martes, 27 de junio de 2017

Conferencia: "La filatelia en Miguel Hernández". 26 de junio en El Corte Inglés.

Organizado por la Sociedad filatélica de Alicante. José Miguel Esteban de la Ossada.

Video de Frigiliana, 23 de junio 2017. La ruta de los pueblos

Libro de los 50 años de la Feria de Frigiliana por San Antonio de Padua.

Libro editado por el Ayuntamiento de Frigiliana 2017

El Ayuntamiento de Frigiliana ha tenido el acierto de publicar un libro para conmemorar los 50 años de la Feria de San Antonio de Padua. Fotos de Guerrero. Fotos Herrero. Fotos Frigiliana, y Herederos de José Padial.
Tiene prólogos de Alejandro Herrero Platero, alcalde de Frigiliana; Sofía González Herrero, concejala de fiestas; y textos de Pablo Rojo Platero, abogado e historiador de Frigiliana.

Antes de 1967, la feria se llamaba "La Función" se celebraba en honor de San Senatián, pero era el mes enero, y como hacía frío, se acordó en sesión plenaria del 5 de noviembre de 1966, por el entonces alcalde Antonio Sánchéz Sánchez, de 26 años, que se trasladara la feria a los días 11,12,y 13 de junio, influyendo como un clarividente guiño al pasado histórico de la batalla del Peñón de El Fuerte, de 11 junio de 1569, día de San Bernabé.

En principio la procesión llegaba a la Loma de las Vacas, donde San Antonio iba en un camión. Posteriormente la imagen sel santo va en un carro de los llamados "sin pecado" tirado por bueyes hasta el río Higuerón. Pero como la primitiva imagen se cayó en una procesión y se rompió, el Obisco dijo que no se procesionara más el original, y hoy lo que se procesiona es una replica.

Es un libro maravilloso. Un recuerdo inolviable.

Cincuenta (50) aniversario de la Feria de San Antonio de Padua, 1967-2017. Pablo Rojo Platero

Libro editado por el Ayuntamiento de Frigiliana

El Ayuntamiento de Frigiliana ha tenido el acierto de publicar un libro para conmemorar los 50 años de la Feria de San Antonio de Padua. Fotos de Guerrero. Fotos Herrero. Fotos Frigiliana, y Herederos de José Padial.
Tiene prólogos de Alejando Herrero Platero, alcalde de Frigiliana; Sofía González Herrero, concejala de fiestas; y textos de Pablo Rojo Platero, abogado e histoirador de Figiliana.

Antes de 1967, la feria se llamaba "La Función" se celebraba en honor de San Senatián, pero era en enero, y como hacía frío, se acordó en sesión plenaria del 5 de noviembre de 1966, por el entonces alcalde Antonio Sánchéz Sánchez, de 26 años, que se trasladara la feria a los días 11,12,y 13 de junio, influyendo como un claroividente guiño al pasado historico de la batalla del Peñón de El Fuerte, de junio de 1569.

Es un libro maravilloso. Un recuerdo inolviable.

martes, 20 de junio de 2017

Libro de los privilegios de Nerja y Torrox

El Archivo Histórico Provincial de Málaga restaurará el Libro de los privilegios de Nerja y Torrox de 1705


MÁLAGA|
El Archivo Histórico Provincial de Málaga restaurará el Libro de los privilegios de Nerja y Torrox de 1705
El Archivo Histórico Provincial de Málaga restaurará el Libro de los privilegios de Nerja y Torrox de 1705 MÁLAGA | EUROPA PRESS
El Archivo Histórico Provincial de Málaga se encargará de la restauración del Libro de Privilegios de los municipios malagueños de Nerja y Torrox. Dicho volumen documental, datado en 1705, contiene la real provisión mediante la cual Felipe V confirma los privilegios y franquezas que fueron otorgados por diversos reyes a ambas villas.
El conjunto documental ha sido entregado este viernes a la institución archivística, que gestiona la Junta de Andalucía, por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Nerja, Ana Isabel Iranzo, en un acto en el que ha sido recepcionado por la directora del Archivo, Esther Cruces.

Cruces ha destacado la iniciativa municipal que promueve esta restauración "cuidando de preservar, en las mejores condiciones posibles, aquella documentación que forma parte del patrimonio, la idiosincrasia y la historia de su localidad y guarda el testimonio de hechos que fueron trascendentales para la vida del municipio", ha añadido.

