LA AMISTAD ENTRE JUAN GIL-ALBERT Y MARIA ZAMBRANO
Por Ramón Fernández Palmeral
En el diario Información de Alicante de fecha 19 de julio del
2004, publiqué la noticia siguiente: Tres dedicatorias prueban una
amistad de 32 años entre Gil-Albert y Zambrano. Gracias al interés demostrado
por el periodista Sergio Illescas que redactó la noticia dentro del espacio que
permite la sección de Cultura de dicho periódico, pero quedó más
información oculta en el tintero, y para que no se pierda la voy a
exponer en este artículo.
La coincidencia de una efemérides en el año
2004, cuando cumple en ambas figuras del
pensamiento el I Centenario de sus nacimientos: (María el 22 de abril de 1904 y
Juan el 1 de abril 1904 en Alcoy, calle Polavieja (hoy San Lorenzo 11), donde estuvo ubicada la
Ferretería el Toro, propiedad de la familia), es ocasión oportuno para dar a
conocer estas noticias
Mis
investigaciones sobre la vida y obra de Miguel Hernández me llevaron hasta la
Fundación María Zambrano (1) en Vélez-Málaga, situada en el Palacio
de Beniel, y que visité a primeros del mes de julio de 2004. Busqué
inútilmente en los archivos de la filósofa y pensadora veleña lo que yo tenía
en mente (cartas de Miguel), pero no hubo suerte, sin embargo, mi esfuerzo y mi
viaje se vio recompensado con el hallazgo de varios libros que Juan Gil-Albert (2), le había
enviado dedicados a María Zambrano. Una amistad de la que se ha hablado
poco o casi nada por los expertos, salvo la introducción de José Carlos Rovira
para el libro Fuentes de la Constancia (Cátedra, núm. 205, Madrid
,1984), que es una recopilación de sus libros de poemas. En Memorabilia de
Juan Gil-Albert (1964, p.213) (3), otras sabidas y
documentadas informaciones de cuando ambos colaboraron juntos para la revista Hora
de España, Valencia 1937 y luego en Barcelona 1938.
María Zambrano y Rosa Chacel estaban en el jurado
que le concedió el Premio Nacional de Poesía de 1938 (Secretario de Instrucción
Pública en Barcelona) a Gil-Albert por
sus elegías, himnos y sonetos Son nombres
ignorados, publicado en una separata de ediciones la revista Hora de España en Barcelona; pero
Wenceslao Roces, entonces subsecretario de Instrucción Pública le retiró el premio por no querer afiliarse
al partido comunista, y se lo dieron a Pedro Garfias.
En la Fundación
María Zambrano me encontré tres libros que Juan Gil-Albert dedicó a María
Zambrano, firmados en 1936, 1957 y 1968, respectivamente, más una carta y una
tarjeta postal. Lo cual nos documenta una relación larga, cierta y
epistolar, pero escasa en el tiempo. Los últimos libros enviados, más que
nada porque Juan tenía la costumbre, ante el silencio editorial de sus obras,
auto-publicar y enviar y dedicar sus libros a amigos e importantes
escritores.
DE COMO SE CONOCIERON:
Juan y María se debieron conocer en Madrid, en la tertulia que ella
tenía en su casa de la Plaza del Conde de Barajas sobre 1934 ó 35, y donde
esporádicamente acudía también Miguel Hernández. María Zambrano se
casó el 14-09-1936 con el diplomático Alfonso Rodríguez Aldave (Lesaka,
1911-San Sebastián, 2008) y marcharon a Santiago de Chile -en el barco frutero
Santa Rita- porque fue nombrado como segundo del embajador, luego viajaron un
tiempo en La Habana conde conocieron a J. Lezama Lima. En los primeros meses de
1937 el matrimonio regresó España, ella a Valencia, él se incorpora a filas.
El primer
libro dedicado a María Zambrano es Candente Horror, Edición
de Nueva Cultura, Valencia 1936 (R-634). Con la dedicatoria que dice
literalmente:
A María
Zambrano/con la seguridad/recibida desde el primer/momento./ Firmado.-Juan
Gil-Albert 1936. (Adjunto fotocopia manuscrita). Y cuya fotografía
adjunto.
