jueves, 12 de abril de 2018

Novela corta romance. Al Este del Cabo de Gata, Por Ramón Fernández Palmeral. Amazon






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Romería de la Santa Faz, jueves 12 de abril dd 2018

Santa Faz se abre paso entre los grandes acontecimientos alicantinos

Semanas después de cada Semana Santa –este año, el jueves 12 de abril–, llega el misticismo de la Santa Faz que retumba en nuestro interior como una voz que llama al recogimiento y a la peregrinación más devota e ineludible para los alicantinos.
Explanada del Monasterio de la Santa Faz en San Juan. / RR SS.
Explanada del Monasterio de la Santa Faz en San Juan. / RR SS.
Unas doscientas mil personas suelen hacer cada año el recorrido acotado de 8 kilómetros que separan la ciudad de Alicante (Patinadora del Sol) del monasterio ubicado en la localidad de San Juan. En este día me veo forzado a vestir el tradicional blusón negro, a caminar con mis pasos de vía crucis religioso desde el Ayuntamiento hasta el Monasterio de la Santa Faz acompañando la comitiva oficial con mi caña florecida con romero, mientras pienso en ese rostro divino en el paño de la Verónica, y por un momento eludo los pensamientos mundanos y materiales, pido paz, por los enfermos y las víctimas de cualquier guerra, legal o ilegal, y pido paz en el mundo.
Camino con la familia y amigos entre la multitud, empujado por la fe que es solitaria en mi interior. Pero si fuéramos verdaderos devotos, cualquier domingo nos debería valer para hacer una visita a la reliquia y pedir perdón por nuestros muchos errores morales y éticos.
Es una romería donde acuden todas las autoridades municipales (este año no tenemos alcalde) e incluso el Presidente de la Generalitat Valenciana de turno y otros concelleres, harán el camino. Sabemos que nuestra Constitución es laica, pero las autoridades acuden, porque siempre ha sido así, y se debe mantener una tradición secular. Al final del recorrido habrá una misa oficiada por el Obispo de la Diócesis o el Vicario general.
Tras ocho kilómetros de alfombra asfaltada y cerrada al tráfico marcada con Viacrucis de la Pasión del Señor, nos acercamos al Monasterio dirección a San Juan que fue construido en 1766 de estilo renacentista y fachada barroca, se lo dejaron a cargo de las religiosas Clarisas de clausura. Sobre la pila bautismal una placa de mármol da testimonio de que por allí rindieron visitas casi todos los reyes de España.
En el solemne y eclesiástico interior trepan exvotos en ofrendas de mandas o favores recibidos. Detrás del ábside, una rica capilla, en la que se guarda con tres llaves la sagrada reliquia (un lienzo en el que la Verónica enjugó el rostro Cristo camino del Calvario). Cuenta la historia que la reliquia fue traída desde Roma en el siglo XV. No podemos olvidar los estudios sobre la Santa Faz del doctor en Historia  y cronista e historiador alicantino Enrique Cutillas Bernal (1940-2013).
Tres llaves guardan la custodia en la basílica de Santa Faz. Cuando abierta la puerta, el obispo nos enseña a los feligreses la tan solemne y alabada reliquia, y el romero florece en nuestros báculos de caña, hemos conseguido el jubileo. Nuestros muchos pecados anuales han sido perdonados, nos sentimos lleno de una extraña energía espiritual que nos servirá para celebrar un ágape entre amigos y familiares.  Por un día los coches han cedido su fuerza avasalladora y han sido domesticados por el poder extraño de un día de romería reconfortante y religiosa para el cuerpo y el espíritu que nos hace olvidar el belicismo en que vivimos y el bombardeo de un estado permanente de propaganda política en la televisión.
Pero si fuéramos verdaderos devotos, cualquier domingo nos debería valer para hacer una visita a la reliquia y pedir perdón por nuestros muchos errores morales y éticos, y sentirnos verdaderamente aliviados de nuestro dolor de hierros y bridas entre los que vivimos aherrojados o apresados por hierros.
Nuestros muchos pecados anuales han sido perdonados, nos sentimos lleno de una extraña energía espiritual que nos servirá para celebrar un ágape entre amigos y familiares.
El origen de la reliquia se remonta al siglo XV, cuando el cura de San Juan de Alicante Mosén Pedro Mena, durante un viaje a Roma, fue obsequiado con un venerado lienzo de la faz de Cristo que había salvado a Venecia de la peste durante el pontificado de Sixto IV. En 2015, el capellán del Monasterio, José Luis Casanova, señaló que la reliquia "habla del amor y de la misericordia" y que quien se acerca "tiene que aprender a encontrarse con el rostro vivo de quienes sufren". "La Santa Faz vuelve a recobrar este sentido de unidad, cualquier edad, condición y cultura y ha traspasado los límites de Alicante y llega a los corazones de mucha gente", ha indicado.
Esta romería también llamada la Peregrina junto a las Hogueras de San Joan conformas el eje central de las fiestas alicantinas, sin olvidar las fiestas de Moros y Cristianos.
Habrá botellón burbujeante de la gente joven en las playas de San Juan, aunque oficialmente esté prohibido. Pero cómo impides las autoridades que un día de romería en el campo se pase sin bebidas alcohólicas. Habrá mercadillo y puesto de venta de artesanía, se venderán reliquias: así es uno de los días grandes alicantinos.
––––––
Ramón Palmeral es autor del libro "Robinsón por Alicante".

