domingo, 14 de abril de 2024

"El duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil" , por Ramón Fernández Palmeral

 

 


El duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil

 

“Un noble al frente de la Guardia Civil”


 

Ramón Fernández Palmeral/en los 180 años de la fundación de la Guardia Civil

 

 

Introducción

Siguiendo mi artículo sobre los “180 años de la fundación de la Guardia Civil” en la revista Meer, publicado el 20 de marzo actual, considero oportuno ofrecer una breve reseña biográfica del II duque de Ahumada y V marqués de las Amarillas, un noble encargado de organizar el nacimiento de la Guardia Civil en abril de 1844, con objeto de complementar este ciclo conmemorativo de sus 180 años.

Como nuestro país, después de salir de una guerra civil carlista de siete años, carecía de total seguridad en las vías de comunicación asaltadas por bandidos, e incertidumbre en la vida rural y los campos, se impuso la necesidad preponderante de crear un Cuerpo armado de seguridad pública, no dependiente del ejercito sino de la autoridad gubernativa. Se eligió el nombre de guardias, ante el descrédito de nombres anteriores como celadores, gendarmes, milicias, miñones, mozos etc. Se eligió uno completamente nuevo como  de Guardia Civil se ha asigna a la reina Isabel II que no comprendía muy bien: “¿cómo una guardias armadas podían estar al servicio y bajo la obediencia de los poderes civiles?, pues de ser así ella, las llamaréis Guardias Civiles”.

jueves, 21 de marzo de 2024

"180 años de la fundación de la Guardia Civil", en la revista Meer/Internaciona, por Ramón Fernández Palmeral

 

 

180 años de la fundación de la Guardia Civil

«Todo por la Patria»

20 marzo 2024,

Al general Francisco Aguado Sánchez, en el recuerdo de su amistad, y a mi padre guardia civil de segunda clase.

Muchos son los historiadores y escritores que han investigado y escrito sobre la fundación de la Guardia Civil; el más destacado de todos ellos fue el general Aguado Sánchez, al que conocí personalmente en Aguadulce (Almería) en los años ochenta.

Exposición

Se sabe que un 20% de la población española tiene vínculos, directos o indirectos con el Cuerpo de la Guardia Civil desde su fundación, hace ahora 180 años, por dos Reales Decretos de 1844. Es decir, que el próximo 28 de marzo hemos de recordar este aniversario de la fundación de la Guardia Civil a mediados del siglo XIX durante el reinado y minoría de edad de la reina Isabel II de trece años; pero con la regencia de su madre María Cristina de Bordón-Dos Sicilias. La reina cumpliría los catorce años el 10 de octubre de este mismo año. El día de su cumpleaños un escuadrón de caballería e infantería de la Guardia Civil, recién fundada, realizó el primer servicio de escolta desde el Palacio Real al Congreso de los Diputados.

Una de las disquisiciones recurrentes alrededor de la Benemérita1 es la relativa a su fecha exacta de su fundación que unos investigadores atribuyen al Real Decreto de 28 de marzo de 1844 y otros al de 13 de mayo del mismo año...

Seguir leyendo en la revista Meer/Internacional:

 https://www.meer.com/es/79507-180-anos-de-la-fundacion-de-la-guardia-civil?fbclid=IwAR3UDk3SeoyLP2-e7TEIF6HLm_xotiK1LIxvIujrjQ8lvTib8rPotfDLIOI

 

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                                                               Isabel II reina de España

 

                  El autor del artículo con su cuadro "Guardia Civil a caballo de la época fundacional)
                                                                  Duque de Ahumada
                                                 General Narváez presidente del gobierno

                                          Primera fotografía que existe de un Guardia Civil


Reseña histórica de Frigiliana (Málaga), por Ramón Fernandez Palmeral

 

     Frigiliana es un municipio de la provincia de Málaga, en la comunidad autónoma de Andalucía,  se haya situado en el pliegue Sur de la Sierra de Almijara, al Oriente de la Axarquía, a una altitud media de 300 metros sobre el nivel del mar, ubicada en las coordenadas: 36º47´31” Norte y 3º54¨47” Oeste. Limita al Oeste con  Cómpeta y Torrox y al Sur y al Este con Nerja y Granada.

