LA PRIMAVERA CALIENTE DE 36 EN ALICANTE
La Guerra Civil Española empezó en octubre de 1934
Ramón
Fernández Palmeral / revista Meer, agosto 2024
Retirado en la paz de estos
desiertos,
Con pocos, pero doctos libros juntos,
Vivo en conversación con los difuntos
Y escucho con mis ojos a los muertos.
(Quevedo)
Antecedentes
Cuando los
españoles teníamos superada y olvidada la Guerra Civil (1936-1939), llega el
socialista José Luis Rodríguez Zapatero y no endiña, sí endiña del verbo
golpear, la Ley de Memoria Histórica
52/2007. Cuyo Preámbulo dice: “La presente Ley tiene por
objeto reconocer y ampliar derechos a favor de quienes padecieron persecución o
violencia, por razones políticas, ideológicas, o de creencia religiosa, durante
la Guerra Civil y la Dictadura, promover su reparación moral y la recuperación
de su memoria personal y familiar, y adoptar medidas complementarias destinadas
a suprimir elementos de división entre los ciudadanos, todo ello con el fin de
fomentar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles
en torno a los principios, valores y libertades constitucionales”.
Y cuando llega a la presidencia del gobierno
español un alumno aventajado de Zapatero en junio de 2018 tras una moción de
censura a Rayo, otro socialista Pedro Sánchez,
“no golpea bajo la Ley de Memoria
Democrática 20/2022. Preámbulo:
“Desde el fin de las guerras civiles y conflictos mundiales [mentira las guerras mundiales siguen en
Ucrania con la invasión rusa y en Gaza con el ataques a Israel y toma de ciento
de rehenes por Hamás] que asolaron Europa en el siglo XX, y especialmente desde
el Holocausto, el impulso de las políticas de memoria democrática se ha
convertido en un deber moral que es indispensable fortalecer para neutralizar
el olvido y evitar la repetición de los episodios más trágicos de la historia.
El firme compromiso con la pedagogía del «nunca más» se ha convertido en un
imperativo ético fundamental en las sociedades democráticas en todo el
mundo”. Su principal objetivo es
perseguir el franquismo de posguerra y sacar a Francisco Franco y a José
Antonio Primo de Rivera del olvida Valle de los Caídos en el municipio de Cuelgamuros.
Se olvida la
“violencia roja” de la primavera del 36 (ante del 18 de julio) (libro
de Sergio Campos y José Antonio Martín, en Espasa), por parte de CNT, FAI, milicianos
sueltos, anarquistas y comunistas, contra los perdedores de la CEDA (república
de derechas), con persecución, detenciones, torturas en las chekas republicanas
y asesinitos por pistoleros de falangistas, empresarias, gente de derechas,
sacerdotes y monjas, indiscriminadas
mientras las gobernadores civil frentepopulista miraban para otro lado,
siguiendo consignas del gobierno que había ganado las elección del 36, pero eso
no daba derecho a una caza de cedistas. Queda abierta la veda para investigar
sobre la Guerra Civil. En los gobiernos autonómicos gobernados por PP y Vox, se
cambian estas leyes partidistas y subjetivas por Ley de la Concordia (juzgar a
republicanos y sus víctimas).
Estamos de
acuerdo en que hayan salido las leyes de Memoria Histórica y Democrática para
que los investigadores objetivos estudiemos a los dos bandos enfrentados en una
guerra fratricida.
Inicio de la Guerra Civil española
La Segunda
República se impuso, a todas luces de una forma ilegal el 14 de abril de 1931
después de unas elecciones municipales, donde los republicanos ganaron en las
principales ciudades y los monárquicos en el resto de poblaciones.
Autoproclamación que no contentó a todos. Lo procedente debió haberse hecho un
plebiscito
o referéndum (consulta al pueblo sobre asuntos transcendentales para la nación en cuestiones de naturaleza
constitucional, legislativa o administrativa). Como se haría en Italia en 1946
después de la II Guerra Mundial que decidió ser una república.
