jueves, 29 de agosto de 2019

Estoy de acuerdo con la Igualdad, pero en gobierno debe ser de la aristocracia en democracia

No estoy de acuerdo con el gobierno de la paridad, sino el de la aristocracia (el gobierno de los mejores) me da igual si son mujeres u hombres, como si el gobierno fuera mayoría de mujeres que de hombre, pero lo que si exijo es que quienes nos gobiernen sean los mejores de una sociedad, indistintos géneros, pero los mejores o las mejores.
Deberíamos elegir en las urnas a los mejores y más cualificados, no por el genero, con si son 80 de mujeres y 20 de hombres.
La igualdad de oportunidades no es la igualdad de cargos.
La aristocracia (del griego ἄ 'aristos',' ', poder) hace referencia originalmente a un sistema político sugerido por Platón y Aristóteles encabezado por gente que sobresale por su sabiduría intelectual luego de haber cursado estudios superiores en instituciones universitarias o similares.
La acepción de aristocracia usada durante las monarquías del siglo XVIII, XIX y XXI para denominar a las personas con el poder político y económico de un país, transmutado por derecho hereditario,1​ siendo sinónimo de nobleza, deriva del afán que los nobles tenían a los estudios durante esa época.
En los países europeos la nobleza estuvo compuesta por los reyes, príncipes, duques, condes, barones, o los que traen causa por nobleza marcadamente militar como adelantados, almirantes, marqueses y emperadores. En tiempos pasados la Antigua Roma tuvo a los patricios como clase aristocrática y en otros países, como Japón, los nobles del pasado fueron primero los daimyō de alto rango y más tarde los kazoku, en la India eran los chatrías, etc.
Otros criterios relacionados a la primera acepción sobre política griega, son la plutocracia (gobierno de los ricos) o la democracia (gobierno del pueblo).
Hoy en día se designan como aristocracia a la nobleza y a las clases altas, por tradición o linaje, en cualquier sociedad. En un sentido más amplio, el término se usa para hablar de grupos selectos y excluyentes en diversos ambientes o contextos (por ejemplo, la «aristocracia financiera», la «aristocracia del saber», incluso la «aristocracia proletaria», por los trabajadores mejor remunerados).