    El término tiene  una extensión de 41 km² (ó 4.100 hectáreas) con una población creciente de 3.273 habitantes en 2011, de ellos 1.375 son extranjeros, su mayoría comunitarios.

    Formamos parte del Parque Natural de Sierra Tejeda, Almijara y Alhama que se creó por el Decreto 191/ 1999, de 21 de septiembre y comprende doce municipios de la Axarquía malacitana.

 

Frigiliana la Vieja. Peñón del Fuerte. Otros pueblos

 

    Los antiguos asentamientos humanos prehistóricos de esta zona evolucionaron hacia las poblaciones indígenas, turdetanos y los ibérico-púnico que se relacionan  a través del comercio con  las colonias fenicias y griegas de la  costa malacitana, como ya se ha comentado.   

     Sin embargo, si bien las primeras poblaciones ocuparon las cuevas de Frigiliana o Nerja, en un periodo de inestabilidad social y colonial, estos pueblos amenazados buscaron lugares más seguros como  la fortaleza natural de altura  del Peñón de Frigiliana (El Fuerte). Posteriormente pudo ser un asentamiento argárico por la riqueza mineral existente en la sierra de Almijara con minas de galenas de plomo, de hierro y cobre, esencial para la aleación del bronce. En el Peñón o Fuerte se han encontrado utensilios de bronce. Dicen, yo no lo he visto, que hay un menhir de la época argárica en la ladera donde estuvo el castillo y que se ve desde el Chorruelo. Existen restos argáricos recogidos  en el Museo de Frigiliana.

     Como las tribus íberas eran muy vulnerables, tenían que ocupar  fortalezas de altura que le asegurara su supervivencia en caso de ataques entre tribus enemigas o piratas de la antigüedad. Por ello, este rico valle de la actual Axarquía Orienta entre Nerja, Torrox, y a su espalda el angosto valle del  Acebuchal (rico en agua, fauna y flora de la Sierra de Almijara) se protegían en la única fortaleza natural existente, ante la falta de una autoridad que no llegará hasta siglos después con el califato Omeya de Abderramán III.

     La colosal estructura rocosa de El Fuerte, con meseta y loma en la parte superior lo hacía ideal para un asentamiento, además disponía de agua de la lluvia y de una mina de aguas perforada en la parte norte, especie de sumidero, y abancalamientos de terrazas para el cultivo de sorgo o cebada, aunque su principal base proteínica era el ganado, y la rica fauna salvaje de caza en la zona desde tiempos prehistóricos del Cro-Magnón  (Cuevas de Nerja y Murciélagos de Frigiliana).

     En el Peñón se asentó, presumimos, Frigiliana la Vieja, cuyo nombre indígena o latino desconocemos.  Del siglo XI, datan las alquerías mozárabes de Calixto y  de Patamalara (confluencia arroyo Acebuchal y del río Torrox).  O quizás alquerías taifas y almohades del siglo XI y XII, ésta última documentada por Pablo Rojo Platero, en página 24 de Frigiliana árabe y morisca. La cabalgada de Frigiliana, Málaga, 2012

     Después de consolidarse el poder de los Omeya, la zona  es nombrada como Huira de Rayya, que se divide en dos zonas: Frigiliana la Vieja, a cuyo cobijo nace la alquería de la Frigiliana la Nueva y posiblemente una especie de alcázar o castillo que conocemos como el de Lízar, de pequeño tamaño para uso militar, pues la población árabe sería de unos 150 habitantes máximo, con unas 30 ó 40 casas al pie del alcázar, y que la función era la de residencia del  alguacil con algunos hombres de guerra, y la  de cobijar a la población en caso de ataques enemigos.

     Por ello, no podemos considerar al Peñón de Frigiliana como exclusivo refugio de la sublevación de los moriscos 1569, posterior a esta fecha creemos que el Peñón pasaría a denominarse El Fuerte, por los cristianos viejos repobladores, por ser sinónimo de fortaleza natural y derivar en “Peñón fuerte”, y por ende El Fuerte.

