domingo, 31 de marzo de 2019

¿Qué son las afinidades electivas? Son las atracciones personales de las personas


Resumen

El artículo postula la existencia de una afinidad electiva entre la Teoría de Sistemas de Niklas Luhmann y la Antropología Filosófica Alemana (AFA), afinidad que traería a la luz (a-letheia) un ‘punto ciego’ del funcionalismo de la equivalencia que se coloca en la antítesis del mentado antihumanismo luhmanniano. A la pregunta que el mismo sociólogo alemán se planteaba: ¿qué autoproyección del hombre está detrás de las suposiciones del pensamiento funcionalista?, se respondía: el hombre como solucionador de problemas en un sentido trascendental. Tesis antropológica central de la AFA. Así como en Goethe afinidad electiva dice de una ‘nueva composición’ teórica con materiales prexistentes, en el caso que nos ocupa, tales materiales preexistentes tendrían domicilio conocido, de modo que la originalidad de Luhmann  estaría en una nueva composición de categorías de una tradición antropológica muy desarrollada en su época y país. La nueva composición luhmanniana toma forma, al menos, en los siguientes desplazamientos argumentales: de la distinción hombre/entorno a la distinción sistema/entorno; del giro a la contingencia al giro a la doble contingencia; de la complejidad y su reducción en la AFA a la complejidad y su reducción en la teoría de sistemas; de las categorías de autorreferencia y de autoobservación a la teoría del observador; del descentramiento de lo humano y del mundo al descentramiento de la sociedad; del funcionalismo de la AFA al funcionalismo de la equivalencia.




Introducción

Hablar de afinidad electiva no constituye una novedad en la investigación sociológica. Introducida por Goethe en Las afinidades electivas, su fructífera recepción en el campo de la sociología se inscribe en el diálogo con la literatura; diálogo propiciado por "la coincidencia que se da a veces (…) entre la obra sociológica y la literaria a la hora de abordar –cada una con sus medios o su método– un determinado tema u objeto de estudio" (Fuster 2009:62). Goethe dirá que una afinidad electiva dice tanto de una separación como de "una nueva composición" (Goethe 2000:28), con lo que puede comprender como una relación simbólica que desborda el campo semántico de los elementos que se ponen en relación en un lenguaje diferente. Y tal tipo de relación no causalista es la que Weber plausibiliza entre la ética protestante y el ‘espíritu’ del capitalismo al responder la interrogante de "si se puede encontrar y en qué puntos, una determinada afinidad electiva entre ciertas formas de fe religiosa y la ética profesional" (Weber 2003:107). En términos luhmannianos la búsqueda de afinidades electivas encuentra su sustento en el método de equivalentes funcionales, en tanto que pretender "una absoluta incomparabilidad [entre teorías] revela siempre falta de fantasía teórica" (Luhmann 1997:101).

¿Por dónde iniciar un ejercicio de fantasía teórica con la obra del sociólogo alemán? Por cierto, no al interior de la tradición conceptual de la sociología, sino fuera; camino obligado para un teórico que se propone "revolucionar el paradigma de la teoría de la sociedad" (Luhmann 2007:40). Los desarrollos de la teoría de sistemas, de la cibernética, de la biología, de las ciencias cognitivas, de la teoría de la comunicación, de la teoría la evolución, de la lógica matemática y de la filosofía, serían los campos de exploración extra muros. La lectura de una obra temprana de Luhmann, Ilustración sociológica y otros ensayos, despertó nuestra fantasía teórica y nos indujo a pensar que en ella, en el esfuerzo intelectual de liberar el concepto de función de todo lastre de causalidad, nuestro autor ofrecía una clave hermenéutica fructífera, condensada en el epítome ‘pensamiento funcionalista’. 

El interrogante que él mismo formula: "¿qué autoproyección del hombre está detrás de las suposiciones del pensamiento funcionalista?" (Luhmann 1973:57), sumado a su tesis de que "mucho antes de que el hombre concibiera investigar empíricamente su pensamiento como proceso de la solución de problemas, se consideró solucionador de problemas en un sentido trascendental y puso como base las suposiciones fundamentales de la teoría sociológica" (Luhmann 1973:57), nos llevaron a indagar por el origen de esa peculiar comprensión de lo humano. Es así que la metáfora de lo humano, subyacente en el funcionalismo de la equivalencia luhmanniano, esto es, el ser humano como solucionador de problemas en un sentido trascendental, nos llevó a encontrarnos con un filón inexplorado: la Antropología Filosófica Alemana (AFA).