Como
la Segunda República española nació coja, coja siguió a pesar de aprobarse una
Constitución y hacerse después dos elecciones generales, pero estás se hacían
sobre una base ilegal. Para poner un ejemplo gráfico: “Si un jugador de fútbol
mete un gol, después de un fuera de juego, el gol será anulado por el árbitro”.
Sí, ciertamente que la II República desde los balcones de los ayuntamientos,
pero desde un fuera de juego, por lo tanto el gol debió ser anulado.
Durante cinco años hubo descontentos, y
dos gobiernos o bienios, uno de izquierdas y otro de derechas bajo la
presidencia de Alcalá Zamora. La derecha conspiró desde el primer momento para
derrocar a la república laica y modernizadora de España. La quema de iglesias y
conventos alentó el fracasado golpe de Estado de la Sanjurjada del 32 que finalizó
con muertos y detenciones de varios generales entre ellos a general José Sanjurjo,
al que se le dejó escapar y marchó al
exilio de Estoril en Portugal, para seguir conspirando contra la república.
En realidad,
la Guerra Civil española no dio comiendo el 18 de julio de 1936, sino que se
inicia con la Revolución de Octubre de
34, en
Asturias movimientos obreros armados promovidos por el PSOE y la UGT y Ezquerra
en Cataluña, con Largo Caballero e Indalecio Prieto como principales responsables.
Indalecio Prieto se encargó del avituallamiento de armas con el buque Turquesa (de siempre los socialistas han
tenido muy mal perder). Revolución como una forma de protesta contra el
gobierno de Lerroux que había tomada posesión el 4 de octubre, por incluir tres ministros de la CEDA (Confederación
Española de Derechas Autonómicas),
partidos de derechas católica y conservadora, que era imprescindible
para gobernar tras las elecciones generales de noviembre de 1933 con una
colación radical-cedista. Acusaron a la CEDA de fascistas, cuando no lo era. De
mala manera la CEDA aguantó los envites de los socialistas, con precarias
presidencias de Lerroux, Chapatrieta y Portela hasta a las elecciones de
febrero de 36, que ganó con cierto fraude en la contabilización de lo actas el
Frente Popular (Coalición de izquierda) que no formó grupo parlamentario, sino que
se articuló en diversas minorías parlamentarias correspondientes a cada uno de
sus integrantes.
Cuando
en noviembre del 33 gana la derecha, los socialistas se soliviantan, porque
tienen muy mal perder, no lo soportó Largo Caballero (lo hemos visto estos años
con el socialista Pedro Sánchez), arman a los obreros de Asturias y en octubre
se conforma una revolución, la huelga insurreccional se entendió a toda España.
Para las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933 formó coalición con
varios partidos, como el monárquico Renovación Española, con el fin de
aprovechar las ventajas que la ley electoral otorgaba a la mayoría, obteniendo
115 actas de diputado convirtiéndose en la primera fuerza política en el
Parlamento, pero sin la fuerza necesaria para formar gobierno, por lo que en un
principio se limitó a condicionar la política del gobierno formado por Alejandro
Lerroux (PRR).
Hubo
más de 1.500 muertos (entre ellos 100
guardias civiles), hubo atentados con dinamita a las casas-cuarteles. Con la intervención de la Legión dirigida esta
vez por el general Franco a las órdenes de Lerroux, hubo una brutal represión,
con unos 30.000 detenidos. La policía detenía a los responsables de la rebelión
como Largo Caballero, Teodomiro Menéndez, y en Barcelona al ex presidente del
consejo de ministros Manuel Azaña,
internado el barco prisión «Ciudad de Cádiz» anclado en el puerto de la capital
Catalana. Es decir, que los propios republicanos le dieron la puntilla a la Segunda
República, por intrigas, envidias y venganzas, entre ellos mismos.