      Los estudios de los historiadores Pablo Rojo Platero, Antonio Malpica Cuello, Virgilio Martínez Enamorado o Juan Vázquez Rengifio, confirman con sus estudios, la habitabilidad de El Fuerte, anterior a los árabes. Lo que ha sucedido, evidentemente, es que tras siglos de ocupación humana los restos arqueológicos primitivos desaparecieran o se transformaron por los moradores, como sucede en todos los asentamientos.

     El Fuerte era un cumbre dominante y defendible (de una a dos hectáreas),  por donde posiblemente pasaron  romanos y visigodos, y, por supuesto los árabes (hallazgos de cerámica vidriada y  monedas). Desde El Fuerte se divisa el castillo de Bentomiz a 711 metros de altitud en Arenas (a uno 25 kilómetros de distancia en línea recta). Bentomiz es un nombre de origen godo que quiere decir «sierra desde donde se ve el mar». Un enclave privilegiado, la falta de agua se suplía con aljibes, que en tiempos de sequía se llevaba haciendo una cadena humana, y cada uno de los hombres se pasaban los cántaros unos a otros. No puedo pasar línea sin recodar las palabras del gran poeta de Sayalonga Manuel Fernández Mota cuando sobre el castillo escribió:

 «Tengo mis pies clavados sobre piedras heridas, sobre la oscuridad de la historia perdida entre las brumas. Algún temblor, algún latido o eco parece subir por entre los guijarros y los pastizales...».

 

    

     A pesar de estos hallazgos aislados deberían hacerse prospecciones en este placer arqueológico (cumbre y alrededores). Protegerlos y cerrarlos a los furtivos de los buscadores de metales y monedas o simplemente excursionistas que se llevan a su casa lo que encuentran, con lo que están cometiendo un delito al Patrimonio Nacional. Enclave arqueológico que debería ser declarado Bien de Interés Cultural, para protegerlo de los expolios.

     De chaval (tenía unos doce o trece años, 1960), subimos mi primo Antonio Vacas  y yo a la cumbre del Fuerte desde los Cuatro Caminos, monte a través salvando peñas, pinos, abulagas y tochas de esparto. Por aquellos años de mi adolescencia no sentía el esfuerzo sobre mis piernas, ni  supe percibir la antigüedad de esta fortaleza, lo que sí recuerdo es que en la cara norte había una mina o resumidero de agua, cuya antigüedad no sabía situar. Tal vez sentimos el deseo de escavar buscando el tesoro de los moros, olvidando el posible cementerio árabe o «almacáber».   

     El único tesoro que encontramos entre la maleza fue una especie de mina de unos cinco metros de longitud donde saciamos  nuestra sed porque no llevábamos ni cantimploras.

    También queda en estas lomas la sangre humana que forma parte de las raíces de los romeros y de los enebros, y de algún tejo centenario que persiste en ofrecer sus ramas como arcos de ballestas. Y si mi primo y yo hubiéramos tenido oídos prestos, seguramente hubiéramos oído el lamento de los heridos, el olor del humo de los hogares en los hornillos entre las piedras de la historia hoy olvidada, una historia que debemos recuperar.  

    Gran número de las estelas sepulcrales musulmanas ensalzando la gloria de Allah, y en solicitud de su infinita misericordia para el creyente enterrado bajo ellas, pasaron a servir de sillares en templos cristianos y casas solariegas. Más o menos, es lo mismo que siglos atrás  los árabes hicieron  con las columnas romanas, aprovecharlas para sus mezquitas.

     Lo que necesita el Cerro de El Fuerte y su entorno geografía son excavaciones y empleo de georadares y demás técnica de prospección arqueológicas.

 

 

 

       Hoy, simplemente con un reconocimiento del mapa  terrestre de Google encontré estos restos de una antigua fortaleza visible desde el satélite. Lo cual evidencia la necesidad de un estudio serio:

 










 


                                             RESEÑA HISTÓRICA DE FRIGILIANA. 

