¿Debe devolver Inglaterra los mármoles del Partenón?
Entre otras muchas obras, a Grecia le faltan desde hace más de dos siglos 75 metros de friso (sobre los 160 originales que ideó Fidias), 17 esculturas de los pedimentos este y oeste y 15 paneles de las metopas. Es una carencia que el país heleno lleva décadas intentado resolver. No hay, por ahora, forma de encontrar una salida. Da igual que el vacío sea enorme. Representa más de la mitad de la decoración del Partenón, el gran icono de la Grecia clásica. Levantado en el siglo V a.C. en honor a la diosa Atenea, el templo es uno de los logros que definen la humanidad.
Dos visitantes contemplan un grupo de esculturas del friso del Partenón en el British Museum, en una imagen de 2000. /Reuters.
La historia es conocida. Entre
1801 y 1805 Lord Elgin, embajador Británico en el Imperio Otomano,
utilizando un cuestionado permiso del Sultán, levantó (algunos emplean
la expresión “arrancó”) buena parte del friso interior y las metopas.
También se adueñó (para lo que al parecer no tenía permiso de ningún
tipo) de varias esculturas, como una de las cariátides del Erecteion y
diversas piezas del Templo Atenea Niké. Entre las obras expoliadas hay
tallas tan impresionantes como la procesión de las Grandes Panateneas.
Muchos de los mármoles y esculturas fueron seccionados de mala manera y
con pocos miramientos. En principio, el destino de tanta maravilla era decorar el jardín de su casa. Acosado por agobios financieros, Elgin
(quien se autocalificaba como amante de las antigüedades y cuyo hijo,
por cierto, ordenó el saqueo del palacio de verano de Pekín) vendió esta Capilla Sixtina de mármol a su Gobierno en 1816 por 35.000 libras. De ahí pasaría a la colección del British Museum, que construyó una sala especial para el friso y las esculturas.
Entre 1801 y 1805 Lord Elgin arrancó metopas, el friso interior del Partenón y se llevó a Inglaterra diversas estatuas.
Hace ya tiempo, pues, que faltan (¿irremediablemente?) de Grecia. Más o menos desde finales de los años setenta del siglo pasado el Gobierno heleno lleva porfiando por su devolución. La pelea la inició una mujer excepcional, repleta de coraje y valentía, la ministra de cultura y actriz Melina Mercuri (1920-1994). Pasados los años, y sin los mármoles de vuelta, otra mujer, Marianna V. Vardinoyannis, embajadora de buena voluntad de la Unesco, ha impulsado la campaña “Return, Restore, Restart”. Recuperar (los mármoles), restaurar (el Partenón) y reiniciar (la historia). Y sus palabras —a través de la agencia EFE— suenan claras. “Esto no es algo que atañe solo a Grecia. Es sobre la humanidad. Significaría el cumplimiento de nuestro deber con la historia y la cultura para conseguir la unidad de un monumento ecuménico”.
Estas frases se leen de forma muy distintas en el Reino Unido. A pesar de que hay algunas encuestas —como la del periódico The Guardian de este mismo verano— que revelan que la población inglesa estaría en su mayoría de acuerdo con la restitución de los mármoles a Grecia.
Sin embargo tanto el Gobierno como el patronato del British Museum (la
decisión final es suya) se oponen a su regreso. ¿Tema zanjado? No para
los griegos.
Poco a poco estrechan los argumentos y las justificaciones británicas. Frente a la idea de que en Grecia los mármoles estarían mal atendidos, los griegos levantaron en 2009 un gigantesco y novísimo museo a solo 300 metros de la Acrópolis.
Allí una sala aguarda la llegada del friso y de las estatuas. La
ubicación es única. Colocadas en la tercera planta, las obras, a través
de una gigantesca cristalera, mirarían directamente al templo de Atenea.
Sobrecogedor. Como sostiene el crítico de arte inglés Jonathan Jones: “El contexto lo es todo”. Nadie se imagina la Capilla Sixtina fuera del Vaticano. El arte pertenece al lugar para el que fue creado.
Otro argumento griego es la unidad del
relato. Lo más probable es que los mármoles cuenten la procesión de las
Grandes Panateneas. Al estar fragmentando, no solo por las piezas que se
hallan en Londres, sino también en el Louvre o en Museo Nacional de
Copenhague, entre otras instituciones, la narración se rompe. Se
fractura. Del otro lado, hay réplicas clásicas. Por ejemplo, si se
acepta la devolución sería abrir la puerta a que se vaciaran la mitad de
los museos europeos o estadounidenses. Y hay, también, quienes se aferran a la legalidad (harto discutible) de la compra de Lord Elgin.
En el nuevo museo de la Acrópolis, el friso del British Museum hablaría directamente con el Partenón. Foto: The Guardian.
Este es un debate intenso y difícil que habla del papel de las colecciones y de los museos en el siglo XXI. En un tiempo en el que se quiere transmitir la idea de que la historia y el patrimonio cultural pertenecen a toda la humanidad y que, por lo tanto, cuidarlo y protegerlo es deber de todos. Sin embargo, en esta ocasión, no es una obra menor sino una pieza que define la identidad nacional de un país y que tiene sentido en su conjunto. No fragmentada. Y, desde luego, no todos los griegos tienen la posibilidad de viajar a Londres para verla. En Grecia estaría en casa y cuidada. ¿Entonces?
Conocidas las posturas griegas y británicas hemos planteado la pregunta con la que se abre la entrada a pesos pesados de la cultura española. En esta primera entrega (iremos añadiendo más voces en días sucesivos) Miguel Zugaza, director del Museo del Prado; Juan Uslé, pintor; Carmen Giménez, conservadora del siglo XX de los museos Guggenheim y Bartomeu Marí, director del Macba se mojan.