La trama de la rebelión militar en
Alicante
Los vínculos del nuevo gobierno frente-populista
de Manuel Azaña con Moscú eran evidentes como
ejemplo tuvimos al agitar húngaro
Béla Kun y otros comunistas de Stalin. Lo me moviliza a los patriotas militares
que se ven vendidos a una potencia extranjera. En cuando el Frente Popular
llega al poder se desbordas las demanda de las promesas electores, Largo
Caballero le exige a Azaña la prometida
amnistía de los presos de la revolución de octubre del 34.
En Alicante hubo 8 checas como al del
chalet Herrero, clínica Ollvaer, Convento de la sangre… entre ellas la de la
Santa Faz (Alicante en Guerra, pág.80), cuyos carceleros, huyeron, la
mayoría en el buque mercante británico Stanbrook a Orán (Argelia bajo control
francés).
Desmantelada la checa en julio del 1937.
Se encontraron 22 cadáveres en las criptas de la Iglesia, otros en el patio de claustro,
y en el patio final de dicho Convento. Entre los cadáveres estaba Alfredo Coloma Payá, teniente de ka Guardia Civik de Altea.
Fueron trasladados al Cementerio Municipal en donde fueron
identificados, recogiéndose meticulosamente restos de ropas, llamando incluso a
sus familiares para completar ese cometido. No fueron enterrados la mayoría en
la fosa común, sino en nichos.
La Segunda
República aprobó la Ley de la Defensa de la Republica en octubre del 31 y con ello impusieron
la tortura de las checas o “chekas” soviética para imponer el terror, miles de
inocentes pasaron por ellas y mucho fueron fusilados. Es cierto que una gran
mayoría no comulgada con la Republica de su proclamación ilegal en abril del
31. En Alicante se consiguió controlar la sublevación de los militares por la
visita del diputado Diego Martínez Barrios el 20 de julio del 36, que
inmediatamente sustituyó al gobernador miliar Aldave por un coronel Espá, afín
a la República y detuvo a los mandos más destacados p proclives a la
sublevación y enviados a las checas o barcos prisión del puerto.
“La ciudad de Alicante no era una
plaza militar de importancia pero, aunque tenía un destacado valor estratégico,
debido al puerto y a sus comunicaciones con Madrid [ferrocarril], la función defensiva que desempeñaba hay que
situarla en el conjunto de la Tercera División Orgánica, en la que Valencia,
sede de la división, contaba con una fuerte y complicada guarnición de tierra y
un grupo de aviación -Manises-, y Cartagena era la principal Base Naval del
Mediterráneo…” (Glicerio Sánchez Recio “La trama de la rebelión militar en
Alicante, IAC Juan Gil Albert, 1990 página
19)
Hechos que se confiaron cuando estalló la
guerra civil o Alzamiento Nacional. La UMRA., o Unión Militar Republicana
Antifascista, fue como su nombre indica, una asociación surgida en el seno del Ejército para defender a la República y
hacer frente al creciente empuje del fascismo, especialmente entre los miembros
de las fuerzas armadas. Y en contra posición, por ello, los militares se habían
agrupado en dos formaciones clandestinas de jefes y oficiales del Ejército: los
de UME, contra la República descontentos con la reforma militar de Manuel
Azaña y le UMEU, a
favor de la Republica.
El fusilamiento
de José Antonio Primo de Rivera en Alicante
El
fusilamiento de José Antonio el 20 de noviembre de 1936 en la Prisión
Provincial de Alicante, además de ser un error de la República, el franquismo lo
convierte en mito.