La Antropología Filosófica Alemana

La Antropología Filosófica Alemana (AFA) tiene una larga historia, que se remonta a Herder y Hegel, conectando en el siglo XIX Feuerbach, Marx y Nietzsche. Sus inmediatos antecedentes están en la aplicación del método fenomenológico a la antropología filosófica en los últimos trabajos de Max Scheler. La expresión "antropología filosófica" comienza a ser usada por autores como Max Scheler y Helmuth Plessner, para significar una nueva ‘philosophia prima’ que genere una nueva síntesis entre los desarrollos científicos y humanistas sobre el hombre. Más allá de si (con Habermas) se puede hablar o no de diversas antropologías filosóficas, es reconocible un "Core Identity of Philosophical Anthropology" (Fischer 2009:153). Core Identity que se distingue por: su referencia teórica interna a la investigación prevalentemente biológica, desde donde se abre a otros desarrollos disciplinarios incluida la sociología; su convergencia en considerar la vida como "‘círculo de funciones’ entre un organismo y su entorno" (Fischer 2009:164); su comprensión del ser humano como "una criatura acabada solo a medias por la naturaleza" (Landmann citado en Raulet 2009:100), en virtud de lo cual el hombre no crea ‘la’ cultura, sino que crea una cultura y las culturas, precisamente porque es ‘no fijado’, ‘culturalmente polimorfo’, contingente en sus modus vivendi (Landmann) y su "enfoque evolucionista" (Sobrevilla 2006:112).

La Palmera Imperio de Elche lleva el nombre por una anécdota de la Emperatriz Isabel de Austrio y duquesa de Baviera

 

 
(Busto e la Emperatriz en el Huerto del Cura, obra de José Sánchez Lozano)

 

120 años con Sissi en Elche y Alicante)

22.11.2014 | 23:48   /Información
 
En este otoño se cumplen 120 años de la visita que la emperatriz Elisabeth hizo a Elche. La impronta de su visita fue tan sonada que aún en nuestros días se siguen escuchando sus ecos.
La realidad de la emperatriz es la antítesis de lo que el cine nos mostró en la famosa película «Sissi», protagonizada por la malograda Romy Schneider. Elisabeth padecía de frecuentes desequilibrios emocionales que ella misma temía, a sabiendas de los casos de locura presentes en su familia. Por los motivos que fuesen, la realidad es que, en completo desacuerdo con las rígidas normas de la corte de Viena, Elisabeth se rebeló contra el protocolo, apartó de su vida lo que para ella eran absurdas normas cortesanas, y simple y llanamente huyó de allí. Enfrascada en viajes, buscó la libertad fuera de la encorsetada corte imperial a bordo de su yate. Amante a ultranza de la naturaleza, era una vegetariana convencida.

Obsesionada por conservar su figura comía frugalmente. Medía 1,72 metros, y controlaba su peso a diario, para mantenerlo entre los 45 y los 50 kilos. Realizaba largas caminatas y era amante de la equitación y de sus perros. Admiradora de Heine, llevaba con frecuencia en la mano sus poesías a modo de breviario. Era por el contrario enemiga de los fotógrafos, lo que explica los escasos documentos fotográficos que poseemos de ella pese a estar esa técnica ya generalizada. Hoy podríamos decir de ella que fue una real ecologista, una real feminista y hasta una real personalidad rara. En cualquier caso, una adelantada para su época.

El motivo de traerla hoy aquí es porque Sissi estuvo en Elche y dio nombre a la más famosa de todas sus palmeras. Como su visita a la ciudad tuvo como destino el huerto del Capellán Castaño, conozco el hecho con detalle y quiero relatarlo para que todos sepamos con certeza como sucedieron los hechos.
Durante el otoño del año 1894 la emperatriz viajaba en su yate, el Greiff, después de haber estado en la isla de Mallorca donde se había detenido para visitar a su primo, el archiduque Luis Salvador. Cuando navegaba rumbo a Marsella, le sorprendió un temporal y el barco tuvo que refugiarse en el entonces pequeño puerto de Alicante. De riguroso incógnito, y acompañada tan solo por algunos amigos desembarcó en la ciudad. Allí, le llevaron a comer a la conocida fonda de Bossio, situada en la Rambla, en los aledaños de lo que hoy es el Banco de España. Tras una sobria comida vegetariana, el posadero le ofreció granadas como postre. A la emperatriz le sorprendió mucho el excelente sabor de aquellas granadas, y le dijo a Bossio que le enviara algunas cajas al barco. Se las pagó espléndidamente y todavía, de regreso a Viena le envió como agradecimiento una condecoración.