María Zambrano se
casó el 14-09-1936 con el diplomático Alfonso Rodríguez Aldave (Lesaka, 1911-San
Sebastián, 2008) y marcharon a Santiago de Chile -en el barco frutero Santa
Rita- porque fue nombrado como segundo del embajador, luego viajaron un tiempo
en La Habana conde conocieron a J. Lezama Lima. En los primeros meses de 1937
el matrimonio regresó España, ella a Valencia, él se incorpora a filas. María
ayudando a la República en la redacción de la revista Hora de España,
pero ella no figura en la famosa: «Ponencia Colectiva» del II Congreso
Internacional de Escritores Antifascistas, que se inauguró en Valencia el 4 de
julio. En Hora de España publica sus
artículos «El español y su tradición» y «Españoles fuera de España» -su más
ardorosa muestra de patriotismo republicano-, revista de la donde Juan Gil Albert era secretario. Posiblemente
por su antigua amistad con María, reputada intelectual, empezó a colaborará en
dicha revista. Se publicó entre Valencia
y Barcelona de 1937 a 1938.
El segundo
libro dedicado a es Contra el cine, 1955, edición Mis
Cosechas (R.637). La dedicatoria dice:
A María
Zambrano/ este divertimento/ que apunten más hondo/ Firmado Juan
/1957
En estas fechas,
María Zambrano, después de su exilio americano, y abandonar Cuba (1953) junto a
su hermana Araceli, se encontraba en Roma vivía en Plaza Pololo, luego en
Flaminio, tiempo donde conoce al padre Agustín Andreu y Alfonso Roig
Izquierdo, erudito valenciano, especialista en Arte, cuya biblioteca donó a la
Biblioteca Valenciana. Sus amigos son Elena Croce, Elemire Zolla, (Cristina
Campo -seudónimo de Victoria Guerini-), Ramón Gaya, Diego Mesa...
El tercer
libro dedicado es La trama inextricable, edición Mis
Cosechas. Valencia 1968 (R-657), la dedicatoria dice:
A María, alma,
arraigada, de su tierra, hasta ver, donde se encumbre, más España y España
misma: De su solitario /Juan. Fecha Mayo de 1968, [Al pie] Marti 13,
Valencia 5. Espagne. En esta fecha María Zambrano residía en con su
hermana Araceli en La Pièce (Montañas del Jura) Francia cerca de Suiza, tras
abandonar Roma, en 24 horas, literalmente expulsada por la denuncia de un
vecino fascista, por causa de los gatos que tenían ella y su hermana en el piso
de Flaminio,
Demostrada la larga
amistad ente Juan Gil-Albert y María Zambrano, no fue esporádica, sino que
abarca un periodo muy largo de 32 años. Además María formó parte del jurado que
le concedió el Premio Nacional de Poesía a Juan Gil-Albert en 1938, y que luego
fue anulado por decisión de Wenceslao Roces y se lo concedieron a Pedro Garfas,
(Nota de la página 91 de la Introducción de José Carlos Rovira Fuentes de la
Constancia, ya reseñado).
La fortuna de este
hallazgo inédito, me da oportunidad para seguir ahondando en la investigación
literaria entre tan importantes personajes de nuestra historia de la literatura
y del pensamiento, la de nuestro escritor alcoyano y la filósofa veleña, en lo
que espero me acompañe la suerte.
Uno de
los libros más conocidos de María Zambrano es El Hombre y lo divino(1955):
Dicen que cuando murió Camus, --según José Biedma-- encontraron este libro en
el interior de su coche de suicida. ¿Como un pasaporte? Recojo unas
frases que creo resumen su condición de pensadora: «La pregunta, que es el
despertar del hombre» o «La acción de preguntar supone la aparición de la
conciencia». No sabemos si en la Biblioteca del escritor alcoyano se encuentra
este libro.