En
la cumbre de terror rojo en la primavera caliente del 36, sucedió que en marzo
un grupo de pistoleros falangistas intentó asesinar al diputado
socialista Luis Jiménez de Asúa el 12
de marzo, era el primer atentado de la Falange contra un
diputado, salvó la vida, no así su escolta. Un mes después Falange ordenó
asesinar al magistrado instructor de la causa Manuel Pedregal. Aquellos sucesos
provocaron que Manuel Azaña, en uno de sus característicos arrebatos de
poder, declarara a la Falange fuera de
la ley, y se iniciara la clausura masiva de sus centros en toda España, y la
detención de sus dirigentes como a su
fundador José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador Miguel Primo de
Rivera. José Antonio fue detenido el 14 de marzo en la Cárcel Modelo y condenado
a cinco años de prisión, y ante, el temor de una fuga fue trasladado el 5 de
junio a la Prisión Provincial de Alicante, junto a su hermano Miguel. A Alicante vinieron Margarita Larios, la
mujer de Miguel, y Carmen Primo de Rivera y se hospedan en el Hotel Victoria
que se convertirá en un cuartel general falangista. Porque el director de la
prisión no prohibió los cientos de visitas al preso José Antonio.
Fernando,
hermano de José Antonio, era militar de Caballería, aviador y médico de
profesión, se hace cargo de la dirección de la Falange, fue detenido el 13 de
julio en Madrid, el mismo día del asesinato de Calvo Sotelo, y llevado a la cárcel Modelo de Madrid donde la noche
del 22 al 23 de agosto de 1936, sucedió el asalto de la turbas frente-populistas
de dicha cárcel (ver la Matanza de la Cárcel Modelo), fue fusilado
sin juicio en los sótanos de la cárcel
junto a los políticos de derechas de la CEDA Melquíades Álvarez, Julio Ruiz de
Alda, Manuel Rico Avello, entre otros muchos presos. Fernando Primo de Rivera adscrito
políticamente al españolismo radical, en 1933 fundó con su hermano la Falange
Española. Desde marzo de 1936, y a instancias de su propio hermano José
Antonio, que había sido detenido, tomó el mando efectivo de la Falange, a la
que enlazó, en los meses previos al levantamiento del 18 de julio de 1936, con
los militares golpistas.
En
la madrugar del 19 de julio, un
grupo de 62 falangistas venido de la Vega Baja en tres camiones, y armados, dirigido
por José
María Maciá Rives «el Pollo» y Antonio de Pinié Roca de Tagore,
barón de la Linde, pesando que la sublevación había triunfado en Alicante,
fueron detenidos en Agua Amarga, por Guardia de Asalto y la Guardia Civil,
detenidos 52 de ellos, fueron juzgados por el Tribunal Popular y fusilados los 52 falangistas en el día 12 de septiembre
bajo el grito de “nos han engañado”.
A
mi entender, fue un error fusilar a José Antonio, puesto que, convirtió a
Alicante en diana de bombardeos por la aviación italiana desde Baleares, aliada
de los sublevados, en venganza.
El comandante de la Guardia Civil
Enrique Ballenilla
Los
partidarios de la sublevación, falangistas y antiguos dirigentes de la CEDA,
eran detenidos y llevados al Reformatorio de Adultos de Alicante para hacer
posteriores “sacas” de presos, o alguna de las 8 checas como la situada en el santuario de la Santa Faz en San Juan. La reliquia de la Santa Faz se salvó milagrosamente
por el
alcalde comunista Rafael Millá y el ex
alcalde Lorenzo Carbonell trayéndola a
escondidas a Alicante.
Cuando
el entonces teniente coronel jefe de la comandancia de Alicante José María
Estañ Herrero se hallaba de permiso de verano en Málaga, le sucedió en el mando
como segundo Jefe el comandante Enrique
Ballenilla Herrera,
de 50 años, a punto de jubilarse, se negó a entrar las armas de la Guarda Civil
en los Ayuntamiento según la orden el gobernador civil Valdés Casas: Fue
detenido el 24 de julio junto a otros oficiales como Ojeda de la Caja de
Reclutas, capitán Meca de Estado Mayor, por orden del gobernador militar
coronel Espá. Trasladado Ballenilla a Cartagena y después a Almería conde un
Tribunal Popular lo condena a la pena capital, y fue fusilaron en Almería el 30 de
agosto del 36. Tenía mujer y 5 hijos.
