A pesar de que el escritor ampurdanés José María
Gironella Pous, tiene ocho apellidos catalanes, es obviado por la Generalidat catalana,
y por ahora no tiene previsto celebrar el centenario de su nacimiento.
El prolífico escritor José María Gironella
nació hace cien años en el pueblo de Darnius de la comarca del Ampurdán (Gerona)
el 31 de diciembre de 1917. Es autor de
treinta y seis libros publicados, y es famoso por su trilogía sobre la guerra
civil Los cipreses creen en Dios
(1953) que ganaría el Premio Nacional de Literatura en 1955 (un bestseller que ha vendido doce millones de
ejemplares), que se complementa con Un
millón de muertos (1961), y Ha
estallado la paz (1966). Anteriormente en 1946 ganó el Premio Nadal de
novela con Un hombre. Años después ganaría el Planeta con la novela Condenados
a vivir en 1971.
Expuesto y visto estos antecedentes literarios,
propios de haber merecido un Premio Nobel de Literatura, nos preguntamos por qué la Generalitat de
Cataluña se olvida de hacer un congreso, un seminario o un curso de verano. Nuestras
consideraciones son varias y la costumbre de encasilla a los escritores por su
afinidad política; pues Gironella luchó al lado de los Nacionales, y por lo
canto tachado de franquista, y por otro lado no escribía en catalán, sencillamente, como dijera él, el catalán era un idioma localista, y
por lo tanto su obra no iba a tener la repercusión nacional e internacional que
buscaba, y le facilitaría all escribir en español o castellano.
Es evidente que tanto los del JXSí, CUP y
ERC, no lo consideran uno de los suyos. Es un franquista al que hay que
olvidar, o cambiarle su hombre en sus calles.
Una tercer razón del olvidado centenario de
Gironella por Puigdemont, Oriol Junquera, o de Carme Forcadell, sea la de que
están muy liados con esto de la consulta ilegal del referéndum de determinación
del 1-O, y no tengan tiempo ni para rascarse mientras compran las urnas,
preparando los colegios electorales y convences a los funcionarios de que no
les pasará nada por no respetar las sentencias del Tribunal Constitucional, unido a la pasividad del Gobierno que prefiere actuar sobre hechos
consumados, más que por provocaciones, porque después vienen los jueces de
turno y anulan los procesos por falta de pruebas, porque para aplicar el
apartado 5º del art. 472 del vigente Código Penal, se ha de “Declarar la independencia de una
parte del territorio nacional” o para que el Congreso acepte aplicar el art 155
de la Constitución. Pero la situación sería diferente, si a los infractores,
les aplicaran unas penas accesorias de embargo de bienes y congelación de las
cuentas corrientes.
Pero retornando a la biografía de José María
Gironella, que es el tema principal del presente artículo, porque en estos
tiempos en cuento hablamos de los separatistas catalanes se no va la olla. Como
el primer libro de Gironella premiado en el Nadal, no tuvo éxito, apenas se
vendieron 800 ejemplares, le hizo caso a Ortega y Gasset y en 1949 se fue con
su mujer a París, a conocer mundo. El texto de Los cipreses creen en Dios lo escribió en Paris, y lo reescribió
cinco veces durante cuatro años, porque no le gustaba cómo quedaba. El original
se lo vendió a una editorial francesa. Estando un día en Madrid, conoció el
editor José Manuel Lara, de Planeta y tuvo la idea de dejarle la novela a la esposa de Lara, María Teresa Bosch,
que era ampurdanesa como Gironella. "Aquella misma noche", según
contaba Gironella, "la señora Lara empezó a leer el libro y hacia las tres
de la madrugada despertó al editor para decirle que aquel libro les iba a
salvar la editorial, que pasaba por momentos difíciles". La saga familiar
de los Alvear era una historia que le podía pasar a cualquier español de
aquella época. Para editarla en España tuvo que hablar con el censor llamado
Florentino Pérez, que era del Opus Dei, pero consiguió pasar la censura. El
propio Franco leyó la trilogía y llego a decir “Esto sí fue la guerra”. Gironella había vivido la guerra porque
cuando empezó en 1936 se marchó a Francia, y desde aquí pasó a San Sebastián
donde se uniría al ejército Nacional.
Conclusión, Gironella se quedará sin
centenario, salvo que mucho cambien la política catalana.
Alicante, 13 de julio de 2017