyar a Guardia Civil, Policía Nacional y Mossos. 
Se ha visto que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desplazadas a Cataluña han sido insuficientes, y encima han sufrido cerca de 270 heridos, más que los detenidos que no llegan a 200, ¡esto es inaudito, increíble!, y reafirma lo que digo: han faltado refuerzos policiales. Cuando veía arrojar todo clase de objetos a la policía, inmóvil, como unos judas, a me entraban ganas de llorar.  Además están denunciando que no tiene ya materiales antidisturbios y necesitan auxilio, al 7º de Caballería. No se puede dialogar con la violencia en la calle y sin denunciarla explícitamente. 


Publicado tambien en Diario de Alicante 22-10-2019

martes, 15 de octubre de 2019

Quien la hacen el redículo. Catalanes independentistas. España Unidad.


De la nada a la más absoluta miseria

Los líderes condenados por el Supremo nunca se imaginaron que acabarían en la cárcel y que su desafío al Estado estaba condenado a un estrepitoso fracaso


Un largo viaje hacia ninguna parte

Por Oedro García Cuartango, en ABC, 15 de octubre de 2019

Ninguno de los nueve líderes independentistas condenados ayer por el Supremo por un delito de sedición se imaginaba en el verano de 2017 que ingresaría en la cárcel, que acabaría en el banquillo y que tendría que afrontar penas como las que ha impuesto el tribunal que les ha juzgado.
Apostaron por destruir la legalidad y derogar la Constitución y perdieron. Lo más importante de la sentencia del Supremo es que quienes desobedecieron las leyes y pretendieron ejercer el derecho de autodeterminación mediante una farsa de consulta han sido condenados por la Justicia.
Siete años después del pistoletazo de salida del «procés», tras la negativa de Rajoy a conceder al Gobierno de Artur Mas un régimen fiscal como el vasco, los independentistas se han estrellado contra el Estado de Derecho. El balance es desolador porque no han conseguido ninguno de sus objetivos. Les toca ahora gestionar el fracaso en un paisaje devastado por una fractura social que ha partido a la sociedad catalana tras la marcha de miles de empresas y sin haber obtenido apoyo internacional alguno. Como decía Groucho Marx, los líderes del procés han pasado de la nada a la más absoluta miseria.



Marchena no cayó en las trampas

El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, es el gran ganador de un juicio en el que ha sorteado todos los obstáculos y las trampas que los defensores de los inculpados sembraron a lo largo del procedimiento.
Abogados como Van den Eynde y Pina centraron su estrategia en preconstituir de cara a Estrasburgo la tesis de que se estaban socavando los derechos de sus clientes. Y alegaron que el tribunal vulneraba principios como el juez predeterminado por la ley, la doble instancia y la igualdad de armas.

El presidente de la Sala de lo Penal del Supremo, Manuel Marchena, es el gran ganador del juicio
En sus fundamentos jurídicos, la sentencia rebate de forma consistente las argumentaciones de los defensores, que ya fueron desestimadas en el inicio del proceso y, luego, por el propio Marchena, que realizó una exhibición de sus conocimientos frente a las argucias de quienes querían poner en evidencia su parcialidad.
Los abogados intentaron exculpar a los líderes independentistas con la tesis de la existencia de una doble legalidad, contraponiendo las leyes del Estado con la pretendida soberanía del Parlamento catalán, a la que ellos se veían obligados a someterse. Los jueces de la Sala rechazaron esa falacia.

El fracaso de las tesis de la Fiscalía

Los siete magistrados del Supremo han optado de forma unánime por la sedición, que, según el artículo 544 del Código Penal, consiste en «un alzamiento público y tumultuario para impedir la aplicación de las leyes». La sedición es un delito contra el orden público y no contra el orden constitucional. Durante la instrucción y el proceso, la Fiscalía siempre sostuvo que había habido una rebelión.
Según el artículo 544 del Código Penal, la sedición es «un alzamiento público y tumultuario para impedir la aplicación de las leyes»
Javier Zaragoza, fiscal de Sala del Supremo, describió la acción de los inculpados como un intento de «golpe de Estado para liquidar la Constitución». Los dirigentes nacionalistas fueron encarcelados y privados de su condición de parlamentarios porque estaban acusados de un delito de rebelión, lo que, según la Ley de Enjuiciamiento Criminal, exige su inhabilitación automática.
Por aquel entonces, el abogado del Estado respaldaba ese criterio. El relato de la Fiscalía ha sido demolido por la sentencia, que en este extremo podría reforzar el discurso victimista de los condenados, que siempre alegaron que habían actuado dentro de la legalidad vigente y que no se habían rebelado contra el Estado.
Ayer María José Segarra, fiscal general del Estado, intentó minimizar las diferencias con el tribunal apelando a que lo importante era que los magistrados apreciaban violencia y a que había coincidencia en los hechos probados. En los hechos, sí, pero no en su calificación, que la Fiscalía no puede recurrir al ser la sentencia ya firme.