Cambio de nombre a la Guardia Civil en zona republicana
Con la detención y fusilamiento de su comandante,
la Guardia Civil de Alicante acató la normas de la Republica y se unieron a la
guardia de Asalto, carabineros y milicianos republicanos a lo que dieron armas,
excepto en algunos Puestos.
En un principio, el gobierno del Frente Popular, ganador de la
elecciones de febrero del 36 prescinde
prácticamente de las fuerzas de Orden Público, de las que desconfía, dándose
cuenta de la incompatibilidad entre dichas instituciones en general informadas
por unos principios tradicionales de honor y de disciplina y, por el contrario
confía en los pistoleros y turbas armadas que defienden al régimen. Son
numerosísimos los miembros de estos organismos de Orden Público que caen
asesinados y muy escasos los que, como rara excepción, aparecen identificados
con el Gobierno rojo y gozan de su confianza.
El Cuerpo de
Policía y de Seguridad, así como la Guardia Civil, son diezmados, y el
nombre de este benemérito Instituto es substituido por el de Guardia Nacional
Republicana, siendo llamados a sus filas, para reforzarlas y llenar los claros
producidos por los asesinatos y cesantías, multitud de facinerosos.
Por Decreto
de 30 de agosto de 1936 el gobierno de la Segunda República de reorganización
de la Guardia Civil en la zona rojo o republicana y pasa a llamarse Guardia
Nacional Republicana (Gaceta
de Madrid. Diario Oficial de la República nº 244, pg. 1564,
de 31 de agosto de 1936) Sin pasarlo a debate en la Cortes. Siendo ministro de la gobernación
Sebastián Pozas y presidente de la República Manuel Azaña. La Dirección General
pasó a llamarse Comité Central en Madrid, y en las Comandancias pasaron a
llamarse Comité Provincial, los guardias pasaron a llamarse compañeros.
Continuaron usando el tricornio con barboquejo y sus uniformes tradicional
hasta su disolución, junto a los Guardias de Asalto el 19 de octubre de 1937.
El Inspector
de la Guardia Civil y luego de la GNR fue el general de brigada de la Guardia
Civil José
Sanjurjo y Rodríguez de Arias. Leal a la República.
(Al fin, el
31 agosto de 1936, la izquierda socialista y comunista conseguía su propósito
histórico de disolver a la Guardia Civil, ideas que tenían los Progresistas
desde que la fundara el duque Ahumada en 1844, en tiempos de la reina
Isabel II de Borbón;
sin embargo, lleva ya 180 años). Una Segunda República que persigue a los que se
quieren aliar con los fascistas, y unos falangistas y fascistas que no quieren
que España se alinee con los comunistas de Stalin. Dos ideologías enfrentadas.
En Alicante se constituyó el Comité Provincial de la GNR el día 9 de septiembre de 1936, y
abrió un libro de Actas con anotaciones diarias diez días después, el 19 de
septiembre de 1936 en Alicante hasta el 12 diciembre del 36 que finaliza
en Orihuela, consta de 100 páginas manuscritas. El cuartel de la Comandancia
estaba entonces en la plaza del Ayuntamiento. El Comité provincial estuvo
compuesto por siete compañeros miembros llamados entre sí compañeros o
camaradas, sin graduación
La Guardia
Nacional Republicana a las órdenes del gobernador civil Francisco Valdés Casas, entregó armas en los ayuntamiento,
y éstos a su vez a los milicianos republicanos, se unió a los Guardias de
Asalto para dar seguridad y organizar la defensa pasiva con más de 90 refugios
antiaéreos de los 83 bombardeos que recibió Alicante durante los 3 años de guerra.
