martes, 31 de mayo de 2016

15 reglas básica para ser orador. Conferencias



15 reglas básica para ser orador. Conferencias.

1     El lenguaje es la expresión de pensamiento por medio de la palabra.
2   El orador se educa leyendo, estudiando y preparándose.
El orador no lee se aprende lo que va a decir. Tiene muy buena memjoria porque la ejercita.
El orador escribe su discurso, hace luego un esquema, se aprende el esquema y se lo guarda en el bolsillo por si tuviera que echar mano.
5 Tiene que conocerse asimismo y saber cuáles son sus fallos.
6 Las tres reglas fundamentales son: comunicar, convencer y conmover.
Conocer en profundidad el tema del que se habla.
8  El orador no se estresa sino que disfruta hablando y está deseando que llegue otra oportunidad para mejorar su discurso.
   9) Errores: El tímido estima que cuanto antes haya terminado su discurso mejor. Por esta causa comienza a prejuzgarse, habla demasiado de prisa, masculla palabras y pierde el hilo de sus ideas. Está deseando acabar para marcharse.
10)  El público, está deseando escuchar, son sus amigos, por eso han ido. También depende de quiénes sean los componente del aujdotorio. Pero orador es especialista en el tema.
11)  El orador siempre tiene recursos previstos para salir de una situación de olvido, de alguien que incordia o hace pregustas capcionas.
12)  La palabra es nuestra tarjeta de presentación, por ello debemos de dominar el idioma, tener un buen vocabulario y saber vocalizar, aunque tenga su acento regional, no importa.
13)  Siempre es agradable poner unas notas de humor para relajar la tensión en el auditorio y el orador, de esta forma la comunicación se estrecha y se entrelaza.
14)  Un orador demasiado serio, estirado u ofensivo, nunca jamás comunicará con el auditorio. A un contrario nunca lo van a convencer.
15)  Otra cuestión son los mítines o discursos políticos. Este es otro tema diferente donde se juegan muchos votos, donde hay detractores y enemigos políticos.
Yo me estoy refiriendo al conferenciante, que en realidad es como un predicador cuyo auditorio son todos adeptos. 

NOTA.-Por lo general, a la gente común le aterroriza hablar en público, porque no han aprendido, es como si a mí me ponen a opera un corazón. No sé y me moriría del susto.

Ramón Fernández Palmeral. Alicante.