Sedición frente a rebelión

La sentencia afirma literalmente que hubo en el «procés» «episodios de violencia», elemento necesario para la rebelión, pero que ello «no basta» para encuadrar las conductas en ese delito, tipificado en el artículo 472 del Código Penal, que habla de «alzarse violenta y públicamente» con el objetivo de alterar el orden legal.
Los jueces consideran, y esto es esencial, que esa violencia iba destinada a forzar una negociación con el Estado, pero no a lograr la secesión por la fuerza. En este sentido, el referéndum del 1 de octubre fue «un levantamiento tumultuario alentado por los acusados para convertir en papel mojado las decisiones del Constitucional». Pero, según criterio del tribunal, no se pretendía un cambio de régimen en Cataluña porque ello no estaba en manos de los condenados.
Los jueces consideran, y esto es esencial, que esa violencia iba destinada a forzar una negociación con el Estado, pero no a lograr la secesión por la fuerza
Por tanto, el Supremo viene a sumarse en cierta medida a declaraciones como la de Carmen Forcadell, que alegó en su testimonio que la declaración de independencia no tenía ninguna consecuencia práctica. Según ese peculiar punto de vista, no hubo un delito de rebelión.
La interpretación del Supremo es polémica, ya que, al margen de la intencionalidad y del resultado, hubo un intento de romper el orden constitucional y se hizo con el recurso a la violencia. Reducir el procés a una mera sedición es relativizar lo que sucedió en septiembre y octubre de 2017 en Cataluña, cuando la Constitución fue pisoteada.
Aunque los independentistas han empezado a movilizarse sin el menor respeto a la sentencia, el hecho de que los jueces optaran por la sedición fortalece su relato.

El precio de la unanimidad

Fuentes cercanas al tribunal subrayan que la mayoría de los magistrados se inclinaba por la rebelión, en consonancia con las tesis de la Fiscalía. Pero que tuvieron que renunciar a esa tipificación porque varios jueces se decantaban por la sedición, lo que hubiera supuesto votos particulares que Marchena quería evitar.
La unanimidad era vital tanto para dar una imagen de unidad ante la opinión pública como para blindar la sentencia ante los recursos. Pocos dudan de que el Constitucional convalidará el fallo y desestimará la vulneración de las garantías, pero la última palabra la va a tener el Tribunal de Estrasburgo. Por ello, era esencial la unanimidad.
Hay también quien sugiere la existencia de un pacto de Estado, de lo cual no hay prueba alguna. Los siete jueces tienen una dilatada trayectoria profesional y una demostrada independencia de criterio. Por ello, estamos ante una sentencia que sanciona unas conductas delictivas al margen de las consecuencias políticas.
El alegato independentista de que la sentencia ha sido dictada por el poder político es también un dislate sin el menor sustento.

Iguales ante la ley

El presidente del Gobierno aseguró ayer que los condenados van a tener que cumplir las penas de forma íntegra. Pero la afirmación no despeja las dudas porque el régimen penitenciario de la cárcel de Lledoners depende de la Generalitat.
Es cierto que la decisión de conceder el tercer grado u otros beneficios está sometida al control del juez de vigilancia penitenciaria y, en última instancia, del Supremo, pero ello no sirve para disipar la sospecha de que los presos están disfrutando de un trato de favor en esa prisión. Al fin y al cabo, el director de ese centro es nombrado y responde ante el consejero de Justicia de la Generalitat.
Queda la cuestión del indulto, regido por una ley de 1870, que tiene que ser solicitado por los reos. No es fácil que el Gobierno pueda recurrir a esta potestad, entre otras razones, por el elevado coste político de la decisión. La amnistía requeriría una ley especial del Parlamento y, por lo tanto, parece imposible.
Y, por último, habrá que ver la respuesta de la Justicia belga a la nueva petición de entrega de Puigdemont, que, a diferencia de la anterior, se produce con una sentencia firme de por medio. Lo que suceda en el futuro es altamente imprevisible, al igual que era imposible predecir con posibilidades de acierto unos acontecimientos que superaron todo lo imaginable.

jueves, 3 de octubre de 2019

Nueva biografía del poeta Miguel Hernández ECU, ediciones. De Ramón Fernández Palmeral


                                          Ramón Palmeral con el cuadro de la portada.