lunes, 9 de abril de 2018

XXV (25) aniversario de la revista "Al Alba" de Málaga. Nº 42 Revista Poético-Literario.






Ver el interiro de la revista:

 https://drive.google.com/open?id=0B3yYSsAL0SnuNnFnVG9SUTNPamRndWRHUFFsM1hVOUpGQjFr


Portas y contraportadas:
https://drive.google.com/open?id=15j0OaeQfFP3t2PyXHfLAusUj3KjbTXwb

 En este número colabora el hernandiano Ramón Fernández Palmeral, con un trabajo sobre María Zambrano y Miguel Hernández (primera parte).




viernes, 2 de marzo de 2018

Cómo aliviar las preocupaciones

Cómo aliviar las preocupaciones

"No es el león tan fiero como nos los pintan”. Este refrán castellano nos advierte que los problemas, los exámenes o esas entrevistas de trabajo que nos esperan, podrían ser menos grave de lo que pensamos.

Las preocupaciones. / RR SS.
Las preocupaciones. / RR SS.
“No es el león tan fiero como nos los pintan”. Este refrán castellano nos  advierte que los problemas, los exámenes o esas entrevistas de trabajo que nos esperan, podrían ser menos grave de lo que pensamos.
Las preocupaciones son inherentes a todos los seres vivos, que provocan inquietud y estrés, e incluso metamorfosis; pero os voy a hablar de las preocupaciones de los seres humanos por ser los de mi especie. He leído muchos libros sobre este tema, el primero de ellos fue el famoso: Como suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida del escritor y conferenciante Dale Carnegie (1888-1955), y verdad es que este libro en concreto me cambió la forma de afrontar o enfrentarme a mis preocupaciones diarias. Todos los manuales de autoayuda coinciden en que has de ver los problemas desde otra perspectiva, que es la del pensamiento positivo más dosis de saberes populares, pues nada es terrible como nos ha enseñado el psicólogo Rafael Santandreu. Uno ha de enfrentarse a las preocupaciones preguntándonos: “¿Qué es lo peor que me pudiera pasar si sucediera tal o cual cosa, y si sucediera en el peor escenario posible, qué haría yo o cual será mi actitud?” Porque por lo general, las situaciones no se resuelven como pensábamos tan temerosamente.
Todos los seres vivos, a largo de la creación, han solucionado sus problemas adaptándose a las circunstancias, y por ello han evolucionado según las teoría de Charles Darwin. Esto sería un ejemplo general de selección natural, pero es que los problemas, sobre todo los graves nos transforman.
Hace muchos años, yo tenía un terrible miedo a que me despidieran de un empleo juvenil de aprendiz administrativo, por no dejar mal a mi padre, que fue quien me recomendó en la empresa. Pasado cuatro años me despidieron, y fue terrible experiencia y no sabía qué camino tomar, con noches sin dormir, estrés y molestias en el pecho, así que pasado tras dos semanas me atreví a decirle a mi padre: “Papá me han despedido”. Tenía yo más miedo a la respuesta de mi padre que al jefe que me despidió. Y mi padre, con gran experiencia de la vida me dijo: “No te preocupes por el despido porque eres joven, trabajador y tienes toda una vida por delante y otras posibilidades”. Efectivamente, conseguí otro empleo, donde llegué a jubilarme. La normal debe  ser cambiar de empleos. La cuestión es que mi padre logró que viera el asunto del despido desde otro punto de vista. Porque  cuando nos agobian los problemas hemos acudir al consejo de otras personas más experimentadas o a otros profesionales del ramo que tengan experiencia.