El libro es un documento formado por varios folios que se encuadernaron para su mejor conservación en forma de volumen. El documento se auto intitula 'Confirmación a las villas de Torrox y Nerja que son en tierra de la ciudad de Vélez Málaga de un privilegio que tienen de diferentes excepciones y franquezas en el contenidas: concertado'.

Este tipo de documentos expedidos por la Corona estaban encaminados a atraer población para estas villas que había sido incorporadas a la Corona de Castilla a finales del siglo XV, villas fronterizas que aún corrían peligro y que necesitaban atraer pobladores mediante incentivos fiscales, según han informado desde la Junta.

El paso del tiempo, la manipulación excesiva y la inadecuada instalación han provocado que el documento de los privilegios de ambas villas tenga actualmente un estado de conservación delicado, como consecuencia de diversas patologías derivadas de factores de alteración físicos, químicos, biológicos y mecánicos.
Ahora el taller del Archivo Histórico Provincial va a proceder a la restauración de este documento, así como de la copia de la Real Ejecutoria de la Puebla de Nerja para la entrega de los huertos, casas y tierras de ella de 1747 y la Toma de posesión de casas, huertos y dehesas de 1750.

martes, 13 de junio de 2017

Ramón Fernández Palmeral, más de 40 libros en Amazón y en LULU




La venta electrónica es cada vez más importante para nosotros. Pero los autores, al ser tantos, somos cada vez más invisibles. Los autores de Amazon hemos de pagar publicidad situar nuestros líbros en las ventenas preferentes del mercado, en las primeras pantallas. Siempre hay que pagar, es como la publicidad en PEensa, no es gratis.
Las librerias no pueden asumir todos los libros impresos que se editan en las importantes editoriales, cuando en España a penas se complan libros. Los agentes litearios no quieren originales de libros no solicitado. Para que edidor que publique has de ser primer famoso, esto es el mundo al reves, empezar por el tejando. han de ganar un premio liteario importante, ¿Cómo se hace esto? La venta de los libros electrónicos no es que deben ser mas visibles, sino que se necesitan liberías electróncias especializadas.
Un periódico contrata y paga a ciertas firmas, que tienen bula para escribir lo que le da la gana, como le pasa a ciertas firmas contrador por Pensa Ibérica, o Prisa, ABC, etc.

Ramón Palmeral y su libro es AMAZON son estos:

AMAZON.
https://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85%C5%BD%C3%95%C3%91&url=search-alias%3Daps&field-keywords=ramon+fernandez+palmeral


LULU

Foto de algunos libros de Ramón Fernández Palmeral:

Jean-Marie Roughol de mendigo a escritor.

Un indigente logra un techo gracias al éxito de su libro

Jean-Marie Roughol ha vendido más de 40.000 ejemplares de su obra, en la que desgrana sus más de 20 años pidiendo limosna