     Una bofetada de María Teresa León a Miguel Hernández, fue el desencadenante de su tragedia


     Nuevas matizaciones sobre la biografía de Miguel Hernández. Al finalizar la Guerra Civil, sus camaradas como Rafael Alberti, María Teresa León, Pasionaria, Modesto y otros comunistas  abandonaron a Hernández en Madrid y se marcharon en coche a Elda, donde se había refugiado el Gobierno de  Juan Negrín (diez días), y días después  todos  partieron en varios aviones hasta Orán desde el aeródromo de Fondón en Monóvar (Alicante). Miguel llegó andando y otras veces montado  en carro a Cox y llegó el 14 de marzo de 1936. En abril se marchó en tren a Sevilla, donde no encontró refugio son Romero Murube, y desolado partió hacia Portugal donde fue detenido por la policía portuguesa.
      La bofetada que María Teresa León le propinó a Miguel Hernández en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, por decir  éste que  allí había «mucha puta y mucho hijo de puta» cuando celebraban una fiesta en plana guerra, fue el detonante del abandono de los Alberti de Miguel en Madrid, y las consecuencias posteriores. Considero que Miguel Hernández fue una víctima de sus  propios camaradas que le abandonaron en la desbandada. Por otra, Fernández Palmeral duda de la existencia real de esta bofetada.
      Ahora en 109º aniversario del nacimiento del universal poeta Miguel Hernández, el escritor  y estudio hernandiano Ramón Fernández Palmeral presenta, a lo largo de 40 artículos monográficos, un estudio biográfico de la vida y obra del poeta oriolano titulado Miguel Hernández. El poeta del pueblo, en la editorial ECU de Alicante. El presente libro incluye las últimas investigaciones publicadas sobre Hernández, siguiendo un planteamiento cronológico, y pretende exponer los aspectos biográficos de modo objetivo, eludiendo los mitos y tópicos creados en torno al llamado «poeta del pueblo». El libro se presenta en Orihuela el 29 de octubre.
     Gracias al formato de artículos monográficos es posible profundizar con más detalle y rigor en los temas que más interesan: su infancia y adolescencia, amistades madrileñas, época de miliciano, amores, viajes a la URSS, obra, consejo de guerra y muerte por una negligente atención sanitaria penitenciaria.
      Todo ello desde una crítica objetiva y actual, a la vez que honesta, y desde el punto de vista del contexto histórico y la realidad social de la época. Algunos de los artículos de este libro han sido ya publicados por prestigiosas revistas como en Orihueladigital, Letralia de escritores hispanoamericanos, El Eco Hernandiano, Anthropos, Auca… otros artículos son en cambio, son artículos inéditos.
       El libro consta de 402 páginas, formato 17 x 21 cm, y se estructura dividido en 5 partes: I Nacimiento infancia y juventud (1910.1931). II Miguel Hernández, primeros libros (1932-1936). III Época de la Guerra Civil (1936-1939). IV Proceso y muerte de un poeta (1939-1942). V Estudios de un poeta universal. Al final del libro se muestras un índice onomástico e ilustraciones de 4 libros de Miguel: Perito en lunas, El Rayo que no cesa, Viento del pueblo y El hombre acecha, realizada por Palmeral. Tiene índice onomástico, y se ha evitado, adrede, insertar una bibliografía, ya que ocuparía mucho espacio, nunca sería completa y para eso existe el libro Archivo de Miguel Hernández de Gaspar Peral Baeza.