Tras cerrar el trato, la emperatriz preguntó el origen de esa fruta que tanto le había gustado. Le respondieron que eran de la vecina Elche, donde además existía un gran bosque de palmeras. Y Sissi, tan amante de la naturaleza mostró su deseo de visitar aquel palmeral milenario, de manera que ese mismo día y por ferrocarril se trasladó a Elche. Para no cansarla por maltrechos caminos, le condujeron directamente a visitar un huerto y eligieron el del capellán Castaño, bien poblado de palmeras y en el que además había un raro ejemplar al que le habían nacido a dos metros del suelo tantos hijuelos que le llamaban la palmera de los ojos, o «dels ulls».

Sabemos que a su llegada al huerto, la emperatriz vestía de amarillo claro y se protegía del sol con una sombrilla del mismo color. Su aspecto era de una exquisita elegancia. Por entonces tenía 57 años. Su delgadez aumentaba su estatura cuando se entrevistó con el capellán Castaño, que en aquel momento no comprendió la grandeza de la mujer que tenía delante, mostrándose torpe y atolondrado.
Poco a poco el capellán fue tomando confianza y se fue rompiendo el hielo. En mal francés, haciendo de intérprete seguramente alguno de los acompañantes de la Emperatriz, el cura Castaño cumplió como anfitrión y mostró su casa y su huerto a la real visitante. Cuando se detuvieron ante la rara palmera, la emperatriz quedó muy sorprendida. La observó detenidamente y le dio la vuelta. Finalmente dijo a su dueño estas palabras: «Mosén Castaño, esta palmera tiene una fuerza digna de un imperio. Debería usted ponerle un nombre».
No debe sorprendernos la admiración que la palmera causó en la emperatriz. Por entonces era un ejemplar muy joven que estaba en el apogeo de su belleza simetría y vigor, como lo demuestra la fotografía que de ella se hizo durante el Eclipse, seis años más tarde.

Terminada la real visita, el cura Castaño comenzó a caer en la cuenta que la señora a la que acababa de despedir era nada menos que la Emperatriz de Austria , y dándole vueltas y más vueltas a las palabras que había pronunciado ante su palmera, decidió que la denominaría Palmera Imperial. Así fue y así sigue siendo después de transcurridos 120 años.

No tenemos noticia oficial de esa visita, puesto que se realizó de incógnito. Sabemos que a uno de los marineros del yate se le escapó que «a bordo viaja un personaje real». Y a través de la obra «Elisabeth, la emperatriz enigmática», de Egon Cesar Conte, biógrafo exhaustivo de Sissi, sabemos que ésta tuvo necesidad de refugiarse en dos ocasiones en el puerto de Alicante, una por haber embarrancado su yate, y otra por haberla sorprendido una terrible tempestad cuando se dirigía a Marsella con destino a Cap Marti, en Montecarlo.

Los detalles de su estancia en el Huerto del Cura le fueron relatados a mi padre y a mi abuelo por el cura capiallán  José Castaño Sánchez. A su vez, mi padre lo dejó escrito. Éstas han sido mis fuentes.
Desde aquel otoño de 1894 y sin necesidad de que se cumplan aniversarios, la Emperatriz Elisabeth está presente todos los días en el Huerto del Cura al lado de la palmera a la que dio su nombre. Su busto, obra del escultor José Sánchez Lozano, recuerda a diario aquella visita que es parte consustancial de la historia del Huerto del Cura, de la Palmera Imperial y de Elche entero.

