Hoy, 18 de julio, se cumplen 89 años del inicio del Alzamiento Nacional en 1936, un golpe de estado militar que marcó el comienzo de la Guerra Civil Española. Este evento, también conocido como el Alzamiento, fue un intento de derrocar al gobierno republicano por parte de un sector del ejército español, apoyado por fuerzas políticas conservadoras y grupos de derecha. El Alzamiento Nacional, liderado por militares como Emilio Mola, Francisco Franco y Gonzalo Queipo de Llano, fracasó en su objetivo de tomar el control total del país de manera inmediata, lo que desencadenó una larga y sangrienta guerra civil que duró hasta 1939. El golpe comenzó en Melilla, en el norte de África, el 17 de julio, y se extendió a la península ibérica el 18 de julio, con la participación de diversas guarniciones militares. El fracaso parcial del golpe llevó a la división de España en dos bandos: el republicano, leal al gobierno legítimo, y el nacional, liderado por los militares sublevados. La Guerra Civil resultante dejó profundas cicatrices en la sociedad española, con un saldo de cientos de miles de muertos y exiliados, y marcó el inicio de la dictadura franquista que duraría hasta la muerte de Franco en 1975.
Efemérides del 18 de julio de 1936, en su octogésimo noveno aniversario. Por Antonio de la Torre

«Aquí muchos olvidaron la historia de los años 1931-36, que acabó como acabó tal día como hoy de hace 89 años, y muchos más la desconocen íntegramente»
Aunque realmente el alzamiento de 1936 ante las barbaries de la Segunda República se inició el 17 de julio en Melilla, siempre se habla del 18 –y se celebraba este día hace décadas– como el del inicio de la Guerra Civil que, durante casi tres años, enfrentó a las dos Españas que inmortalizara Antonio Machado en su poema “Españolito que vienes al mundo”, incluido en sus Proverbios y Cantares.
Sin concretar una u otra fecha, el para mí desconocido poeta A. Ureña, situaba así el inicio del alzamiento, como recoge César Vidal en su libro “La guerra que ganó Franco” –que por mucho que duela a los perdedores fue así, la ganó Franco, al que quieren derrotar, el socialcomunismo y nacionalismo actual, 86 años después de terminada la contienda y casi 50 después de muerto–: “Fue un día del mes de julio… / ¡Cómo se movía España! / Iban los hombres cantando / Cara al Sol, de madrugada, / por los campos y ciudades españolas / cuando el león despertaba. / Vieron que no estaba muerta, / sino dormida, la Raza. / Atravesaron los llanos, / escalaron las montañas, / y pronto brilló en las cumbres / más escarpadas y altas / el pabellón de Castilla, / la bandera roja y gualda… / y se encuentran en las cumbres / de un nuevo Imperio que avanza / por los llanos de Castilla / y los montes de Navarra…”.
Por su parte, José Ramón Ferrandis, en la página 49 de su libro “Franco sin adjetivos” (que recomiendo leer) dice así: “El 17 de julio se produjo la sublevación en Ceuta, Melilla y Tetuán, que fue adelantada un día por precaución ante posibles filtraciones. El 18, a las seis y diez de la mañana, Franco envió un telegrama desde Santa Cruz de Tenerife, como comandante General de Canarias, al General jefe de la circunscripción oriental de África (Melilla) declarando el inicio del Alzamiento”. A su vez, el prolífico y ya citado César Vidal, en la misma obra anterior (también de recomendable lectura) recoge así el inicio en el capítulo cuarto: “La mañana del 17 de julio, Yagüe telegrafió al teniente coronel Coco la hora prevista para el alzamiento en Marruecos. Sin embargo, comenzó en Melilla de manera inesperada –y precipitada– para sus planificadores”, pese a que continúa con “La mañana del 17 de julio, el general Romerales, jefe de la Circunscripción Oriental, había señalado que no existía ningún peligro de sublevación militar”, gran visión la de este general, por cierto, detenido en la Comandancia General y posteriormente fusilado. Continúa este segundo autor diciendo que, ”El día 18, hacia las tres de la tarde, la aviación republicana bombardeó el aeródromo de Sania Ramel (Tetuán) y el edificio de la Alta Comisaría” y ambos autores recogen las 07:30 del día 19 de julio como hora del aterrizaje de Franco en dicho aeropuerto.
Muy detalladamente relata un tal F. Díez, para mí también desconocido, en el segundo de los libros citados, las regiones y provincias que se unieron al bando nacional en el inicio de la contienda: ”…La batalla ya ha empezado, / el cañón truena febril, / y la victoria de España / con rojos no quiere ir. / Aragón, noble y valiente / y Castilla la del Cid, / Navarra, Cáceres, Córdoba, / Granada la del Genil / Oviedo, Cádiz, Palencia, / Zamora, Valladolid, / y León y Salamanca / y Sevilla la gentil, / con toda Galicia entera / raza fuerte y varonil, / las Canarias y Marruecos / y Mallorca señoril, / estas solas son por Franco, / el general adalid, / y guerrean cual leones / por el triunfo conseguir”.
Y como se trata sólo de recordar una importante efeméride de nuestra historia y no de contar la Guerra Civil ni de extenderme en sus causas, de sobra conocidas, no me alargo más, pero no quiero terminar sin dejar constancia de mi preocupación porque, después de que el hasta hace no muchos años peor presidente de nuestra democracia moderna, José Luis Rodríguez Zapatero, pasara por el gobierno y superado ya largamente por el actual presimiente Pedro Sánchez Pérez-Castejón, doctor Felónez cum Fraude, la historia se repita haciendo buena la frase del poeta y filósofo español Ruiz de Santayana: “Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”. Y parece que aquí muchos olvidaron la historia de los años 1931-36, que acabó como acabó tal día como hoy de hace 89 años, y muchos más la desconocen íntegramente. El primero de los dos últimos citados abrió la caja de los truenos, y el segundo, en buena parte debido a la inacción del que estuvo entre ellos, que no hizo mucho por atajar la herencia recibida, cogió el testigo donde el otro lo dejó y puede hacer que los truenos suenen si el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y nuestro Tribunal Supremo no lo remedian, pero eso no toca hoy, más allá de la cita.