      Firmado: Ramón Fernández Palmeral  (Autor  de la nueva biografía)

domingo, 22 de septiembre de 2019

El arte de hablar en público, por Ramón Palmeral en "El Monárquico"



Elmonarquico2015

EL ARTE DE HABLAR EN PÚBLICO, por Ramón Palmeral

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Floresinvictas7
Gran demanda es el de ser buen orador o hablar en público. Ello se debe sin duda a la necesidad que tenemos las personas de comunicar mensajes y conceptos, algunos complejos, o en grupo de amigos para expresar nuestras ideas o dirigirnos a ellos para homenajear a alguien. Hablar en público puede ser, para algunas personas, una verdadera tortura, una pesadilla. Pero todo esto tiene su enmienda y tratamiento. A todos nos aterra hablar en público, porque tememos quedar en ridículo, lo cual es una evidente angustia por el hecho de adelantar el temor, a veces ficticio que nos acude como un complejo. Algunos crío hablan sin parar porque no tienen miedo a que nadie les reprenda, es  la base educativa moderna: no reprender al niño hablador. Pero esto, por lo general, no es así, mandamos callar constantemente a los críos para que no nos molesten, y a la vez estamos creando a un potencial tímido e incluso hasta un tartamudo. Los críos deben hablar todo lo que les parezca, y encima ensalzarlos, es el caso de los niños cantantes prodigios, se les aliente y anima a que canten en público, otros no serían capas porque están aterrados (sus padres lo han aterrado), porque nosotros los hemos atemorizados por imponerles una disciplina autoritaria basada en la obediencia.
    Habéis de saber que hablar en público no es innato en el hombre ni en las mujeres, es una asignatura que se aprende como se aprende Gramática o Matemáticas.  El don natural de la oratoria lo tiene pocos.  A los vendedores y a los políticos les imparten cursos de Oratoria. Tenéis ante vosotros a un viejo-joven que fue  un crío atemorizado desde la infancia, que no podía hablar en casa, en el colegio, ni en ninguna parte pública, únicamente entre amigos. Y que salió un gran tímido.  Pero a partir de los cuarenta años me impuse el deber de poder hablar en público con fluidez, con gracia y con armonía. Es decir, a aprender a ser un orador como lo hiciera Demóstenes en su Filípicas contra Filipo de Macedonia en el senado, porque Demóstenes además era tartamudo.
    Los mejores políticos aprenden a hablar en público con una asignatura que se llama Retórica. Ir a la Universidad no es suficiente para hablar bien y que se te entienda. Porque la palabra es el instrumento del pensamiento. En cuanto hablamos ya estamos denunciando nuestra posición social. Todas las personas que se dedican a la política hacen cursos para aprender a hablar y comunicar, con arreglo a las tres Ces fundamentales: Comunicar, Convencer y Conmover, e incluso se puede agregar Emocionar con argumentos. El presidente Obama de los EE.UU., es un claro ejemplo de los que dieron uno de estos cursos, lo hace tan bien que no es espontáneo, sino adquirido, por ejemplo, usa una de las reglas: Hablar lento y con aplomo, girando la cabeza de izquierda a derecha, para que todos los espectadores reciban su dosis de mirada del orador. Y, a lo mejor, como dicen los libros de oratoria, no mirar a los ojos, sino a un palmo por encima de las cabezas. Por lo tanto, esta cualidad es una más de tus zonas de éxito que debes trabajar.