El indigente Jean-Marie Roughol pide limosna en París, el pasado abril.
La salvación de Jean-Marie Roughol fue una frase de desprecio viajando hacia los oídos adecuados. Este indigente parisino pedía limosna en los Campos Elíseos cuando vio cerrar el candado de su bicicleta a Jean-Louis Debré, exministro del Interior y uno de los políticos más reputados de Francia. Roughol lo reconoce y le propone vigilársela mientras el dirigente entra a un complejo de tiendas. La breve conversación atrae la atención de una pareja. "¿Has visto? ¡Debré está hablando con un vagabundo!", le suelta él a ella en tono burlón. Lo oyen, y en un impulso de rabia, Debré le espeta la frase que lo cambiaría todo. "Escucha Jean-Marie, yo creo que tú tienes mucho más que contar que esa gente. Escríbeme tu historia. Escríbeme tu vida. Escríbeme un libro. Yo lo corregiré y encontraré un editor".
De ese encuentro fortuito con el antiguo ministro allá en 2013 salió a la luz dos años después una obra: Pido limosna: una vida en la calle, que ha vendido más de 40.000 ejemplares. Su éxito le llevó a entrar en la lista de los más vendidos en Amazon Francia y a ser traducido al chino, el coreano o el checo. Fue el inicio de un cambio de vida. Roughol tiene un techo desde que cobró los derechos de autor el año pasado. Un giro radical para un hombre que a sus 49 años ha habitado en esa despiadada trituradora de personas llamada calle la mayor parte del tiempo en las dos últimas décadas y ha salido con vida.
En su vivienda parisina, un pequeño estudio por el que paga 530 euros al mes de alquiler, la cafetera ruge. Roughol presume de fumar menos y enciende un cigarrillo cada veinte minutos. El debate político resuena en la televisión ante la inminencia de las elecciones. El izquierdista Jean-Luc Mélenchon es su preferido. "Un hombre que piensa en los desfavorecidos", le alaba. En la pared, sobre un mapa de París, aparecen señalados más de una decena de emplazamientos. Son los lugares donde ha ejercido la mendicidad.
El relato de Roughol, tanto en las páginas de su libro como de viva voz, es la historia de un buscavidas. Días y noches al raso. Las avenidas y bulevares de París, tan agradecidos con el viajero de paso, convertidos en armas mortíferas para sus inquilinos. De sus inhóspitas calles se refugia en andenes de metro habitados por ratas del tamaño de gatos y toxicómanos con la mirada perdida que algunas noches gritan entre delirios. También en los huecos de la escalera de cualquier edificio, de donde lo echan de malos modos; en casas okupadas sobre las que pende la amenaza de la llegada de la policía; en hostales plagados de cucarachas; bajo los cartones en cualquier esquina, o en albergues nauseabundos en los que apenas pega ojo víctima de robos y de la sinfonía de gases y ronquidos ajenos. A veces sube al último metro, se esconde bajo los asientos cuando todos los pasajeros salen, y al llegar el vehículo al garaje donde pasa la noche, sale de su guarida y se tumba a dormir en el vagón vacío, protegido de la inclemente meteorología.
Su primera noche en la calle, desorientado, sucio, recién retornado de hacer el servicio militar, sin haber cumplido aún los 20 años, sin familia ni trabajo, la pasa entre los arbustos del parque parisino de Buttes-Chaumont, oculto a los ojos de los guardias. Al día siguiente descubre las duchas públicas y trucos para procurarse comida. "Resbuscaba en las papeleras. Las cercanas a panaderías y tiendas de alimentación eran las mejor surtidas. Encontraba pan, dulces todavía envueltos o frutas".
Como recuerda entre calada y calada, cada jornada era para él un nuevo aprendizaje en el arte de sobrevivir. No son raros sus encontronazos violentos por el territorio. Sobre todo con bandas del Este. Toma consciencia de los peligros y empieza a llevar encima una navaja o un bastón para protegerse. "Si quieres echarme tendrás que matarme", dice a los que tratan de expulsarle de la zona donde pide limosna. Allí le acompañan amigos con los que forma un grupo digno de Los Miserables de Victor Hugo. Patrick, el hombre callado que solo da los buenos días. Gilles, el inventor de historias inverosímiles. Los veranos son la peor época. Deshidratado bajo la tiranía del sol y con los contribuyentes habituales de vacaciones, descubre que los turistas son un mal negocio para el sintecho. Nada que ver con el maná de la Navidad.
Antes de publicar el libro, en los días más productivos recauda unos 60 euros. En su camino se topa con lo peor de la condición humana. "No queremos vagabundos en Francia", le gritan entre insultos. A la vez constata la existencia de pequeños milagros: el desconocido que le da 300 euros. El bar que le permite comer gratis. Las anónimas manos que dejan una moneda en su vaso.
Cuando Debré le propuso escribir el libro, su primera reacción fue de vértigo. "No sé escribir, tengo faltas de ortografía", le advirtió. Pero dijo sí. Durante un año y medio alternó la escritura con el vaso extendido al viandante a modo de súplica. En ese tiempo vuelve sobre recuerdos lejanos y recientes. El vagabundo escribiendo en un parque o un café. El vagabundo haciendo memoria del abandono de su madre a los cinco años, de las brutales palizas de su padre, un camionero alcohólico, y del maltrato de los padres adoptivos con los que convivió temporalmente. El vagabundo, entonces niño, inventándose el regalo de cochecitos en Navidad para no ser el único del aula en admitir que Papa Noel no fue a su casa. El vagabundo recordando el día en que dos hombres intentaron robarle la mochila cuando pedía limosna y logró echarlos a golpes.
Llena cuadernos y se reúne con Debré en cafés de París, donde lo invita a comer mientras discuten sobre el texto. Alguna vez se ven en su elegante despacho del Consejo Constitucional y Roughol se mueve impresionado entre sus majestuosas estancias doradas. El político lo entrevista durante horas para llenar las lagunas de su historia. En ella hay momentos en los que parece salir del agujero con trabajos temporales, reparando averías como electricista o preparando crepes junto a los clubes de striptease de Pigalle. Con sus empleadas comparte lecho alguna noche. También hay momentos oscuros: fue detenido y multado por robar en una casa, aunque no entró en prisión.
La vida de Roughol es ahora cómoda. Duerme caliente, come caliente, se ducha caliente. Y de ser parte invisible del mobiliario urbano ha pasado a recorrer los estudios de radios y televisiones. La fama no ha zanjado la inquietud sobre su futuro económico más allá del libro. Dice que por eso cada mañana se lanza a la calle y sigue pidiendo dinero a los viandantes. Más aseado y mejor afeitado que tiempo atrás.
En el camino hacia el lugar habitual donde pide, un indigente se le acerca intuyendo en él a un personaje importante al ver que está siendo grabado por un cámara para este reportaje. Huele el dinero. Le implora unas monedas para un café y Roughol, que se sabe observado, se las da y le cuenta que él también es un hombre de la calle tendiéndole su libro como prueba. El joven le observa con incrédula admiración y se despide de él con un apretón de manos.
En la cálida forma de saludar y relacionarse con los que están habituados a verle pedir en la calle se atisban en Roughol motivaciones que desbordan la cuestión financiera. Reconoce que le empuja una cierta nostalgia. Como el preso que quiere regresar a prisión porque añora a sus compañeros de celda o simplemente porque el ser humano es un animal de costumbres. Porque como ha conocido en la persona de algunos de sus compañeros de periplo (muertos de frío, accidentes o enfermedades) la calle mata, pero es el centro de un inagotable universo de estímulos que ahora no encuentra en el silencio de su pequeño apartamento.
Entre sus paredes, dedica las tardes a escribir la adaptación de la obra al teatro buscando prolongar el éxito que le sacó de las esquinas. Ha descubierto que las palabras, mezcladas de una determinada manera, también pueden salvar vidas. "Si no hubiera escrito el libro, seguramente yo también habría muerto en la calle".