                                                 Libro DISPONIBLE EN AMAZÓN

 


 


    Los árabes en Frigiliana

 

    En los últimos años del siglo IX, la población mozárabe, encabezada por Omar ben Hafsun, se sublevó contra el emirato de Córdoba (aunque tenía su castillo en Bobastro, Ardales, su influencia en la Axarquía era notable). Abd al-Rahman III puso sitio al castillo y derrotó a los rebeldes. La villa quedó despoblada de mozárabes y fue ocupada por musulmanes. Durante la época de los Reinos de Taifas. La Axarquía quedó dividida en dos distritos o tahas: la de Bentomiz y la Frigiliana. En el siglo XI, la Taha de Frigiliana era muy importante de ella  dependían Torrox y algunas alquerías cono las de Prayana o Periana (en Torrox) y Lautín, (estos dos últimos desaparecidos). En época nazarí a partir de 1273, la villa alcanza un importante desarrollo económico, gracias a la industria de la seda, aceite, la caña de azúcar y los frutos secos: pasas, almendras e higos.

     ¿Por qué los árabes se asentaron en el Peñón? La hipótesis  más probable es que allí ya había un asentamiento anterior indígenas ibérico-púnico o visigodo. Por ello, reutilizaron un enclave o fortificación natural de Frigiliana la Vieja situada en el Peñón de El Fuerte, lugar estratégico por su dominio visible del mar Mediterráneo.  Luego, en los siglos de dominación Omeya, con años de paz, bajaron a menor cota, y se asientan en el cerro de Lízar donde construyen una pequeña alcázar de uso militar, a cuyo alrededor se construyen unas veinte casas donde habitarán agricultores y productores de seda. Hay constancia de una acequia que venía del Higuerón o Al Conca, de seis kilómetros, que se conserva hoy día, que abastece el pozo Batán, que antiguamente era una fábrica de papel de estraza.

     La Taha de Bentomiz comprendía los de Arenas y Daimalos.

     En el XIV los árabes de Bentomiz y Frigiliana confeccionaban seda que llevaban a la alcaicería del puerto de Almuñécar, desde donde lo comerciaban los genoveses porque la seda «málica» (es decir de Málaga) era apreciada hasta en Damasco. Canillas de Acaytuno con “y” como la prefiere llamar el profesor José Luis Jiménez Muñoz, era un importante centro de producción de tisúes y sedas de colores. Una onza de seda podía valer el sueldo de un mes. Los árabes, antes de penetrar en Europa, conocieron y aprendieron a trabajar la seda en China. La palabra «Aceituní» significa rica tela traída de Oriente, usada durante la Edad Media.

 

      Hubo un castillo o alcázar coronando la alquería construido en el siglo XI, posiblemente sobre algún castro romano que queda por demostrar,  hoy invisible en las tinieblas de la historia, desmontado piedra a piedra como represalias por los Reyes Católicos, que mandaron demoler el castillo de Lízar, para que nunca jamás pudiera ser lugar de refugio de moriscos y monfíes rebeldes. Tierras que fueron de dominio árabe durante ocho siglo, y que tras la conquista o mejor dicho la invasión de los Reyes Católicos en 1485, dos años antes de rendir Vélez-Málaga. Era una población de unos 150 musulmanes.  La primera repoblación por cristianos viejos se inicia a partir de 1501, después de la primera rebelión de los moriscos. El último alcaide nazarí fue Hamet al Darra al Agar.

      Los árabes que poblaron estas tierras de la Axarquía eran gente pacífica que se dedicaba a la agricultura y a la ganadería caprina. Cultivaban los olivos, la morera para los gusanos de seda, trigo, cebada y sorgo (una especie de cáñamo), la caña de azúcar, la almendra,  los higos y la viña, de donde transformaban pasas y seguían cosechan el famoso vino Lauro de la Baetica de los romanos. Pues los musulmanes de esta zona del Al-Ándalus no respetaban los preceptos coránicos de no consumir vino. Años más tarde, el 12 de Enero de 1502, los Reyes Católicos confirmaron en Sevilla por Real Cédula la creación de la Hermandad de Viñeros, cuyos privilegios gremiales fueron confirmados una vez más por Doña Juana de Castilla en 1513. Debido a los ingresos económicos  y la felicidad que causaba a la población. Es decir que aquel famoso vino dulce moscatel era «pecado», aún  se cultiva en estas viñas. Aunque las actuales son injertos; después de la famosa enfermedad de la filoxera de 1887.