..............................Averai del Greiff..............................
 Sissí, la Emperatriz viajera, visito España en varias ocasiones. En 1892 estuvo de incógnito en Valencia y un año más tarde en Sevilla y Cádiz. En 1894, el yate de la emperatriz, el Greiff, debido a una avería  hace una escala en Alicante, mientras reparan el yate la emperatriz visita el  Palmeral y su extraña palmera. De esta visita no existen más datos que el testimonio del Capellán Castaño , dueño del huerto, quien personalmente hará de ilustrador y acompañante de tan egregio personaje y que aprovechará la simpatía y los elogios de la Emperatriz para dedicarle y nominar a la extraña palmera como Palmera Imperial.










Congreso Juan Gil-Albert. Comunicación de RAMÓN PALMERAL. 4 de abril 10 horas




Comunicación La amistaa de Juan Gil-Albert con María Zambrano y Miguel Hernández en la II República




CONGRESO INTERNACIONAL
JUAN-GIL ALBERT (Alicante y Alcoy)

Comunicación de RAMÓN PALMERAL

Día 4 de abril 2019

Hora 10 de la mañana

Lugar: Instituto Juan Gil-Albert
Casa Bardín

C/. San Fernando  nº 44, bajos
(Alicante)
.............................
Ramón Palmeral es Socio de Honor de Espejo de Alicante
Miembro de la Asociación de Artistas Alciantinos
Participó en el IV Congreso Internacional Miguel Hernández, 2017

sábado, 30 de marzo de 2019

Presentación del libro: "Exégesis de las Elegía de Duino" 1 de abril 19.30 h. Real Liceo Casino

 










 Presentación del libro "Exégesis de las Elegías de Duino de Rilke" dia 1 de abril, 19.30 h. en la Biblioteca del Real Liceo Casino Alicante, del escritor y ensayista Ramón Fernández Palmeral.El libro será presentado por la lectura de Consuelo Giner Tormo,
 de un texto de Coinsuelo Jiménez de Cisneros.

Paseo de la Esplanada España, 16,
 03001 Alicante





martes, 26 de marzo de 2019

La escritora y fotógrafía Lucía Muñoz Arrabal con mi libro "Mi amo Palmeral y yo"

Libro fábula de la historia de un perro que cuenta su entorno familiar y perruno. Libro de Ramón Fernández Palmeral que tiene mucho existo de lectores y lectoras, como puede verse en esta foto.

Acto en Vissum de los nombramientos de Socios de Honor de Espejo de Alicante, 25-03-2019


(En la mesa de izquierda a derecha: María López Iglesias, Dr. Jorge Alió, Consuelo Jiménez de Cisneros y Consuelo Giner Tormo)
Ramón Palmeral y Consuelo Jiménez de Cisneros
  (De izquierda a derecha). La soprano Jovita Gómez Couto, la ceramista Vicenta Pla, el escritor Ramón Palmeral, el pintor José María de la Cueva y la pintora Elvira Clemot. Nuevos socios de honor.



Foto con todos los Socios de Honor de Espejo de Alicante

Martigodi, Julia, Palmeral
Foto de grupo con todos lo socios asistente al acto
                                                                Salón de actos de Vissum




 
Acto de nombramiento de cinco Socios de Honor por Espejo de Alicante, y libro

Por Ramón Fernández Palmeral
Socio de Honor de Espejo de Alicante

Espejo de Alicante es una Asociación Cultural independiente, sin ánimo de lucro, que ya cumple, ininterrumpidamente, unos dieciséis años de vida, con actividades culturales en todas las ramas del saber y de las artes, gracias a la dedicación e incansable presidenta Consuelo Giner Tormo, doctora en Filosofía, que está en todas partes. Llega o rebasa los 600 socios de todas las disciplinas del saber. El pasado 25 de marzo nombró a cinco nuevos Socios de Honor y presentó el octavo libro de “Hablan los poetas” VIII.