     Lo que un orador ha de practicar es la concentración mientras habla, y pensar que el auditorio está vacío, y que estás hablando solo ante el espejo. ¿Y cómo se consigue esto? Practicando. Para superar las fobias la única receta eficaz, es la de exponerte al objeto desagradable, lo que se llama «exposición gradual a lo temido».  Por ello uno de los ejercicios que se recomiendan es escribir lo que se va a decir, y leerlo delante de un espejo, y corregirte. A nadie aconsejaría que se pusiera a hablar en público o dar una conferencia, sin haberla escrito primero y estudiada y hacer esquemas, reduciendo el texto hasta memorizar los esquemas. Hay que aprende a argumentar (sin argumentar no se puede convencer).  Porque el orador, en el momento que está en el atril o en el estrado o en la cámara de diputados, es quien tiene la palabra, y nadie sabe qué esquemas guarda su cabeza. Otro asunto diferente son los comunicados institucionales, discursos académicos o científicos, que se deben leer pues una palabra equivocada  puede provocar conflictos o errores insalvables.
     No es que yo tenga buena memoria cuando doy una conferencia, es que me la he aprendido y la tengo en la cabeza, no improviso, sé de lo que hablo. Una de las prácticas de quien pretende ser orador  es aprenderse poemas de memoria, y recitarlos en público, esto se llama ser rapsoda. Ensaya y reconocerás tu errores, y lo que hacía yo al principio era grabarme y luego oírme. Conozco a algunos/as, y  me dicen lo mismo: «Hasta que suelto el primer verso estoy nervioso». Todos los poetas nos ponemos nerviosos, pero cuando se llevan años recitando en público se convierte en una droga. Y estás deseando que llegue el próximo recital para salir a por todas.  Cuando uno se equivoca ante un auditorio lo más conveniente es aceptarlo inmediatamente y rectificar. Por consiguiente, el enfrentamiento con el público es un error grave, puesto que tendrás en contra a todo el auditorio.
     Tú también puedes ser un gran orador, si entrenas, para adquirir habilidad y le echas valor, nadie se va a reír de ti, peor lo tengo yo que, tengo acento andaluz, no vocalizo muy bien y encima estoy cojo y me tengo que sentar, o si me quedo de pie, me tengo que apoyar el muslo del pie en una mesa.  Nuestra palabra es nuestra tarjeta de presentación.     Existen ciertos secretos en el arte de hablar que cada cual aprende. Hace unos días tuve que presentar la exposición de una pareja de amigos, que los dos son pintores, Juana López y Fran Gallego. Como me lo dijeron con un mes de antelación me dio tiempo a pensar en ideas varias, como la de inventar un nombre para una matrimonio de pintores y me vino a la cabeza «cónyuge-pintores». De aquí nació la primera chispa del discurso, y tuve tiempo de meditar y darle vueltas a la cabeza. Hice la presentación con micrófono en mano sobre unas ideas mentales, en plan orador y como tenía confianza en mí mismo, la gente salió muy contenta porque no les aburrí. Hice el discurso del espontáneo que se tira al ruedo a capotear al toro, a un ruedo de amigos, no a un ruedo de académicos.
     Al día siguiente, con el discurso fresco en mi mente, escribí dos páginas y media. Hice lo que se llama un discurso inverso: primero hablas y luego escribes. Este sistema no lo recomiendo a no iniciados en la oratoria. Porque lo lógico, según los textos, para enseñar a los oradores, es prepararlo, hacer un esquema y memorizarlo.
      El único sistema que conozco para no bloquearte, ni quedarte en blanco es practicar ante el espejo, y luego dar muchos discursos en público, todos lo que te ofrezcan, para perder el miedo. Exponerte al público en algún recital como rapsoda, es la única regla que existe para superar los temores que uno pudiera tener al hablar en público si no eres muy ducho en las artes de la oratoria y la argumentación. Ten la seguridad que cuando te pongas a hablar en público, en un auditorio, nadie te va a interrumpir ni te va a tirar tomates.
Firmado: Ramón Palmeral autor de Tus zonas de éxito para El Monárquico