Los bombardeos más destacados fueron los del 28 de noviembre de 1936, llamado
el de "las ocho horas", en venganza por el fusilamiento de José
Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, el 20 de noviembre del 36
en la Prisión Provincial de Alicante, y el del 25 de mayo de 1938 con 313
muerto en el Mercado Central. Además de Alicante capital se bombardearon por la
legión aérea italiana (con base en Baleares) los pueblos de Denia, Jávea,
Benidorm, Alcoy Villajoyosa, Villena, San Vicente del Raspeig Santa Pola y
Torrevieja.
Aunque
la Guardia Nacional Republicana duró 13 meses y medio, hasta ingresarse
en un nuevo Cuerpo de Seguridad, depurados evidentemente, hasta el 19-10-1937.
En Alicante
existían dos aeródromos el de El Fondó en Monóvar y el de Rabassa en Alicante,
donde además existía un taller de mantenimiento y reparación de motores
de los aviones rusos republicanos (a España llegaron unos 700 aviones Katiuskas o chatos), de donde despegaban aviones para bombardear
zonas nacionales, como el bombardeo republicano de
Zaragoza el 24 de
agosto 1937
En la
provincia de Alicante se construyeron por la República cientos de búnkeres,
trincheras y nidos de ametralladoras para la defensa aérea y posible ataque
terrestre:
(Referencias
del libro de Actas en el Archivo Histórico Provincial de Alicante: GC-B 00019.001 / 19-09-1936 / 19-12-1936.
Libro de actas del Comité Provincial de la Guardia Nacional Republicana
/Gobierno Civil).
Historia Institucional de los Cuerpos de Seguridad en
la República
Señor Subsecretario de Gobernación.
Hay que recordar y aclarar que el decreto de 29 de diciembre de 1936 del Diario
Oficial del Ministerio de la Guerra (Ministerio de la Gobernación), desde
Valencia, creaba para la capital el Consejo Nacional de Seguridad y para el
resto, Consejos Provinciales de Seguridad en cada capital de provincia. En ese
decreto el Cuerpo de Seguridad se dividía en Grupo Uniformado y Grupo SIN
UNIFORME. El Grupo Uniformado se dividía en 3 Secciones: Seguridad Rural,
Seguridad Urbana y Seguridad de Vanguardia. El Grupo sin uniforme en 3
Secciones: Sección de Fronteras, Judicial y de Investigación. Por uno de sus
artículos quedaban disueltos los Cuerpos de la Guardia Nacional Republicana,
Seguridad y Asalto, Vigilancia e Investigación y Milicias de la Retaguardia.
Es decir,
que la Guardia Nacional Republicana, repito, duró 13 meses y medio, porque se
disuelve y queda integrada en el llamado Cuerpo de Seguridad de la
República, por lo que la GNR desapareció, así como la Guardia de Asalto, bajo
el mando de un Inspección general del Cuerpo de Seguridad (Grupo uniformado)
El Cuerpo de
Seguridad creado por decreto el 26 de diciembre de 1936 se denominará 'Cuerpo
de Seguridad', y tendrá como misión primordial el mantenimiento del orden,
vigilancia e investigación, quedando constituido con las fuerzas y personal de
los distintos Cuerpos de Vigilancia, Seguridad, Asalto y Guardia Nacional
Republicana. El Cuerpo de Seguridad estará dividido en 2 grupos: Grupo Uniformado
y Grupo Civil. El Uniformado se compondrá de 2 Secciones: la de Asalto y la
Urbana. El Civil estará constituido por 3 Secciones: Policía interior, Policía
exterior y Policía Especial. El personal del Grupo Uniformado ingresará en las
Secciones de Asalto y para pasar a las Urbanas habrá de prestar servicio en
Asalto por un tiempo mínimo de 2 años (Gaceta de la República del 13 de agosto
de 1937).
La Gaceta de
la República crea el 19
de octubre de 1937 (págs. 242-243), la Inspección General del Cuerpo de
Seguridad (grupo uniformado), con sus dependencias y competencias. Firmado en
Valencia, 17 de Octubre de 1937. .