Los problemas no nos dejan ver más allá del problema mismo, muchas veces porque hemos cometido errores, o no hemos sido capaces de dar una respuesta a tiempo, que es lo que suele pasar, no está uno habituado a responder, no somos respondones. Pero una de las cuestiones que he aprendido es que  cuanto más pronto se ataque un problema antes desparecerá. Cuando se solucionas ya no son problemas. El ser humano no puede vivir sin problemas, porque ellos componen nuestra vida. ”Son la sal de la vida”, me dijo una vez un hombre experimentado, empresario, que estaba todos los días resolviendo problemas, preguntas y situaciones económicas. A lo que yo llamo problemas él le llamaba chanzas de la vida. Lo que sin darse cuenta había hecho era cambiarle el nombre a los problemas por chanzas: eufemismo recurrente.
Hay personas despreocupadas, contras sin sentimientos, o lo que yo llamaría neutros, que pasan de todo olímpicamente. Pero tampoco se puede ser así, porque podríamos perjudicar, no ya a nosotros mismo, sino a otras personas. También podría tratarse de algo que va a suceder próximamente, como una operación quirúrgica de las llamadas graves, bien para nosotros o seres queridos. La posición sería la de afrontarla con optimismo, pensando que va a salir bien para estar mejor, y no estar peor. No podemos caer en el tornillo sin sinfín de la preocupación sin solución sin ansiedad ni estrés. También podemos situarnos en el punto de vista de que la vida es así, y por mucho que te preocupes o dejes de preocuparte la vida seguirá su curso normal, y hemos de aceptar y adaptarnos a la nueva situación. Porque es este el camino, el de la adaptación y dejar que la naturaleza siga su cursos de selección darwiniana. Nosotros tuvimos nuestra época de juventud y de gloria, hemos de dar pasos a otros jóvenes.
Otras posturas optimistas respecto a los problemas o chanzas son las del budismo, como que si va a suceder algo para qué preocuparnos o si no va a suceder para qué  preocuparnos, también. Además son aceptables y parta tener en cuenta las observaciones metodistas de Carles Wesley: «El pesimista sólo ve problemas. El optimista sólo ve soluciones». Por ello, solo cabe para la solución de los problemas, el punto de vista optimista como la del zapatero de Elche que la ver a los haitianos casi todos ellos descalzos, se dijo: “Aquí me voy a forrar”.
Otras de mis técnicas es la de usar una frase o refrán muy castizo: “No es el león tan fiero como nos lo pintan”. Porque podría ser que el león pudiera estar enfermo, con cataratas o desvalido.  @mundiario.
Publicado en Mundiario.