Me gustaría que mi hijo no hubiera
aprendido a leer, ahora pierde mucho tiempo en ese entretenimiento de la
literatura, mejor que se vaya con los amigos al bar a echar la partida como
hago yo, o al corrillo de los aficionados el fútbol, o con la familia a pasear
por esta Málaga encantada. Eso de
escribir lo tiene esclavizado, y lo disocia de la realidad, se ha convertido en
un mentiroso o fabulador patológico enfermedad de toso los escritores, todo
escritor tiene algo de autista. Le
examino los folios y le hago una crítica destructiva y severa, casi me peleo
con él, para que se desengañe y lo deje a dormitar y no lo mande a ningún sitio
para hacer el ridículo.
Así comienza:
“Si se contaran los días,
aquel era ya la quinta mañana que el grupo de montañeros del Grupo Gema,
llevaban perdidos por los Pico de Europa por culpa de la nieve, agotadas las
provisiones deambulaban por los abruptos caminos de monte bajo:. Chaparrales, tejas, pinos y abetos, nieve de
vez en cuando tapizando los claros, y tajos de vertical caída por los que era
imposible subir a bajar. Cinco jóvenes
aventureros: tres .nombres y dos mujeres...”
En
principio a mí me parece que no has estado ni siquiera en Sierra Nevada,
la vegetación del norte son: hayedos, brezo, escobas, piorno, alejo, urce,
castaños..., léete Luna de Lobos de Julio Llamazares. En aquellas sierras debe
haber hoteles, carreteras y puntos de referencia. Y por qué no son tres mujeres y dos hombres y
seguro no se hubieran perdido. Además si
te coge una ventisca de nieve no se puede deambular, te quedas en un sitio y
allí te mueres congelado. Lo mejor
hubiese sido buscar una cueva, encender fuegos y hacer caza, y resistir. Ya me dijiste que con el teléfono móvil no se
pierde nadie. O sea, que el relato es a primeros de siglo, la cuestión varía.
El lector no está obligado a leerte, por lo tanto tú debes desde el principio
ponerle las esposas, atraparle, el lector es perezoso. Yo hubiera dicho: “Llevaban
cinco siglos perdidos y no encontraban la salida del laberinto blanco que se
movía...”
“...Las mujeres, inexpertas en estas líderes,
les suponía a los hombres una carga pesada, que siempre pueden sobrevivir con
más sacrificio en el monte que la mujer.
El hambre y la sed hacía de sus estómagos estuviesen llenos de agua cristalina de los
arroyos, dar un paso, ya les costaba
mucho esfuerza, las ampollas en los pies, la fatiga y la desesperación de no
encontrar ni un cortijo habitado, les iba a provocar una muerte segura. Eran una piña, todas las decisiones de seguir
un camino u otro eran tomas en votación democrática...”
¿Y tú quieres
llamarte escritor?, tú crees que a estas alturas se puede escribir agua
“cristalina” y que eran una “piña” en sus decisiones, en sus decisiones
democráticas, pero hombre, si estarían
todos acojonados. No se puede contar que unos montañeros votan porque en estos
grupos siempre hay un líder, un sabiendo y un tontarrón que no se enterando
nada y que se deja llevar por lo que digan.
El líder siempre decide lo que hay que hacer, es el más fuerte, se
impone, y seguro que alguna de las chicas es su novia y le apoya, llevará
siempre la contraria a la mayoría, habla más que nadie y lo más segura es que
se pongan a discutir. Los grupos, ante
las desgracias lo que hacen es culparse unos a otros de su desventura, de sus
males y de su falta de precisión en llevar una brújula... Si llevaban cinco días perdidos es que eran
unas memos domingueros, unos malos
aficionados a las discotecas y al rock duro que se querían desintoxicar un día
al aire libre, y no hay más. La regla
más simple para no perderse, es elevarse a un cerro, otear y buscar alguna
aldea, que siempre las hay, orientarse
con el sol o eso tan complicado de los
anillos de los árboles.