CONTINUACIÓN
DE UNA INVESTIGACIÓN:
Después de mi artículo en Información (19 junio 2004), persistí
en mis investigaciones literarias sobre la relación de amistad en el escrito y
poeta alcoyano y la pensadora veleña. Y no sólo confirman que hubo una
amistad de más de 32 años, sino que documentalmente se prolonga gasta
el 1974, en que el responsable de fondo de Manuscritos y Archivos
Personales de la Biblioteca Valenciana, señor Juan P. Galiana Chacón, me
confirmó con fecha 27 de julio del 2004 que en dichos fondos hay tres cartas de
María dedicadas a Juan desde La Pièce (Francia), son las siguientes:
-
15 de diciembre de 1968.
-
30 de abril de 1970 --que tiene anotaciones manuscritas--.
-
22 de febrero de 1974.
En esta última carta,
María hace referencia a un envío de cuartillas para un homenaje; se refiere a
un homenaje para Juan. ¿Qué homenaje? Las cartas están enviadas desde La
Pièce (Francia), un lugar donde vivía María en su largo exilio.
Por otras
gestiones que he realizado en la Fundación María Zambrano, he visto y las he
tocado y las he leído: una carta y una tarjeta postal, Juan a María. La carta
es de junio de 1956 y la tarjeta de diciembre también de 1956, enviadas desde
Valencia.
Estas cartas no
podrán ser leídas, comentadas ni estudiadas hasta que los herederos de los
Derechos de la Propiedad Intelectual lo aprueben. Estoy haciendo
gestiones para que así sea, de antemano, he descubierto una amistad de 38 años,
y me da que pensar que mientras María estuvo lúcida y podía valerse, se
escribieron, ya que durante los últimos años de su vida no podía sostenerse
de pie, y estuvo en una silla de ruedas. Días antes de fallecer, que fue
el 6 de febrero de 1991, en el Hospital Princesa, llamó a su amigo el poeta
panameño Edison Simons Quiróz y le dijo «estamos en la noche de los tiempos,
Edi, hay que entrar en el cuerpo glorioso». Murió al medio día rodeada de
amigos, sus restos se trasladaron al pueblo de su nacimiento Vélez-Málaga. El
poeta francés publicó su correspondencia y memoria con María Zambrano en 1995.
María era una
prestigiosa cervantista, y además fue Premio Cervantes en 1988, con el
discurso «Lo que le sucedió a Cervantes», no en vano Cervantes fue recaudador
real en la Axarquía malacitana, y tres veces nombra Cervantes a Vélez-Málaga en
el Quijote.
SITUACIÓN ACTUAL DE UNA INVESTIGACIÓN:
María Zambrano no
escribió ningún artículo, que se sepa, sobre Juan Gil-Albert, sin embargo, sí
lo hizo con otro alicantino, Miguel Hernández, con quien le unía mayor amistad,
y le dedicó «Presencia de Miguel Hernández», publicado en El País,
domingo 9 de julio de 1978, donde escribe: «Y toda aquella “pléyade de poetas”
que le acogió como mejor podían, con la excepción de un poeta prometido
del “sacrificio” en modo fulgurante, que experimentaba una especie de “alergia”
ante su presencia personal». Se refería a Federico García Lorca. María publicó
numerosos artículos en la revista Horas de España. En Triunfo,
Madrid, 1974, Hora de España: el número perdido.
Durante el
Congreso dedicado a Juan Gil-Albert, que se celebró en los salones de CAM en
Alicante (noviembre 2004), dirigido por el catedrático Guillermo Carnero, y
ante mi imposibilidad de seguir investigando, puesto que me tenía que
trasladar a la Biblioteca Valenciana, pasé la información, pero parece
ser, que el archivo de Juan Gil-Albert, sigue guardado en cajas.
Además, esta
información de las cartas de María en Valencia se la pasé a la Fundación María
Zambrano, que estaban interesados en recuperar la correspondencia inédita de la
pensadora. Puse en contacto a ambos (Biblioteca Valenciana y Fundación), para
que ellos las intercambiaran, a mí no me las quisieron ceder. Desde
entonces ninguno de los dos organismos me ha comunicado nada, y seguro estoy
que si algún día salieran publicadas, se olvidarán de hacer reseña o nota al
pie de página de que fue el autor de este artículo quien descubrió esta
correspondencia y las dedicatorias aludidas. Alicante, 7 de mayo
2005.