Traslado
del Gobierno de la República a Valencia
Este Decreto
se firmó en Valencia porque el gobierno de la República
se trasladó de Madrid a Valencia el 7 de noviembre de 1936, por orden de Largo
Caballero, y
permaneció en la capital del Turia hasta el 31 de octubre de 1937, en que paso
a Barcelona. Por ello, Alicante quedó aislada del gobierno de la República,
como un reducto de republicanos venidos desde Madrid como niños a colonias
colectivas, para tratar de embarcar hacia Francia o Norte de África como
los barcos Tucumán
(destructor argentino) y el Stanbrook
(británico). La
población de Alicante y su provincia se elevó considerablemente. Al elevarse la
población disminuyeron los recursos alimentarios en la retaguardia y se imponen las cartillas
de racionamiento y surge contrabando y el estraperlo.
El recién
nombrado presidenta de la República Manuel Azaña se traslada del palacio Real
de Madrid al refugio cartujo de
Portaceli en la Pobleta de Valencia, posteriormente se traslada a Barcelona y desde aquí
a Francia donde fallecerá el 3 de noviembre de 1940 en Montauban (suroeste de
Francia), con 60 años.
Guardias Civiles en la columna de
Joaquín Pérez Salas
A
finales de agosto de 1936 el líder y militar republicano Joaquín Pérez Salas
reorganiza en el Levante español, entre ellas en Alicante y Alcoy, una columna
que participa en la fallida ofensiva de
Córdoba, operación que estaba dirigida por el general Miaja. Pérez Salas estaba
a cargo de una columna compuesta por una sección de carabineros, 300 guardias
civiles, un grupo de guardias de Asalto, dos compañías de marineros, un grupo
mixto artillería y numerosos milicianos. (Según el historiador Francisco Moreno
Gómez, Guerra Civil en Córdoba,
Alpuerto, 1985, pg. 243).
Por fortuna
para la Benemérita, al termina la guerra se salvó de ser disuelta por los
primeros gabinetes de Franco, ya que tenía varios altos cargos que admiraban a
la Guardia Civil como el general Alonso Vega, a la que consideraban patrimonio
de España y parte de las Fuerzas Armadas, y que en algunos casos tenían un
amplio sentido de Estado y altura de miras. Destacaban en esta defensa del Cuerpo
los generales Dávila, Asensio, Yagüe, Varela, el coronel Valentín Galarza y
especialmente Muñoz Grandes, este último el más brillante e indisimulado amante
de la Benemérita. A ellos se unían otros militares allegados a Franco, como el general Camilo Alonso Vega (paisano de Franco)
y el general Vigón, que ejercían influencia sobre el Caudillo, y que
no veían con buenos ojos la pretendida disolución ni tampoco la alternativa al
cuerpo. Además son años de la Segunda Guerra Mundial y la entrada en España del
maquis enviado por el PCE en Francia.
Conclusiones
El pensamiento crítico se obtiene cuando se ha tenido muchas lecturas y
se han consultado muchos libros de uno y otro bando.
En
definitiva y haciendo una breve cata en los sucesos de la Primavera de 1936 en
Alicante, haciendo uso de mi libertad de expresión según la Constitución del
78, y de acuerdo al hecho de haberse levando la veda sobre la Guerra Civil, y
gracias a que hayan salido las leyes de Memoria y Democrática, arriba
referenciadas, para que los investigadores objetivos estudien a los dos bandos,
sin exaltar ni ensalzar ni a unos ni a otros, y con el respeto máximo a la
víctimas y familiares de ambos bandos, es hora de internar una reconciliación
entre las dos Españas.
La violencia
solo trae más violencia, el odio solo trae más odio, y nunca se le debe dar voz
a los cañones ni a las pistolas, fusile ni bombas. Las guerras son un túnel sin
salida, que siempre nos devuelve a la casilla de salida.
Este país
tiene gran facilidad para convertir héroes en villanos y, por contrario,
villanos en héroes.