“.... Cuando desesperados sus vidas no valían más que
la botas de cuero de becerro que llevaban, sentados bajo un quejido, apareció
un jabalí, hermoso, fiero, de culo meneón y rabo acaracolado, y el jabalí se
acercó a ellas, y el jabalí les preguntó, qué era lo que les ocurría. 'Nos hemos perdido, y aquí estamos andando en
círculo y ya no podemos dar un paso más ¿usted nos podría decir -preguntó una
de la chicas- donde se encuentra el pueblo más cercano? El señor jabalí abrió su feroz boca, y les
dijo que donde estaban no había forme de salir, e incluso siguiendo una
dirección recta se morirían antes de llegar a cualquier punto habitado...”
Haber empezado por decirme que esto era un cuento infantil, la fábula
del jabalí bueno y los hombres malos, pero esto es la tontería más grande que
ya he leída jamás, un jabalí que habla y razona, no seguiría leyendo si no es
porque una chica saltó. Si yo soy el
jabalí es que me los meriendo a los cinco tontos, y es que encima le hablan de
usted, esto es demencial, hay cuentos para niños pero no para imbéciles. ¿Cómo
se pueden cometer estos errores? Las
fabulaciones son un estilo muy antigua, los griegos lo aprendieron de los
hindúes que escribían muchas, y el Libro de la Selva de Rudyard Kipling, ¿qué
me dices?, pero no es esta mamarrachada.
“...o a
cualquier cortijo de pastores. El jabalí les hizo ver que lo más razonable y
sensato era que lo mataran y se la comieran, se ofrecía en sacrificio, pues de
todas formas su fin era el que algún cazador acabara con é tarde o temprano.
Los montañeros, impresionados por aquellas fórmula para salvarse, merendándose
a aquel animal tan sensato, inteligente y solidario y casi humano, posiblemente
reencarnación de algún espíritu bondadoso, le dijeron que no, que no se lo
comerían, que preferían morirse de hambre antes de matar a un animal que
hablaba...”
O sea, me dices que todavía hoy ha llegado lo
bueno del final del relato. A mi me
parece que jamás has visto en tu vida un cerdo salvaje con la montera
encrespada y dos lanzas en la boca. En principio en el norte no hay cortijos,
sino caseríos o pallozas, por eso se debe escribir de lo que se conoce. Que el jabalí se ofrezca como carne de cerdo
para alimentar a aquellos impresentables es ya presumir de jamones, me parece
demencial, y qué carajo de espíritu va a querer reencarnarse en un cerdo
salvaje apestoso y lleno de garrapatas y roña,
y huele que apestan, si los hubieras visto acercarse a la Acebumeya con
los jabatos y embestirte ya no serías tan idealista con este cochino.
...y claro, decisión tan peculiar,
la volvieron a votar: Gracias señor jabalí,
pero no podemos aceptar su deliciosa carnes, somos personas civilizadas
jamás seríamos capaces de comer carne la fauna silvestre endémica, ni de
alguien tan generosa como usted". Más tarde el jabalí, cabezón en sus
decisión de ayudar a los seres humanos, se subió a una alta peña, una que
estaba encima de los desventurados montañeros, y como en el cuento de cristiano
y la mora que se tiraron por al Peña de los Enamorados en Antequera. El jabalí se arrojó por amor a los hombres al
vacío y cayó sobre las piedras y se mató.
Entonces los humanos comieron de su carne, se alimentaron y se salvaron.
Amigos, que no volvieran a serla nunca más.
Final sorprendente si no fuera porque ya
los inventaron los cuentos de Jatakal de tradición budista que suceden con
animales, en este caso, es un elefante blanco que se arroja desde una montaña
para ser carne de un grupo de caravaneros perdidos. ¡Ah!, que es tuyo, que te lo has inventado,
eso pasa muy frecuente que inventas algo y luego resulta que ya estaba
inventado, hasta el título se parece.
Pero siguiendo con mi feroz crítica, he de aclarar que el jabalí no
pertenece a la fauna endémica de España, hay muchos que destrozan cosecha,
huertos y plantíos. Por qué no pusiste como protagonista un oso pardo del
norte, esos sí que son endémicos. Cuando llega al suelo no quedaría ni un
trocito de carne en condiciones de comérsela. No entiendo muy bien la moraleja
del final del cuento, cuando por comer carne de jabalí dejan de ser amigos o
era porque los montañeros se reencarnaron a su vez en cinco cerditos o porque
cogieron un sidazo (el Sida) de triquinosis.