     Para evitar confusiones hemos de destacar que la actual aldea del Acebuchal (Cómpeta) no es de origen morisco, sino de  principios del siglo XIX, agricultores venidos de Cómpeta y de Frigiliana, posiblemente, durante la ocupación francesa del territorio durante la Guerra de la Independencia. En la carretera del Pedregal se encuentra actualmente el topónimo de la Cruz de Napoleón, por un vecino de Frigiliana que arcabucearon. 

     


sábado, 2 de marzo de 2024

General Tomás Cipriano de Mosquera, colombiano

 General

De: Mario Pachajoa Burbano

Amigos:


El Gran General Tomás Cipriano de Mosquera(Popayán, 26 de septiembre de 1798-Coconuco, 7 de octubre de 18786​), apodado El Gran General; fue el personaje más importante de su época de independencia  la hoy Colombia. Presidente de su país cuatro veces: entre 1845 y 1849, y 1861 y 1864 (2), y de 1866 a 1867. La riqueza de su familia se derivaba del esclavismo y la minería. Así mismo Mosquera tenía parientes en el gobierno español. El joven Tomás fue educado en uno de los mejores colegios de Popayán, junto a otros dos jóvenes que luego fueron influyentes en su vida y en la historia del paísː José Hilario López Valdés, y un pariente lejano suyo, José María Obando del Campo.14​ Sin embargo, por el clima independenista de la época, Mosquera abandonó sus estudios, y jamás los retomó, pese a que se convirtió en autodidacta. Principió su carrera política desde niño: a los 16 años tomó las armas. No tenía título universitario, pero fue un destacado autodidacta; bien instruido en latín, inglés, francés e italiano. Fue matemático, geógrafo, historiador; escribió varios libros de reconocido valor intelectual.

El carácter de este personaje ha sido bien estudiado. Su verdadero ideal era el ruido, la gloria, con grandes dosis de orgullo patriótico. Su inteligencia era casi febril, sus dotes fundamentales eran la audacia, la perseverancia y la energía. Hombre de terribles movimientos de cólera. Nunca lució como orador. Nadie fue más cansado, personal e impertinente que él en la tribuna, en donde jamás habló sino de sí mismo. Tenía el don de fastidiar siempre a sus colegas y despoblar las barras. Su elocuencia era narcótica, así como su pensamiento homicida. Cuando se trataba de discutir algo, aducía siempre, como argumento decisivo de autoridad impecable, los actos que él había ejecutado, los propósitos que él había tenido, los pensamientos que él en alguna circunstancia había emitido. A sus ojos, la razón no estaba en la verdad sino en él.[Arteagas].

Matrimonios e hijos

El general Mosquera se casó dos veces. La primera vez el 3 de mayo de 1822 en Popayán con su prima hermana Mariana Benvenuta Arboleda Arroyo, unión que distó de ser feliz, por sus diferencias ideológicas y religiosas.

Viudo, contrajo segundas nupcias el 15 de julio de 1872 en el oratorio privado de su hacienda ‘La Pamba’ en Popayán con su prima segunda María Ignacia Arboleda Arboleda, sobrina de su primera esposa y hermana del político Simón Benjamín Arboleda Arboleda, quien fuera su ministro de Gobierno en 1863, y el cual le salvó la vida en diversas oportunidades, siendo la ocasión más conocida en 1864. Según historiadores de la época, Mosquera era consciente de su avanzada edad cuando le declaró su amor a la joven Arboleda y así le propuso: «¿Quieres ser la viuda del General Mosquera?».

Se mencionan como amantes suyas la peruana Susana Llamas, y las italianas Gentilina Baudini y Amalia Tadele Di Errighi, de quienes no tuvo hijos. Con Candelaria Cervantes, de Cartagena, tuvo un solo hijo (antes de casarse con Mariana Arboleda), quien murió en la revolución de 1861 peleando por su padre, y con Paula Luque dejó tres niñas, la última de las cuales murió también de niña durante la citada revolución.