Bibliografía Consultada:
-Fernández
Palmeral, R. “Primeros meses de
la Guerra Civil en Alicante”, revista Meer, 20-02-2024
-Martínez
Leal, J. De las urnas a las armas.
IAC Juan Gil Albert, 1995
-Mora Pío. Los orígenes de la Guerra Civil Española.
Encuentro, 2007
-Rosser
Limiñana, Pablo. Bombas sobre Alicante.
Ayuntamet de Alacant, 2023
-Salinas,
Carlos. Alicante en guerra.
Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2017.
-VV.AA. Alicante en Guerra, Ayuntamiento de Alicante, Concejalía de Memoria historia y Democracia
Municipal (en PDF). (Autores: Pablo Ressel Limiñana, Remedio Sorianos, María
Ángeles López López, Salvador de la Cruz Hernández y Seila Soler Ortiz).
-VV.AA. La guerra civil y franquismo en Alicante.
IAC Juan Gil-Albert, 1990
(Autores:
Glicerio Sánchez Recio, José María Santacreu Soler, Miguel Ors Montenegro, Roque
Moreno Fonseret, Francisco Moreno Sáez).
-VV.AA. Guerra Civil y memoria histórica en Alicante.
AHPA, 2016
(Autores:
María del Olmo Ibáñez, Pablo Rosser Limiñana, Seila Soler Ortiz, Consuelo
Poveda Poveda, Juan José Oña Fernández, Virgilio Candela Sevilla.
.......
Distubioss en la primavera del 36 den Alicante
Contexto histórico. La Guerra Civil en Alicante
El Centro de Falange, de la calle Mayor, fue destrozado y saqueado por la izquierda. Este fue el momento
en el que –según “camisas viejas” como Lanuza- algunos arribistas consideraron que “ya
no había peligro de que les vieran entrar allí”11, y se acercaran a la Falange.
El Presidente de la Diputación, Pérez Molina, fue sustituido en enero de 1936 por Alfonso
de Rojas y Pascual de Bonanza, que presidió la Comisión Gestora de la Diputación sólo
unos meses. Tras las elecciones generales y el triunfo de la izquierda, es cesado y asume
la Presidencia de la Comisión Gestora -en marzo- el ya citado propietario de El Lucha-
dor, Álvaro Botella Pérez. Sólo un mes antes, la noche del 5 de febrero de 1936, un grupo
falangista intentó incendiar la redacción de su periódico
La primavera caliente del 36 en Alicante
El Presidente de la Diputación, Pérez Molina, fue sustituido en enero de 1936 por Alfonso
de Rojas y Pascual de Bonanza, que presidió la Comisión Gestora de la Diputación sólo
unos meses. Tras las elecciones generales y el triunfo de la izquierda, es cesado y asume
la Presidencia de la Comisión Gestora -en marzo- el ya citado propietario de El Lucha-
dor, Álvaro Botella Pérez. Sólo un mes antes, la noche del 5 de febrero de 1936, un grupo
falangista intentó incendiar la redacción de su periódico.
El 7 de mayo se había producido un tiroteo callejero entre jóvenes falangistas e izquier-
distas. El 5 de junio el líder de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, era trasladado
a la Cárcel de Alicante.
A finales de mayo, o principios de junio, se había producido en casa de Lanuza12 una
reunión claramente conspirativa de destacados miembros de Falange. A ella asistieron
el Jefe Local de ésta, el Jefe Local de Yecla, y Santiago Guillén de Orihuela, entre otros.
La reunión tenía un claro orden del día: el cambio de impresiones ante la inminencia del
Golpe. El jefe falangista de Alicante, Pascual, se vanaglorió de que contaban con muchas
más fuerzas que antes de las Elecciones pues se habían pasado a su campo –como
hemos mencionado- gentes procedentes lo mismo de CEDA, que de partidos de Izquier-
das, señalando la cifra de unos doscientos en la Capital, cuando antes de las Elecciones y
con ficha no llegaban a cincuenta. El crecimiento, sin duda, era exponencial,