lunes, 2 de mayo de 2016

Tres exposiciones en la Biblioteca Nacional de Colombia.

Biblioteca Nacional de Colombia
Ediciones antiguas de obras de Cervantes se exhiben en la planta superior de la institución.
La Biblioteca Nacional de Colombia ha abierto al público sendas exposiciones sobre el periodista y político Antonio Nariño, el autor del Quijote, Miguel de Cervantes Saavedra —en ocasión del cuatricentenario de su muerte— y el escritor Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982.
En el vestíbulo de la institución la intervención “Ahora o nunca. Las ideas son para divulgar” le da la bienvenida a los visitantes con tres enormes murales de corte urbano (cada uno de doce metros de alto por nueve de ancho), así como fotografías y fanzines que giran en torno al legado del periodista, impresor, librero, traductor, lector y político Antonio Nariño (1765-1823), con motivo de haberse cumplido en 2015 los 250 años de su nacimiento.
Las tres exposiciones están abiertas hasta junio de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde, y los sábados hasta las 4 de la tarde.
Mientras, en su planta superior se exhibe una muestra de ediciones antiguas de obras de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo), que concluye este lunes 2 de mayo.
Finalmente, en la sala principal hay una serie de joyas relacionadas con García Márquez, entre ellas dos ejemplares de la primera edición de su novela Cien años de soledad, publicada en 1967 por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires, una de las cuales fue robada del pabellón de Macondo en la 28ª Feria Internacional del Libro de Bogotá y después recuperada por la policía.
En 1793, Antonio Nariño, a los 28 años, traduce al español la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamada por la Asamblea del pueblo francés el 4 de agosto de 1789.
La Biblioteca Nacional de Colombia utiliza el talento de los artistas urbanos Toxicómano, Erre y Lesivo, para que imaginaran cómo sería Antonio Nariño si fuera un joven bogotano hoy. Ellos hicieron sus propuestas a partir de una invitación que recibieron del Ministerio de Cultura y la Biblioteca.
Así dialoga el arte contemporáneo con una figura clásica de la independencia colombiana, para acercar a los jóvenes con el ayer de este personaje multifacético, explica el historiador Camilo Páez, coordinador de exhibición de las colecciones de esta institución.
Además, hay una sección de diecisiete fotografías sobre situaciones cotidianas, en las que se demuestra que no siempre se logra cumplir a cabalidad los diecisiete derechos fundamentales del ser humano.
El visitante también puede apreciar “Un viaje por el mundo de Cervantes”, una muestra bibliográfica de textos de Miguel de Cervantes Saavedra.
“Siempre hemos tenido una actitud hispanista y nos posiciona como una biblioteca cervantina”, dice Camilo Páez.
Ofrecen dos colecciones: una donada por el filólogo Rufino José Cuervo y otra de Marco Fidel Suárez, presidente entre 1918 y 1921. Las que consisten en “raros y valiosos ejemplares del Quijote, los mapas de los viajes del ingenioso hidalgo de La Mancha y otras obras relacionadas con Cervantes”, añade. Se pueden apreciar una edición de 1613 de las Novelas ejemplares, y una de El Quijote de 1780, entre otras.
Estas tres iniciativas están hasta junio en la Biblioteca Nacional de Colombia, que alberga tres millones de libros y está abierta de lunes a viernes de 9 de la mañana a 5 de la tarde, y los sábados hasta las 4 de la tarde.
Aunque Gabriel García Márquez decidió darle su archivo documental a la Universidad de Texas (Austin, Estados Unidos), su familia optó por dar algunas piezas a la Biblioteca Nacional de Colombia.
Por ejemplo, está la máquina que usó para escribir Cien años de soledad y primeras ediciones de La hojarasca y Cien años de soledad, así como cuatrocientas obras suyas traducidas, y la medalla y el pergamino que recibió cuando ganó el Nobel de Literatura.
Uno de los ejemplares de Cien años de soledad fue donado por el escritor y periodista Daniel Samper Pizano (entre otros cuarenta libros de Gabo que le regaló a la Biblioteca Nacional de Colombia), y el otro por el librero Álvaro Castillo, quien en 2015 perdió su ejemplar porque se lo robaron en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, aunque a los pocas horas la Policía Nacional encontró la obra, pieza que fue entregada a su dueño y luego él se lo pasó el 14 de mayo de ese año a la Biblioteca.
“Fue un misterio cómo fue robado el libro, y fue un misterio cómo fue recuperado”, señala Camilo Páez.
Ambos están dedicados por el puño y letra de Gabriel García Márquez. El de Samper Pizano dice: “Y para Daniel, no jodás, dame éste que yo lo escribí, 1983”. Mientras que el otro dice lo siguiente: “Para Álvaro Castillo, el librovejero, como siempre, y donde siempre, de un amigo, 2007

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