lunes, 12 de junio de 2017

la función de los agentes literarios. Contactar con uno es tan imposible como contactar con un editor.

Tan importante se vuelve la función del agente literario en el contexto actual, que en los grandes mercados no hay escritores que no tengan agente. Los editores por lo general prefieren recibir un manuscrito de un agente que del autor, y así se lo hacen saber a quienes les escriben directamente.
 El agente les garantiza al edito que, si les ofrece una determinada obra, es porque ya sabe que es adecuada para su catálogo y su política editorial. En síntesis, el agente funciona como el primer comité de selección de la editorial, y a veces como el único. Cuando Doubleday, una de las más importantes editoriales de los Estados Unidos, decidió hace un par de años no aceptar más propuestas recibidas directamente de los escritores, estaba recibiendo más de 10.000 manuscritos anuales. Como consecuencia, hoy en la librería virtual Amazon, aparecen más de una docena de libros al estilo de "guía práctica para conseguir un agente literario y llegar a ser publicado". Desde el punto de vista del autor, es difícil pensar en llegar al editor adecuado en forma directa. Por ejemplo, en nuestro idioma y simplificando mucho, hay unas 500 editoriales activas entre España y América Latina ¿Cómo saber a cuáles enviar un manuscrito?

 Contar con un agente literario, por supuesto, facilita mucho las cosas, ya que ellos conocen muy bien cómo conseguir un trato (no en vano es su trabajo). Sin embargo, conseguir uno puede ser tan difícil como conseguir que una editorial nos publique por nuestra cuenta. Es decir, nos facilitará el camino, pero no todos nos aceptarán. Al trabajar por comisión, no van a perder el tiempo con propuestas que no merezcan la pena. Hay que pasar por su filtro, al igual que hay que pasar por el de las editoriales. (Nereda)