Santa Faz se abre paso entre los grandes acontecimientos alicantinos
Semanas después de cada Semana Santa –este
año, el jueves 12 de abril–, llega el misticismo de la Santa Faz que
retumba en nuestro interior como una voz que llama al recogimiento y a
la peregrinación más devota e ineludible para los alicantinos.
Especializado en ensayos de
investigación literaria. Ha publicado varios ensayos sobre Miguel
Hernández. Dirigió la revista Perito y actualmente, el blog Nuevo
Impulso. También ha sido colaborador de varios medios como Alicante
Press, Diario Información y Levante-EMV. Ahora publica en MUNDIARIO.
Explanada del Monasterio de la Santa Faz en San Juan. / RR SS.
Unas doscientas mil personas suelen hacer
cada año el recorrido acotado de 8 kilómetros que separan la ciudad de
Alicante (Patinadora del Sol) del monasterio ubicado en la localidad de
San Juan. En este día me veo forzado a vestir el tradicional blusón
negro, a caminar con mis pasos de vía crucis religioso desde el
Ayuntamiento hasta el Monasterio de la Santa Faz acompañando la comitiva
oficial con mi caña florecida con romero, mientras pienso en ese rostro
divino en el paño de la Verónica, y por un momento eludo los
pensamientos mundanos y materiales, pido paz, por los enfermos y las
víctimas de cualquier guerra, legal o ilegal, y pido paz en el mundo.
Camino con la familia y amigos entre la multitud, empujado por la fe
que es solitaria en mi interior. Pero si fuéramos verdaderos devotos,
cualquier domingo nos debería valer para hacer una visita a la reliquia y
pedir perdón por nuestros muchos errores morales y éticos.
Es una romería donde acuden todas las autoridades municipales (este
año no tenemos alcalde) e incluso el Presidente de la Generalitat
Valenciana de turno y otros concelleres, harán el camino. Sabemos que
nuestra Constitución es laica, pero las autoridades acuden, porque
siempre ha sido así, y se debe mantener una tradición secular. Al final
del recorrido habrá una misa oficiada por el Obispo de la Diócesis o el
Vicario general.
Tras ocho kilómetros de alfombra asfaltada y cerrada al tráfico
marcada con Viacrucis de la Pasión del Señor, nos acercamos al
Monasterio dirección a San Juan que fue construido en 1766 de estilo
renacentista y fachada barroca, se lo dejaron a cargo de las religiosas
Clarisas de clausura. Sobre la pila bautismal una placa de mármol da
testimonio de que por allí rindieron visitas casi todos los reyes de
España.
En el solemne y eclesiástico interior trepan exvotos en ofrendas de
mandas o favores recibidos. Detrás del ábside, una rica capilla, en la
que se guarda con tres llaves la sagrada reliquia (un lienzo en el que
la Verónica enjugó el rostro Cristo camino del Calvario). Cuenta la
historia que la reliquia fue traída desde Roma en el siglo XV. No
podemos olvidar los estudios sobre la Santa Faz del doctor en Historia y
cronista e historiador alicantino Enrique Cutillas Bernal (1940-2013).
Tres llaves guardan la custodia en la basílica de Santa Faz. Cuando
abierta la puerta, el obispo nos enseña a los feligreses la tan solemne y
alabada reliquia, y el romero florece en nuestros báculos de caña,
hemos conseguido el jubileo. Nuestros muchos pecados anuales han sido
perdonados, nos sentimos lleno de una extraña energía espiritual que nos
servirá para celebrar un ágape entre amigos y familiares. Por un día
los coches han cedido su fuerza avasalladora y han sido domesticados por
el poder extraño de un día de romería reconfortante y religiosa para el
cuerpo y el espíritu que nos hace olvidar el belicismo en que vivimos y
el bombardeo de un estado permanente de propaganda política en la
televisión.
Pero si fuéramos verdaderos devotos, cualquier domingo nos debería
valer para hacer una visita a la reliquia y pedir perdón por nuestros
muchos errores morales y éticos, y sentirnos verdaderamente aliviados de
nuestro dolor de hierros y bridas entre los que vivimos aherrojados o
apresados por hierros.
Nuestros muchos pecados anuales han sido perdonados, nos sentimos
lleno de una extraña energía espiritual que nos servirá para celebrar un
ágape entre amigos y familiares.
El origen de la reliquia se remonta al siglo XV, cuando el cura de
San Juan de Alicante Mosén Pedro Mena, durante un viaje a Roma, fue
obsequiado con un venerado lienzo de la faz de Cristo que había salvado a
Venecia de la peste durante el pontificado de Sixto IV. En 2015, el
capellán del Monasterio, José Luis Casanova, señaló que la reliquia
"habla del amor y de la misericordia" y que quien se acerca "tiene que
aprender a encontrarse con el rostro vivo de quienes sufren". "La Santa
Faz vuelve a recobrar este sentido de unidad, cualquier edad, condición y
cultura y ha traspasado los límites de Alicante y llega a los corazones
de mucha gente", ha indicado.
Esta romería también llamada la Peregrina junto a las Hogueras de San
Joan conformas el eje central de las fiestas alicantinas, sin olvidar
las fiestas de Moros y Cristianos.
Habrá botellón burbujeante de la gente joven en las playas de San
Juan, aunque oficialmente esté prohibido. Pero cómo impides las
autoridades que un día de romería en el campo se pase sin bebidas
alcohólicas. Habrá mercadillo y puesto de venta de artesanía, se
venderán reliquias: así es uno de los días grandes alicantinos.
–––––– Ramón Palmeral es autor del libro "Robinsón por Alicante".