Tuvo en total 8 hijos que fueron:

Fruto de su primer matrimonio:

Aníbal Mosquera Arboleda (1823 – 1879), diplomático y político que estuvo casado con la dama samaria Isabel Epalza Herrera. Uno de sus descendientes más destacados es el científico y académico Federico Carlos Lehmann Valencia (Popayán 1914 – Popayán 1974), nieto del naturalista prusiano Frederich Lehmann Goldchmidt y de la dama payanesa Isabel Mosquera Epalza.

Amalia Concepción Gertrudis Mosquera Arboleda (1825 – 1904), al igual que su madre fue Primera Dama de Colombia, por ser la esposa del General Pedro Alcántara Herrán Zaldúa, Presidente de la República de Colombia para el período 1841 – 1845.

De su segunda unión con María Ignacia Arboleda Arboleda fue su único hijo:

José Bolívar Carlo Dorico Mosquera Arboleda (1878 – 1937), que nació 4 meses antes de la muerte de su padre. José Bolívar se casó con su prima Josefina Caicedo Arroyo. Sus descendientes fueron: Manuelita, Ignacita; Adelaida; Mario Tomás, César, y Carlos Bolívar Mosquera Caicedo.

Además de sus tres hijos matrimoniales, el Gran General dejó cinco hijos extra matrimoniales reconocidos, tres de ellos con Paula Luque (Subachoque 1826 – Popayán).

(Juana Paula Luque Salgado, hija legítima de Basilio Luque Luque y Mónica Salgado Díaz, familia del coronel Francisco Luque, quien peleó junto a Tomás C. Mosquera en la Guerra de Independencia. Prima hermana de Tomás Francisco Luque -abuelo de quien sería Monseñor Crisanto Luque Sánchez, el primer cardenal colombiano-. Paula, quien a los 20 años concibió a Clelia, hija extramatrimonial del Presidente Tomás Cipriano de Mosquera, tuvo dos hijas más con él y acompañó al General Mosquera ya septuagenario, en su destierro en Lima.

Según el historiador y sacerdote Cipriano Rodríguez Santa María -Medellín 1939, descendiente del matrimonio entre Tomás C. Mosquera y Mariana Arboleda, por la línea de su hija Amalia, y autor del libro ‘Los Mosquera o Popayán’, edición familiar, 1978-, venía de «muy prestante y cristiana familia, arraigada desde antiguo en tierras de Tenjo». En el libro ‘La vida íntima de Tomás Cipriano de Mosquera (1798-1878)’ Lofstrom, William (1996), Bogotá, El Áncora Editores, deduce de su excelente caligrafía, redacción y ortografía, que era una mujer instruida, como pocas en su época. El general Mosquera educó a su hija Clelia Mosquera Luque en Nueva York, ciudad en la cual vivió con su hija mayor, Amalia Mosquera Arboleda, y su yerno Pedro Alcántara Herrán; a Teodulia, otra de sus hijas con Paula, la educó en Londres). 
 

viernes, 1 de marzo de 2024

Cueva de la Estegamitas, en la Araña (Málaga) de origen submarino de piedra caliza. La fábrica de cemento se ha comida ya varias cuevas

 

La Junta de Andalucía protegerá la Cueva de las Estegamitas de La Araña

La Consejería de Sostenibilidad garantiza la "protección geológica" de la cueva de La Araña por sus excepcionales valores geológicos, vueltos a confirmar por un informe de la Universidad de Granada, tras las conclusiones de la Universidad de Málaga y el CSIC

Cueva de las Estegamitas, en La Araña.

Cueva de las Estegamitas, en La Araña. / Francisco Gutiérrez Ruiz

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

La Cueva de las Estegamitas en terrenos de la fábrica de Cemento de La Araña no terminará convertida en sacos de cemento. Fuentes de la Consejería de Sostenibilidad han manifestado este jueves a La Opinión que la Junta de Andalucía "garantizará la protección geológica de la cueva".