domingo, 15 de septiembre de 2019

"No hace falta vender el Ferrari", por Ramón Palmera en "El Monárquico"



Elmonarquico2015

NO HACE FALTA VENDER EL FERRARI. Por Ramón Palmeral

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Ilustracion 6
Yo también me leí el libro de El monje, que vendió su Ferrari (Una fábula espiritual) de Robin Sharman, el libro está muy bien, y que nada tiene que ver con un monje, sino con un abogado llamado Julián Mantel, norteamericano licenciado en la Universidad de  Harvard, que tras tener un infarto, se lo piensa mejor, vende todas sus propiedades incluido el Ferrari y marcha en un viaje espiritual a la India en busca de su iluminación. En el Himalaya conoce  conoció a los Sabios de Sivana en una remota comunidad, es  la ciudad ficticia de Shangri-La descrita en la novela de James Hilton, Horizontes perdidos.
     Todo este entramado del personaje de Julián no es más que un artificio o fábula literaria para introducirnos en el mundo budista de los sabios de Sivana. Bien, el viaje al Himalaya es bastante infantil, el personaje aparece de pronto en Cachemira y se encuentra al yogui Krishnan, que se ve que hablada inglés y no tenía nada que hacer, y le acompaña  al Himalaya, sin sherpas que le guíen, ni lleva un equipaje adecuado para el frío del Himalaya, ni nos dice la época del año que fue. El mal de altura es casi inmediato cuando no se ha hecho un periodo de aclimatación en una estación intermedia por la falta de oxígeno. Cuando llega a la hipotética y ficticia  ciudad de Sivana,  Julián, que no sabe nepalí, entiende los consejos de los sabios.  Creo que un monje budista lo único que sabe es rezar.
     Yo os digo, que no hace falta vender todas tus pertenencias y marchar al Nepal para aprender lo que cualquier abuelete de la Axarquía malagueña te puede responder a tus preguntas. Allí, en una tierra dura, forjada en la agricultura heroica de la vid y el olivo, y la pesca con la jábega, se han hecho sabios estoicos. Y te dirá: «La vida está mal pero para sobrevivir te tienes que adaptar a los que hay».
     Es muy importante vivir en el presente, las aventuras están bien cuando eres joven, y es conveniente viajar e incluso trabajar en el extranjero para aprender idiomas y ver cómo se desarrolla la vida laboral en otras partes, o cómo viven ellos en relación a nosotros, pues no siempre las cosas son como las pintan, sino que hay que vivirlas, porque nadie aprende en cabeza ajena. Pero es que lo peor de todo es el inmovilismo, el quedarte en casa paralizado como si todo se fuera a solucionar solo, por su propio peso caerán las oportunidades, y esto no es así, hay que moverse y probar, siempre hay tiempo para retornar al origen. Y debes tener en cuenta amigo lector/a que todo lo que hagas te será mirado con lupa, todo te será criticado, pero hay que pasar, porque si uno no deja de hacer las cosas que te gustan por temor a la crítica de los demás, nunca jamás haríamos nada. Si Don Quijote hubiera hecho caso a su sobrina nunca hubiera salido de aventuras. Y la aventura en todos los ámbitos de la vida y del hombre: arte, literatura, viajes, pintura, nuevas amistades… etc., siempre tiene sus compensaciones, porque a esto se le llama vivir la vida que nos han regalado y para dejar huella de nuestro paso por el mundo.
    Nada se aprende tan fuertemente como la geometría puntiaguda de las lanzas de las propias batallas de la experiencia. Los libros y la clases son necesarias para obtener un título, y si puede ser universitario mejor que mejor, porque la mano de obra la puede hacer cualquiera. Lo importante es la especialización, ser especialista en algo, aunque sea en fabricar botijos.
    Las fabulas espirituales como la del Monje que vendió su Ferrari, no está mal leerlas, saber no ocupa lugar, pero no te va a solucionar la vida. La fábula de Robin Sharman se basa en las experiencias de la escritora y teosofa rusa Helena Blavatsky, que en 1885 estuvo en el Tibet, conoció a Ralput, mahatma o maestro, es autora de Isis sin velo, de 1877, sobre ciencias ocultas y esoterismo. Está bien leer libros teóricos pero luego hay que salir fuera a poner en prácticas nuestros conocimientos adquiridos: No hay práctica sin teoría ni teoría sin prácticas.
    Porque la realidad de la vida está llena de trampas, te lo dice un hombre que pasa de los setenta años, un jubilado que goza de su jubileo. El mundo que nos rodea está lleno de falsedades y medias verdades, todo es pura apariencias, la gente quiere con el que tiene no con la mendiga que pide en el sótano de un parking. Aunque uno es desconfiado por los años del vivir en ciudades industriales, también es cierto que de vez en cuando te encuentras a gente buena, a personas puras e inocente de corazón limpio y transparente. Son las menos abundantes, pero te aseguro que existen como hadas. Otras son  las que te ponen palos como traviesas para que caigas. Hay que nadar y a la vez guardar la ropa, y tener una mano en la cartera y otra en la navaja.
     Una de tus grandes zonas de éxito que podemos poseer, es la de estar muy preparados, tener idiomas, estar al día en los asuntos de empleo, ser responsable y tener ganas, muchas ganas, que se desborden las ganas. A mí me gusta mucho estar junto a optimistas, a los pesimistas le rehúyo. Cuando tú dices, hoy me siento muy bien, le estás mandando a tu cerebro mensajes subliminales positivos a tus zonas de éxito. Si te equivocas busca siempre otro camino, otra alternativa, el mayor poder eres tú mismo, tú confianza en ti mismo, porque tienes en la cabeza un superordenador biológico que pesa 1.5 kilos de células, neuronas y otras estructura. Estas células transmiten las señales a través de hasta 1.000 billones (1015) de conexiones sinápticas. Los seres humanos somos únicos.
      No estoy de acuerdo en vender en Ferrari para hacer un viaje espiritual, porque los desiertos espirituales y los paraísos tienen su asiento en nosotros mismos.

Firmado: Ramón Palmeral es autor de Tus zonas de éxito, para El Monárquico
15-09-2019