Miguel Zugaza, director del Museo del Prado
“Los mármoles se encuentran consolidados en una de las colecciones más extraordinarias del mundo”
"Existe un gran consenso entre los museos europeos sobre la respuesta a este tipo de reclamaciones. Los mármoles de Elgin se encuentran consolidados en el seno de una de las colecciones más extraordinarias del planeta y más necesarias hoy para entender el mundo con una perspectiva histórica completa. Se presentan ya no como un botín del imperialismo británico del siglo XIX sino en el centro de la visión universal de la cultura y el arte que ofrece su tradición coleccionista y su vocación de estudio. Los objetos de arte y cultura están ligados tanto al pasado como a su historia contemporánea. Discutir la legalidad y legitimidad de esta vinculación histórica significaría el fin de la visión universalista de los grandes museos internacionales".
“Los mármoles se encuentran consolidados en una de las colecciones más extraordinarias del mundo”
"Existe un gran consenso entre los museos europeos sobre la respuesta a este tipo de reclamaciones. Los mármoles de Elgin se encuentran consolidados en el seno de una de las colecciones más extraordinarias del planeta y más necesarias hoy para entender el mundo con una perspectiva histórica completa. Se presentan ya no como un botín del imperialismo británico del siglo XIX sino en el centro de la visión universal de la cultura y el arte que ofrece su tradición coleccionista y su vocación de estudio. Los objetos de arte y cultura están ligados tanto al pasado como a su historia contemporánea. Discutir la legalidad y legitimidad de esta vinculación histórica significaría el fin de la visión universalista de los grandes museos internacionales".
Juan Uslé, pintor
“Veo lógico que se devuelvan al lugar de donde se expoliaron”
"Es un tema complejo, sobre todo porque hay indudables intereses económicos de por medio y, también, porque se ponen en cuestión argumentos y estructuras culturales que han tomado gran relevancia y protagonismo en los dos últimos siglos. Yo veo humana y lógicamente justo que se devuelvan al lugar de donde se expoliaron, sobre todo pensando que existe ya un museo en la Acrópolis donde estarán perfectamente cuidadas y expuestas. Pero no lo imagino como un proceso fácil de llevar a cabo porque son grandes museos los que están implicados y muestran estas piezas como sus principales reliquias; salvo que la Unesco que, supuestamente, representa y protege los intereses de toda la “humanidad cultural” contribuya enérgicamente a establecer pautas y procesos precisos".
"Es un tema complejo, sobre todo porque hay indudables intereses económicos de por medio y, también, porque se ponen en cuestión argumentos y estructuras culturales que han tomado gran relevancia y protagonismo en los dos últimos siglos. Yo veo humana y lógicamente justo que se devuelvan al lugar de donde se expoliaron, sobre todo pensando que existe ya un museo en la Acrópolis donde estarán perfectamente cuidadas y expuestas. Pero no lo imagino como un proceso fácil de llevar a cabo porque son grandes museos los que están implicados y muestran estas piezas como sus principales reliquias; salvo que la Unesco que, supuestamente, representa y protege los intereses de toda la “humanidad cultural” contribuya enérgicamente a establecer pautas y procesos precisos".
Carmen Giménez, conservadora del siglo XX de los Museos Guggenheim
“Durante años, los griegos descuidaron su patrimonio. No los movería”
"No movería los mármoles de Londres. Los dejaría donde están. Porque si hay una sala extraordinaria en el British Museum es la que los acoge. Siempre que viajo a la ciudad voy a verlos. Al igual que me parece muy bien que haya una Escuela Española de pintura en el Louvre. Por el museo francés pasan miles de personas al año. Es una forma, en este caso, de dar a conocer nuestro patrimonio. Los griegos durante muchos años han descuidado el suyo y dudo mucho que puedan mostrar los frisos de la misma forma que los británicos. La historia se ha construido así. Si todos los países empezaran a reivindicar… Recuerde el saqueo del patrimonio español que hubo con la invasión francesa. Yo no los movería".
4º Bartomeu Marí, director del MACBA"No movería los mármoles de Londres. Los dejaría donde están. Porque si hay una sala extraordinaria en el British Museum es la que los acoge. Siempre que viajo a la ciudad voy a verlos. Al igual que me parece muy bien que haya una Escuela Española de pintura en el Louvre. Por el museo francés pasan miles de personas al año. Es una forma, en este caso, de dar a conocer nuestro patrimonio. Los griegos durante muchos años han descuidado el suyo y dudo mucho que puedan mostrar los frisos de la misma forma que los británicos. La historia se ha construido así. Si todos los países empezaran a reivindicar… Recuerde el saqueo del patrimonio español que hubo con la invasión francesa. Yo no los movería".
“Pertenencia o titularidad no son fenómenos equivalentes”
"Desde hace años se ha hecho evidente la
petición de países como Grecia de que les sea restituido el patrimonio
artístico de gran relevancia. ¿A quién pertenecen los mármoles de Elgin?
¿Quién debe custodiarlos? Pertenencia o titularidad no son términos
equivalentes. Pero ello nos recuerda que una parte del patrimonio que se
encuentra en los museos europeos —instituciones que sintetizan un ideal
de civilización— no siempre se ha incorporado a nuestras instituciones
de manera limpia. El pillaje —expresión de barbarie—, llámesele
botín de guerra o como se quiera, ha formado parte de las vías de
enriquecimiento de museos en el pasado. Sin dejar de contestar a
las preguntas anteriores, debemos —la comunidad científica— también ser
muy honestos a la hora de pensar y llevar a cabo la relación entre
presente y futuro del patrimonio público y privado".