La decisión se toma después de númerosos análisis de esta cavidad única en el mundo, desde que en 2022 la estudiara durante tres meses un primer equipo de la Universidad de Málaga, el Instituto Geológico y Minero de España-CSIC y del Grupo de Exploraciones Subterráneas de la SEM, así como un equipo de la Universidad de Granada, cuyo informe, encargado por la Consejería de Sostenibilidad y entregado en diciembre a la Junta, ha sido dado a conocer ahora.

Detalle de una de las estegamitas.

Detalle de una de las estegamitas. / Francisco Gutiérrez Ruiz

En este informe se concluye que la cavidad debe preservarse "en su totalidad" al tener un valor natural "muy elevado" por su alta "geodiversidad" y por la presencia de estegamitas, "elementos de gran excepcionalidad, descritos en muy pocos lugares del mundo". Se trataría del "mejor ejemplo en Andalucía" de este tipo de espeleotemas, llamados 'estegamitas' porque recuerdan la cresta punteada de un estegosaurio.

Además, la Universidad de Granada estima que también tendría un "potencial turístico alto", que además aporta una información "complementaria" a la de otras cuevas visitables de la provincia.

La recomendación de los expertos de Granada también pasa por incluir la cueva en el Inventario Andaluz de Georrecursos de la Junta de Andalucía y salvaguardarla «con un figura legal de protección que restrinja los usos y actividades autorizables en el pequeño entorno de la cueva -unos 25.000 m2 de extensión-, tanto en superficie como subterráneamente».

Vista panorámica de la Sala del Arco en la Cueva de las Estegamitas.  | FRANCISCO GUTIÉRREZ RUIZ

Vista panorámica de la Sala del Arco en la Cueva de las Estegamitas. / FRANCISCO GUTIÉRREZ RUIZ

Fuentes de la Consejería de Sostenibilidad han precisado que resta por conocer el resultado de un segundo informe, encargado por la Junta a la Escuela de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, que ha analizado la cueva desde del punto de vista de la explotación minera, por si fuera "compatible" o no algún tipo de explotación.

Los técnicos de la Junta, indican, harán la valoración una vez tengan los dos informes pero la protección geológica estará garantizada, remarcan.

"Elemento excepcional de ámbito mundial"

Descubierta en la cantera de la fábrica de cemento de La Araña en el verano de 2021, el geólogo malagueño Juan José Durán, profesor investigador del Instituto Geológico Minero Español adscrito al CSIC y corresponsable del primer equipo de investigación de 2022, ya destacaba hace más de un año en una conferencia que Málaga era una de las pocas ciudades del mundo «con un elemento excepcional de ámbito mundial», al ser la única hasta la fecha en todo nuestro planeta con cientos de estegamitas «en todas las fases de evolución, una cosa que no se había visto nunca». 

El espeleólogo José Enrique Sánchez, junto a la arqueóloga Carmen Íñiguez y el geólogo Juan José Durán, ayer en Ámbito Cultural.

El espeleólogo José Enrique Sánchez, junto a la arqueóloga Carmen Íñiguez y el geólogo Juan José Durán. / A.V.

De hecho, en el mundo se habían descubierto hasta ahora este tipo de espeleotemas en cuevas de Puerto Rico, Australia y Eslovaquia, pero en cantidades muy reducidas, sin la riqueza que se encuentra en la de La Araña.  

Con respecto a una posible visita turística si se dieran las circunstancias, ponía el ejemplo de Lisboa, que potenciaba su patrimonio geológico pese a que «ni de lejos tiene el valor de la Cueva de las Estegamitas». 

El experto reflexionaba acerca de si un lugar como este debía preservarse o terminar convertido en sacos de cemento, algo que finalmente no tendrá lugar. 

La excepcionalidad de la nueva cueva de La Araña la hizo merecedora de aparecer en el número de junio de 2023 de la revista National Geographic y que haya protagonizado una reciente exposición en la Sociedad Económica.

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En la zona de la Araña cerca del Cantal del Rincón de la Victorias se encuentran dos cuevas importantes con pintura rupestres: Del Tesoro o Higuerón y cuevas de la Victoria. Yo Ramón Fernández he estado en la dos cuevas en los años sesenta perteneciente al Grupo GEMA.