    En el salón de actos de Vissum Corporación Oftalmológica de Alicante tuvo lugar el emotivo acto de la presentación del libro colectivo de poesía y pintura o «espejoarte» de reconocido prestigio “Hablan los poetas” en su octava edición, más el nombramiento de cinco Socios de Honor, y una soberbia interpretación como broche de oro de la zarzuela “Mari Pepa” de la “Revoltosa” .
    Eran las 19´45 horas del día 25 de marzo de 2019, cuando tomó la palabra el prestigioso catedrático de oftalmología  Dr. Jorge Alió para dar la bienvenida a los numerosos asistentes de butaca y de la mesa, compuesta con María López Iglesias, presidenta de la Fundación Jorge Alió para prevención de la ceguera, así como Consuelo Giner Tormo, presidenta de la Asociación Cultural Espejo de Alicante, y Consuelo Jiménez de Cisneros catedrática de Literatura español.
   Tras las palabras de bienvenida y agradecimientos del Dr. Jorge Alió,  la presidenta de Espejo ofreció el esquema del acto también llamado «briefing» para los más anglófonos de los que íbamos a presenciar. Seguidamente  tomó la palabra Jiménez de Cisneros para presentar el libro «espejoarte», mientras se proyectaban las bellas y coloridas  imágenes que ilustran el libro Hablan los poetas, con un análisis documentado y riguroso, propio de quien sabe comentar el contenido de un libro al que dividió en temas, nombró a todos y cada uno de los poetas que publican, de los que hizo algunas apostillas y glosó algunos versos destacados. La portada es de Martigodi, y la contraportada de Soledad García Calabuig in memoriam Al finalizar recibió un largo aplauso como si se tratara de una soprano.
   Seguidamente, Consuelo Giner leyó los méritos de cada uno de los socios de número propuestos como Socios de Honor, según el acuerdo de las actas de la Junta de Espejo de Alicante, que fueron nombrados uno por uno, y salieron a la platea para recoger la distinción que le honra que, consiste en un espejito que lleva el nombre de su destinatario y el logo de Espejo de Alicante. Los Socios de Honor son:

Vicenta Pla, ceramista
Jovita Gómez Couto, música
Elvira Clemot, pintora
José María de las Cuevas, pintor
Ramón Palmeral, escritor

    En el acto de entrega de quien estaba crónica escribe (Ramón Palmeral), pedí la palabra a la presidencia de la mesa para pronunciar unas palabras en nombre de los cinco homenajeados, y tomando micrófono, di las gracias a los asistentes al acto (con un lleno del palco de butacas), así como a la mesa presidencial, para decir emocionado y espontáneamente que era uno honor  recibir el nombramiento de Socio de Honor –valga la feliz redundancia– que equivale a un honoris causa (causa de honra) de una Universidad. Espejo de Alicante es una Asociación multicultural donde convergen y se agrupan todas las disciplinas de las artes, para favorecer la Cultura (con mayúsculas) que es una muestra de paz, civilización y progreso, y los pueblos sin cultura están abocados a la violencia. Por otra parte también dije que este premio también comportaba una obligación, que es la de ser mejores y  trabajar con más ahínco en pro de la Asociación. No solo es una obligación sino un compromiso.
     Al finalizar la breve alocución dijo que parte de este premio también lo había ganado mi mujer Julia Hidalgo, que al encargarse de la logística del hogar, me proporcionaba a mí tiempo para dedicarme a la pintura, escritura, asistencia a recitales o dar conferencias. Elogios que fueron buen bien recibido por las donas presentes, que aplaudieron fogosamente.

   Después de las entregas de libros,  premios (espejitos símbolo de la verdad) y  los discursos puso el broche de oro la soprano uruguaya afincada en Alicante Jovita Gómez Couto (Socia de Honor desde ese momento), con un estupendo tenor (Felipe), y música al piano del maestro Paco Martínez, que interpretaron  la zarzuela Mari Pepa & Felipe de la “Revoltosa”, que recibieron un largo aplauso como los que le dan a Plácido Domingo por una ópera, que por cierto, Jovita actuó una vez con el famoso tenor.

   Luego vinieron las fotografías de rigor para inmortalizar tan emotivo acto, llamémoslo presentación de «espejo arte» y socios honoríficos, y una foto apoteósica final de todos en grupo. No faltó un vino de honor con el famoso vino moscatel Denominación de Origen de Alicante (Bocopa), las rosquillas de anís, y los corrillos, los besamanos y «besacaras» en el vestíbulo de Vissum convertido una vez más en escenario de tan encomiable acto.

    Únicamente me cabe dar las gracias a la organización de Espejo de Alicante, en general,   y en especial que no puedo olvidarme de Paco Burló, que hizo sus funciones de apoyo y fotógrafo, de Javier Alonso, tesorero, y si me olvido de algún otro nombre es solo debido a mi mala cabeza emocionada.

Alicante, 27 de marzo 2019
Publicado en MUNDIARIO





Video del acto