NOTAS
1 ] María Zambrano nace
en Vélez-Málaga el 22 de abril de 1904. Se traslada a Madrid a los cuatro años
y de allí a Segovia donde reside hasta 1924. En Madrid cursa estudios de
Filosofía, asistiendo, durante los años 1924-27, a las clases de Ortega y
Gasset, de García Morente, de Julián Besteiro y de Zubiri, Su primer
libro: Horizonte del
liberalismo, aparecido en 1930. En 1932 firmó el manifiesto
fundacional del movimiento denominado Frente Español, inspirado en gran medida
por Ortega, lo disuelve, al ver en Ortega tendencias cercanas a José Antonio
Primo de Rivera. Había sido nombrada desde el año 31 profesora auxiliar de
metafísica en la Universidad Central. En el 32 sustituyó a Xavier Zubiri y
comenzó a colaborar en la Revista de Occidente, luego en Cruz y Raya (donde
conoce a Miguel Hernández) y en la revista Hora de España, en su primera
época madrileña, aparecido en 1936. Conoció y entabló amistad con José
Bergamín, con Luis Cernuda, Maruja mallo, Juan Gil-Albert, Jorge Guillén,
Rafael Dieste, Emilio Prados. Se casa en septiembre del 36 con Alfonso
Rodríguez, él para incorporarse a filas, ella para colaborar con la República.
Luego el exilio a Cuba, México, Roma (donde conoce al valenciano Alfonso Roig),
Francia y Suiza. Premio Príncipe de Asturias en 1981. Regresó del exilio
en 1984, en el aeropuerto le esperaban: Julia Castillo y Havier Ruiz, Aurelio
Torrente, Pepe Tamero y esposa. Murió el 6-02-1991 en el Hospital de la
Princesa, Madrid. Hoy tiene una Fundación en la localidad de su
nacimiento, en el antiguo Palacio Beniel, cuyo director es Juan Fernando Ortega
Muñoz.
2] Juan Gil-Albert
Simón nació en Alcoy el 1 de abril de 1904 y falleció en Valencia, su ciudad de
adopción, en 1994. Sus primeros años de formación corrieron a cargo de un
profesor particular y la asistencia a un colegio de monjas. Tras el traslado de
su padre a Valencia, donde abre un almacén de ferretería, ingresará como
interno en el Colegio de los Escolapios. Al finalizar el bachillerato inicia
los estudios universitarios de Derecho y Filosofía y Letras en Valencia.. Luego
vendría a Madrid, regresaría a Valencia en la guerra civil donde participa como
secretario en Hora de España, donde también coincide con María Zambrano,
el exilio de México y regreso a España en 1947, donde fue olvidado. Juan
Gil Albert reconoció en un capítulo de Crónicas Generales (1974), ser
epígono de Gabriel Miró, Valle-Inclán y Azorín, al de Monóvar le envió y le
dedicó dos libros: Concierto en mi menor (1964) y La
trama inextricable (1968). Según escribe José Ferrándiz Lozano en el
suplemento «Artes y Letras» del diario Información de Alicante
(25-03-04), la dedicatoria dice: «Al maestro Azorín, a quien tanto debo, a
quien tanto debemos». Ante la negativa de las editoriales españolas, Juan
se auto-publicaba sus libro y los enviaba a sus amigos y a
escritores.
3] Tres obras
maestras se reúnen en este volumen memorialístico del gran poeta y prosista En
la primera y más extensa, Memorabilia,
el autor nos invita a entrar en el mundo arcádico de su adolescencia –la
familia, el colegio, Alcoy y la finca El Salt– hasta la guerra civil, que
quebró aquella existencia plácida y refinada. Por sus páginas desfilan, en
memorables retratos, Ramón Gaya, Luis Cernuda, Federico García Lorca,
María Zambrano y Manuel Altolaguirre, entre muchos otros drama patrio, a
su vez, ahonda en la guerra civil, con el propósito de dejar constancia
«de lo que he visto y he vivido, de lo que oí y pensé» en torno a la contienda;
tres poemas complementan este texto, ofreciendo una cara más íntima de la época
en que el autor regresó a España, en plena posguerra.
Diario Información de Alicante, 19 de julio de 2004. Segio Illescas